Pedro Nadie es un tema de Piero que en la película argentina "Siempre fuimos compañeros" del año 1.973 que dirigiera Fernando Siro, en donde el SEÑOR Hugo del Carril (SEÑOR CON MAYÚSCULAS VALE) interpeta el tema"Pedro Nadie", en los estudios de LS84 TV Canal 11 de Buenos Aires. Es una de las pocas apariciones cinematográficas del popular actor y cantante durante la década de 1970 de esa Argentina de enfrentamientos, divisiones y violencia que luego sería prohibido por el gobierno de facto que tomó el poder en 1.976 donde se exiliaría en México hasta 1.981.
Nacida en familia de poetas y músicos como su padre Don Marcelo y sus hermanos Néstor y Hugo, un 13 de febrero de 1957, tras la temprana muerte de Néstor en el 69, Marité Berbel tomó la posta del dúo junto a Chelito desde abril de 1972 y ha recorrido el país, Chile, Uruguay, Estados Unidos. La música patagónica -ejecutada con instrumentos autóctonos- fue siempre su bandera.
Alegrías y penas de los mapuches, los paisajes, historias de vida, conforman las letras que, con melodías y ritmos sureños, canta en los más diversos escenarios, escuelas, parajes, ciudades.
Tras presentarse en la Fiesta del Chivito viajó a Buenos Aires para cerrar, en el auditorio de Radio Nacional, el ciclo “Recitales de la Argentinidad”, transmitido en vivo por la 98.7. Allí estuvo con sus hijos Ayelén y Traful, integrantes actuales del Dúo Berbel.
“Nosotros siempre afirmamos que la identidad se puede preservar o defender, como se quiera decir, desde el lugar donde estés y la actividad que te toque. Yo hace cuarenta y cinco años que canto, mis hermanos venían haciéndolo de antes, y mi viejo ni hablar... Ahora siguen mis chicos mostrando al resto del país y adonde nos quieran escuchar, que tenemos identidad patagónica. Somos una región tan habitada por gente de otros lugares, que por ahí hasta nosotros mismos no creemos tenerla, porque absorbemos todo lo proveniente de otros partes; que bienvenido sea, no protesto contra eso porque termina siendo nuestro. La identidad de Patagonia es así, mezcla de gentes, de aromas, de comidas, de música, que han venido de afuera. Sin duda. Y, por supuesto, tenemos nuestra raíz, nuestra manera de ser que buscamos preservar”, consideró la cantante neuquina.
P- De hecho, tu apellido es de origen árabe...
R- Claro. Mirá, algo de eso hay. Mi abuelo era de España, pero sí, de por allá venían sus ancestros. Se escribe con acento en la segunda e. Ahora Los Berbél que cantamos, que tenemos raíz en mi papá, llevamos el acento. Lo que nunca nos quedó claro sí originalmente era así, se lo tendría que preguntar a algún tío que todavía quede, o mi viejo que tenía faltas de ortografía, lo acentuó (ríe Marité). Por ejemplo, yo soy Edit sin hache y mi mamá era con hache, porque a mi padre le preguntaron cómo se escribía y dijo sin... (vuelve a reír). Era una característica suya la falta de ortografía.
P- ¿Cómo definirías a Los Berbel?
R- Siempre digo que papá comenzó a escribir cuando empezó a escribir. Y esto suena redundante y hasta ridículo, pero así fue. Él cuando entró a enganchar las letras para escribir, allá en su segundo grado, arrancó a delinear versitos y en cuanto tuvo conciencia de lugar donde vivía, se volcó a la música. A los once, doce años, ya componía y escribía a la Patagonia. Creo, sin siquiera pensar reflejarlo en otro lugar, si no que lo hacía por sentimiento, por amor a la tierra donde nació y que iba conociendo. Hoy es un canto que nos da identidad a los patagónicos...
El Chaqueño Palavecino estuvo hace poquito, allá en el Valle y nos comentó que quiere hacer un disco con intérpretes del norte, Los Nocheros, Los Tekis, la misma Sole, él por supuesto, con todos temas de Los Berbel. Esta porfía nuestra está dando sus frutos. No sé cuánto hilo me quedará en el carretel, pero mis hijos que ya se han puesto la camiseta de esta música, seguramente van a disfrutar de muchas cuestiones que van a pasar con ella, en adelante. Espero vivir mucho tiempo, pero sí sé que todavía me queda muchísimo por hacer, por sembrar, muchísimo por trabajar y en eso estoy...
P- ¿Cómo recogen Traful y Ayelén esa herencia?
