sábado, 29 de junio de 2019

Aceituneros - Miguel Hernández, 1937.

Aceituneros
de Miguel Hernández.
  
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.

jueves, 27 de junio de 2019

MOMENTO MUSICAL: El rey lloró - Litto Nebbia.

Recuerdo una vez,
en un viejo país
un rey a un hombre campesino le habló.
Le dijo te ofrezco lujos y placeres
si tú me enseñas a vivir feliz.

El humilde hombre
le dijo no puedo,
no puedo enseñarte yo a vivir feliz.
Tú con tu dinero, lujos y placeres
jamás podrás ya vivir feliz.

El rey lloró,
y le contó su dolor.

miércoles, 26 de junio de 2019

martes, 25 de junio de 2019

SONETOS de Cristóbal de Castillejo.


SONETOS 
de Cristóbal  de Castillejo.

1

Si las penas que dais son verdaderas,
Como bien lo sabe el alma mía,
¿Por qué no me acaban? y sería
Sin ellas el morir muy más de veras;

Y si por dicha son tan lisonjeras,
Y quieren retoçar con mi alegría,
Decid, ¿por qué me matan cada día
De muerte de dolor de mil maneras?

Mostradme este secreto ya, señora,
Sepa yo por vos, pues por vos muero,
Si lo que padezco es muerte o vida;

Porque, siendo vos la matadora,
Mayor gloria de Pena ya no quiero
Que poder alegar tal homicida.

2

Musas italianas y latinas,
Gentes en estas partes tan extraña,
¿Cómo habéis venido a nuestra España
Tan nuevas y hermosas clavellinas?

O ¿quién os ha traído a ser vecinas
Del Tajo, de sus montes y campaña?
O ¿quién es el que os guía y acompaña
De tierras tan ajenas peregrinas?-

-Don Diego de Mendoça y Garcilaso
Nos truxeron, y Boscán y Luis de Haro
Por orden y favor del dios Apolo.

Los dos llevó la muerte paso a paso,
Solimán el uno y por amparo
Nos queda don Diego, y basta solo.

3

Garcilaso y Boscán, siendo llegados
Al lugar donde están los trovadores
Que en esta nuestra lengua y sus primores
Fueron en este siglo señalados,

Los unos a los otros alterados
Se miran, con mudança de colores,
Temiéndose que fuesen corredores
Espías o enemigos desmandados;

Y juzgando primero por el traje,
Paresciéronles ser, como debía,
Gentiles españoles caballeros;

Y oyéndoles hablar nuevo lenguaje
Mezclado de estranjera poesía,
Con ojos los miraban de estranjeros.

sábado, 22 de junio de 2019

Garcilaso y Boscán, siendo llegados de Cristóbal de Castillejo (1490-1550).


Garcilaso y Boscán, siendo llegados 
de Cristóbal 
de Castillejo (1490-1550). 

Garcilaso y Boscán, siendo llegados 
al lugar donde están los trovadores 
que en esta nuestra lengua y sus primores 
fueron en este siglo señalados, 

    los unos a los otros alterados 
se miran, con mudanza de colores, 
temiéndose que fuesen corredores 
espías o enemigos desmandados; 

    y juzgando primero por el traje, 
pareciéronles ser, como debía, 
gentiles españoles caballeros;

    y oyéndoles hablar nuevo lenguaje 
mezclado de extranjera poesía, 
con los ojos los miraban de extranjeros.

jueves, 20 de junio de 2019

Versos sencillos – Prólogo de José Martí.

Mis amigos saben cómo se me salieron estos versos del corazón. Fue aquel invierno de angustia, en que por ignorancia, o por fe fanática, o por miedo, o por cortesía, se reunieron en Washington, bajo el águila temible, los pueblos hispanoamericanos. ¿Cuál de nosotros ha olvidado aquel escudo, el escudo en que el águila de Monterrey y de Chapultepec, el águila de López y de Walker, apretaba en sus garras los pabellones todos de la América? Y la agonía en que viví, hasta que pude confirmar la cautela y el brío de nuestros pueblos; y el horror y vergüenza en que me tuvo el temor legítimo de que pudiéramos los cubanos, con manos parricidas, ayudar el plan insensato de apartar a Cuba, para bien único de un nuevo amo disimulado, de la patria que la reclama y en ella se completa, de la patria hispanoamericana, me quitaron las fuerzas mermadas por dolores injustos. Me echó el médico al monte: corrían arroyos, y se cerraban las nubes: escribí versos. A veces ruge el mar, y revienta la ola, en la noche negra, contra las rocas del castillo ensangrentado: a veces susurra la abeja, merodeando entre las flores.

miércoles, 19 de junio de 2019

A LA NUEVA LENGUA de LOPE DE VEGA.

