viernes, 31 de marzo de 2023

A CRISTO de Baltasar del Alcázar.

A CRISTO
de Baltasar del Alcázar.

Cansado estoy de haber sin Ti vivido,
que todo cansa en tan dañosa ausencia;
mas, ¿qué derecho tengo a tu clemencia,
si me falta el dolor de arrepentido?

Pero, Señor, en pecho tan rendido
algo descubrirás de suficiencia
que te obligue a curar como dolencia
mi obstinación y yerro cometido.

Mi conversión es tuya y Tú la quieres;
tuya es, Señor, la traza, tuyo el medio
de conocerme yo y de conocerte.

Aplícale a mi mal, por quien Tú eres,
aquel eficacísimo remedio
compuesto de tu sangre, vida y muerte.
    

martes, 28 de marzo de 2023

CRUCIFIXIÓN de Federico García Lorca.

La luna pudo detenerse al fin por la curva blanquísima de los caballos.
Un rayo de luz violenta que se escapaba de la herida
proyectó en el cielo el instante de la circuncisión de un niño muerto.
La sangre bajaba por el monte y los ángeles la buscaban,
pero los cálices eran de viento y al fin llenaba los zapatos.
Cojos perros fumaban sus pipas y un olor de cuero caliente
ponía grises los labios redondos de los que vomitaban en las esquinas.
Y llegaban largos alaridos por el Sur de la noche seca.
Era que la luna quemaba con sus bujías el falo de los caballos.
Un sastre especialista en púrpura
había encerrado a tres santas mujeres
y les enseñaba una calavera por los vidrios de la ventana.
Las tres en el arrabal rodeaban a un camello blanco,
que lloraba porque al alba
tenía que pasar sin remedio por el ojo de una aguja.
¡Oh cruz! ¡Oh clavos! ¡Oh espina!
¡Oh espina clavada en el hueso hasta que se oxíden los planetas!
Como nadie volvía la cabeza, el cielo pudo desnudarse.
Entonces se oyó la gran voz y los fariseos dijeron:
Esa maldita vaca tiene las tetas llenas de leche.
La muchedumbre cerraba las puertas
y la lluvia bajaba por las calles decidida a mojar el corazón
mientras la tarde se puso turbia de latidos y leñadores
y la oscura ciudad agonizaba bajo el martillo de los carpinteros.
Esa maldita vaca
tiene las tetas llenas de perdigones,
dijeron los fariseos.
Pero la sangre mojó sus pies y los espíritus inmundos
estrellaban ampollas de laguna sobre las paredes del templo.
Se supo el momento preciso de la salvación de nuestra vida.
Porque la luna lavó con agua
las quemaduras de los caballos
y no la niña viva que callaron en la arena.
Entonces salieron los fríos cantando sus canciones
y las ranas encendieron sus lumbres en la doble orilla del rio.
Esa maldita vaca, maldita, maldita, maldita
no nos dejará dormir, dijeron los fariseos,
y se alejaron a sus casas por el tumulto de la calle
dando empujones a los borrachos y escupiendo sal de los sacrificios
mientras la sangre los seguía con un balido de cordero.
Fue entonces
y la tierra despertó arrojando temblorosos ríos de polilla.

domingo, 26 de marzo de 2023

ELEGÍA DE MARZO. Poema de Silvia Angélica Montoto (1978).


ELEGÍA DE MARZO.
¡Elegía de marzo
sobre la piel de las uvas moradas..!
El aire huele a vino
y el tronco cansado de viñas,
la hembra que ha parido una esperanza.
Hay un río de brazos vendimieros
arrastrando racimos
hacia el océano azul de las tinajas,
y en la copa de vino amanecido,
brebaje del amor y del secreto,
el corazón del hombre se derrama.
Una canción rueda de boca en boca
y es apenas susurro
entre las sombras de las hojas malvas.
¡Elegía de marzo..!
¡Abanico de ámbar, la alborada!
POEMA DE SILVIA ANGÉLICA MONTOTO DE LAZZERI PUBLICADO EN 1978 VILLA REGINA AYER Y HOY" DE DIEGO LÓPEZ.
Se vuelve a publicar.


SILVIA ANGÉLICA MONTOTO DE LAZZERI  es una escritora patagónica que nació en Marquinchao, Línea Sur de la provincia de Río Negro. Se radicó en la adolescencia en  Ciudad de Villa Regina. 

