martes, 30 de diciembre de 2014

Pueblero de allá ité de Pocho Roch - chamamé -

Imagen: www.corrientes.com.ar

De allá ité
Donde la noche poriajú no tiene pena

Donde se enciende un chamamé por cada estrella
Pueblero de allá ité


De allá ité

Calles de tierra tacuaral y enredadera
Los cunumí juegan la chanta en la vereda 
Pueblero de allá ité



De allá ité

donde mi infancia iba aprendiendo de tu gente
su sencillez y el saludo igual de siempre
pueblero de allá ité


De allá ité

Donde la tarde se recuesta en los palmares
Para morirse acá jatá y naranjalera
Descalza en el arenal


De allá ité

Donde el invierno tiene un frío de lapacho
Caú el verano se retuerce de espinillos
De cañas y de sapucay.

domingo, 28 de diciembre de 2014

El cachapecero de Ramón Ayala.

El cachapecero 
de Ramón Ayala.

Algo se mueve en el fondo
del Chaco Boreal
sombras de bueyes y carro
buscando el confín,
lenta mortaja de luna
sobre el cachapé;
muerto el gigante del monte
en su viaje final.
¡Vamos... Tigre... Toro...
Chispa... Guampa...!

Y va encendiendo la floresta
el chicotazo al estallar
y es una música crujiente
por la agreste soledad.
Camino y carro van marchando
y al rodar van despertando
en el hombre
todo un mundo de ilusión.

Cuelga una víbora enroscada
por el techo vegetal
en el peligro del pantano
las pezuñas en tropel
y un túnel verde va llevando
dos pupilas encendidas
sobre el tronco de la vida
rumbo al sol...
¡Vamos... Tigre... Toro...
Chispa... Guampa...!

RAMONA GALARZA - EL CACHAPECERO CHAMAMÉ.

sábado, 27 de diciembre de 2014

El cosechero - Ramón Ayala.

El cosechero - Ramón Ayala.

El viejo río que va
Cruzando el amanecer
Como un gran camalotal
Lleva la balsa en su loco vaivén

Rumbo a la cosecha, cosechero yo seré
Y entre copos blancos mi esperanza cantaré
Con manos curtidas dejaré en el algodón
Mi corazón

La tierra del chaco quebrachera y montaraz
Prenderá en mi sangre con un ronco sapucay
Y será en el surco mi sombrero bajo el sol
Faro de luz

Algodón que se va, que se va, que se va
Plata blanda mojada de luna y sudor
Un ranchito borracho de sueños y amor
Quiero yo

De Corrientes vengo yo
Barranquera ya se ve
Y en la costa un acordeón
Gimiendo va su lento chamamé.

viernes, 26 de diciembre de 2014

POEMAS RELIGIOSOS: Cántico espiritual. Canciones entre el alma y el esposo. San Juan de la Cruz (1549-1591).

Cántico espiritual. Canciones entre el alma y el esposo.

Esposa:

  ¿Adónde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti, clamando, y eras ido.           

  Pastores, los que fuerdes
allá, por las majadas, al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.           

  Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.            


  ¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del amado!
¡Oh prado de verduras,
de flores esmaltado,
decid si por vosotros ha pasado!            


  Mil gracias derramando,
pasó por estos sotos con presura,
y yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.              

Esposa:

  ¡Ay, quién podrá sanarme!
Acaba de entregarte ya de vero;
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero,
que no saben decirme lo que quiero.           

  Y todos cantos vagan,
de ti me van mil gracias refiriendo.
Y todos más me llagan,
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.          
  Mas ¿cómo perseveras,
oh vida, no viviendo donde vives,
y haciendo, porque mueras,
las flechas que recibes,
de lo que del amado en ti concibes?          

  ¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste,
y no tomas el robo que robaste?               

  Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos,
y véante mis ojos,
pues eres lumbre dellos,
y sólo para ti quiero tenellos.               

  ¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados,
formases de repente
los ojos deseados,
que tengo en mis entrañas dibujados!          

  ¡Apártalos, amado,
que voy de vuelo!

Esposo:

                   Vuélvete, paloma,
que el ciervo vulnerado
por el otero asoma,
al aire de tu vuelo, y fresco toma.         
Esposa:

  ¡Mi amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos;               

  la noche sosegada,
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora;                 


  nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
de paz edificado,
de mil escudos de oro coronado!               