R- Fue por motu propio. Así como te decía que mi viejo incentivó a Chelito y Guchi, jamás impulsé a ninguno de mis hijos para cantar. Mirá que egoísta... es como que no veía más allá, era un sueño, un emprendimiento mío en el que tal vez no los quise involucrar. Ellos fueron teniendo una edad que eligieron abordar esta música que aman profundamente. Respetan mucho la obra de su abuelo, así que sin duda es un tayül que pasó de generación en generación. ¡Es lo que nos ha ido quedando y seguiremos transmitiendo!
P- ¿Qué edades tienen tus hijos?
R- Ayelén 36 y Traful 27. Yo siempre hago una figura de mis hijos, de chiquitos uno los viste como quiere, después llega un tiempo en que empiezan a mirar medio torcido la ropa que les ponés hasta que eligen que ponerse. Me enorgullece que ellos hoy elijan las mismas prendas que han visto vestir a su mamá. Ellos optaron por esta camiseta del canto sureño y por sobre todo, la de su abuelo.
P- En noviembre publicaste en Facebook: “¡Habemus nieto nuevo! ¡Bienvenido Quimey...”
R- Sí. Traful tiene una nena que se llama Quillén y hace un mes a Quimey. Ayelén tiene a Antü. Pehuén tiene dos castizos, che, a Lucía y Tomás, una Marité y un Tayül. Después tengo otro nieto, Elián (10), que vive aquí en Buenos Aires y cuando canté con La Sole en el Luna Park, fue a verme. Se sentó en la platea y al ver la cantidad de gente que había, dijo: ¡todos estos vienen por mi abuela! Acá en Capital, vive un mundo totalmente diferente al de sus hermanos y primos allá, que van a las presentaciones que hacemos y suben conmigo al escenario.
P- Sole anticipó que estará en el CD que vos vas a grabar. ¿Cómo anda la cocina de ese material?
R- Estamos en los preparativos del disco. Lo grabaremos en Neuquén. Si mi hijo termina con su sala de grabación que está armando en la casa que era de mi papá en barrio La Sirena lo haríamos ahí mismo, y si no en otro estudio.
Herencia inevitable.
Don Marcelo (1925-2003) nació en Plaza Huincul, de Juan Berbel y María Teresa Arriagada, neuquina descendiente de mapuches. Compuso los himnos oficiales de la provincia “Neuquén Trabun Mapu” y de su capital “Regreso al ayer”, el primero junto al compositor Osvaldo Arabarco.
“Lo siguieron mis hermanos Hugo y Néstor, que falleció muy jovencito a los 18 años, y ahí me sumé yo. Mi papá, a los varones los incentivó para que cantaran, no a mí que era la nena de la familia. Lo mío fue un gusto, una gana, una necesidad al ver lo que pasaba en mi casa. Me quería sumar a eso y cuando lo pude hacer, Chelito me llevó de la mano a los escenarios. Para mí, cantar música patagónica, era un caballito que venía ensillado y estaba trotando. Me subí en el anca y nada más. Fue natural. Y hoy, si me decís qué otra música hubiese interpretado, diría la de Patagonia que tiene destellos en gente de otras provincias”, contó Marité. “La identidad de Patagonia es así, mezcla de gentes, de aromas, de comidas, de música, que han venido de afuera. Sin duda”,
Publicado en Diario "Río Negro", 26 de diciembre de 2016.
que el cus cus sabe a grano de pus tatuado en la piel.
Satanás es un capo llevando el compás
infiltrado en el supermercado de la navidad.
No es verdad…
No es verdad…
No es verdad…
- Canción de Navidad de Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat.
Disco:La Orquesta del Titanic (2012).
Dice el sitio http://www.joaquinsabina.net/ Esta “Canción de Navidad” es la elegida para ser el primer single del disco “La Orquesta del Titanic”. Esta canción tiene una fuerte inspiración en el poema "Christmas’s Song" de Joaquín Sabina.
Poema: Christmas’s song
de Joaquín Sabina.
No es verdad
que me dé náuseas la navidad,
me conmueven la madre y el niño, la mula y el buey,
lo que pasa es que estalla una bomba en la noche de paz,
lo que pasa es que apesta a zambomba el mensaje del rey.
El portal
de Belén es un zulo virtual
pero en vez de turrón este año me como un marrón,
unos hígados chumbos envueltos en papel albal,
y Gaspar en lugar de una bici me pone carbón.
Ojalá
no abrasara el calor del hogar
ni el pretexto que da el calendario para compartir,
lo que pasa es que tengo nostalgia de la soledad
¿cómo hacer si me da por llorar cuando toca reír?