Como dice ella:
¡Ojalá la vida fuese una vendimia!
¡Ojalá la vida fuera una cosecha!
Para los que desean leer otros poemas y cuentos de Silvia Montoto hacer click en etiquetas Silvia Angélica Montoto de Lazzeri y allí aparecerán publicaciones (entradas).

viernes, 24 de marzo de 2023

LA SANGRE DERRAMADA de Federico García Lorca.

¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.
¡Que no quiero verla!
La luna de par en par.
Caballo de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño
con sauces en las barreras.
¡Que no quiero verla!
Que mi recuerdo se quema.
¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!
¡Que no quiero verla!
La vaca del viejo mundo
pasaba su triste lengua
sobre un hocico de sangres
derramadas en la arena,
y los toros de Guisando,
casi muerte y casi piedra,
mugieron como dos siglos
hartos de pisar la tierra.
No.
¡Que no quiero verla!
Por las gradas sube Ignacio
con toda su muerte a cuestas.
Buscaba el amanecer,
y el amanecer no era.
Busca su perfil seguro,
y el sueño lo desorienta.
Buscaba su hermoso cuerpo
y encontró su sangre abierta.
¡No me digáis que la vea!
No quiero sentir el chorro
cada vez con menos fuerza;
ese chorro que ilumina
los tendidos y se vuelca
sobre la pana y el cuero
de muchedumbre sedienta.
¡Quién me grita que me asome!
¡No me digáis que la vea!
No se cerraron sus ojos
cuando vio los cuernos cerca,
pero las madres terribles
levantaron la cabeza.
Y a través de las ganaderías,
hubo un aire de voces secretas
que gritaban a toros celestes
mayorales de pálida niebla.
No hubo príncipe en Sevilla
que comparársele pueda,
ni espada como su espada
ni corazón tan de veras.
Como un río de leones
su maravillosa fuerza,
y como un torso de mármol
su dibujada prudencia.
Aire de Roma andaluza
le doraba la cabeza
donde su risa era un nardo
de sal y de inteligencia.
¡Qué gran torero en la plaza!
¡Qué buen serrano en la sierra!
¡Qué blando con las espigas!
¡Qué duro con las espuelas!
¡Qué tierno con el rocío!
¡Qué deslumbrante en la feria!
¡Qué tremendo con las últimas
banderillas de tiniebla!
Pero ya duerme sin fin. 
Ya los musgos y la hierba 
abren con dedos seguros 
la flor de su calavera. 
Y su sangre ya viene cantando: 
cantando por marismas y praderas, 
resbalando por cuernos ateridos, 
vacilando sin alma por la niebla, 
tropezando con miles de pezuñas 
como una larga, oscura, triste lengua, 
para formar un charco de agonía 
junto al Guadalquivir de las estrellas. 
¡Oh blanco muro de España! 
¡Oh negro toro de pena! 
¡Oh sangre dura de Ignacio! 
¡Oh ruiseñor de sus venas! 
No. 
¡Que no quiero verla! 
Que no hay cáliz que la contenga, 
que no hay golondrinas que se la beban, 
no hay escarcha de luz que la enfríe, 
no hay canto ni diluvio de azucenas, 
no hay cristal que la cubra de plata.
No. 

¡¡Yo no quiero verla!!

martes, 21 de marzo de 2023

ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA de Federico García Lorca.

ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA.
A Juan Guerrero,
Cónsul general de la Poesía
Los caballos negros son. 
Las herraduras son negras. 
Sobre las capas relucen 
manchas de tinta y de cera. 
Tienen, por eso no lloran, 
de plomo las calaveras. 
Con el alma de charol 
vienen por la carretera. 
Jorobados y nocturnos, 
por donde animan ordenan 
silencios de goma oscura 
y miedos de fina arena. 
Pasan, si quieren pasar, 
y ocultan en la cabeza 
una vaga astronomía 
de pistolas inconcretas.
                  
¡Oh ciudad de los gitanos! 
En las esquinas banderas. 
La luna y la calabaza 
con las guindas en conserva. 
¡Oh ciudad de los gitanos! 
¿Quién te vió y no te recuerda? 
Ciudad de dolor y almizcle, 
con las torres de canela.
                  
Cuando llegaba la noche, 
noche que noche nochera, 
los gitanos en sus fraguas 
forjaban soles y flechas. 
Un caballo malherido, 
llamaba a todas las puertas. 
Gallos de vidrio cantaban 
por Jerez de la Frontera. 
El viento, vuelve desnudo 
la esquina de la sorpresa, 
en la noche platinoche 
noche, que noche nochera.
                  
