domingo, 29 de junio de 2025

La ventana de Manuel Altolaguirre.


La ventana separa
al mundo de los trenes,
de los grandes vapores,
de los hombres a pie,
del mundo quieto
de un alma sola.

¡Qué alegría
ver los rosales y los vendedores!

Al ruidoso paisaje
de tráfico y de vida
mi tristeza se asoma.

Mi soledad consciente
mira las hermosuras
inútiles del mundo.

Lo bello y el dolor
es de las almas solas.

Manuel Altolaguirre Bolín (Málaga, 29 de junio de 1905 - Burgos, 26 de julio de 1959).

martes, 24 de junio de 2025

Soledad de Alfredo Le Pera (Tango - Canción).


Yo no quiero que nadie a mí me diga
que de tu dulce vida
vos ya me has arrancado.
Mi corazón una mentira pide
para esperar tu imposible llamado.
Yo no quiero que nadie se imagine
cómo es de amarga y honda mi eterna soledad,
en mi larga noche el minutero muele
la pesadilla de su lento tic-tac.


En la doliente sombra de mi cuarto, al esperar
sus pasos que quizás no volverán,
a veces me parece que ellos detienen su andar
sin atreverse luego a entrar.
Pero no hay nadie y ella no viene,
es un fantasma que crea mi ilusión.
Y que al desvanecerse va dejando su visión,
cenizas en mi corazón.

En la plateada esfera del reloj,
las horas que agonizan se niegan a pasar.
Hay un desfile de extrañas figuras
que me contemplan con burlón mirar.
Es una caravana interminable
que se hunde en el olvido con su mueca espectral,
se va con ella tu boca que era mía,
sólo me queda la angustia de mi mal.

[1934]

Alfredo Le Pera Sorrentino (São Paulo, Brasil, 6 o 7 de junio de 1900 (existen controversias sobre el día) - Medellín, Colombia, 24 de junio de 1935).

viernes, 20 de junio de 2025

"Blasón de Plata", de Ricardo Rojas. Capítulo XXX

"Blasón de plata": Capítulo XXX

En el Día de la Bandera, volvemos al libro "Blasón de Plata", de Ricardo Rojas, al que aludimos en nuestra entrada del 1° de junio y que acompaña las celebraciones del mes de nuestro decimoquinto aniversario. Transcribimos hoy el capítulo XXX de la obra, añadiendo algunas fotos: todas ellas son propias.

Blasón de Plata.

XXX

Nuestra historia de cinco siglos no se hubiera realizado, sin esa tierra legendaria que tentó al conquistador, que asimiló al inmigrante de otras épocas, que caracterizó a su descendiente, que le alió al aborigen en la unidad de un pueblo, y que hizo el alma argentina valiente, generosa, altiva y optimista.


Casa de Ricardo Rojas.

La tierra indiana ha sido nuestra cuna y nuestro Blasón; la tradición argentina encuentra en ella su origen y su continuidad: se bautiza en las aguas natales de nuestro río, se nutre en el limo fecundo de nuestras pampas, se corona de luz en la cima inviolada de sus montañas, se embellece en la fuente de las leyendas territoriales que he narrado, y tomando de la herencia incaica la única parte que le correspondía, finge de azul y sol, bajo los cielos australes, la simbólica gloria de su bandera.

Nuestra bandera simboliza esa tierra.


Planetario de Buenos Aires.

No es la divisa de un gobierno, ni de un partido político, ni de una dinastía reinante, ni de una secta religiosa. No simboliza armas transitorias, parciales u hostiles. Es el emblema de una entidad permanente, absoluta, sagrada: es el misterio mismo de la tierra donde nacemos sin haberla elegido, donde vivimos sin alcanzar la dicha, donde morimos sin revelar su misterio. No hay en las naciones feudales una semejante, porque todas están enrojecidas en la sangre de antiguos crímenes, o ennegrecidas en la sombra de inconfesables horrores, o tatuadas por la heráldica de la violencia, de la ignorancia o el error. No lleva la nuestra sobre su paño las estilizadas lises del privilegio; ni la cándida media luna del fanatismo; ni las monstruosas águilas de la fuerza. Apenas si es azul, junto a la banda blanca donde fulgura en oro el sol de Dios, único emblema de su seda.