  A zaga de tu huella,
las jóvenes discurran al camino;
al toque de centella,
al adobado vino,
emisiones de bálsamo divino.                  


  En la interior bodega
de mi amado bebí, y cuando salía,
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía
y el ganado perdí que antes seguía.           


  Allí me dio su pecho,
allí me enseñó ciencia muy sabrosa,
y yo le di de hecho
a mí, sin dejar cosa;
allí le prometí de ser su esposa.             


  Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal, en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio.         

  Pues ya si en el ejido
de hoy más no fuere vista ni hallada,
diréis que me he perdido;
que andando enamorada,
me hice perdidiza, y fui ganada.              


  De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas
en tu amor florecidas,
y en un cabello mío entretejidas:             


  en sólo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste;
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.             


  Cuando tú me mirabas,
tu gracia en mí tus ojos imprimían;
por eso me adamabas,
y en eso merecían
los míos adorar lo que en ti vían.            


  No quieras despreciarme,
que si color moreno en mí hallaste,
ya bien puedes mirarme,
después que me miraste,
que gracia y hermosura en mí dejaste.         


  Cogednos las raposas,
que está ya florecida nuestra viña,
en tanto que de rosas
hacemos una piña,
y no parezca nadie en la montiña.             


  Deténte, cierzo muerto;
ven, austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacerá el amado entre las flores.           


Esposo:

  Entrado se ha la esposa
en el ameno huerto deseado,
y a su sabor reposa,
el cuello reclinado
sobres los dulces brazos del amado.           


  Debajo del manzano,
allí conmigo fuiste desposada,
allí te di al mano,
y fuiste reparada
donde tu madre fuera violada.                 


  O vos, aves ligeras,
leones, ciervos, gamos saltadores,
montes, valles, riberas,
aguas, aires, ardores
y miedos de las noches veladores,             


  por las amenas liras
y canto de serenas os conjuro
que cesen vuestras iras
y no toquéis al muro,
porque la esposa duerma más seguro.           


Esposa:

  Oh ninfas de Judea,
en tanto que en las flores y rosales
el ámbar perfumea,
morá en los arrabales,
y no queráis tocar nuestros umbrales.         


  Escóndete, carillo,
y mira con tu haz a las montañas,
y no quieras decillo;
mas mira las compañas
de la que va por ínsulas extrañas.            

Esposo:

  La blanca palomica
al arca con el ramo se ha tornado,
y ya la tortolica
al socio deseado
en las riberas verdes ha hallado.             

  En soledad vivía,
y en soledad he puesto ya su nido,
y en soledad la guía
a solas su queri
también en soledad de amor herido.            

Esposa:

  Gocémonos, amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte o al collado
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura.          

  Y luego a las subidas
cavernas de la piedra nos iremos,
que están bien escondidas,
y allí nos entraremos,
y el mosto de granadas gustaremos.            

  Allí me mostrarías
aquello que mi alma pretendía,
y luego me darías
allí tú, vida mía,
aquello que me diste el otro día:             

  el aspirar del aire,
el canto de la dulce filomena,
el soto y su donaire,
en la noche serena
con llama que consume y no da pena;          

  que nadie lo miraba,
Aminadab tampoco parecía,
y el cerco sosegaba,
y la caballería
a vista de las aguas descendía.               

Juan de Yépez, en el mundo, en religión Juan de la Cruz, nació en Ontiveros, Castilla la Vieja, en 1542.

Ingresó en la orden de carmelitas, y trabó gran amistad con Santa Teresa de Jesús, de acuerdo con la cual resolvió reformar la orden a que pertenecían, que se hallaba harto relajada.

A este efecto resolvió fundar en Manresa un convento reformado, que fue el primero de carmelitas descalzos que existía, pues de acuerdo con la austeridad por que su vida se había distinguido, su reforma se inclinaba de este lado, para hacer la orden menos mundanal. A pesar de la oposición de los principales de su orden, el papa Pío V aprobó su reforma, que luego fue confirmada por Gregorio XIII, en 1580.

A pesar de este triunfo fue perseguido por los antiguos carmelitas, y durante nueve meses estuvo preso en Toledo bajo la acusación de fugitivo de la orden y apóstata. Pero intervino Santa Teresa, y con las poderosas relaciones que tenía, entre ellas la duquesa de Alba, logró hacerle poner libertad.