Corazón,
no me quieras matar corazón,
sé de sobra quién paga, quién cobra, quién hace vudú,
quién satura el tacho de basura de tu cotillón,
san José se enfadó con el padre del niño Jesús.
Para ti
escribí este sol fa do re mi,
te lo vas a encontrar en el árbol de papá Noel,
cómo voy a decirte que no cuando sabes que sí,
que el cucús sabe a grano de pus tatuado en la piel.
Satanás
es un capo llevando el compás,
infiltrado en el súper mercado de san Valentín
cuando adopta un cobaya le ofrece una raya de más,
me lo dijo un espejo más viejo que el treinta de abril.
Comentario de la Profesora María Cristina Fernández:
Esta zamba, cuyo autor es un salteño que sigue tocándonos las fibras más íntimas con su canto, el querido Hernán Figueroa Reyes, es una de las tantas que evocan al gral. gaucho, don Martín Miguel de Güemes (8/2/1.785-17/6/1.821). La letra recuerda la gesta de este prócer salteño que junto a su pueblo defendió durante 11 años a las provincias argentinas, no al norte, como suele decirse.
"Los tiempos en que la Patria necesitaba valientes", se refiere a la época en que el país luchaba por consolidar la libertad proclamada el 25 de mayo de 1.810. Este camino fue largo, recién en 1.816 se logró declarar la Independencia y sólo en 1.825 la Patria fue verdaderamente libre, cuando fue aplacado el último foco realista que resistía en el Alto Perú (hoy Bolivia) a las órdenes del Gral. Pedro de Olañeta, con intenciones de recuperar los territorios del ex Virreynato del Río de la Plata.
La estrofa que dice "Donde termina la calle va levantándose el cerro..." hace referencia al Monumento erigido al pié del Cerro San Bernardo desde cuya magnífica escultura don Martín continúa, junto a sus gauchos, vigilando, oteando el horizonte y perpetuándose en el corazón de su pueblo.
Güemes murió a los 36 años bajo un árbol en Las Higuerillas como consecuencia de una herida ocasionada por los invasores realistas enviados por el Gral. Olañeta.
GAUCHO GUERRERO - Zamba
Letra y Musica: Hernán Figueroa Reyes
En tiempos en que la patria
necesitaba valientes
el gaucho Martín se puso a pelear
entrevera'o con su gente.
Del Alto Perú venían
entraban en Humahuaca
y ay nomás Martín los salió a topar
con boleadoras y lanzas.
Donde termina la calle
va levantándose el cerro
allí está Martín
don Martín Miguel
con sus cien gauchos de fuego.
Y su guardamonte al aire
serpenteaba las saitillas
sabiendo quizás que la muerte cruel
rondaba en Las Higuerillas.
Al alba se sintió un grito
desgarrando todo el valle
¡murió don Martín!
¡murió don Martín!
lo está llorando el gauchaje!
Las Higuerillas: localidad distante a unos 35 Km de la capital salteña. Allí se encuentra un monolito erigido sobre los restos del cebil colorado que cobijó al Gral. Güemes durante
su agonía. El diputado salteño Marcelo López Arias está gestionando su declaración como Monumento Histórico Nacional.
Saitillas: arbustos con espinas. Los gauchos salteños usaban los guardamontes para protegerse de ellos.
Boleadoras:durante la guerra por la independencia las boleadoras fueron utilizadas como eficaces armas de batalla. Este elemento también recibía el nombre de "bola", muy
difundido entre los gauchos, debido a que en ambos extremos de la soga o tiento de cuero, se amarraban piedras bolas.
Guardamonte:pieza de cuero (similar a un par de alas) que colocada delante de la montura es utilizada para abrirse paso entre la vegetación para evitar lastimaduras al animal o
a quien lo monta. Los guardamontes fueron utilizados durante la defensa de la Patria por los gauchos de Güemes para aterrar a los invasores. Una estrategia para simular un
número superior al real, por parte de los patriotas, consistía en golpear con el talero los guardamontes. El sonido logrado en conjunto ejercía una acción psicológica sumamente
Alfredo Le Pera nació en la ciudad de San Pablo (Brasil) el 8 de junio de
1870. Existe también la versión de su hermano, el Dr. José Le Pera, quien
afirmó que se llamaba Alfredo Alfonso de Paula Le Pera y que había nacido el 6
de junio de 1870.
