miércoles, 27 de enero de 2021

Abanico de Gerardo Diego.

Abanico 

de Gerardo Diego.



El vals llora en mi ojal
 
                         Silencio 

En mi hombro se ha posado el sueño
y es del mismo temblor que sus cabellos.

domingo, 24 de enero de 2021

A mi hermano Miguel de César Vallejo.

A mi hermano Miguel.

In memoriam

Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa,
donde nos haces una falta sin fondo!
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá
nos acariciaba: “Pero, hijos…”
Ahora yo me escondo,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo.
Por la sala, el zaguán, los corredores,
después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.
Miguel, tú te escondiste
una noche de agosto, al alborear;
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.
Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya
cae sombra en el alma.
Oye, hermano, no tardes
en salir. Bueno? Puede inquietarse mamá.

domingo, 17 de enero de 2021

UN COMPOSITOR de Roberto Abad.

Roberto Abad
UN COMPOSITOR

Hace cientos de años un compositor quedó atrapado en su obra cumbre: un lugar frío y aparentemente sin ventanas. Ahora que el lector ha llegado hasta aquí, después de mucho, el hombre redescubre la luz, la salida. No sabe cómo actuar, ha pasado tanto tiempo. Quiere decir gracias, pero no se atreve. Opta, finalmente, por irse al rincón, ya no le importa salir. A su edad, en lo único que piensa es en su muerte, que sucederá cuando el lector cambie de página.




Roberto Abad

(Cuernavaca,México, 1988) escribe, lee y hace música. Estudió Educación en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Fue incluido en las antologías de cuento Alebrije de Palabras. Escritores Mexicanos en breve (BUAP, 2013) y Los regresos de Zapata (Cimandia, 2014). Es autor de Orquesta primitiva, publicado por el FETA.

viernes, 15 de enero de 2021

Los ángeles colegiales de Rafael Alberti.


Ninguno comprendíamos el secreto nocturno de las pizarras 
ni por qué la esfera armilar se exaltaba tan sola cuando la mirábamos. 
Solo sabíamos que una circunferencia puede no ser redonda 
y que un eclipse de luna equivoca a las flores 
y adelanta el reloj de los pájaros.
Ninguno comprendíamos nada: 
ni por qué nuestros dedos eran de tinta china 
y la tarde cerraba compases para al alba abrir libros. 
Solo sabíamos que una recta, si quiere, puede ser curva o quebrada 
y que las estrellas errantes son niños que ignoran la aritmética.

miércoles, 13 de enero de 2021

Poemas de Jorge de la Vega.


Inadaptación,

Esta canción es para usted
que vive más tranquilo
si toma té de tilo.

Esta canción es para usted
que conserva el estilo
a fuerza de café.

Es para los que,
con aspirina, revivimos
si el ánimo declina.

Para los que, con uso moderado
de alcohol y nicotina,
nos hemos adaptado.

Nos adaptamos a estar contentos
aunque la mufa vaya por dentro,
nos adaptamos a hacer aspavientos
de tener mucho, aunque sea cuento.

Nos adaptamos a estar sonrientes
aunque seamos indiferentes,
nos adaptamos a los parientes,
a los ministros y al presidente. 

Nos adaptamos a nuestro empleo
aunque no sea lindo ni feo,
nos adaptamos a pasar el invierno
aunque el invierno resulte eterno.

Nos adaptamos a cualquier cosa
mientras no sea muy espantosa,
nos adaptamos sin preguntarnos
para qué cornos adaptarnos.

Esta canción es para usted
que vive tan tranquilo
sorbiendo té de tilo.

Esta canción es para usted
que conserva el estilo
a fuerza de café.

Pero hay que proceder con impaciencia
y controlar las dosis de prudencia,
pues puede que un buen día de repente
cambie todo y tengamos que empezar
nuevamente.

Y readaptarnos a estar contentos
aunque otra bronca vaya por dentro,
y readaptarnos a hacer espamento
no tener guita y andar sin vento.