Entonces comenzó con más ardor su campaña reformadora, lo que le llevó al triunfo, pues en 1585 fue nombrado provincial de su orden para Andalucía, cargo que no dejó sino para ocupar otros más elevados.


Pero sus amarguras no habían acabado: en 1591 hubo de elevarse contra sus superiores, que deseaban abandonar de nuevo la reforma, y por ello fue detenido y encerrado en el convento de Peñuela (Sierra Morena), donde compuso sus principales obras, hasta que se retiró a Úbeda, donde murió el mismo año. Fue canonizado en 1726, por el papa Benito XIII.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

El nacimiento de Félix Luna (letra) y Ariel Ramírez (música).


Noche anunciada, noche de amor,
Dios ha nacido, pétalo y flor,
todo es silencio y serenidad,
paz a los hombres, es Navidad.

En el pesebre mi Redentor
es mensajero de paz y amor,
cuando sonríe se hace la luz
y en sus bracitos crece una cruz.

Ángeles canten sobre el portal,
Dios ha nacido, es Navidad.

Esta es la noche que prometió
Dios a los hombres y ya llegó,
es Nochebuena, no hay que dormir,
Dios ha nacido, Dios está aquí.


Dice Wikipedia: La Misa criolla es una obra musical para solistas, coro y orquesta, de naturaleza religiosa y folclórica, creada por el músico argentino Ariel Ramírez (1921-2010). Los textos litúrgicos fueron traducidos y adaptados por los sacerdotes Antonio Osvaldo Catena, Alejandro Mayol y Jesús Gabriel Segade. La obra está dedicada a dos monjas alemanas, Elisabeth y Regina Brückner, quienes ayudaron con alimentos a los prisioneros de un campo de concentración durante el nazismo.
Simultáneamente con la Misa criolla, Ariel Ramírez compuso Navidad nuestra, con letra del poeta e historiador Félix Luna, e incluida como lado B del álbum. Ambas obras están relacionadas y en algunas oportunidades puede producirse la confusión de considerar que Navidad nuestra ―o algunos de sus temas― integran la Misa criolla.
El álbum fue galardonado con discos de oro y platino. Fue ingresado en el catálogo del Vaticano, donde también fue presentada bajo el pontificado del papa Pablo VI, como “obra de importancia religiosa universal”.


martes, 23 de diciembre de 2014

Fangal - Tango de Enrique Santos Discépolo.

Fangal 
de 
Enrique Santos Discépolo.

Yo la vi que se venía en falsa escuadra,
se ladeaba, ¡se ladeaba por el borde del fangal!..
¡Pobre mina que nació en un conventillo
con los pisos de ladrillos, el aljibe y el parral!
Alguien tiró la banana que ella pisó sin querer
y justito, cuando vi que se venía ya decúbito dorsal,
¡me la agarré!...

Fui un gil
porque creí que allí inventé el honor,
un gil
que alzó un tomate y lo creyó una flor;
y sigo gil
cuando presumo que salvé el amor,
ya que ella fue
¡quien a trompadas me rompió las penas!...
Ya ven,
volví a la mugre de vivir tirao,
¡caray,
si al menos me engrupiera de que la he salvao!...

(Esto dijo el "cusifai" mientras la "cosa"
retozaba, retozaba ya perdida en el fangal,
y él tomaba una ginebra desastrosa
entre curdas y malandras en la mesa de aquel bar...).
Si alguien tiró la banana, él, que era un gil, la empujó
y justito cuando vio que se venía ya decúbito dorsal,
¡se le prendió!...

Letra: Enrique Santos Discépolo / Homero Expósito y música: Enrique Santos Discépolo / Virgilio Expósito.

Enrique Santos Discépolo confiaba mucho en las personas y se le secaron las pilas de los timbres y con Fangal ese poema decía: “Fui un gil/ porque creí que allí inventé el amor/ un gil/ que alzó un tomate y lo creyó una flor”. Tania, su mujer, dijo que en los últimos años estaba muy cansado y se angustiaba mucho por el asunto de las charlas que daba por radio durante el gobierno de Perón (las de Mordisquito).
Falleció de repente, un 23 de diciembre de 1951 a las diez de la noche, sentado en un sillón mirando por la ventana que daba a Callao.
El 23 de diciembre de 1951 falleció Enrique Santos Discepolo de un síncope al corazón aunque Tania, su compañera, dijera que fue de honda tristeza…
“En la madrugada siguiente, en su velorio, “irrumpen en el salón mortuorio más de veinte mujeres. La figura de todas permite la inmediata filiación: son “bailarinas” de cabaret que se han puesto de acuerdo para rendir homenaje a Discépolo y han obligado a cerrar los locales en los que trabajan” (“Compañeros: perfiles de la Militancia Peronista, Pablo J. Hernández, Ed. Biblos).
Uno de los últimos tangos “Fangal” tampoco fue un gran éxito y fue incomprendido.