—Boscán, tarde llegamos. ¿Hay posada?
—Llamad desde la posta, Garcilaso.
—¿Quién es? —Dos caballeros del Parnaso.
—No hay donde nocturnar palestra armada.

—No entiendo lo que dice la criada.
Madona, ¿qué decís? —Que afecten paso,
que obstenta limbos el mentido ocaso
y el sol depinge la porción rosada.

—¿Estás en ti, mujer? —Negóse al tino
el ambulante huésped. —¡Que en tan poco
tiempo tal lengua entre cristianos haya!

Boscán, perdido habemos el camino;
preguntad por Castilla, que estoy loco
o no habemos salido de Vizcaya.

sábado, 15 de junio de 2019

LOS ESPÍRITUS DEL ATLAS MARROQUÍ. CUENTO DE CARLOS BASABE.

LOS ESPÍRITUS DEL ATLAS MARROQUÍ.
CUENTO DE CARLOS BASABE.
Todo empezó en un pequeño bar de la avenidas en Palma, en época de calor, Angel, (panadero) Paco, (mecánico) y Horacio, (médico) se reunían en torno a una mesita del bar a beber un par de cañas, acompañadas de unos pinchos o algo para entretener el estómago y el calor. Casi cada tarde se encontraban y hablaban de sus proyectos por separados hasta que un buen día coinciden en hacer una excursión a Marruecos para ver que había de cierto en aquellas charlas que escuchaban sobre las arenas del desierto, las montañas misteriosas del Atlas y tantas anécdotas que escuchaban de familiares y amigos.
Lo primero fue fijar una fecha en primavera para no morir asados en el desierto, Paco estaba eufórico y proyectaron la compra de un 4X4, al que acondicionarían totalmente y después del regreso lo venderían para recuperar la inversión, la fecha era para ocho meses más tarde, lo que significaba mucho tiempo.
Un Land Rover fue acordado entre los tres, y fue así que metido en una nave del polígono Son Castelló, comenzaron las reformas, un sitio para llevar agua, otro para combustible, herramientas, un par de ruedas de auxilio, una tienda de campaña y un cajón para comestibles.
Casi cada tarde se reunían y entusiasmados hacían realidad sus fantasías hasta que un buen día alguien que supo de su aventura, integró la mesita del bar y les comentó que tenían que tener mucho cuidado cuando hicieran rutas despobladas porque se conocían bandas de ladrones que asaltaban a los turistas para despojarlos totalmente, llegando incluso a matar para conseguir sus propósitos. 
Los meses fueron pasando rápidamente y llegó el momento esperado, tenían todo estudiado y uno de los principales objetivos era acampar en algún lugar de la cordillera del Atlas, para disfrutar los últimos dos o tres días antes de regresar a Palma. La despedida fue numerosa por los amigos que tenían los tres, en el muelle fueron abrazos lágrimas y muchos consejos.
La partida del Ferry Balearia fue rápida y cuando quisieron acordar estaban atracando en Valencia, Paco se hizo cargo del volante y descendió por la rampa, consultaron un mapa y trazaron el itinerario hasta Algesiras, de ahí otro ferry enorme los trasladó en menos de una hora a tierra Marroquí. En la ciudad de Ceuta terminaron de revisar prolijamente los bártulos para iniciar el recorrido por rutas que abrieron los sentidos de los tres amigos.
Primer tramo a Tánger, Rabat y Casablanca ya que estas poblaciones son muy Europeas, buscaron un camping para hacer noche y continuar al día siguiente, la comida fue más conversada ya que cada uno iba contando los paisajes que le quedaban en la memoria.