Y readaptarnos a estar sonrientes
aunque sigamos indiferentes,
y readaptarnos a otro intendente,
y a otros ministros y presidentes.

Y readaptarnos a un nuevo invierno
que no mejore las cosas un cuerno,
y readaptarnos a un nuevo trabajo
que tampoco nos interese un carajo.

Y readaptarnos a ser cualquiera
menos el tipo que uno debiera,
y readaptarnos sin preguntarnos
cuándo empezamos a recontrarreadaptarnos.

Esa canción es para usted,
prefiere una dimetil amino fenil pemetil
pirazolona
o un toque de rapé.

La hora de los magos.

Es la hora de los magos,
todo de golpe es perfecto
y todos por fin consiguen
lo que siempre fue su sueño.

Una casa para el pobre,
el rico fama y talento,
el chico se vuelve grande,
la delgada saca pecho.
Cada terreno baldío
crece con un rascacielos,
en los platos hay manjares,
cada hueso con su perro.

Cada bruja con su escoba,
cada cura con sus rezos,
cada loco con su tema,
cada vieja con su viejo.

Manos para cada calle
y piernas para los rengos.
Y en cada rincón del mundo
se hace cierto el padre nuestro.

La redención de la carne,
resurrección de los muertos
y el perdón de los pecados
han sido todo un suceso.

Nadie mas trabaja nunca
si no lo hace como un juego,
hay regalos a patadas
y se libera a los presos.

No hay mas disturbios raciales,
baja el dólar, sube el peso,
si alguno quiere morirse
debe esperar a ser viejo.

Se acabó la guerra fría
y empezó la de los besos
y la luna, de repente,
se hizo de miel en el cielo.

Y es muy fácil comprobar
que es verdad lo que les cuento
pues quien canta esta canción
es mudo de nacimiento.

Es la hora de los magos
todo de golpe es perfecto…



Jorge de la Vega (Buenos Aires, 27 de marzo de 1930 - 26 de agosto de 1971) fue un artista plástico pop y surrealista de formación autodidacta argentino. 
Multifacético artista fue grabador, poeta, guitarrista, ilustrador, artesano y creativo publicitario.
En 1968 es el año en que suma a su actividad como pintor la de compositor musical, convirtiéndose en uno de los representantes de la “nueva canción argentina”
En 1971 participa en un espectáculo de canciones en el Instituto Di Tella que luego, y durante más de un año, llenaría la sala grande del teatro SHA con "Show de Miércoles", junto a Marikena Monti y a Jorge Schussheim . Muere a los 41 años y su obra es objeto de publicaciones y muestras en varios museos y galerías internacionales.

Sus obras forman parte de colecciones públicas y privadas en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Posadas, Montevideo, Río de Janeiro, Caracas, Nueva York, Austin y París.

Mariana Finochietto. Poema 38.



POEMA 38.
Autora: Mariana Finochietto.
Ya no quiero
escribir sobre el amor
ni sus sórdidos
espejitos de colores,
deslumbrantes baratijas
de algún genio maligno.

Ya no quiero
escribir del desamor,
ni de la loba herida
que desgarra mi carne
cada noche
que el insomnio
me derrota.

Me bebí de un trago
las grandes palabras
y ahora
sólo quiero
sentarme a la orilla de un verso
que me sane.

domingo, 10 de enero de 2021

He militado largamente en oscurísimos recintos ... de María Elena Walsh.

He militado largamente
en oscurísimos recintos
de donde traigo una batalla
que no se termina nunca.
Estoy en guerra casi todo el tiempo
y espero que me gane una paloma.

La verdad es que también sirvo
para desordenarlo todo.
Con qué cuidado precipito
planillas en la primavera,
y alterando sensatos equilibrios
me dan lo mismo números que grillos.

No faltaría a la modestia
si dijera que siempre estuve
muy dotada para el olvido.
Guardo volúmenes de ausencia,
antologías de temblor marchito,
catálogos de dudas y neblinas.