La Virgen y San José 
perdieron sus castañuelas, 
y buscan a los gitanos 
para ver si las encuentran. 
La Virgen viene vestida 
con un traje de alcaldesa, 
de papel de chocolate 
con los collares de almendras. 
San José mueve los brazos 
bajo una capa de seda. 
Detrás va Pedro Domecq 
con tres sultanes de Persia. 
La media luna, soñaba 
un éxtasis de cigüeña. 
Estandartes y faroles 
invaden las azoteas. 
Por los espejos sollozan 
bailarinas sin caderas. 
Agua y sombra, sombra y agua 
por Jerez de la Frontera.
                  
¡Oh ciudad de los gitanos! 
En las esquinas banderas. 
Apaga tus verdes luces 
que viene la benemérita. 
¡Oh ciudad de los gitanos! 
¿Quién te vio y no te recuerda? 
Dejadla lejos del mar, 
sin peines para sus crenchas.
          
Avanzan de dos en fondo 
a la ciudad de la fiesta. 
Un rumor de siemprevivas 
invade las cartucheras. 
Avanzan de dos en fondo. 
Doble nocturno de tela. 
El cielo, se les antoja, 
una vitrina de espuelas.
                  
La ciudad libre de miedo, 
multiplicaba sus puertas. 
Cuarenta guardias civiles 
entran a saco por ellas. 
Los relojes se pararon, 
y el coñac de las botellas 
se disfrazó de noviembre 
para no infundir sospechas. 
Un vuelo de gritos largos 
se levantó en las veletas. 
Los sables cortan las brisas 
que los cascos atropellan. 
Por las calles de penumbra 
huyen las gitanas viejas 
con los caballos dormidos 
y las orzas de monedas. 
Por las calles empinadas 
suben las capas siniestras, 
dejando detrás fugaces 
remolinos de tijeras. 
En el portal de Belén 
los gitanos se congregan. 
San José, lleno de heridas, 
amortaja a una doncella. 
Tercos fusiles agudos 
por toda la noche suenan. 
La Virgen cura a los niños 
con salivilla de estrella. 
Pero la Guardia Civil 
avanza sembrando hogueras, 
donde joven y desnuda 
la imaginación se quema. 
Rosa la de los Camborios, 
gime sentada en su puerta 
con sus dos pechos cortados 
puestos en una bandeja. 
Y otras muchachas corrían 
perseguidas por sus trenzas, 
en un aire donde estallan 
rosas de pólvora negra. 
Cuando todos los tejados 
eran surcos en la tierra, 
el alba meció sus hombros 
en largo perfil de piedra.
                  
¡Oh, ciudad de los gitanos! 
La Guardia Civil se aleja 
por un túnel de silencio 
mientras las llamas te cercan.
¡Oh, ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Que te busquen en mi frente.
juego de luna y arena.


Federico García Lorca (Fuente Vaqueros,​ Granada, 5 de junio de 1898-camino de Víznar a Alfacar, Granada, 18 de agosto de 1936)​. 

Misterios alrededor de Lorca.


La enorme figura del poeta y dramaturgo, 
que ya había traspasado fronteras, y su rápida ejecución 
han llenado de claroscuros un relato con demasiados narradores.

