miércoles, 29 de junio de 2022

Eres tú, Guadarrama, viejo amigo de Antonio Machado.


Eres tú, Guadarrama, viejo amigo 
de Antonio Machado.

¿Eres tú, Guadarrama, viejo amigo,
la sierra gris y blanca,
la sierra de mis tardes madrileñas
que yo veía en el azul pintada?
    Por tus barrancos hondos
y por tus cumbres agrias,
mil Guadarramas y mil soles vienen,
cabalgando conmigo, a tus entrañas. 

domingo, 26 de junio de 2022

A UN OLMO SECO de ANTONIO MACHADO.

A UN OLMO SECO
de ANTONIO MACHADO.
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido, 
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido. 

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento. 

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera, 
habitado de pardos ruiseñores. 
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas. 

Antes que te derribe, olmo del Duero, 
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana, 
lanza de carro o yugo de carreta; 
antes que rojo en el hogar, mañana, 
ardas, de alguna mísera caseta, 
al borde de un camino; 
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas; 
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida. 
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera. 

viernes, 24 de junio de 2022

Volvió una noche de Alfredo Le Pera.


Volvió una noche, no la esperaba,
había en su rostro tanta ansiedá
que tuve pena de recordarle
su felonía y su crueldá.
Me dijo humilde: "Si me perdonas,
el tiempo viejo otra vez vendrá.
La primavera es nuestra vida,
verás que todo nos sonreirá"



Mentira, mentira, yo quise decirle,
las horas que pasan ya no vuelven más.
Y así mi cariño al tuyo enlazado
es sólo una mueca del viejo pasado
que ya no se puede resucitar.
Callé mi amargura y tuve piedá.
Sus ojos azules muy grandes se abrieron,
mi pena inaudita pronto comprendieron
y con una mueca de mujer vencida
me dijo: "Es la vida". Y no la vi más.



Volvió esa noche, nunca la olvido,
con la mirada triste y sin luz.
Y tuve miedo de aquel espectro
que fue locura en mi juventú.
Se fue en silencio, sin un reproche,
busqué un espejo y me quise mirar.
Había en mi frente tantos inviernos
que también ella tuvo piedá.

miércoles, 22 de junio de 2022

SALTO DEL GUAIRÁ de Victorino Abente y Lago.


SALTO DEL GUAIRÁ
de Victorino Abente y Lago.
Canindeyú gigante! Absorto veo
Cumplido mi deseo.
Ante tu majestad, turba y oprime
El peso del asombro el alma mía,
Y está mi fantasía
Postrada ante el altar de lo sublime.

Un tiempo aquí también desde estas breñas,
Viendo cómo despeñas
Por el agrio talud de la montaña
Tu tremendo caudal arrebatado,
Te contempló, admirado,
El eminente Azara, honor de España.

¡Qué soberbio espectáculo grandioso!
Ni el mar tempestuoso
Tan arrogante poderío ostenta,
Cuando yergue sus hondas encrespadas,
Y en las acantiladas
Costas con alto frémito revienta.

Inmensa mole de aguas despeñadas
En rugientes cascadas.
Densas brumas, corrientes que se embisten,
Furiosos remolinos, grandes bloques
Que los constantes choques
De las olas, inmóviles, resisten.

Peñascos en el hondo precipicio,
Sacados de su quicio,
Restos de murallones que cayeron,
Profundas torrenteras y salidas
Que las rocas vencidas
A las triunfantes aguas concedieron.

Únense impetuosas las corrientes
De todos los torrentes,
Y atacando con ímpetu bravío
El peñascoso cauce que se estrecha,
Se arroja por la brecha
En tremenda avalancha todo el río.

Invencible titán, que sin reposo
Batalla poderoso
Los basálticos diques destruyendo,
¿Cuántos siglos habrá que estás luchando
Y sin cesar bramando
Con ronca voz de pavoroso estruendo?

Con la indómita acción del formidable
Poder incontrastable
Que tu raudal precipitado encierra
En rápido y furente torbelino,
Te has abierto camino
Destrozando la espalda de la sierra.

¡Cuán grande te contemplo y sorprendente,
Luciendo el esplendente
Manto que arrastras de albicante espuma,
Y los nimbos de fúlgida belleza
Que sobre tu cabeza
Dibuja el sol en la flotante bruma!

En la vasta extensión de la comarca
Que fragoroso abarca
El eco atronador de tu bramido,
Ahuyentadas las aves y las fieras,
Lejos de tus riberas,
Pávidas buscan silencioso nido.