Así fue que descubren y participan de pequeñas aventuras, sin demasiados riesgos, siempre tenía que quedarse uno vigilando el vehículo, por lo tanto se tenían que separar continuamente. Todo era maravilloso, los "zocos" donde abundan los mercaderes en procura de vender alfombras, vasijas, recuerdos en latón y hasta la infaltable mendicidad callejera, los teñideros y curtiembres con sus apestosos olores pero la belleza de las plazas mayores, sus puestos de comidas y cantamañanas que cobran para hacer bailar una serpiente o vender un vaso de agua. Así fueron cayendo los días y las poblaciones, en un tramo muy desolado recordaron los consejos de encontrarse con hombres del Riff y la posibilidad de ser asaltados.
El último pueblo visitado fué Agadir al sur Marroquí y de allí tenían pensado regresar por Ouarzazate, rodear las inmensas montañas del Atlas y una vez coronado ese trayecto, ¡de regreso a Palma con todas las historias juntadas!, se proveyeron de comestibles y lo necesario para emprender el regreso y así fue hasta que encontraron un sitio maravilloso cerca de Er Rachidia, un arroyo prometedor, un valle profundo entre la cordillera y hasta encontraron unos cuantos álamos plateados donde se notaba que habían echo noche otros aventureros. Acordaron pasar la noche en ese lugar y plantaron la tienda de campaña casi al atardecer, pusieron el vehículo cerca, unas piedras hicieron de fogón y se sentaron a comentar el trayecto. 
Se acostaron temprano para descansar lo más posible. Podía ser casi la medianoche pasada cuando oyeron ruidos cerca de donde estaba el Land Rover, al principio casi ni respiraban, una rejilla a modo de ventanuco les permitió mirar que eran esos ruidos y pudieron ver tres sujetos que habían llegado en caballos y estaban revisando todo lo que encontraron, mudos de miedo y el recuerdo de los comentarios sobre asaltantes, los aterraron. Ángel habló en susurro y dijo que cada uno saliera y se escondiera hasta que se fueran, todo fue muy rápido y los tres salieron de la tienda sigilosamente, uno para cada lado y Horacio era el más impresionado, corrió hasta que decidió subir un poco de montaña y esperar hasta que se fueran. encontró una especie de cueva amplia y entró corriendo sin darse cuenta que pisa una serpiente y esta le clava los colmillos, Horacio ahoga un grito de dolor y maldice el momento que decidieron hacer el viaje, un sudor frío le devuelve la razón de saber que la mordedura de esa serpiente era mortal.
sus conocimientos de médico lo aterran sabiendo el tiempo en hacer efecto el veneno y el que faltaba para amanecer. Se fue poniendo de un color distinto y salió de la cueva para imaginar algo rápido, la mordedura hacía su efecto y Horacio creyó ver gente vestida de blanco que se acercaban en fila india, pensó que era alucinación, se sentía fatigado y salió al encuentro de los caminantes de blanco, trató de hablarles pero la lengua se endurecía, pasaron todos que serían unos veinte pero nadie hablaba y parecían seres transparentes, todo siguió en silencio y al cabo de un buen rato, aparecieron otra vez los mismos seres de blanco, Horacio hizo un gran esfuerzo y se quedó en un caminito por donde transitaban en fila, hizo señas con las manos desesperadamente y nadie le respondía, pasaba el ultimo y le alcanzó a balbucear, ¿quienes sois vosotros?, la figura le respondió, "somos los espíritus de los que murieron asaltados", Horacio ya veía la muerte y preguntó, ¿puedo ir con vosotros?, si quieres únete a la fila, Horacio se incorporó, se le fueron calmando los dolores, el frío ya no le molestaba y su cuerpo se fue volviendo blanco gaseoso y transparente.

jueves, 13 de junio de 2019

Donde va la gente cuando llueve de MIGUEL CANTILO.


Donde va la gente cuando llueve
de MIGUEL CANTILO.