Por Virginia Hernández.
Federico García Lorca tenía 38 años cuando le mataron pero, transcurridos 75 años desde su asesinato, los misterios en torno a su fusilamiento podrían caber en varias vidas. La enorme figura del poeta y dramaturgo, que ya había traspasado fronteras, y su rápida ejecución han llenado de claroscuros un relato que ha tenido demasiados narradores. Tanto investigadores —el más conocido el hispanista Ian Gibson— como la multitud de testigos (y supuestos testigos) que mezclaron hechos ciertos con teorías y anécdotas con más de leyenda que de realidad.
Desenredar esa madeja es lo que se propuso Miguel Caballero, por cierto vecino de Fuentevaqueros: tratar de distinguir entre lo que ocurrió y la ficción creada alrededor para detallar los últimos momentos de la vida de Federico. Fruto de ello es el libro 'Las trece últimas horas en la vida de García Lorca', publicado por La Esfera de los Libros. Caballero tomó la obra del falangista Eduardo Molina Fajardo, el que fuera director del diario 'Patria', y trató de verificar de forma documental los cerca de 50 testimonios que él aportaba; muchos de ellos de conocedores de primera mano de la ejecución del escritor. Los legajos (expedientes de la Policía, la Guardia Civil o el Ministerio del Ejército, y periódicos de la zona) dan fiabilidad al menos a 10 de ellos. «Personas como el capitán Nestares (al cargo de la primera bandera de Falange en Granada), Martínez Bueso (subordinado de éste y testigo del fusilamiento) o Pedro Cuesta (custodió a Lorca) le iban dando datos en confianza a un camarada», explica este historiador, dedicado casi enteramente al autor de 'Poeta en Nueva York' y 'La casa de Bernarda Alba'.
Pero, ¿qué razones llevaron a esta muerte? Pues, según su investigación, fueron las rencillas familiares más que las ideologías; entre ellas esa casa siempre a oscuras en la que una madre sometía a autoridad férrea a sus cinco hijas: «Se demuestra la incidencia que tiene en la muerte de García Lorca la trama familiar. Van a detenerlo a casa de los Rosales tres personas: Ramón Ruiz Alonso (diputado de la CEDA y padre de Emma Penella y Terele Pávez), Federico Martín Lago (un maestro perteneciente a Falange), los dos con ganas de protagonismo, y Juan Luis Trescastros. Trescastros era familiar lejano del poeta y a la vez hombre de confianza de la familia Roldán, enemiga de los García Lorca», explica.
Los problemas con los Roldán y los Alba habían surgido a finales del siglo XIX, debido a la explotación de la remolacha azucarera en la Vega de Granada, un negocio con muchos intereses que comenzó al perder España las colonias de Cuba y Filipinas. «El padre de Lorca en esta época era muy mayor, había nacido en 1859. Así que van contra la joya de la familia, que también los ha agraviado con 'La casa de Bernarda Alba'. Está escrita en junio del 36 y supone una venganza literaria. Se une el odio al padre y al poeta. Realmente la obra es un falseamiento de la realidad, porque Bernarda Alba (que se llamaba como su personaje) no era la mujer déspota que él pinta. Y cuando baja del tren en Granada los cuchillos le esperan bien afilados».
El primer intento es en la huerta de San Vicente, donde tratan de prender al escritor. Allí irrumpen, el 9 de agosto (una semana antes de su detención), dos miembros de los Roldán (Miguel y Horacio). «Está documentado que dos días antes los hermanos se han reunido con el gobernador civil de Granada, Valdés Guzmán, en el pueblo de Asquerosa (actual Valderrubio), en lo que a todas luces fue una reunión para tratar de conseguir el plácet para molestar al escritor». El asunto hace que la familia de Lorca piense que el mejor lugar para protegerle es la casa de los hermanos Rosales. El escritor es amigo de Luis, también poeta, aunque varios años menor. «Pensaron que allí estaba seguro, los cinco hermanos eran falangistas y José, conocido como 'Pepiniqui', un puntal importante del partido en Granada. Nadie pensaba que alguien fuera tan osado de ir a la casa de 'Pepiniqui' a detener a García Lorca».
Pero lo fueron y, según los documentos de Caballero, el fusilamiento tuvo que ocurrir en la madrugada del 17 de agosto, sobre las cuatro, y no el día 19, la fecha oficial de la muerte: «Hay dos razones fundamentales. El día 18 el capitán Nestares fue destituido durante dos días de su mando, con lo que no pudo recibir a Lorca ese día. Después el hecho de que quien lo traslada, el teniente Martínez Fajardo, tuvo que salir el día 17 a las cinco de la mañana con una columna para la toma de un pueblo de Granada». Además, interesaba matarlo pronto. El padre de Lorca era rico, influyente y de derechas, y «dos o tres días después le hubieran sacado sin problema». Caballero pone nombre, además, a los seis que formaron el pelotón de fusilamiento: Mariano Ajenjo Moreno (el jefe), Antonio Benavides (perteneciente a los Alba y familiar lejano del escritor), Salvador Varo Leyva, Juan Jiménez Cascales, Fernando Correa Carrasco y Antonio Hernández Martín.
Junto a Lorca, otros tres reos: los anarquistas y banderilleros de la plaza granadina Francisco Galadí y Joaquín Arcoyas, y el profesor ateo Dióscoro Galindo. ¿Y dónde están los cadáveres? «Donde señaló Molina Fajardo con el testimonio de Nestares y su hijo. Éste le llevó al lugar donde se hizo la fotografía para su libro, y no donde Manolillo 'el Comunista' le dijo a Ian Gibson [lugar donde se trató de desenterrar la fosa en 2009]». Según su investigación, corroborada por el Colegio de Arqueólogos de Aragón, el lugar estaría a sólo 400 metros de donde se excavó, en una curva a la altura de un cortijo que se llamó 'Gazpacho' y fue rebautizado como 'Pepino'.
«El lugar está perfectamente delimitado y ahí no se han movido tierras: según el catrastro, ha sido una zona siempre de sierra, dedicada al pastoreo. Fue en esos pozos donde tiraron los cadáveres». ¿Y volverán las excavadoras a tratar de recuperar los restos del poeta? «A mí como investigador me gustaría que así fuera, pero la familia de Lorca se niega. Entiendo que legal y moralmente, ellos deben decidir». Y sus descendientes han dicho en varias ocasiones que prefieren que la fosa siga siendo su cementerio. Aunque, frente a ellos, los sucesores de Galindo y Galadí sí quieren recuperar los restos. El tiempo dirá si se desvelará el misterio. Uno más de la muerte de Lorca.
Año de publicación: 2011.