Tania vuelve del teatro y cuenta que poco la habían aprobado y el contesta: “No te hagas problemas, ahora no lo entienden, lo que pasa es este tango lo escribí mañana” y algo parecido le pasó a Horacio Ferrer con su “Balada para un loco” con música del innovador Astor Piazzolla que el día del estreno lo mitad aplaudía y la otra silbaba.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Preludio para el año 3001 de Horacio Ferrer.


Preludio para el año 3001 de Horacio Ferrer.

Renaceré en Buenos Aires en otra tarde de Junio,
con estas ganas tremendas de querer y de vivir.
Renaceré fatalmente, será el año tres mil uno
y habrá un domingo de otoño por la plaza San Martín.

Le ladrarán a mi sombra los perritos vagabundos,
con mi modesto equipaje llegaré del Más Allá,
y arrodillado en mi Río de la Plata lindo y sucio,
me amasaré otro incansable corazón de barro y sal.

Y vendrán tres lustrabotas, tres payasos y tres brujos,
mis inmortales compinches gritándome "¡Fuerza, che,
nacé, nacé, dale pibe, metéle hermano, que es duro,
pero muy bueno el oficio de morir y renacer!"

Renaceré, renaceré, renaceré,
y una gran voz extraterrestre me dará
la fuerza antigua y dolorosa de la Fe,
para volver, para creer, para luchar.

Tendré un clavel de otro planeta en el ojal,
porque si nadie ha renacido, ¡yo podré!
Mi Buenos Aires siglo treinta y uno, ya verás:
renaceré, renaceré, ¡renaceré!

Renaceré de las cosas que he querido mucho, mucho,
cuando los dioses digan bajito "Volvió..."
Yo besaré la memoria de tus ojos taciturnos,
para seguirte el poema que a medio hacer me quedó.

Renaceré de las frutas de un mercado con laburo,
y de la mugre serena de un romántico café,
de un sideral subterráneo Plaza de Mayo a Saturno
y de una bronca de obreros por el sur renaceré.

Pero verás que renazco en el año tres mil uno,
y con muchachos y chicas que no han sido y que serán,
bendeciremos la tierra, tierra nuestra, y te lo juro
que a Buenos Aires de nuevo nos pondremos a fundar.

Renaceré, renaceré, renaceré,
y una gran voz extraterrestre me dará
la fuerza antigua y dolorosa de la Fe,
para volver, para crecer, para luchar.

Traeré un clavel de otro planeta en el ojal,
porque si nadie ha renacido ¡yo podré!
Ciudad del siglo treinta y uno, ya verás:
renaceré, renaceré, ¡renaceré!

domingo, 21 de diciembre de 2014

CASI GRINGO por LUIS LANDRISCINA.


Yo soy del Chaco argentino, 
nacido en esta región
soy tan hijo de esta tierra,
que me siento emparentado
al quebracho colorado
y al capullo de algodón.

En mis venas corre sangre
de la Italia forjadora,
de la estirpe labradora
que en mi patria se afincó.

Fueron gringos mis dos padres
y también mis dos hermanos
que desde suelo italiano,
con la América soñaron.
Aquel sueño y el destino,
los empujaron un día
a dejar toda una vida
por otra, tal vez mejor
y en un buque se embarcó
con lágrimas mi familia,
porque allá dejaron todo
con sus penas y alegría:
a la patria, a sus amigos,
a sus padres, a la villa,
a los sueños de la infancia,
que eran carne de ilusión.

Más sus pupilas mojadas
con llantos de mil ausencias
se secaron de esperanza
al ver esta noble tierra
que esperándolos estaba
para borrar con su sol,
las noches de tantas guerras;
que esperaba para darles
un arado y una reja,
trigo de paz para el pan
y un rancho para querencia.

