lunes, 8 de diciembre de 2025

«El reo» - Leopoldo Lugones (1874-1938).

«...El caso es que para el reo/ no fue el destino tan cruel,/ porque una dijo que estaba/ pronta a casarse con él... La que a esa carta perdida/ se juega de tal manera,/ es, con sorpresa de todos/ ña Justa la pastelera...».
A Carlos M. Mayer.

I

 Después del Quebracho Herrado,

Según la historia lo escribe,

Persiguiendo a Juan Lavalle

Va ese general Oribe.

 

Así en contraste tan rudo

Negó la suerte a aquel bravo

Los laureles que hasta entonces

Conquistó sin menoscabo.

 

Porque donde entra Lavalle,

Para qué te quiero, gloria,

Si no es para hallarle justa

Consonancia a la victoria. 



Pero esa vez la desgracia

Le había llegado a él también.

Ya no iba a hallar en el mundo

Tregua, acierto ni sostén.


Derrotado marcha al Norte

Juan Lavalle el temerario,

Sembrando la caballada,

El parque y hasta el vestuario.

 

No deja el camino real,

Y aunque no exige hospedaje,

Va requisando en las postas

El ganado y el carruaje.

 

Dicen que por el Río Seco,

Tirado en una berlina,

Pasó sin dejarse ver,

Con su escolta correntina.

 

Dios le ayude, porque Oribe,

El mejor de sus rivales,

Manda lo más aguerrido

De las tropas federales.

 

Por capaz y diligente

Se las ha confiado Rosas,

Y don Juan Manuel, en esto.

Sabe arreglar bien las cosas.

 

Cada división por junto,

Monta caballos de un pelo.

Y en el porte y disciplina,

Cada soldado es modelo.

 

Punzó la gorra de manga,

De igual color la chaqueta,

Y a listas blancas y azules

El chiripá de bayeta.

 

Son veteranos de aquellos

Que al entrar en la pelea,

Por dragona de los corvos

Suelen prender la manea.

 

Y hasta cuentan que en las cargas

Se ha visto más de un barbudo

Que para andar sin estorbo

Con las barbas hizo un nudo.

 

Es de verlos cuando avanzan

Con un empuje tremendo,

Entre el polvo y la humareda

Como un pajonal ardiendo.

 

Mas, los de la otra divisa

Topan esa llamarada

Como las olas que encrespa

Bramando la marejada.

 Pues el uniforme entero
Llevan del color celeste
Con que quiere el unitario
Que su fe se manifieste.


Dicen que en su menosprecio

De la muerte, esos varones,

Se vienen hasta los cuadros

Para enlazar los cañones.

 

Y que cuando se entreveran,

Asombra entre el clamoreo.

El choque de las tacuaras

Superando al tiroteo.

 

Esa es guerra de la grande,

Y en aquel juego funesto,

El que no echa vale cuatro

Canta contra flor y el resto.

 

Acaso alguno desdeñe

Por lo criollos mis relatos.

Esto no es para extranjeros,

Cajetillas ni pazguatos.

 

A las cosas de mi tierra,

Tal como son las divulgo.

No saboreará el pastel

Quien se quede en el repulgo.

 

II

 Apenas la villa ocupa

La vanguardia federal,

Pone en la plaza el banquillo

De la pena capital.

 

Así entonces lo estilaban

Los ejércitos, señores,

Para terror de enemigos

Y escarmiento de traidores.

 

Con que, al toque de retreta,

Se echa bando por pregón,

De que un desertor, mañana,

Sufrirá su ejecución.

 

No bien raya el nuevo día,

Todo el pueblo acude a ver.

Si no se ha quedado un hombre,

Menos falta una mujer.

 

Había corrido la voz

Que el reo era un lindo mozo,

Medio de mala cabeza,

Pero de muy buen carozo.

 

Que conforme con su suerte

Y sin mostrar ningún susto,

Se portó esa última noche

De guapo que daba gusto.