lunes, 20 de marzo de 2023

LA GUANCHA de PEDRO GARCÍA CABRERA.

 
LA GUANCHA
a Esteban Dorta González

Ante El Pinalete estoy
mirando correr el agua.
Llega alegre porque ha roto
con su oscuridad de esclava
dejando atrás para siempre
la prisión de la montaña.
vino a luz como los niños,
desnuda de cuerpo y alma,
sin que tuviera al nacer
prenda que echarse a la espalda.
Mucho tiempo estuvo inmóvil,
muerta al espejo su cara,
recluida en el sepulcro
del corazón de las lavas.
No fue fácil desasirse
del vientre que la engendrara.
Noches como soledades,
demonios de luengas garras,
diques de diente de perro,
la tenían sojuzgada.
Y a quienes debes tu canto
voy a decirte en voz alta.
Hombres con rostro y familia,
hombres que visten y calzan,
riesgos, hambres y laderas
en busca tuya horadaban.
Sonrisas de la destreza,
hondos brazos, manos claras,
los salarios de sus penas
eran de sed y esperanza.
Por eso las galerías
—boa a oscuras, vena a gatas,
creyones de húmeda muerte—
imagen y semejanza
son de aquellos que caminan
para dar cielo a sus ansias
y ver si en su vida estéril
por fin amanece el agua.
Pero a veces quedan dentro,
hechos ya noche cerrada,
sin que puedan en sus ojos
nacer las luces del alba.
El agua que ahora miro
son sus piernas amputadas,
los brazos que no volvieron
a descansar en su casa,
y tu mundo de rumores
muñones de sangre blanca.
Para que tú seas libre
siguen manando las lágrimas
de recuerdos que barrenan
sin pólvora las entrañas.
Y ante El Pinalete estoy
mirando correr el agua,
todo su cuerpo canción
y toda sollozo el alma.

Pedro García Cabrera (Vallehermoso, La Gomera, 19 de agosto de 1905 - Santa Cruz de Tenerife, 20 de marzo de 1981) fue un poeta y periodista español.

sábado, 18 de marzo de 2023

Tal vez no sepas nunca cuándo y cómo... Julia Priluzky Farny.

Tal vez no sepas nunca cuándo y cómo
quise salvar mi amor, tu amor. El nuestro.
Una vez será tarde.
Yo presiento
esa herida que avanza,
ese cierto dolor de no querernos.
Cómo decirte ahora:
mírame aún, así, trata de verme
como soy, duramente.
Con mi ternura. Claro, y mis tormentas.
Cómo decirte: sálvalo, si quieres
y cuídalo. Se te ha ido de las manos,
se me va de la sangre y no regresa.
Cómo decirte que te quiero menos
y que quiero quererte como entonces.
Y que entiendas
y no te encierres más.
Y me dejes creer en ti, de nuevo.
Cómo decirte nada.
Un día será tarde. Tarde y lejos.

martes, 14 de marzo de 2023

Un poema de Carlos Basabe.