Una lluvia cae lentamente
Y te llora las mejillas al reír
Dentro del oscuro mediodía
Moretones amplios hunden el sol
Árboles en llanto lavan el alquitrán

Donde van los hombres, corren si ver
Buscan una casa donde secar su piel

¿Donde va la gente cuando llueve?
Siempre hay un lugar donde parar


Tierna mujercita sumergida
En las aguas de mi brazo torrencial
Beso mucha lluvia en tu sonrisa
Hay un arco iris tierno y precoz
En el abanico de tu pestaña gris
Ves aquellos hombres, corren si ver
Buscan una casa donde secar su piel


¿Donde va la gente cuando llueve?
¿Donde los que no tienen lugar?

¿Donde van?

Donde la señora de arpillera
Donde el chico del harapo y arrabal
Donde los profetas de botella
Una chimenea fuma su paz
Sobre las terrazas que ellos jamás podrán


Vamos a la lluvia, niña de sol
Veo que todos corren pero no todos van


Donde va la gente cuando llueve
Donde van aquellos que nos van

¿Donde van?

Miguel Cantilo nacido en un 5 de noviembre de 1949 es un músico argentino que formó parte del dúo Pedro y Pablo en los comienzos del rock de Argentina.
Tras completar sus estudios secundarios en el colegio San Agustín, realizó cursos de historia y filosofía del arte en el Instituto de Cultura Hispánica, donde estudió literatura con el profesor Ángel Battistessa. Asimismo, cursó estudios de historia de la música con el profesor Roque de Pedro y desarrolló durante varios años un estudio de técnica vocal con la profesora Susana Rossi.
Debutó profesionalmente a los 15 años en lugares nocturnos de la Capital Federal de Buenos Aires como vocalista.  En 1966 efectuó su primera actuación televisiva en el programa "Telenoche", presentado por Andrés Perciavale.
En 1967 conoce a Jorge Durietz y junto con él funda el grupo Los Cronopios, con el cual se presentan en Punta del Este (Uruguay), haciendo un repertorio de Los Beatles.
En 1968 el grupo se reduce a un dúo acústico que llaman Pedro y Pablo, nombre con el cual serían conocidos en las siguientes décadas.
En 1970 graban su primer LP, que contiene los temas del simple y el hit La marcha de la bronca, canción con la cual ganan el primer premio en el "Festival Nacional de Música Beat". Otros temas que componían aquel primer LP fueron ¿Dónde va la gente cuando llueve?, Vivimos, paremos, Che ciruja y Guarda con la rutina, entre otros.
En 1971 se publica su segundo simple, "Pueblo nuestro que estás en la tierra", inmediatamente censurada su difusión por radio y TV; sistemáticamente el sello empieza a rechazar los temas propuestos por Cantilo para un segundo LP del dúo.
Graban en 1972 el segundo LP llamado Conesa. Los temas antes censurados fueron luego canciones emblema del dúo y, en el caso de Catalina Bahía, se convirtió en un auténtico himno de fogón. En 1973 graba su primer LP solista llamado Miguel Cantilo y Grupo Sur y en 1974 graba Apóstoles, junto a Durietz y a otros músicos de La Cofradía de la Flor Solar, aunque este álbum no aparecería hasta 1981 por razones de censura.
En 1975 realizan una gira, tras la cual se disuelve la agrupación por presiones produciéndose el exilio que llevará a Cantilo a Colombia.
Luego de un periplo por Sudamérica, en 1977 Cantilo emigra a España, donde forma el grupo Punch.
En 1980 se trasladan a Buenos Aires donde terminan la grabación del primer larga duración de Punch bajo el título "Adonde quiera que voy". Un año más tarde se edita el segundo álbum, "En la Jungla".
Regresó a la Argentina con Punch, a principio de los años 1980, alternando paulatinamente su carrera con Pedro y Pablo, y ya en 1983, editando su segundo disco solista: Unidad. Durante el resto de los 80 y los 90 se abocó a su carrera solista, publicando álbumes como La nueva vanguardia, Mateína o De amores y pasiones.
Paralelamente, Cantilo comienza ensayos con Durietz para la reintegración de Pedro y Pablo, que regresan con tres funciones a lleno en Obras, presentando su nuevo álbum, "Contracrisis".
En 1985 se le otorga a Miguel Cantilo el premio Konex como autor y compositor de rock.
En 1987 forma una nueva agrupación: Miguel Cantilo y los Profesionales. La integran Miguel Vilanova (Botafogo, Don Vilanova), Juan Rodríguez, Emilio Solla y Gustavo Gregorio. Con ellos graba el álbum "Locomotor".
En 1989 se reúne con Durietz con el objeto de celebrar veinte años de Pedro y Pablo. Se presentan en Chile, Paraguay y Uruguay, y en distintos puntos del interior del país.
En 1990 se publica el registro en vivo de la celebración junto a Durietz con el título "Pedro y Pablo No-Venta".
Miguel Cantilo recibió el Premio Konex de Platino 2015: Canción de Autor; Premio Konex 2005: Autor / Compositor de Rock; Premio Konex 1985: Autor / Compositor de Rock ; Jurado Premios Konex 1995: Música Popular.
Viaja frecuentemente presentándose en diversos puntos de las Américas, Europa y Asia. En sus cuarenta y cinco años de trayectoria ha publicado seis libros y veinticuatro álbumes de canciones.