Porque acordadas tres cosas
A aquel que se halla en capilla,
Sólo pidió una guitarra,
La guayaca y una silla.

 

Que por cifra les compuso,

Y en décima, una glosa

Sobre esta copla asentada

Por una mano piadosa:

 

«Preso y sentenciado estoy,

No tengan pena por eso,

Que no soy el primer preso

Ni dejo de ser quien soy.»

 

Y que hasta bailó una cueca

Que audaz llamó «la del bando»,

Con la mujer del sargento

Que le hizo el gusto llorando.

 

Porque era mozo tan ágil

Y delgado de tobillos,

Que se arregló soliviando

Con una faja los grillos.

 

Mire que es fatalidad

Venir así a errar la huella.

Mire que haya quien desniegue

Esto de la mala estrella.

 

Esto de la mala estrella

Contiene mucho argumento.

Mas por hoy, señores míos,

Hay que seguir con el cuento.

 

III

 Ya el reo se halla vendado,

Y ante tropa y concurrencia,

Se echa por última vez

El pregón de la sentencia,

 

Que habiendo correspondido

Consejo sobre el tambor,

Resuelve que así se cumpla

El comando superior.

 

Que por su artículo tal

La ley con rigor ordena

Que al desertor en campaña

Se aplique la última pena.

 

Pero que si una mujer

Por marido lo pedía,

En prisión aquel suplicio

Conmutado le sería.

 

Es que en su misma dureza

Compasiva la ordenanza,

Querrá acordarle al amor

Aquella última esperanza.

 


El caso es que para el reo

No fue el destino tan cruel,

Porque una dijo que estaba

Pronta a casarse con él.

 

La que a esa carta perdida

Se juega de tal manera,

Es, con sorpresa de todos

Ña Justa la pastelera.

 

Parda jamona, y de yapa,

Bizca por su mala suerte,

Aunque todos reflexionan

Que al fin más fea es la muerte.

 

Y que un culpable indultado,

A quien la cárcel aguarda,

No va a andarse con melindres

Sobre si es negra o es parda.

 

Ella le hace caridad,

Porque al fin es un suicidio

Pasar la vida esperando

A la puerta del presidio.

 

Con lo cual bien los asombra

Cuando ruega muy entero,

Que los ojos le desaten

Porque quiere ver primero.

 

Y en cuanto echa su vistazo,

«No me conviene la prenda»

Dice con resolución,

Y vuelve a pedir la venda.

 

Recibió sus cuatro tiros

Dándose por satisfecho,

Y así la pobre ña Justa

Sufrió el último despecho.

 

Miserias por esperanzas

Ella buscó decidida.

Y al rigor de la fealdad

El sacrificó la vida.

 

No sé qué creerán ustedes,

Mas yo tengo para mí,

Que merece algún respeto

Quien supo morir así.

* En «Romances del Río Seco», MCMXLVIII – Ediciones Centurión, Buenos Aires – Con dibujos de Alberto Güiraldes, que ilustran también esta presentación. Edición anotada por Leopoldo Lugones (h).

Decíamos ayer...

jueves, 4 de diciembre de 2025

Taxis de ficción: de Travis Bickle de De Niro a Rolando Rivas de García Satur. Por Néstor Tkaczek.

 El mundo del taxi está inmortalizado en aquella película de Scorsese: “Taxi driver”; y la televisión argentina lo hizo con la teleserie más exitosa de su historia: “Rolando Rivas, taxista”, en la que el tachero giraba por la ciudad en un mítico Siam Di Tella. 

Por Néstor Tkaczek.

El legendario Siam Di Tella que manejaba Rolando Rivas en la inolvidable telenovela.

