lunes, 7 de abril de 2025

Valle de Elqui de Gabriela Mistral.

Valle de Elqui.

Tengo de llegar al Valle

que su flor guarda el almendro

y cría los higuerales

que azulan higos extremos,

para ambular a la tarde

con mis vivos y mis muertos.

Pende sobre el Valle, que arde,

una laguna de ensueño

que lo bautiza y refresca

de un eterno refrigerio

cuando el río de Elqui merma

blanqueando el ijar sediento.

Van a mirarme los cerros

como padrinos tremendos,

volviéndose en animales

con ijares soñolientos,

dando el vagido profundo

que les oigo hasta durmiendo,

porque doce me ahuecaron

cuna de piedra y de leño.

Quiero que, sentados todos

sobre la alfalfa o el trébol,

según el clan y el anillo

de los que se aman sin tiempo

y mudos se hablan sin más

que la sangre y los alientos.

Estemos así y duremos,

trocando mirada y gesto

en un repasar dichoso

el cordón de los recuerdos,

con edad y sin edad,

con nombre y sin nombre expreso,

casta de la cordillera,

apretado nudo ardiendo,

unas veces cantadora,

otras, quedada en silencio.

Pasan, del primero al último,

las alegrías, los duelos,

el mosto de los muchachos,

la lenta miel de los viejos;

pasan, en fuego, el fervor,

la congoja y el jadeo,

y más, y más: pasa el Valle

a curvas de viboreo,

de Peralillo a La Unión,

vario y uno y entero.

Hay una paz y un hervor,

hay calenturas y oreos

en este disco de carne

que aprietan los treinta cerros.

Y los ojos van y vienen

como quien hace el recuento,

y los que faltaban ya

acuden, con o sin cuerpo,

con repechos y jadeados,

con derrotas y denuedos.

A cada vez que los hallo,

más rendidos los encuentro.

Sólo les traigo la lengua

y los gestos que me dieron

y, abierto el pecho, les doy

la esperanza que no tengo.

Mi infancia aquí mana leche

de cada rama que quiebro

y de mi cara se acuerdan

salvia con el romero

y vuelven sus ojos dulces

como con entendimiento

y yo me duermo embriagada

en sus nudos y entreveros.

Quiero que me den no más

el guillave de sus cerros

y sobar, en mano y mano,

melón de olor, niño tierno,

trocando cuentos y veras

con sus pobres alimentos.

Y, si de pronto mi infancia

vuelve, salta y me da al pecho,

toda me doblo y me fundo

y, como gavilla suelta,

me recobro y me sujeto,

porque ¿cómo la revivo

con cabellos cenicientos?

Ahora ya me voy, hurtando

el rostro, por que no sepan

y me echen los cerros ojos

grises de resentimiento.

Me voy, montaña adelante,

por donde van mis arrieros,

aunque espinos y algarrobos

me atajan con llamamientos,

aguzando las espinas

o atravesándome el leño.

El valle de Elqui, llamado antiguamente también como valle de Coquimbo, es el espacio cultural desarrollado en la cuenca del río Elqui ubicada en la provincia de Elquiregión de Coquimbo, en Chile.
En el valle se ubica Vicuña, su principal ciudad y lugar donde nació la poetisa chilena Gabriela Mistral.

Gabriela Mistral fue una Poetisa chilena nacida el 7 de abril de 1889 en Vicuña, Valle de Elqui, norte de Chile.

El nombre real fue Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayata, adoptó su seudónimo inspirada en la obra del poeta italiano Gabriele D'Annunzio y Fréderic Mistral.

Fue una poetisa, diplomática y pedagoga chilena.  Galardonada en 1945 con el Premio Nobel. El primer Premio Nobel de Literatura para un autor de Nuestra América. Previo a Gabriela Mistral había recibido el premio Nobel de la Paz el argentino Carlos Saavedra Lamas, quien obtuvo el premio Nobel de la Paz en 1936.

Murió en el Hospital de Hempstead, Nueva York, a causa de un cáncer de páncreas, el 10 de enero de 1957, a la edad de 67 años.

jueves, 3 de abril de 2025

La muerte de Schneider de Héctor Pedro Blomberg.


La muerte de Schneider. 
A Schneider lo mataron una noche
en el boliche de la Paraguaya.
Tenía los ojos azules
y la cara muy pálida.

Schneider oía el canto de la alondra
del viejo Rhin en las mañanas claras:
soñaba con países
de sol, y con tierras lejanas.

Se embarcó en un velero, allá en Hamburgo,
partió en la niebla de una madrugada.
Schneider fue por los cinco océanos
con sus ojos azules y su cara muy pálida.

Se enamoró una noche, muy ebrio y muy romántico,
de aquella camarera valenciana
que volvía locos a los marineros
en aquella taberna del Río de la Plata,
y Un hombre lo mató de un navajazo
en una vuelta de la calle Australia.