martes, 11 de junio de 2019

PARÁBOLA DEL TRIÁNGULO de Óscar Hahn (Chile).


PARÁBOLA DEL TRIÁNGULO 
de Óscar Hahn (Chile).

Había una vez 
dos ángulos inferiores 
que planeaban eliminar
al ángulo superior 


Olvidaron sin embargo
un principio elemental


Ningún triángulo puede existir
con dos ángulos 


Perpetrado el crimen
y como era de esperar
el triángulo completo
desapareció del mapa 
Y con él los victimarios


En el diseño del universo
nadie está libre de cavarse
su propia tumba.

viernes, 7 de junio de 2019

LA BODA de Silvia Angélica Montoto.

LA BODA de Silvia Angélica Montoto.
Frente a la redonda luna del espejo, con los ojos nublados por la emoción, la madre acomoda los últimos detalles en el vestido de la novia. Coloca alfileres, frunce tules y prende cintas de raso en el bonito tocado que corona su cabeza.
María, casi una adolescente, luce bella y pura como una virgen morena.
El padre nervioso se pasea en el jardín, donde aguarda la llegada del cura, que casará a los novios en la sencilla capilla familiar, armada entre todos los vecinos de la colonia.
El novio se ha levantado temprano, casi al amanecer, sin haber podido conciliar el sueño. Está ansioso. El tiempo no pasa y su corazón late aceleradamente. Él es Giovanni, el joven inmigrante italiano, que como María y sus dos hermanos mayores, Antonio y Felipe, llegó al país unos años antes con sus padres en busca de paz y trabajo.
Italia ha quedado muy lejos para todos, pero aquí, vecino con vecino, familia con familia codo a codo, han formado una hermosa y joven comarca, donde viven, trabajan, se aman y sueñan con un futuro de enorme felicidad. Villa Regina, la llaman, es nuestro pueblo, y ésta, que trato de contarles, es una hermosa historia de amor.
Los abuelos de María han venido de Italia hace apenas unos meses para asistir a la boda de su nieta, prometiendo a sus paisanos que pronto volverían. No sabían entonces los nonnos, que este país los atraparía para siempre.
La nonna está aún guapa y conversadora. El nonno, en cambio, está ya vencido por los años y la vida dura tras la guerra. Se ha tornado rezongón y caprichoso y a veces se escapa y se pierde más allá de la alameda buscando el canal, desde donde piensa en su divagar, que ha de llegar al mar para volver a La Liguria.