 


Me gusta el silencio de la noche

porque me habla y me responde susurrando

nos contamos los placeres de la vida

y algún que otro problema cada tanto

Me dice que en su mundo hay un arroyo

que eternamente entre las piedras salta

y un viento viajero de esperanzas

que entre los matorrales canta

Nunca estamos conformes con la vida

quisiera ser la noche y el arroyo

templar de nuevo mi guitarra criolla

para cantarle a la vida que ya añoro.

viernes, 10 de marzo de 2023

Diez décimas de saludo al Pueblo Argentino (fragmento) de Alfredo Zitarrosa.

Pero entre todos el ruin
Es el que trajo al ladrón;
Ese no tiene perdón:
Si protegen sus ganancias,
La decencia y la ignorancia
Del pueblo, son sus amores;
No encuentra causas mejores
Para comprarse otra estancia.
Ese sí, no es oriental,
Ni gringo, ni brasilero;
Su pasión es el dinero
Porque es multinacional.
MENTIROSO UNIVERSAL
Desde que vino Hernandarias,
Piensa en sus cuentas bancarias
Ponderando a los poetas
Que hacen con torpes recetas
Canciones estrafalarias.
Así pues, no habrá camino
Que no recorramos juntos.
Tratamos el mismo asunto
Orientales y argentinos,
Ecuatorianos, fueguinos,
Venezolanos, cuzqueños;
Blancos, negros y trigueños
Forjados en el trabajo,
Nacimos de un mismo gajo
Del árbol de nuestros sueños.
Y ahora reciban, señores,
Un saludo fraternal;
Dice mi pueblo oriental:
Ya vendrán tiempos mejores.
Cifra de nuestros amores
Poncho patria en el espanto
De mi pueblo y sus quebrantos
No les puedo conversar,
Solo les quise entregar
Su corazón con mi canto.


Alfredo Zitarrosa nacido en los pagos de Montevideo el 10 de marzo de 1936 fue un canta-autor considerado una de las figuras más destacadas de la música popular no solo de su Uruguay su país querido y de toda Hispanoamérica, de la América Morena –como la llamaba-.
Alfredo Zitarrosa era su nombre artístico.  Zitarrosa era el apellido del luego esposo de su madre.
Era hijo de Jesusa Blanca Nieve Iribarne nació en Montevideo el 10 de marzo de 1936 y fue anotado Alfredo Iribarne de padre desconocido…
A poco de nacer, en circunstancias especiales, su madre lo dio a criar al matrimonio compuesto por Carlos Durán, hombre de varios oficios, y Doraisella Carbajal, por ese entonces empleada en el Consejo del Niño, pasando a ser Alfredo Pocho Durán, viviendo con ellos en diversos barrios de esa ciudad, trasladándose luego, entre 1944 y fines de 1947, al pueblo de Santiago Vázquez, con frecuentes visitas a la campaña cerca de Trinidad, capital del departamento de Flores, de donde era oriunda su madre adoptiva. Se ha señalado que esta experiencia infantil lo marcó para siempre, notándose en su repertorio la inclusión mayoritaria de ritmos y canciones de origen campesino, fundamentalmente milongas.
Regresó con su familia adoptiva, por breve tiempo, a Montevideo, para luego pasar a vivir, al comienzo de su adolescencia, con su madre biológica y el esposo de esta, quien a la postre le diera su apellido, el argentino Alfredo Nicolás Zitarrosa.
Del matrimonio Zitarrosa-Iribarne nace la única hermana de Alfredo Zitarrosa, Cristina Zitarrosa.
En sus últimas creaciones como “Pájaro rival”  tiene una intuición premonitoria de su muerte próxima, ocurrida poco después de finalizar la grabación y que fuera editado póstumamente en 1989.

Por sanar de una herida
he gastado mi vida
pero igual la viví
y he llegado hasta aquí.

Por morir, por vivir,
porque la muerte es más fuerte que yo
canté y viví en cada copla
sangrada querida cantada
nacida y me fui...

Falleció a los 53 años en la madrugada del martes 17 de enero de 1.989, a causa de una peritonitis derivada de un infarto mesentérico.

“Hago falta.  Yo siento que la vida se agita nerviosa si no comparezco,  si no estoy. Siento que hay un sitio para mí en la fila,  que se ve ese vacío, que hay una respiración que falta,  que defraudo una espera...”  (Alfredo Zitarrosa).

jueves, 9 de marzo de 2023

Despierta de Ismael Serrano.


Despierta
de Ismael Serrano.