Virgilio no es solo el poeta inmortal de la “Eneida”, al parecer fue el primero que puso por escrito la idea de un vehículo que podían usar en Roma aquellas personas con discapacidad. Con el tiempo se utilizaron los carruajes de alquiler con diferentes tarifas para ir de un punto a otro de las cada vez más populosas urbes. Generalmente su parada era en las plazas. Sobre el reemplazo de estos coches de transporte por el automóvil, hay una obra emblemática del teatro argentino: “Mateo” de A. Discépolo. Gracias a la popularidad de esta pieza teatral, a muchas de estas carretelas (hoy dedicadas a pasear turistas) se les llama “mateos”. Se sabe que el primer taxi tal como hoy lo conocemos circuló en París y fue inventado por el fabricante de autos, Louis Renault, quien lanzó unos pequeños coches dotados de taxímetros (medidores de tarifas) para ser alquilados en diferentes paradas de la capital francesa. 

Hoy el taxi es un componente esencial de la vida cotidiana y forma parte de las señas identitarias de las ciudades. Es impensable ver imágenes de Buenos Aires sin esos autos amarillos y negros, o los verdes y blancos del D. F. mexicano, o los amarillos de tantas películas en Nueva York. 

El cine repite una toma ya emblemática, la del personaje que ingresa apresurado y ordena “siga a ese auto”. El mundo del taxi está inmortalizado en aquella película de Scorsese: “Taxi driver”; y la televisión argentina lo hizo con la teleserie más exitosa de su historia: “Rolando Rivas, taxista”, en la que el tachero giraba por la ciudad en un mítico Siam Di Tella. 

En mi pueblo el color de los taxis siempre fue variopinto. La memoria me lleva a una entrañable garita (hoy ya desaparecida) ubicada en pleno centro y estacionados allí, el Falcon Blanco de Suárez, el azul de Matus, creo que otro blanco de Olguín y el 404 celeste de Sanz, al que todos conocían como “el zorzal”. El reloj era a “ojímetro”, aunque nadie cuestionaba sus tarifas. Recuerdo que eran hombres grandes; y los vi hacerse más grandes aun junto a sus autos que lentamente fueron mostrando el óxido del tiempo en las carrocerías hasta desaparecer. 

Publicado en Diario Río Negro.

11/12/2022.

https://www.rionegro.com.ar/espectaculos/taxis-de-ficcion-de-travis-bickle-de-de-niro-a-rolando-rivas-de-garcia-satur-2638537/

domingo, 30 de noviembre de 2025

MI VIEJO MATE GALLETA de José Larralde.

 

EL TRISTEMENTE OLVIDADO "MATE GALLETA".

Hay una galleta o pan de campo que se consume  en zonas rurales del litoral, banda oriental y sur riograndense (Argentina, Uruguay y Brasil), que tiene una forma redondeada y masa muy sabrosa, con la particularidad de que aguanta mucho tiempo sin ponerse dura, razón por la cual es preferida en la dieta del gaucho para sus  largas jornadas de trabajo en las que no hay panadería cerca. Yo, en los campos de Curuzú la he llegado a consumir durante quince días sin notar que estuviera dura ni perdiera su sabor.

El mate por supuesto esta presente en el día a día del gaucho desde el primer momento entre los sueños de la amanecida y hasta el ocaso, acompañando  si se precia las largas charlas, cuentos, chismes y “sucedidos” ((sucesos relevantes que generalmente se ponen como ejemplo pero también como puesta al día en las noticias del lugar)) .

De allí el nombre de  “mate galleta” dado precisamente a un tipo de calabaza para tomar mate cuya forma y tamaño recuerda la galleta de campo. En la cultura de la yerba mate es un tipo ideal de calabacín indicado para matear solo, o con poca gente, pues contiene varias características que lo hacen especial: cabe en la propia palma de la mano a la que transmite calor  invitando a conservarlo ahí, mientras se sorbe lentamente el jugo de la yerba.

Al ser su forma redondeada este mate no se para solo, así que sino está dotado de un pie hecho ad hoc hay que tenerlo siempre en la mano, probablemente esto hace que su uso invite a la intimidad y la confianza y favorece la concentración pues hay que dedicarse plenamente a él. Además nunca es muy grande asi que para disfrutar plenamente de la mateada lo ideal es uno solo o en  ronda de tres o cuatro personas, no más.