Museo Marítimo "Ingeniero Cerviño".

Cuando el día de su juramento, en Jujuy y en el Salado del Norte, la hueste patria la vió ondear al aire por la primera vez, creyóla una flotante nébula nacida de las riberas australes, dorada en medio por un campo de sol, y azulada en los bordes por un reflejo de los cielos. Así fué como, por el alma serena del inventor, la entraña de la patria, idealizándose en el vaho de las aguas epónimas, se convirtió en bandera.

Hálitos de la tierra, cuna y sepulcro del hombre, han formado ese lábaro. Todo es noble y eterno en su símbolo. Nuestro suelo argentino, nuestro suelo de plata, como el blasón congénere, está en el blanco heráldico de su paño el metal que en la ciencia de los armoriales simboliza pureza y paz.


Colegio Guadalupe (Bs. Aires).

Nuestro cielo infinito y nuevo como una esperanza, donde brillan las pléyades germinadoras y la cruz del Sud fraterna, trasúntase en el azul celeste cuyo color es un emblema de eternidad y de amor.

La inteligencia está, por fin, simbolizada en el sol que es su mejor empresa; emblema de tradición incaica, de iniciación apolínea, de renovación universal. Ya veis si ese pabellón puede servir de enseña a todos los hombres y a todos los ideales.


Palacio Municipal de Chivilcoy.

¿A qué prender en su asta heroica y febea el trapo rojo de la reivindicación socialista? No hay justicia democrática que no esté contenida en las posibilidades ideales de nuestra Revolución, formidable tormenta de aquella nube, la blanca nube azul de nuestra bandera. Alzad divisas rojas en Europa, divisas de púrpura igualitaria, de sangre vengadora, de fuego purificador. Alzadlas allí, obreros que no podéis hacer flamear en el asta de vuestras ágoras el trapo negro, o amarillo, o verde de las divisas feudales: la bandera del Sultán, la bandera del Emperador, la bandera del Papa. Esta blanca y azul es la bandera de una Revolución, es la bandera de un pueblo. El trapo rojo, en cambio, ha sido en América la enseña del crimen, del despotismo y de la barbarie. Esa blanca y azul debe ser la de nuestra justicia.


¿A qué elevar tampoco, en abigarrado ornamento, lábaros en otras patrias junto a ella? Hombres de la inmigración que exornáis con la extraña vuestros palacios: ¿No comprendéis que al abandonar vuestras patrias, murieron ellas en vosotros, como el árbol deja de estar en la hoja que cae? ¿No sentís que, como la hoja desprendida abona el suelo donde rueda, vosotros vais a fecundar la tierra que os recibe? ¿No sabéis que cuando la patria deja de estar en la tierra donde hemos nacido, se halla en la tierra donde vamos a morir, porque ésta guarda el reposo, la eternidad, el destino, lo que no hallasteis en vuestra cuna? ¿Por qué rechazar la sombra de esta bandera celeste y blanca, símbolo de la tierra y de la vida? ¿Ignoráis que en su banda de plata, negáis el suelo donde se asienta vuestra casa; y en su banda de azur, el aire donde respira vuestro pecho; y en su sol apolíneo, las armonías de la justicia, de la verdad y del arte?


Apostadero Naval Buenos Aires.

Venid, pues, hacia la columna de los hombres de Mayo; venid hacia la columna de los viejos hombres color de tierra, de madera y de bronce; venid, regocijados, al son del Himno libertador, himno del pueblo como una canción del trabajo; venid, hombres de todas las razas oprimidas y de todos los credos democráticos, a fortalecer con vuestra múltiple voz el canto argentino, a engrandecer la secular columna de hombres libres a cuyo frente flota y va, como una nébula en su turbio río, la bandera de sol, la bandera de plata, la bandera de azul, para que entre el tumulto de los otros pueblos y entre la gloria de las otras banderas, llegue también la nuestra, según el anuncio de su vidente, al pie del trono del Altísimo, como una inmaculada enseña de justicia, de redención y de paz.   


