NUBES
de Jorge Luis Borges.
No habrá una sóla cosa que no sea
una nube. Lo son las catedrales
de vasta piedra y bíblicos cristales
que el tiempo allanará. Lo es la Odisea,
que cambia como el mar. Algo hay distinto
cada vez que la abrimos. El reflejo
de tu cara ya es otro en el espejo
y el día es un dudoso laberinto.
Somos los que se van. La numerosa
nube que se deshace en el poniente
es nuestra imagen. Incesantemente
la rosa se convierte en otra rosa.
Eres nube, eres mar, eres olvido.
Eres también aquello que has perdido.
II.
Por el aire andan plácidas montañas
o cordilleras trágicas de sombra
que oscurecen el día. Se las nombra
nubes. Las formas suelen ser extrañas.
Shakespeare observó una. Parecía
un dragón. Esa nube de una tarde
en su palabra resplandece y arde
y la seguimos viendo todavía.
¿Qué son las nubes? ¿Una arquitectura
del azar? Quizá Dios las necesita
para la ejecución de Su infinita
obra y son hilos de la trama oscura.
Quizá la nube sea no menos vana
que el hombre que la mira en la mañana.
2 comentarios:
Quién dijo que Borges era complicado, la claridad de sus versos llegan a llevarnos a volar entre esas nubes, paisaje que tan bien describe. Como siempre gracias Guillermo por tan buena entrada.
mariarosa
Sí, eso son las nubes.
Prefiero a Borges en los cuentos, pero la poesía también me atrapa.
¿Me cuentas algo de Linares Cardozo? Hace tiempo que lo extraño.
Alicia
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