Sabedor de todo esto, el gaucho y poeta don José Larralde canta:

MI VIEJO MATE GALLETA.

Mi viejo mate galleta

que pena me dio perderte

que mano troncho’ tu suerte

tal vez la mano del tiempo

si hasta crei que eras eterno

nunca imagine tu muerte.

En tu pancita verdosa

cuantos paisajes mire’

cuantos versos hilvane’

mientras gozaba tu amargo

cuantas veces te hice largo

y vos sabias porque’.

En esos duros inviernos

cuando la escarcha blanqueaba

tu cuerpito calentaba

mis manos con su calor

pa’ qu’el amigo cantor

se prendiera a la guitarra.

Y ahi no mas se arma la farra

vos y yo en un mano a mano

mate y guitarra en la sombra

mate y guitara en el claro

en leguas a la redonda

no hubo jaguel orejano.

Mi viejo amigo y hermano

que destino mas sotreta

nunca le di a la limeta

en vos encontre la calma

en este adios pongo mi alma … ay

mi viejo mate galleta.

Regionlitoral



 *** Publicación encontrada en Facebook.

"En tu pancita verdosa,
cuantos paisajes miré,
cuantos versos hilvané,
mientras gozaba tu amargo.
Cuántas veces te hice largo,
y vos sabías porqué."
Fragmento que relata José Larralde en "Mi viejo mate galleta".

Más de Don José Larralde, el cantor orillero hacer click en etiquetas: José Larralde.

30 de noviembre, Día Nacional del Mate.
Serviliano Maidana, baqueano del general Lavalle, mateando. Saladillo,1878. AGN
.

El 30 de noviembre se celebra el "Día Nacional del Mate" en nuesstra Argentina, en conmemoración del nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas ("Andresito"). 
Fue elegido como el Día Nacional del Mate debido a un hecho histórico clave: en 2015, esa fecha fue designada por ley como el día oficial de la celebración en todo el país. La decisión fue promovida por el Senado argentino, con el objetivo de reconocer y promover el valor cultural, social y económico del mate en la vida de los argentinos. La fecha no es casual; coincide con la fecha de la fundación de la “Asociación de Productores de Yerba Mate” (APYM) en 1967, una organización que trabaja para mejorar las condiciones de los productores y la comercialización de la yerba mate en el país.

Vieja promoción de presentación de Larralde en
el Teatro Español de Neuquén.


RIONEGRINO SOY. Poema de Jorge Castañeda.


 RIONEGRINO SOY.

Yo soy pedreros, escorial,
Araucaria en la espesura,
Una meseta en la altura,
Gaviota en el litoral.
Yo soy río, lago, amancay,
Del Gualicho la salina,
Una piedra que camina,
Mata sebo y chacayal.
Soy puma y también huemul,
Guarida del zorro gris,
Melipal como la Cruz,
Alpataco y piquillin.
Soy la tierra hospitalaria
Que a todos quiere abrigar,
Provincia de Río Negro,
Sos del mundo mi lugar.
Soy chivada de los cerros
Y majadas bajo el sol,
El viento que sopla arisco
Entre arrayan y coiron.
Basalto soy, manzanares,
Tierras del Peral en flor,
Ranchitos de los puestos,
Chacras de arado y tractor.
Orgulloso de mi tierra
Todo el valle es un primor
Por eso le digo al mundo:
Rionegrino, sí señor.
Jorge Castañeda.
Valcheta.



FUERTE ARGENTINO. Foto Narciso Llhai.

FUERTE ARGENTINO.
Lugar de mitos y leyendas
Antiguo fuerte abandonado
Tejuelas y vestigios
De los caballeros
Templarios.
Búsqueda espiritual
Del Santo Grial
Redondos hontanares
Del caballero
Parsifal.
Las proas
De la Rochelle
Ancladas en
Somuncura.
Misterios en la estepa
Cruces y puertas
De la Orden del Temple
Y el brillo en los ojos
De aquel que vió
Los tesoros del rey
Salomón.
Jorge Castañeda.