Giovanni, molesto por la espera y el incómodo atuendo de novio, piensa con nostalgias en las alpargatas amoldadas a sus pies a fuerza de largos trajines, abriendo acequias y haciendo surcos para la siembra. De sus manos callosas, resbala caprichosamente la fina corbata de seda. En su rostro dorado por el sol, brillan sus ojos claros, que tanto ama María y en sus labios, se dibuja una sonrisa con sólo pensar en ella.
-¡Il prete ho arrivato! ¡Giovani, pronto, Il prete ho arrivato!...
La voz imperante de su futuro suegro, lo sacude, las piernas le tiemblan y sus manos no logran colocar en el ojal el perfumado ramillete de lavandas que María ha preparado la noche anterior.
Allí, bajo el parral, sudoroso y con el sombrero polvoriento por el largo viaje a caballo desde el pueblo, está sentado el cura. Una copa de fresco vino se eleva en su mano, a manera de brindis, al ver llegar al muchacho. A ese brindis seguirán seguramente otros… (El día será largo, el sol calienta fuerte y la garganta del Ministro de Dios está reseca… ¡Además, la ocasión lo amerita! - piensa – como perdonándose a sí mismo por su humana debilidad.)
Giovanni no responde a la amable invitación del cura. Mira ansioso la puerta por donde aparecerá su novia…Aún no se abre. Al pie del altarcito, la madre del muchacho espera… Está orgullosa y bella, casi irreconocible la madrina de bodas… Giovanni se acerca y la toma del brazo.
El portal que da al jardín se abre… ¡Aparece al fin la dueña de su corazón!...El padre con aire orgulloso de padrino, la sostiene del brazo como si llevase casi en vilo, a una bella muñeca de espumas pronta a desvanecerse, y juntos, caminan hacia el altar.
La ceremonia es lenta, pero nadie se mueve. Solo se escucha en el silencio de la mañana, el canto de los pájaros en la fronda y el sonido lejano del agua en las acequias. La voz del cura es clara con un tono casi familiar… ¡Es que ha visto crecer a estos muchachos y la emoción lo alcanza!...
Tras las palabras de rigor que los insta a ser mutuamente fieles ¡Hasta que la muerte los separe!, el cura los bendice e, Innecesariamente, les permite besarse, porque los jóvenes enamorados ya se han adelantado sin escuchar el mandato.
Luego, los aplausos, los vivas, abrazos y lágrimas de emoción y el ramo de novia, bajo una lluvia de confites, vuela por el aire ante el alboroto de las chicas casaderas y de alguna solterona que se resiste a su suerte…
El nonno, que dormita en su hamaca la acostumbrada siestita matutina, se sobresalta, no comprende tanto alboroto interrumpiendo su sueño. Se levanta y sin que nadie lo tome en cuenta, sale sin rumbo apoyado en su bastón.
El delicioso aroma de los distintos manjares italianos traspasa los umbrales de la cocina. La nariz del cura, como la de un sabueso, aspira profundamente y la revolución del apetito se produce en su pronunciada barriga.
-¡Andiamo a manggiare, pronto, andiamo a mangiare! –grita el cura tenedor y cuchillo en mano y todos lo siguen a la mesa como si fuera la sagrada palabra de Dios.
Nadie ha advertido la ausencia del nonno… La nonna está muy atareada en la cocina. Antonio, el hermano mayor de María lo busca para arrimarlo a la mesa y sin decir palabra, al no encontrarlo, sale hacia los fondos de la chacra, donde siempre se escapa cuando se enoja…
Sentado en la volanta, ya preparada como una carroza para el viaje de bodas, está sentado el anciano.
Llora y ruega que no lo bajen.- ¡Lasciame andare Tonio!.¡Voglio tornare in Italia, lasciame andare ragazzo!...dice-
El muchacho lo calma. Sabe de esos delirios cuando la nostalgia de su tierra invade el corazón de su nonno.
-¡Pronto nonno, torniamo alla festa di María!¡Domani torniamo in Italia!
El nonno se entrega, manso como un cordero...
…Y vuelven los dos a la fiesta, donde se desatan las risas y la melodía de viejas canciones italianas que llenan el alma de los inmigrantes.

Es la media tarde. Llega la hora de la partida…
La volanta los espera cargada de flores y de sonidos, porque en las crines brillantes del caballito chacarero han colgado alegres cascabeles que se agitan con la brisa de la tarde.

Desde una chacra hasta otra chacra será el viaje de bodas… Donde termina el camino y el río besa la barda. Allí está el nido de los enamorados que Giovanni ha levantado con sus propias manos.
El caballito ya no trota, la volanta se detiene…Giovanni lleva a María en sus brazos firmes y amorosos…
La luna llena se cuela celosa por la ventana que da al río y acaricia el cuerpo desnudo de María, bella como una Madona de Rafael…
Silvia Angélica Montoto.