Su familia se trasladó a Buenos Aires cuando tenía dos meses
de haber nacido, por lo que vivió toda su infancia allí. Fue periodista, autor
teatral y cinematográfico reconocido compositor de letras de tangos, sobre todo
los que Carlitos Gardel interpretó a lo largo de su carrera escribiendo el
argumento de casi todas sus películas: Melodía de arrabal, Espérame, La casa es
seria, allí en la Ciudad Luz; Cuesta abajo, El tango en Broadway, El día que me
quieras, Tango Bar, en Nueva York y todas las canciones de las mismas.
Dice José Gobello: “Le Pera trató de emplear, en sus letras,
un lenguaje que resultara inteligible a todo el mundo hispanohablante,
ampliando, de ese modo, la geografía del tango”.
Murió en Medellín (Colombia,
el 24 de junio de 1935), en el mismo accidente que quitara la vida a su
compañero Carlitos Gardel junto a los guitarristas José María Aguilar (el Indio
Aguilar), Ángel Domingo Riverol y Guillermo Barbieri al chocar dos aeroplanos a
punto de despegar, sobre la pista del aeropuerto Las Playas.
Carlos Méndez es un joven folclorista mendocino tiene un registro
y color de voz que se le parece a ese gran cantante que fuera Don Alfredo
Zitarrosa. Cuando compré un disco compacto, en la Ciudad de Mendoza, sin
conocerlo hace unos años a este cantante; debo confesar que adquirí este disco
compacto porque tenía temas folclóricos y cuando lo escucho quedo sorprendido por
la calidad y enamorado de sus canciones.
Hace unos años declaró: “Siempre trato de no hacer temas de
Zitarrosa para evitar que digan que lo quiero imitar”, comentó el músico al
Diario “Los Andes” de Mendoza. Méndez
fue uno de los finalistas en el Concurso Callejero organizado en el Festival de
Cosquín 2003 y participó en el Festival Nacional de la Tonada.
Para Carlos Méndez: “El folclore que hago está un poco olvidado. Es un folclore
del sur del país. Mi viejo era jinete y domador. Yo me he criado en el campo,
entre domas, payadas, milongas camperas y recitados”.
Yo soy del Chaco argentino nacido en ésta región soy tan hijo de esta tierra que me siento emparentado al quebracho colorado y al capullo de algodón. en mis venas corre sangre de la Italia forjadora, de esa estirpe labradora que en mi patria se afincó.
Fueron gringos mis dos padres, y también los dos hermanos que ya en el suelo italiano con la América soñó. aquel sueño y el destino los empujaron un día a dejar toda una vida por otra tal vez mejor.
Fragmento del poema
"Casi gringo"
de Luis Landriscina.
Don Luis Landriscina es hijo de inmigrantes italianos Luigi Landriscina, albañil, y Filomena Curci, ambos de Trinitapoli, Foggia en el sur de Italia, fue séptimo de un total de ocho hermanos nacido en Colonia Baranda, provincia de Chaco el 19 de diciembre de 1935.
Ese Don Guillermo, irlandés y tan patriota, con 4 barquitos locos nos improvisa una flota.
Desde Montevideo, qué disparate, nos viene provocando, caramba, Don Rumarate.
A la lucha, a la lucha, bravos paisanos, que con 4 barquitos, seguro se la ganamos.
Ese Guillermo Brown de allá de Irlanda, como patriota nuestro, le digo, la flota manda.
Brown, Buchardo, Azopardo, qué flota airosa, ya ganamos los mares, paisanos, así es la cosa.
Recuerdo patriota a uno de los grandes personajes de la Patria Grande, el Almirante GUILLERMO BROWN y interpretación de Jorge Cafrune.
Guillermo Brown (nacido William Brown; Foxford, Condado de Mayo,Reino de Irlanda (actual República de Irlanda), 22 de junio de 1777 – Buenos Aires, Argentina, 3 de marzo de 1857) fue el primer almirante irlandés nacionalizado argentino de la fuerza naval de la Argentina, tanto en la cronología como en el prestigio, que consagró su vida al servicio de su patria de adopción por lo que es considerado el Padre de la Armada Argentina.
Con su esposa Elizabeth Chitty tuvo numerosos hijos: Elizabeth (1810-1827), Guillermo (1812-1875), Ignacio Estanislao (1815-1816), Martina García Rosa Josefa Estanilada de Jesús (1815-1881), Eduardo (1816-1854), Miguel, Patricio y Pedro Brown y Chitty.
Cuatro barquitos, es un gato compuesto con letra de Leòn Benaròs, mùsica de Carlos Di Fulvio e interpretado por Jorge Cafrune, homenajeando al Almirante Guillermo Brown por la toma de Montevideo.