Catedral de La Plata.

https://heraldicaargentina.blogspot.com/2025/06/blason-de-plata-capitulo-xxx.html

Sitio de publicación:

https://heraldicaargentina.blogspot.com/

Publicadas por Alejandro Pomar. 

Texto: Heráldica en la Argentina.

Imágenes: Heráldica en la Argentina.

Viernes, 20 de junio de 2025.

Otra publicación.

"Blasón de plata": Prólogo.

… 

[Este libro] es la obra de un hombre apasionado por el destino de su raza. Es la obra de un poeta inquietado por el misterio de las cosas. Es, acaso, la obra de un místico que confiesa su fe en las ideas y en el oscuro influjo del alma sobre las formas de la vida... He aquí por qué este libro es también un sacrificio y una confesión... 

Ricardo Rojas

Buenos Aires, 1910

https://heraldicaargentina.blogspot.com/2025/06/blason-de-plata-prologo.html

sábado, 14 de junio de 2025

INVOCACIÓN - Manuel José Othón.


No apartes, adorada Musa mía,
tu divino consuelo y tus favores
del alma que, nutrida en los dolores,
abrasa el sol y el desaliento enfría.

Aparece ante mí como aquel día
primero de mis jóvenes amores
y tu falda blanquísima con flores
modestas u olorosas atavía.

¡Oh, tú, que besas mi abrasada frente
en horas de entusiasmo o de tristeza,
que resuene en tu canto inmensamente

tu amor a Dios, tu culto a la Belleza,
alma del Arte, y tu pasión ardiente
a la madre inmortal Naturaleza!

Manuel José Othón (Cerritos, San Luis Potosí, 14 de junio de 1858 – San Luis Potosí, San Luis Potosí, 28 de noviembre de 1906) fue un poeta, dramaturgo mexicano.

viernes, 13 de junio de 2025

El descuido de Martin Buber.


El descuido 
de Martin Buber.
Cuentan:
El rabí Elimelekl estaba cenando con sus discípulos. El criado le trajo un plato de sopa. El rabí lo volvió y la sopa se derramó sobre la mesa. El joven Mendel, que sería rabí de Rimanov, exclamó:
-Rabí, ¿qué has hecho? Nos mandarán a todos a la cárcel.
Los otros discípulos sonrieron y se hubieran reído abiertamente, pero la presencia del maestro los contuvo. Éste, sin embargo, no sonrió. Movió afirmativamente la cabeza y dijo a Mendel:
-No temas, hijo mío.
Algún tiempo después se supo que en aquel día un edicto dirigido contra los judíos de todo el país había sido presentado al emperador para que lo firmara. Repetidas veces el emperador había tomado la pluma, pero algo siempre lo interrumpía. Finalmente firmó. Extendió la mano hacia la arena de secar, pero tomó por error el tintero y lo volcó sobre el papel. Entonces lo rompió y prohibió que se lo trajeran de nuevo.
Publicado en CIUDAD SEVA https://ciudadseva.com/texto/el-descuido/

Martin Buber (Viena, 8 de febrero de 1878 - Jerusalén, 13 de junio de 1965) fue un filósofo y escritor judío austríaco-israelí. Es conocido por su filosofía de diálogo y por sus obras de carácter existencialista. Sionista cultural, anarquista filosófico, existencialista y partidario de "una tierra para dos pueblos" buscando el diálogo entre judíos y árabes en Palestina. (Wikipedia).
“En el pensamiento de Martin Buber influyeron con gran fuerza la obra de Kierkegaard, padre del existencialismo, y el estudio del misticismo judío que floreció en Polonia a mediados del siglo XVIII, conocido con el nombre de jasidismo. Toda su vida de estudioso y su extensa producción de filosofía e historia de la religión tuvieron como objetivo la construcción de un renovado puente cultural entre el judaísmo y el cristianismo. Éste es el motivo de la gran popularidad y el consenso que le acompañaron.” (Biografías y vidas”).