Así llegaron al Chaco,
mis hermanos y mis padres
plantando una humilde chacra,
rodeada de quebrachales
pagando en sudor de sangre
sus blancos algodonales
y olvidando con trabajo,
la noche de sus pesares.


Luego, Dios, que nunca olvida,
premió el sufrir de mi madre
con un puñado de hijos,
tan rubios como trigales
y trigueños color sombra
de adentro de los obrajes.
Entre ellos, llegaba yo
a ver la luz de este Chaco,
a escuchar sin comprender
los mil murmullos del campo
a gastarme las rodillas,
gateando por todo el rancho
y prenderme de mi madre,
para dormirme mamando.

Yo ni contaba dos años,
cuando mi madre partiera
para dar vida a otro hermano.
Ya nunca la volví a ver,
ya nunca estuvo en el rancho,
solo volvió mi familia,
todos de negro y llorando
y mi hermana la mayor,
mientras me alzaba en sus brazos
trató de hacerme entender,
que mi madre no estaría
nunca jamàs en el rancho....
porque Dios la habìa llamado
para tenerla a su lado.-

La chacra quedó en silencio,
todos hablaban despacio
y yo recorría el patio
siempre buscando y buscando;
màs un dìa se quebrò
el silencio con un llanto
que brotaba de la cuna
hecha de rustico palo:
hacia adentro fui corriendo,
los ojos grandes mirando,
y asomado a la cunita,
he visto de cerca el llanto....

Era un trueque del destino,
mi madre por un hermano:
así terminó su vida,
dejando otra vida en cambio,
y se internó tierra adentro
por sujetarnos al Chaco:
porque si yo tengo sangre
de esa gringa de otros pagos,
también la tiene la sombra
profunda de los quebrachos.

Y si sus huesos y carnes
viven en mi ser andando
también viven en la tierra
de una tumba de este pago
y están abonando el suelo,
caliente de nuestro Chaco.

Por eso es que yo me siento
emparentado a esta tierra;
por eso es que yo teniendo
tanta sangre de italiano
me siento tan argentino,
tan chaqueño y tan hermano
de las chacras, de los montes,
de los indios mocovíes,
de los tobas y matacos,
razas todas que en la selva
de entre los cardos brotaron
como fruto de esta tierra
donde mi madre ha quedado.

Todo tiene algo que ver
con mi sangre y su pasado...
Por eso, aunque casi gringo,
lo quiero tanto a mi Chaco.


Don Luis Landriscina es  nombre artístico de Luigi Landriscina hijo de inmigrantes italianos Luigi Landriscina, albañil, y Filomena Curci, ambos de Trinitapoli, Foggia en el sur de Italia,  fue séptimo de un total de ocho hermanos  nacido en Colonia Baranda,  provincia de Chaco el  19 de diciembre de 1935.
Luis Landriscina perdió a su madre a los 20 o 22 meses de edad, es criado en un ambiente rural por sus padrinos, Margarita Martínez y Santiago Rodríguez.
Cursa la escuela primaria en Villa Ángela y Resistencia donde se destacó como narrador desde pequeño en las fiestas escolares.
Es un relator de las historias populares sobre todo de los pobladores del interior, de la Argentina profunda y costumbristas provincianas, siempre con una pincelada de un buen humor sin caer en lo ordinario y la utilización de las consideradas malas palabras para despertar sonrisas. Su estilo es según sus palabras “de los que no tienen apuro para hacer reír porque yo narro, y siempre he dicho que el cuento es como un viaje: si el viaje no es entretenido, el pueblo adónde vas queda lejos”.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Chaco - Luis Landriscina.

Chaco, provincia pujante
en la vida de la Patria,
tierra que antaño fuera
rugir de tigres y hachas,
de gentes que por poblar
morían a punta de lanza,
porque el malón no perdona :
su defensa es la matanza.

Tierra de selvas tupidas
y también de extensas pampas,
de chacras entre los montes,
de mucho tiempo sin agua,
de cañadas y de esteros,
de bichos de toda laya,
de las mangas de langostas
matadoras de esperanzas.

Tierra de surcos rebeldes
que a veces no devolvían
lo que el hombre les prestaba,
de obrajes con jornaleros
que vuelcan su alma en el hacha.
Sus vidas son de los montes,
de las miserias y farras.