¿Dónde estará el alma de Schneider?
¿Oyendo las alondras del Rhin en las mañanas?
¿Vagando por los mares
En los perdidos barcos?

Yo he llorado por Schneider, una noche de lluvia,
en el boliche de la Paraguaya.

La pulpera 
de Santa Lucía.
Era rubia y sus ojos celestes
reflejaban la gloria del día
y cantaba como una calandria
la pulpera de Santa Lucía.

Era flor de la vieja parroquia.
¿Quién fue el gaucho que no la quería?
Los soldados de cuatro cuarteles
suspiraban en la pulpería.

Le cantó el payador mazorquero
con un dulce gemir de vihuelas
en la reja que olía a jazmines,
en el patio que olía a diamelas.

"Con el alma te quiero, pulpera,
y algún día tendrás que ser mía,
mientras llenan las noches del barrio
las guitarras de Santa Lucía".

La llevó un payador de Lavalle
cuando el año cuarenta moría;
ya no alumbran sus ojos celestes
la parroquia de Santa Lucía.

No volvieron los trompas de Rosas
a cantarle vidalas y cielos.
En la reja de la pulpería
los jazmines lloraban de celos.

Y volvió el payador mazorquero
a cantar en el patio vacío
la doliente y postrer serenata
que llevábase el viento del río:

¿Dónde estás con tus ojos celestes,
oh pulpera que no fuiste mía?"
¡Cómo lloran por ti las guitarras,
las guitarras de Santa Lucía!


Héctor Pedro Blomberg nacido en Buenos Aires un 18 de marzo 1889.
Pedro Blomberg era hijo de Ercilia López de Blomberg, escritora paraguaya y sobrina del mariscal Francisco Solano López; mientras que por el lado paterno era nieto de un marino noruego.
Escribió obras en las que mezclaba realidad y ficción, ambientadas en las luchas políticas del siglo XIX entre unitarios y federales.
Sus tangos fueron cantados por Ignacio Corsini.
Escribió gran cantidad de canciones, entre las que se destacan: El adiós de Gabino Ezeiza (milonga), La pulpera de Santa Lucía (vals), La mazorquera de Monserrat (vals), Violines gitanos (tango), Tirana unitaria (tango), La viajera perdida (tango), La que murió en París (tango), Siete lágrimas (canción), La guitarrera de San Nicolás (vals), No quiero ni verte (vals).
Fallece el 3 de abril de 1955 fue un poeta, guionista y periodista argentino.

lunes, 31 de marzo de 2025

LA AMOROSA -Zamba- de Oscar Valles y Hnos Díaz. Canta: ALFREDO ZITARROSA. ZITARROSA 74.

LA AMOROSA -Zamba-.

La amorosa (Oscar Valles - Julián Díaz - Benicio Díaz).
Arden mis labios por ti

muriéndome de amor
porque eres mi dueña, santiagueña
de mi corazón.

Temblando vuelves a mi
dejándome en tu adiós
tus manos pequeñas, santiagueña
de mi corazón.

Dormirán mis ojos sobre tu pelo
como en las habras el sol
amorosa flor de mi tierra
miel santiagueña, dulce como el mistol.
Mis sueños te sueñan, santiagueña
de mi corazón.

Lloran mis ojos por ti
lágrimas de pasión
si tú me desdeñas, santiagueña
de mi corazón.

Rezo tu nombre al partir
llamándome tu voz
carita risueña, santiagueña
de mi ardiente corazón.



El 23 de Marzo de 1924 nace Oscar Arturo Mazzanti, en el barrio de Belgrano en la Ciudad de Buenos Aires. Músico, cantor, interprete de guitarra y compositor, que alcanzaría renombre nacional con su seudónimo artístico: Oscar "Cacho" Valles.

Alguna vez acompaño a Edmundo Zaldívar, Félix Pérez Cardozo, Eduardo Falú y solía encontrarse en guitarreadas con Polo Giménez, Mario Arnedo Gallo y Los Hermanos Abalos. 

En 1956 ingreso al conjunto folklórico "Los Cantores de Quilla Huasi".

Existen más de 2000 grabaciones de sus obras.

Fue autor de éxitos como “La Compañera” compuesta en 1949, “Zamba de la Toldería”, “Cueca del Reloj”, “La Vieja”,“Alborozo Coya”, “La Sachapera”, “A la noche la hizo dios” (con Atahualpa Yupanqui), "Alma salteña" (con Ernesto Cabeza), "La amorosa" (con Los Hermanos Díaz) y “Cuando el corazón se quiere quedar”, entre otras.

Por su trayectoria ha recibido los más importantes premios nacionales como el "Disco de Oro" del sello "Philips", el "Gran Premio SADAIC" y el premio "Konex".