Sin querer, llegará abril pero oscuro y sin claveles
y tú mirarás los días como quien mira la nieve
caer sobre la ciudad, alunada y siempre hambrienta
y la crisis va llenando de dormidos las cunetas.
Y tú hibernando, ausente, exhausto y sin latido,
vencido por el miedo y la luz de los mercados,
cansado ya, quizá de estar perdido. Perdido.

Cuando el trabajo te escupa cual carozo de cereza
rodarás pendiente abajo. No quedará quien proteja
a la virgen del dragón. Cuando suenen las alarmas
la marea habrá subido acorralándote en la cama.
Despertarás entonces, desarmado y cautivo.
Y como quien regresa a la casa en que fue niño
todo parecerá más pequeño, más oscuro:
el horizonte, la llama y el futuro.
Y entonces dime qué harás.

Despierta,
ya verás, que te están esperando,
paciendo en el portal una reata de pegasos
para cruzar el cielo tras la estrella del vencido
y hacerse las preguntas que exigen estar aún vivo.

Despierta,
has de pintar nuevas constelaciones
para que navegantes extraviados en la noche
encuentren el camino que les acerca al mañana
en el que Prometeo burla al dios y trae la llama.

Que el destino no parió la miseria en la que duermes,
nació de las voluntades de mil hombres y mujeres,
que nada está escrito para siempre.
Despierta.

El invierno llegará, arañándote la espalda,
mirarás el telediario como quien lee un telegrama
que trae pésames y flores. Mientras mascas los silencios
te robarán la memoria nigromantes y usureros.
Aquellos que ahora bailan celebrando la hoguera,
en que arde tu futuro, herido de hipotecas,
de dulce mansedumbre, narcótica ceguera,
herido y desangrado, el futuro aún espera.

Despierta,
ya verás, que te están esperando,
paciendo en el portal una reata de pegasos
para cruzar el cielo tras la estrella del vencido
y hacerse las preguntas que exigen estar aún vivo.

Despierta,
has de pintar nuevas constelaciones
para que navegantes extraviados en la noche
encuentren el camino que les acerca al mañana
en el que Prometeo burla al dios y trae la llama.

Que el destino no parió la miseria en la que duermes,
nació de las voluntades de mil hombres y mujeres,
que nada está escrito para siempre.
Despierta. Despierta. Despierta. Despierta.

miércoles, 8 de marzo de 2023

Mujeres de Dámaso Alonso y Fernández.

Mujeres
de Dámaso Alonso y Fernández.


Oh, blancura. ¿Quién puso en nuestras vidas 

de frenéticas bestias abismales 
este claror de luces siderales, 
estas nieves, con sueño enardecidas?


Oh dulces bestezuelas perseguidas. 

Oh terso roce. Oh signos cenitales. 
Oh músicas. Oh llamas. Oh cristales. 
Oh velas altas, de la mar surgidas.


Ay, tímidos fulgores, orto puro, 

quién os trajo a este pecho de hombre duro, 
a este negro fragor de odio y olvido?


Dulces espectros, nubes, flores vanas... 

¡Oh tiernas sombras, vagamente humanas,
tristes mujeres, de aire o de gemido!

domingo, 5 de marzo de 2023

REQUIEM de Leopoldo María Panero.-

REQUIEM 
de Leopoldo María Panero.
Yo soy un hombre muerto al que llaman Pertur.
En la cena de los hombres quién sabe si mi nombre
algo aún será: ceniza en la mesa
o alimento para el vino.
Los bárbaros no miran a los ojos cuando hablan.
Como una mujer al fondo del recuerdo
yo soy un hombre muerto al que llaman Pertur.
Leopoldo María Panero Blanc (Madrid, 16 de junio de 1948 – Las Palmas de Gran Canaria, 5 de marzo de 2014)​ fue un poeta español.
Su militancia antifranquista constituyó el primero de sus grandes desastres y le valió su primera estancia en prisión. Tuvo una formación humanista, estudió Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid y Filología francesa en la Universidad de Barcelona. 

sábado, 4 de marzo de 2023

A Francisco de Leopoldo María Panero

A Francisco

de Leopoldo María Panero.
Suave como el peligro atravesaste un día
con tu mano imposible la frágil medianoche
y tu mano valía mi vida, y muchas vidas
y tus labios casi mudos decían lo que era el pensamiento.
Pasé una noche a ti pegado como a un árbol de vida
porque eras suave como el peligro,
como el peligro de vivir de nuevo.