Pero al telón de ese Chaco
el tiempo lo va cerrando,
y donde el tigre rugía
hoy hay tractores arando.
Se acabaron los malones,
las tribus se han vuelto mansas,
y están chuceando la tierra
con rejas en vez de lanzas.

Ramillete de indios fuertes
de melancólicas razas,
son también hijos del monte,
simbólicos como el hacha.
Y no es de menos valor
el gringo de tierra extraña
que se metió en nuestros montes
y luchó en pos de sus ansias.
Tuvo que afrontar mil contras,
ahuyentar penas que matan,
y en la lucha por la vida
aprendió a querer mi Patria.

Ese puñado de cosas,
más voluntad y esperanza,
fueron levantando el Chaco
al nivel de sus hermanas.
Hoy sigue golpeando el hacha
y la reja no descansa.
Por eso los pueblos brotan
como por arte de magia,
los caminos se hacen anchos,
se va agrandando la Patria,
y el algodón de las chacras
va curando las heridas
de los quebrachos que sangran.

Chaco, provincia querida
que al progreso se encamina,
hoy, hoy abraza a sus hermanas
de esta mi tierra argentina.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Soneto - Luis Alposta.


UN SONETO

Un soneto me pide el amor propio
y en mi vida me he visto en tal apuro.
Si cuatro versos ya me dan laburo,
antes de los catorce será un opio.

De las formas no quiero ser esclavo.
Además, sobre el tema ya se ha escrito.
En el séptimo verso lo medito
y no sé si plantarme en el octavo.

¿Seguir o no seguir? Esa es mi duda.
Pues la cosa se me hace peliaguda
al tratarse de historia tan junada.

Pero ya falta poco, y lo importante,
es ahora encontrar la consonante
y dar esta cuestión por terminada.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Envejecer - Silvina Ocampo.

Envejecer también es cruzar un mar de humillaciones cada día;
es mirar a la víctima de lejos, con una perspectiva
que en lugar de disminuir los detalles los agranda.
Envejecer es no poder olvidar lo que se olvida.
Envejecer transforma a una víctima en victimario.

Siempre pensé que las edades son todas crueles,
y que se compensan o tendrían que compensarse
las unas con las otras. ¿De qué me sirvió pensar de este modo?
Espero una revelación. ¿Por qué será que un árbol
embellece envejeciendo? Y un hombre espera redimirse
sólo con los despojos de la juventud.

Nunca pensé que envejecer fuera el más arduo de los ejercicios,
una suerte de acrobacia que es un peligro para el corazón.
Todo disfraz repugna al que lo lleva. La vejez
es un disfraz con aditamentos inútiles.
Si los viejos parecen disfrazados, los niños también.
Esas edades carecen de naturalidad. Nadie acepta
ser viejo porque nadie sabe serlo,
como un árbol o como una piedra preciosa.

Soñaba con ser vieja para tener tiempo para muchas cosas.
No quería ser joven, porque perdía el tiempo en amar solamente.
Ahora pierdo más tiempo que nunca en amar,
porque todo lo que hago lo hago doblemente.
El tiempo transcurrido nos arrincona; nos parece
que lo que quedó atrás tiene más realidad
para reducir el presente a un interesante precipicio.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Biografía de Gabriel Celaya.

Biografía de Gabriel Celaya.

No cojas la cuchara con la mano izquierda.
No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta.
Eso, para empezar.

Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
Eso, para seguir.

¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos?
La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.
Eso, para vivir.

No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.
No bebas. No fumes. No tosas. No respires.
¡Ay, sí, no respirar! Dar el no a todos los nos.
Y descansar: morir.


Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta, nombre real del poeta español, nació en Hernani, Guipúzcoa en 1911. 
Sus nombres y apellidos lo que aprovechó para firmar sus obras como Rafael Múgica, Juan de Leceta o Gabriel Celaya. 
Gabriel Celaya es como sería conocido.
Ser poeta es encontrar
en otros la propia vida.
No encerrarse; darse a todos;
ser sin ser melancolía,
y ser también mar y viento,
memoria de las desdichas...
Gabriel Celaya
Se lo considera representante  de la “poesía comprometida” o poesía social.
Durante la guerra civil fue capitán de gudaris del ejército republicano de Euskadi.
Entre los años 1927 y 1935 vivió en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Federico García Lorca, José Moreno Villa.
En 1986 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas.
Falleció en 1991 en Madrid y sus cenizas fueron esparcidas en su Hernani natal.