Embebido en el sublime encanto
De admiración y espanto
Que infunde tu grandeza prepotente,
Parece que me arrastra el turbulento
Furioso movimiento
Que lleva despeñada tu corriente.

¿Tendrá término un día tu carrera
Tumultuosa y fiera?
¿O siempre bramador, siempre iracundo
En ese arrebatado movimiento
De tu despeñamiento
Durarás tanto como dure el mundo?

Edades pasarán y más edades,
Y éstas, hoy, soledades
Irán poblando las futuras gentes
En sucesión continua, interminable,
Y tú, siempre incansable,
¡Tronando en estas ásperas rompientes!

Yo, que a inmortalizar mi nombre aspiro,
Con envidia te miro;
Mi pequeñez aumenta mi amargura,
Y el afán impotente del desvelo
Sugiéreme el anhelo
De tener junto a ti la sepultura.

¡Canindeyú! Extático en tu orilla
Mi pretensión se humilla:
En vano la osadía del intento
Al estro de mi espíritu enardece,
Que débil desfallece
Ante la esplendidez de tu portento.

En el espumoso manto
De tu soberbia belleza,
Grabar quisiera este canto,
Pobre ofrenda que levanto
En aras de tu grandeza;
Para que en edad futura
Quien viniere a contemplarte,
Viese sobre la blancura
De tu hermosa vestidura
Que fui el primero en cantarte.

Victorino Abente y Lago fue un poeta español radicado en Paraguay. Aunque gallego de nacimiento, su vida y su obra se identifican con el Paraguay desde su misma llegada a Asunción en momentos difíciles y trágicos de la historia paraguaya  de la infausta Guerra de la Triple Alianza (un hecho lamentable en la historia de la Patria Grande Americana) en marzo de 1869, cuando las tropas aliadas (soldados argentinos y brasileños) ocupaban la capital. Victorino Abente y Lago nació en Muxía en Galicia (España) el 2 de junio de 1846. Fallece en Asunción, Paraguay el 22 de diciembre de 1935.

martes, 21 de junio de 2022

"NADIE SINO TÚ" de Charles Bukowski.


"NADIE SINO TÚ"
Nadie puede salvarte sino
tú mismo.
te verás una y otra vez
en situaciones
casi imposibles.
intentarán una y otra vez
por medio de subterfugios, engaños o
por la fuerza
que renuncies, te des por vencido y/o mueras lentamente
por dentro.
nadie puede salvarte sino
tú mismo
y será muy fácil desfallecer,
pero muy fácil,
pero no desfallezcas, no, no.
limítate a mirarlos.
escucharlos.
¿quieres ser así?
¿un ser sin cara, sin mente,
sin corazón?
¿quieres experimentar
la muerte antes de la muerte?
nadie puede salvarte sino
tú mismo
y mereces salvarte.
no es una guerra fácil de ganar
pero si algo merece la pena ganar,
es esto.
piénsalo.
piensa en salvarte a ti mismo.
tu parte espiritual.
la parte de tus entrañas.
tu parte mágica y ebria.
sálvala.
no te unas a los muertos de espíritu.
mantente
con buen talante y garbo
y al cabo,
si fuera necesario,
apuesta tu vida en plena refriega,
al carajo las probabilidades, al carajo
el precio.
nadie puede salvarte sino
tú mismo.
¡Hazlo! ¡sálvate!
entonces sabrás exactamente de
qué hablo.

sábado, 18 de junio de 2022

Poema sobre la Vejez de JOSÉ SARAMAGO.


Poema sobre la Vejez
de JOSÉ SARAMAGO.

¿Qué cuántos años tengo? -
¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido...
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo,
y otros "que estoy en el apogeo".
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!...
¡Estás muy viejo, ya no podrás!...
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras... es un remanso de paz, como el atardecer en la playa..
¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas...
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos
¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso!... ¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!!.
Qué importa cuántos años tengo.
o cuántos espero, si con los años que tengo,
¡¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!!

José de Sousa Saramago nació en la aldea portuguesa Azinhaga el 16 de noviembre de 1922.
Sus padres fueron José de Sousa y Maria da Piedade, una pareja campesina sin tierras y de escasos recursos económicos.
El apodo de la familia paterna era Saramago ("Jaramago" en español, nombre de una planta herbácea silvestre de la familia de las crucíferas).
En 1998 se le otorgó el Premio Nobel de Literatura.
Fallece en Tías, Lanzarote, España un 18 de junio de 2010.

jueves, 16 de junio de 2022

Fortuna por Ida Vitale.


Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.

No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre
limaduras de hierro.
Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.

Ser humano y mujer, ni más ni menos.

martes, 14 de junio de 2022

Diálogo de Silvina Ocampo.

Diálogo
de Silvina Ocampo.

Te hablaba del jarrón azul de loza,
de un libro que me habían regalado,
de las Islas Niponas, de un ahorcado,
te hablaba, qué sé yo, de cualquier cosa.

Me hablabas de los pampas grass con plumas,
de un pueblo donde no quedaba gente,
de las vías cruzadas por un puente,
de la crueldad de los que matan pumas.

Te hablaba de una larga cabalgata,
de los baños de mar, de las alturas,
de alguna flor, de algunas escrituras,
de un ojo en un exvoto de hojalata.

Me hablabas de una fábrica de espejos,
de las calles más íntimas de Almagro,
de muertes, de la muerte de Meleagro.
No sé por qué nos íbamos tan lejos.

Temíamos caer violentamente
en el silencio como en un abismo
y nos mirábamos con laconismo
como armados guerreros frente a frente.

Y mientras proseguían los catálogos
de largas, toscas enumeraciones,
hablábamos con muchas perfecciones
no sé en qué aviesos, simultáneos diálogos.

lunes, 13 de junio de 2022

AMOR ETERNO de LEOPOLDO LUGONES.

AMOR ETERNO
de LEOPOLDO LUGONES.
Deja caer las rosas y los días
una vez más, segura de mi huerto.
Aún hay rosas en él, y ellas, por cierto,
mejor perfuman cuando son tardías.
Al deshojarse en tus melancolías,
cuando parezca más desnudo y yerto,
ha de guardarte bajo su oro muerto
violetas más nobles y sombrías.
No temas al otoño, si ha venido.
Aunque caiga la flor, queda la rama.
La rama queda para hacer el nido.
Y como ahora al florecer se inflama,
leño seco, a tus plantas encendido,
ardientes rosas te echará en la llama.

domingo, 12 de junio de 2022

Castigo de Silvina Ocampo.

Transformará Minerva tus cabellos
en serpientes y un día al contemplarte
como en un templo oscuro, con destellos,
seré de piedra, para amarte.

Silvina Ocampo, Buenos Aires, 1903-1993.

martes, 7 de junio de 2022

Canción con vos de Alejandro Balbis.



El amor es un sitio
Donde tu piel reposa
A medio ser
Apenas del niño
Y de la rosa

El amor va contigo
Cuando tú vas conmigo
Y decimos nosotros
En el mismo sentido

El amor es el cauce
De un río compartido
Cruza muchos paisajes
Pero es el mismo río

El amor nunca olvida
Lo amado y padecido
Y como nunca olvida
No conoce el olvido

Por eso,
Compañera cuando salgo al camino
Y en el trébol del día
Parpadea el rocío

Te pienso largamente,
Te nombro despacito
Y es…
Como si de pronto me nombrara a mí mismo

Por eso,
Compañera cuando salgo al camino
Y en el trébol del día
Parpadea el rocío

Te pienso largamente,
Te nombro despacito
Y es…
Como si de pronto me nombrara a mí mismo.

miércoles, 1 de junio de 2022

CAMINOS de ANTONIO MACHADO.

De la ciudad moruna
tras las murallas viejas, 
yo contemplo la tarde silenciosa, 
a solas con mi sombra y con mi pena. 

El río va corriendo, 
entre sombrías huertas
y grises olivares, 
por los alegres campos de Baeza. 

Tienen las vides pámpanos dorados
sobre las rojas cepas. 
Guadalquivir, como un alfanje roto
y disperso, reluce y espejea. 

Lejos, los montes duermen
envueltos en la niebla, 
niebla de otoño, maternal; descansan
las rudas moles de su ser de piedra
en esta tibia tarde de noviembre, 
tarde piadosa, cárdena y violeta. 

El viento ha sacudido
los mustios olmos de la carretera, 
levantando en rosados torbellinos
el polvo de la tierra. 
La luna está subiendo
amoratada, jadeante y llena. 

Los caminitos blancos
se cruzan y se alejan, 
buscando los dispersos caseríos
del valle y de la sierra. 
Caminos de los campos... 
¡Ay, ya no puedo caminar con ella!