Fallece el 17 de Marzo del 2003 en Buenos Aires.

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Alfredo Zitarrosa (1936-1989), cantante, compositor, poeta, escritor y periodista uruguayo, es una de las figuras más destacadas de la música popular de Uruguay y de la Patria Grande.

En la década de 1960 fue votante y militante del Frente de Izquierda de Liberación (FIDEL), lista 1001, en el seno del Movimiento Popular Unitario que integraba aquella coalición. Luego siguió militando en el Partido Comunista de Uruguay hasta su muerte. En 1971 adhirió al Frente Amplio. Participó como cantor en innumerables actos políticos de estas organizaciones.

Levantada la prohibición de su música, como la de tantos en la Argentina luego de la Guerra de Malvinas, se radicó nuevamente en la Argentina, donde realizó tres memorables recitales en el estadio Obras Sanitarias, los primeros días del mes de julio de 1983. 

Casi un año después volvió a su país, donde tuvo una histórica y masiva recepción el 31 de marzo de 1984, la que fue descripta por él mismo como "la experiencia más importante de mi vida".

Un 31 de Marzo de 1984, regresaba del exilio de Alfredo Zitarrosa.

El retorno, el regreso a su tierra de sus amores fue recibido por una multitud de compatriotas que lo acompañaron en caravana desde el aeropuerto hasta Montevideo. Lo recordamos a 41 años de ese día.

domingo, 30 de marzo de 2025

Comodín · Saúl Huenchul.

 ``Voy a cantarle al mensual
De estancia, como al puestero
Quien gastó años enteros
Del galpón al pastizal
Sangre y luz del capital
brazos fuerte hechos sustancia
puntalcito de la estancia
donde se apoyo el patrón
ojala que el corazón
no ponga nunca distancia
Yo he visto en muchas pasadas
en épocas ya lejanas
a las 3 de la mañana
ensillar pa’ la juntada
y al ir pisando la helada
al galope en firme marcha
parece de que lo emparcha
el frío de la campaña
bigote, barba y pestaña
todo blanqueando de escarcha
Duro de frío sin miedo,
que lo achique en temporales
cuando ni la sangre sale
al lastimarse los dedos
y al galopear sin enredos,
siempre por un sueldo chico
habrá pensado el que indico
ay si pudiera un cigarro
armar sin mucho desgarro
pa calentarme el hocico’’


Saul Huenchul nacio el 3 de Noviembre de 1947, en zona rural del Departamento Caleu-Caleu, en la Provincia de La Pampa. De oficio payador, cantor, músico guitarrista y compositor

lunes, 24 de marzo de 2025

El Allanamiento de Guitarra Negra. / Alfredo Zitarrosa.

 


Hoy anduvo la muerte entre mis libros buscando mi pasadoBuscando los veranos del 40, los muchachitos bajo la mangueraLas siestas clandestinas, los plátanos del barrio, asesinadosTallados en el alma

Hoy anduvo la muerte revisando mi abono del tranvíaMis amigos, sus nombres, las noches del Café MontevideoLas encomiendas por la honda con olor a estofadoRevisando a mi padre, su Berreta, su BaldomirRevisando a mi madre, su hemiplejia (toca la guitarra nega, tócala)Al Uruguay batllista, a Arístides queridoA mis anarcos queridos (tócala)Bajo bandera, bajo mortajaBajo vinos y versos interminables
Hoy anduvo la muerte revisando los ruidos del teléfonoDistintos bajo los dedos índices, las fotosEl termómetro, los muertos y los vivosLos pálidos fantasmas que me habitanSus pies y manos múltiples, sus ojos y sus dientesBajo sospecha de subversión
Y no halló nadaNo pudo hallar a Batlle, ni a mi padre, ni a mi madreNi a Marx, ni a Arístides, ni a LeninNi al Príncipe Kropotkin, ni al Uruguay, ni a nadieNi a los muertos Fernández más recientesA mí tampoco me encontró
Yo había tomado un ómnibus al cerro e iba sentado al lado de la vidaPasé frente al nocturno y la vida había pintado unos cartelesPregunté en una esquina por la horaY en la bolsa del hombre que me dijo la horaIba la vida, junto con su almuerzo
Hoy dejaré las puertas y las ventanas de mi casa abiertasY la noche entrará por todas las ventanas de mi casaPor todas las ventanas de todo el barrioPor todas las ventanas de todos los cuarteles y de todas las cárcelesPor todas las ventanas de los hospitales, la noche entrará cabeceandoSaltará para adentro, sombra a sombra, a la luz del farolY se echará en el piso como un perroY aguardará hasta la madrugadaHoy dejaré las puertas y las ventanas de mi casa abiertasPara siempre

El Allanamiento de Guitarra Negra (fragmento).