Inadaptación,
Esta canción es para usted
que vive más tranquilo
si toma té de tilo.
Esta canción es para usted
que conserva el estilo
a fuerza de café.
Es para los que,
con aspirina, revivimos
si el ánimo declina.
Para los que, con uso moderado
de alcohol y nicotina,
nos hemos adaptado.
Nos adaptamos a estar contentos
aunque la mufa vaya por dentro,
nos adaptamos a hacer aspavientos
de tener mucho, aunque sea cuento.
Nos adaptamos a estar sonrientes
aunque seamos indiferentes,
nos adaptamos a los parientes,
a los ministros y al presidente.
Nos adaptamos a nuestro empleo
aunque no sea lindo ni feo,
nos adaptamos a pasar el invierno
aunque el invierno resulte eterno.
Nos adaptamos a cualquier cosa
mientras no sea muy espantosa,
nos adaptamos sin preguntarnos
para qué cornos adaptarnos.
Esta canción es para usted
que vive tan tranquilo
sorbiendo té de tilo.
Esta canción es para usted
que conserva el estilo
a fuerza de café.
Pero hay que proceder con impaciencia
y controlar las dosis de prudencia,
pues puede que un buen día de repente
cambie todo y tengamos que empezar
nuevamente.
Y readaptarnos a estar contentos
aunque otra bronca vaya por dentro,
y readaptarnos a hacer espamento
no tener guita y andar sin vento.
Y readaptarnos a estar sonrientes
aunque sigamos indiferentes,
y readaptarnos a otro intendente,
y a otros ministros y presidentes.
Y readaptarnos a un nuevo invierno
que no mejore las cosas un cuerno,
y readaptarnos a un nuevo trabajo
que tampoco nos interese un carajo.
Y readaptarnos a ser cualquiera
menos el tipo que uno debiera,
y readaptarnos sin preguntarnos
cuándo empezamos a recontrarreadaptarnos.
Esa canción es para usted,
prefiere una dimetil amino fenil pemetil
pirazolona
o un toque de rapé.
Esta canción es para usted
que vive más tranquilo
si toma té de tilo.
Esta canción es para usted
que conserva el estilo
a fuerza de café.
Es para los que,
con aspirina, revivimos
si el ánimo declina.
Para los que, con uso moderado
de alcohol y nicotina,
nos hemos adaptado.
Nos adaptamos a estar contentos
aunque la mufa vaya por dentro,
nos adaptamos a hacer aspavientos
de tener mucho, aunque sea cuento.
Nos adaptamos a estar sonrientes
aunque seamos indiferentes,
nos adaptamos a los parientes,
a los ministros y al presidente.
Nos adaptamos a nuestro empleo
aunque no sea lindo ni feo,
nos adaptamos a pasar el invierno
aunque el invierno resulte eterno.
Nos adaptamos a cualquier cosa
mientras no sea muy espantosa,
nos adaptamos sin preguntarnos
para qué cornos adaptarnos.
Esta canción es para usted
que vive tan tranquilo
sorbiendo té de tilo.
Esta canción es para usted
que conserva el estilo
a fuerza de café.
Pero hay que proceder con impaciencia
y controlar las dosis de prudencia,
pues puede que un buen día de repente
cambie todo y tengamos que empezar
nuevamente.
Y readaptarnos a estar contentos
aunque otra bronca vaya por dentro,
y readaptarnos a hacer espamento
no tener guita y andar sin vento.
Y readaptarnos a estar sonrientes
aunque sigamos indiferentes,
y readaptarnos a otro intendente,
y a otros ministros y presidentes.
Y readaptarnos a un nuevo invierno
que no mejore las cosas un cuerno,
y readaptarnos a un nuevo trabajo
que tampoco nos interese un carajo.
Y readaptarnos a ser cualquiera
menos el tipo que uno debiera,
y readaptarnos sin preguntarnos
cuándo empezamos a recontrarreadaptarnos.
Esa canción es para usted,
prefiere una dimetil amino fenil pemetil
pirazolona
o un toque de rapé.
La hora de los magos.
Es la hora de los magos,
todo de golpe es perfecto
y todos por fin consiguen
lo que siempre fue su sueño.
Una casa para el pobre,
el rico fama y talento,
el chico se vuelve grande,
la delgada saca pecho.
Cada terreno baldío
crece con un rascacielos,
en los platos hay manjares,
cada hueso con su perro.
Cada bruja con su escoba,
cada cura con sus rezos,
cada loco con su tema,
cada vieja con su viejo.
Manos para cada calle
y piernas para los rengos.
Y en cada rincón del mundo
se hace cierto el padre nuestro.
La redención de la carne,
resurrección de los muertos
y el perdón de los pecados
han sido todo un suceso.
Nadie mas trabaja nunca
si no lo hace como un juego,
hay regalos a patadas
y se libera a los presos.
No hay mas disturbios raciales,
baja el dólar, sube el peso,
si alguno quiere morirse
debe esperar a ser viejo.
Se acabó la guerra fría
y empezó la de los besos
y la luna, de repente,
se hizo de miel en el cielo.
Y es muy fácil comprobar
que es verdad lo que les cuento
pues quien canta esta canción
es mudo de nacimiento.
Es la hora de los magos
todo de golpe es perfecto…
todo de golpe es perfecto
y todos por fin consiguen
lo que siempre fue su sueño.
Una casa para el pobre,
el rico fama y talento,
el chico se vuelve grande,
la delgada saca pecho.
Cada terreno baldío
crece con un rascacielos,
en los platos hay manjares,
cada hueso con su perro.
Cada bruja con su escoba,
cada cura con sus rezos,
cada loco con su tema,
cada vieja con su viejo.
Manos para cada calle
y piernas para los rengos.
Y en cada rincón del mundo
se hace cierto el padre nuestro.
La redención de la carne,
resurrección de los muertos
y el perdón de los pecados
han sido todo un suceso.
Nadie mas trabaja nunca
si no lo hace como un juego,
hay regalos a patadas
y se libera a los presos.
No hay mas disturbios raciales,
baja el dólar, sube el peso,
si alguno quiere morirse
debe esperar a ser viejo.
Se acabó la guerra fría
y empezó la de los besos
y la luna, de repente,
se hizo de miel en el cielo.
Y es muy fácil comprobar
que es verdad lo que les cuento
pues quien canta esta canción
es mudo de nacimiento.
Es la hora de los magos
todo de golpe es perfecto…
Jorge de la Vega (Buenos Aires, 27 de marzo de 1930 - 26 de
agosto de 1971) fue un artista plástico pop y surrealista de formación
autodidacta argentino.
Multifacético artista fue grabador, poeta, guitarrista,
ilustrador, artesano y creativo publicitario.
En 1968 es el año en que suma a su actividad como pintor la
de compositor musical, convirtiéndose en uno de los representantes de la “nueva
canción argentina”
En 1971 participa en un espectáculo de canciones en el
Instituto Di Tella que luego, y durante más de un año, llenaría la sala grande
del teatro SHA con "Show de Miércoles", junto a Marikena Monti y a
Jorge Schussheim . Muere a los 41 años y su obra es objeto de publicaciones y
muestras en varios museos y galerías internacionales.
Sus obras forman parte de colecciones públicas y privadas en
Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Posadas, Montevideo, Río de Janeiro, Caracas,
Nueva York, Austin y París.
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