ROMANCE DE LA VOLANTA
de Silvia Angélica Montoto.

Vestida de tul y flores
va María en la volanta.
A su lado está Giovanni
orgulloso de su amada.
Ella, arrebol en el rostro.
Él, ardor en la mirada.
Se van de luna de miel,
de una chacra hasta otra chacra,
donde el camino termina
y el río besa la barda.
A su paso se sacuden
los frutales florecidos.
Desde los surcos aplauden
los tordos con sus graznidos.
Muy temprano en la mañana,
los ha desposado el cura
¡Y ha brindado cinco veces
Con vino de buenas uvas!...
En la casa de los novios
Sigue el fervor de la fiesta.
La nona amasa que amasa,
el nono, duerme la siesta.
La volanta va de prisa
por la senda salitrosa.
El viento suelta las cintas
al sombrero de la novia.
La luna se está asomando
sobre las bardas en sombras,
Y de tanto amor ajeno
se está poniendo celosa.
Ya no trota el caballito.
Se detuvo la volanta.
¡Giovanni lleva en sus brazos
al lecho a su dulce amada!

Hoy descansa la volanta
en el jardín de una escuela.
Encallecida de tiempo,
cargada de cien leyendas.
Entre sus cansados hierros
se cuela la luna llena
donde se guardan los sueños
de una familia pionera.

jueves, 6 de junio de 2019

Las vueltas de la vida de María Rosa Giovanazzi.

—¿María, te acordás del Rulo? Ese que vivía en los departamentos de la calle Garibaldi, el flaco, que tenía los ojos  tristes, claro que te acordás, si estaba enamorado de vos y te seguía a todos lados.
María sigue en la máquina de coser, sin mirar a Lola.
— Cuando íbamos  al club, ustedes bailaban, él estaba loco por vos, al principio lo aceptaste, luego apareció  Pedro, y  claro,  Pedro era el hijo del doctor Garmendia y se vestía elegante…
María no responde, cose, da vueltas la camisa que está pespunteando y escucha sin decir palabra. Lola sigue:
—¿Querés que te cebe mate?
Su amiga sigue parloteando sin darse cuenta que María está muy callada.
—Ayer fui a tribunales y  encontré al Rulo, estaba elegante con un traje oscuro, no parecía el mismo, no me animé a hablarle.
María deja de coser, mira por la ventana los árboles que se agitan con el viento de otoño. Escucha a Lola y recuerda: los bailes del club, su primer beso y aquel juramento que ella no cumplió.
Lola sigue con su charla:
—Como te decía, encontré a Rulo en tribunales, se le acercó un muchacho y le dijo: “Doctor Ramírez, el juez Molinero necesita hablar con usted” ¡Doctor Ramírez!  Si parece mentira, el Rulo doctor.
Lola le acerca un mate. María lo toma sin mirarla, tiene los ojos vidriosos.
—Hace más de diez años que se fue del barrio y, ahora resulta que es  doctor, mirá las vueltas de la vida. ¡Vos lo querías! Sí, no me mientas,  tu vieja te lleno la cabeza con el Pedro y le hiciste caso a ella.  
María le devuelve el mate y le dice que no cebe más, Lola lo deja y  regresa con el tema sin darse cuenta las lágrimas de María.
—Tu vieja era una interesada y vos una tonta que le hacía caso en todo, tal vez si te hubieras casado con el Rulo… hoy no estarías sentada en esa máquina, cosiendo todo el día, ni tendrías  moretones en los brazos.
María da vuelta la cara para ocultar el llanto.
—¡Basta! —grita con voz ronca.
—Bueno… ya sé…está bien,  mejor me callo. Debe estar por llegar Pedro y si viene borracho, mejor no quiero verlo. María, ¿lloras, por lo del Rulo? Si sabía no te contaba nada, dale, te cebo otro matecito bien dulce  y se te pasa, no te quiero ver así…la puta madre, si sabía no te decía nada…


Publicado en 

Cuentos y Poesías

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