He trabajado anteriormente
en invisibles oficinas
llenas de crisis apiladas
y documentos vegetales,
donde los pájaros me habilitaron
con un diploma de mirarlos siempre.

Diré también para abreviar
que estudio lágrimas modernas
y pienso publicar un libro
de suspiros cuando me muera,
y que tengo por todo patrimonio
un montón de relámpago vigente.

Todos estos antecedentes
animan a solicitar
que me permitas ocuparme
en derrumbar sobre tus manos
la dulzura que pongo inútilmente
sobre manteles de confiterías.

Quiero por fin tener empleo
de suavísima permanencia
adentro de tu corazón,
coser con lágrimas y arrimo
toda fatalidad que te amenace
con botones caídos o desgracias.

Quiero servirte de costumbre
y que utilices lo que soy
para fundar una sonrisa
o ceremonias con pañuelos,
o para siempre, o para lo que quieras,
desde un copo de nieve hasta el amor.

María Elena Walsh.

viernes, 8 de enero de 2021

Casida de la mujer tendida de Federico García Lorca.-

Casida de la mujer tendida 
de Federico García Lorca.

Verte desnuda es recordar la tierra. 
La tierra lisa, limpia de caballos. 
La tierra sin un junco, forma pura 
cerrada al porvenir: confín de plata.

    Verte desnuda es comprender el ansia 
de la lluvia que busca débil talle,
o la fiebre del mar de inmenso rostro 
sin encontrar la luz de su mejilla.

    La sangre sonará por las alcobas 
y vendrá con espada fulgurante, 
pero tú no sabrás dónde se ocultan 
el corazón de sapo o la violeta.

    Tu vientre es una lucha de raíces, 
tus labios son un alba sin contorno, 
bajo las rosas tibias de la cama 
los muertos gimen esperando turno.

martes, 5 de enero de 2021

Cantares de Manuel Machado.


 Vino, sentimiento, guitarra y poesía
hacen los cantares de la patria mía.
Cantares...
Quien dice cantares dice Andalucía.

      A la sombra fresca de la vieja parra,
un mozo moreno rasguea la guitarra...
Cantares...
Algo que acaricia y algo que desgarra.

      La prima que canta y el bordón que llora...
Y el tiempo callado se va hora tras hora.
Cantares...
Son dejos fatales de la raza mora.

      No importa la vida, que ya está perdida,
y, después de todo, ¿qué es eso, la vida?...
Cantares...
Cantando la pena, la pena se olvida.

      Madre, pena, suerte, pena, madre, muerte,
ojos negros, negros, y negra la suerte...
Cantares...
En ellos el alma del alma se vierte.

      Cantares. Cantares de la patria mía,
quien dice cantares dice Andalucía.
Cantares...
No tiene más notas la guitarra mía.

domingo, 3 de enero de 2021

La cita de Juana de Ibarbourou (Las lenguas de diamante, 1919).


Me he ceñido toda con un manto negro.
Estoy toda pálida, la mirada extática.
Y en los ojos tengo partida una estrella.
¡Dos triángulos rojos en mi faz hierática! 

    Ya ves que no luzco siquiera una joya.
Ni un lazo rosado, ni un ramo de dalias.
Y hasta me he quitado las hebillas ricas
De las correhuelas de mis dos sandalias. 

    Mas soy esta noche, sin oros ni sedas,
Esbelta y morena como un lirio vivo.
Y estoy toda ungida de esencias de nardos.
Y soy toda suave bajo el manto esquivo. 

    Y en mi boca pálida florece ya el trémulo
Clavel de mi beso que aguarda tu boca.
Y a mis manos largas se enrosca el deseo
Como una invisible serpentina loca. 

    ¡Descíñeme, amante! ¡Descíñeme, amante!
Bajo tu mirada surgiré como una
Estatua vibrante sobre un plinto negro
Hasta el que se arrastra, como un can, la luna.