CELEDONIO FLORES. |
Esquelético, hambriento, el pobre tiene
los ojos tristes y el andar calmoso,
a ratos a la sombra se detiene
en procura de un poco de reposo.
La turba de pilletes atorrantes
lo acosa a cascotazos despiadada,
él los mira con ojos suplicantes
y continúa su infeliz jornada...
¡Esta rabioso!, grita una chicuela
que pasa en dirección para la escuela,
y huye del can, llorosa y asustada.
Y por instigación de una vecina,
el botón de parada en una esquina
le acelera su marcha hacia la Nada.
los ojos tristes y el andar calmoso,
a ratos a la sombra se detiene
en procura de un poco de reposo.
La turba de pilletes atorrantes
lo acosa a cascotazos despiadada,
él los mira con ojos suplicantes
y continúa su infeliz jornada...
¡Esta rabioso!, grita una chicuela
que pasa en dirección para la escuela,
y huye del can, llorosa y asustada.
Y por instigación de una vecina,
el botón de parada en una esquina
le acelera su marcha hacia la Nada.
Son muy buenas tus entradas Guillermo, esta por ejemplo es otra joyita desconocida para mí. Y que decir de don Celedonio Flores; un poeta.
ResponderEliminar¡Muy bueno!
mariarosa