"Blasón de plata": Capítulo XXX
En el Día de la Bandera, volvemos al libro "Blasón de
Plata", de Ricardo Rojas, al que aludimos en nuestra entrada del 1° de
junio y que acompaña las celebraciones del mes de nuestro decimoquinto
aniversario. Transcribimos hoy el capítulo XXX de la obra, añadiendo algunas fotos:
todas ellas son propias.
Blasón de Plata.
XXX
Nuestra historia de cinco siglos no se hubiera realizado,
sin esa tierra legendaria que tentó al conquistador, que asimiló al inmigrante
de otras épocas, que caracterizó a su descendiente, que le alió al aborigen en
la unidad de un pueblo, y que hizo el alma argentina valiente, generosa, altiva
y optimista.
Casa de Ricardo Rojas.
La tierra indiana ha sido nuestra cuna y nuestro Blasón; la
tradición argentina encuentra en ella su origen y su continuidad: se bautiza en
las aguas natales de nuestro río, se nutre en el limo fecundo de nuestras
pampas, se corona de luz en la cima inviolada de sus montañas, se embellece en
la fuente de las leyendas territoriales que he narrado, y tomando de la
herencia incaica la única parte que le correspondía, finge de azul y sol, bajo
los cielos australes, la simbólica gloria de su bandera.
Nuestra bandera simboliza esa tierra.
Planetario de Buenos Aires.
No es la divisa de un gobierno, ni de un partido político,
ni de una dinastía reinante, ni de una secta religiosa. No simboliza armas
transitorias, parciales u hostiles. Es el emblema de una entidad permanente,
absoluta, sagrada: es el misterio mismo de la tierra donde nacemos sin haberla
elegido, donde vivimos sin alcanzar la dicha, donde morimos sin revelar su
misterio. No hay en las naciones feudales una semejante, porque todas están
enrojecidas en la sangre de antiguos crímenes, o ennegrecidas en la sombra de
inconfesables horrores, o tatuadas por la heráldica de la violencia, de la
ignorancia o el error. No lleva la nuestra sobre su paño las estilizadas lises
del privilegio; ni la cándida media luna del fanatismo; ni las monstruosas
águilas de la fuerza. Apenas si es azul, junto a la banda blanca donde fulgura
en oro el sol de Dios, único emblema de su seda.
Museo Marítimo "Ingeniero Cerviño".
Cuando el día de su juramento, en Jujuy y en el Salado del
Norte, la hueste patria la vió ondear al aire por la primera vez, creyóla una
flotante nébula nacida de las riberas australes, dorada en medio por un campo
de sol, y azulada en los bordes por un reflejo de los cielos. Así fué como, por
el alma serena del inventor, la entraña de la patria, idealizándose en el vaho
de las aguas epónimas, se convirtió en bandera.
Hálitos de la tierra, cuna y sepulcro del hombre, han
formado ese lábaro. Todo es noble y eterno en su símbolo. Nuestro suelo
argentino, nuestro suelo de plata, como el blasón congénere, está en el blanco
heráldico de su paño el metal que en la ciencia de los armoriales simboliza
pureza y paz.
Colegio Guadalupe (Bs. Aires).
Nuestro cielo infinito y nuevo como una esperanza, donde
brillan las pléyades germinadoras y la cruz del Sud fraterna, trasúntase en el
azul celeste cuyo color es un emblema de eternidad y de amor.
La inteligencia está, por fin, simbolizada en el sol que es
su mejor empresa; emblema de tradición incaica, de iniciación apolínea, de
renovación universal. Ya veis si ese pabellón puede servir de enseña a todos
los hombres y a todos los ideales.
Palacio Municipal de Chivilcoy.
¿A qué prender en su asta heroica y febea el trapo rojo de
la reivindicación socialista? No hay justicia democrática que no esté contenida
en las posibilidades ideales de nuestra Revolución, formidable tormenta de
aquella nube, la blanca nube azul de nuestra bandera. Alzad divisas rojas en
Europa, divisas de púrpura igualitaria, de sangre vengadora, de fuego
purificador. Alzadlas allí, obreros que no podéis hacer flamear en el asta de
vuestras ágoras el trapo negro, o amarillo, o verde de las divisas feudales: la
bandera del Sultán, la bandera del Emperador, la bandera del Papa. Esta blanca
y azul es la bandera de una Revolución, es la bandera de un pueblo. El trapo
rojo, en cambio, ha sido en América la enseña del crimen, del despotismo y de
la barbarie. Esa blanca y azul debe ser la de nuestra justicia.
¿A qué elevar tampoco, en abigarrado ornamento, lábaros en
otras patrias junto a ella? Hombres de la inmigración que exornáis con la
extraña vuestros palacios: ¿No comprendéis que al abandonar vuestras patrias,
murieron ellas en vosotros, como el árbol deja de estar en la hoja que cae? ¿No
sentís que, como la hoja desprendida abona el suelo donde rueda, vosotros vais
a fecundar la tierra que os recibe? ¿No sabéis que cuando la patria deja de
estar en la tierra donde hemos nacido, se halla en la tierra donde vamos a
morir, porque ésta guarda el reposo, la eternidad, el destino, lo que no
hallasteis en vuestra cuna? ¿Por qué rechazar la sombra de esta bandera celeste
y blanca, símbolo de la tierra y de la vida? ¿Ignoráis que en su banda de
plata, negáis el suelo donde se asienta vuestra casa; y en su banda de azur, el
aire donde respira vuestro pecho; y en su sol apolíneo, las armonías de la justicia,
de la verdad y del arte?
Apostadero Naval Buenos Aires.
Venid, pues, hacia la columna de los hombres de Mayo; venid
hacia la columna de los viejos hombres color de tierra, de madera y de bronce;
venid, regocijados, al son del Himno libertador, himno del pueblo como una
canción del trabajo; venid, hombres de todas las razas oprimidas y de todos los
credos democráticos, a fortalecer con vuestra múltiple voz el canto argentino,
a engrandecer la secular columna de hombres libres a cuyo frente flota y va,
como una nébula en su turbio río, la bandera de sol, la bandera de plata, la
bandera de azul, para que entre el tumulto de los otros pueblos y entre la
gloria de las otras banderas, llegue también la nuestra, según el anuncio de su
vidente, al pie del trono del Altísimo, como una inmaculada enseña de justicia,
de redención y de paz.
Catedral de La Plata.
https://heraldicaargentina.blogspot.com/2025/06/blason-de-plata-capitulo-xxx.html
Sitio de publicación:
https://heraldicaargentina.blogspot.com/
Publicadas por Alejandro Pomar.
Texto: Heráldica en la Argentina.
Imágenes: Heráldica en la Argentina.
Viernes, 20 de junio de
2025.
Otra publicación.
"Blasón de plata": Prólogo.
…
[Este libro] es la obra de un hombre apasionado por el destino de su raza. Es la obra de un poeta inquietado por el misterio de las cosas. Es, acaso, la obra de un místico que confiesa su fe en las ideas y en el oscuro influjo del alma sobre las formas de la vida... He aquí por qué este libro es también un sacrificio y una confesión...
Ricardo Rojas
Buenos Aires, 1910
https://heraldicaargentina.blogspot.com/2025/06/blason-de-plata-prologo.html
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