Poesía, arte, cultura, música. Cuentos y Relatos. Un rincón que nace y crece en la Patagonia Argentina.
miércoles, 29 de septiembre de 2021
En los estados de amor de Miguel de Cervantes.
martes, 28 de septiembre de 2021
Poesía VIDA de Charles Chaplin.
domingo, 26 de septiembre de 2021
Preludios de T. S. Eliot.
Preludios
de T. S. Eliot.
I
La tarde de invierno se asienta
Con olor a carne asada en los pasillos.
Las seis.
Las colillas consumidas
De humosos días.
Y un ventoso chaparrón envuelve ahora
Los sucios fragmentos
De hojas marchitas
Y diarios de los baldíos en torno a tus pies;
Los aguaceros golpean
En rotas persianas y el casco de chimeneas,
Y en la esquina de la calle
El solitario caballo de un coche de alquiler, resopla y patea.
Y entonces las lámparas se encienden.
II
La mañana recobra la conciencia
De olores algo rancios de cerveza
Que vienen de la calle con aserrín pisoteado
Por pies embarrados
Que se apuran a tempranos puestos de café.
Con las otras mascaradas
Que el tiempo recomienza,
Uno piensa en las manos que levantan
Sucios visillos en un millar
De amueblados cuartos de alquiler.
III
Arrojaste una manta de la cama,
Te echaste de espaldas, y esperaste;
Dormitaste, y observaste la noche
Revelar las mil sórdidas imágenes
Que componían tu alma;
Vacilaban contra el cielo raso.
Y cuando el mundo entero volvió
Y la luz trepó entré los postigos
Y oíste a los gorriones en los desagües,
Tuviste una visión tal de la calle
Que la calle no llega a comprender;
Sentada en el borde de la cama,
Donde rizabas tu pelo con papel
O apretabas en la palma de las manos
sucias, la amarilla planta de tus pies.
IV
Su alma extendida tensamente por los cielos
Qué se diluyen detrás de una manzana en la ciudad,
O pisoteada por obstinados pies
A las cuatro, las cinco y las seis;
Y cuadrados dedos cortos llenando pipas,
Y diarios de la tarde, y ojos
Seguros de ciertas certidumbres,
La conciencia de una calle ennegrecida
Impaciente por asumir el mundo.
Me conmueven fantasías que se enroscan
Y se aferran en torno a estas imágenes:
La noción de algo infinitamente afable
Infinitamente sufrido.
Friega tu boca con la mano y ríe:
Los mundos giran como ancianas
Recogiendo qué quemar en los solares vacíos.
Thomas Stearns Eliot, conocido como T. S. Eliot nacido en San Luis, Misuri el 26 de
septiembre de 1888. Fallece en Londres el 4 de enero de 1965) fue un poeta,
dramaturgo y crítico literario británico-estadounidense.
jueves, 23 de septiembre de 2021
EL POZO de PABLO NERUDA.
A veces te hundes, caes
en tu agujero de silencio,
en tu abismo de cólera orgullosa,
y apenas puedes
volver, aún con jirones
de lo que hallaste
en la profundidad de tu existencia.
Amor mío, qué encuentras
en tu pozo cerrado?
Algas, ciénagas, rocas?
Qué ves con ojos ciegos,
rencorosa y herida?
Mi vida, no hallarás
en el pozo en que caes
lo que yo guardo para ti en la altura:
un ramo de jazmines con rocío,
un beso más profundo que tu abismo.
No me temas, no caigas
en tu rencor de nuevo.
Sacude la palabra mía que vino a herirte
y déjala que vuele por la ventana abierta.
Ella volverá a herirme
sin que tú la dirijas
puesto que fue cargada con un instante duro
y ese instante será desarmado en mi pecho.
Sonríeme radiosa
si mi boca te hiere.
No soy un pastor dulce
como en los cuentos de hadas,
sino un buen leñador que comparte contigo
tierra, viento y espinas de los montes.
Ámame tú, sonríeme,
ayúdame a ser bueno.
No te hieras en mí, que será inútil,
no me hieras a mí porque te hieres.
El poeta y escritor Pablo Neruda, nació en Parral (Chile) el 12 de julio de 1904 y murió en Santiago de Chile el 23 de septiembre de 1973.
miércoles, 22 de septiembre de 2021
El miedo de Álvaro Mutis.
Bandera de ahorcados, contraseña de barriles, capitana del desespero, bedel de sodomía, oscura sandalia que al caer la tarde llega hasta mi hamaca.
Es entonces cuando el miedo hace su entrada.
Paso a paso la noche va enfriando los tejados de zinc, las cascadas, las correas de las máquinas, los fondos agrios de miel empobrecida.
Todo, en fin, queda bajo su astuto dominio. Hasta la terraza sube el olor marchito del día.
Enorme pluma que se evade y visita otras comarcas.
El frío recorre los más recónditos aposentos.
El miedo inicia su danza. Se oye el lejano y manso zumbido de las lámparas de arco, ronroneo de planetas.
Un dios olvidado mira crecer la hierba.
El sentido de algunos recuerdos que me invaden, se me escapa dolorosamente: playas de tibia ceniza, vastos aeródromos a la madrugada, despedidas interminables.
La sombra levanta ebrias columnas de vapor. Se inquietan los písamos.
Sólo entiendo algunas voces.
La del ahorcado de Cocora, la del anciano minero que murió de hambre en la playa cubierto inexplicablemente por brillantes hojas de plátano; la de los huesos de mujer hallados en la cañada de La Osa; la del fantasma que viven en el horno del trapiche.
Me sigue una columna de humo, árbol espeso de ardientes raíces.
Vivo ciudades solitarias en donde los sapos mueren de sed. Me inicio en misterios sencillos elaborados con palabras transparentes.
Y giro eternamente alrededor del difunto capitán de caballos de acero.
Mías son todas estas regiones, mías son las agotadas familias del sueño. De la casa de los hombres no sale una voz de ayuda que alivie el dolor de todos mis partidarios.
Su dolor diseminado como el espeso aroma de los zapotes maduros.
El despertar viene de repente y sin sentido. El miedo se desliza vertiginosamente
para tornar luego con nuevas y abrumadoras energías.
La vida sufrida a sorbos; amargos tragos que lastiman hondamente, nos toma de nuevo por sorpresa.
La mañana se llena de voces:
Voces que vienen de los trenes
de los buses de colegio
de los tranvías de barriada
de las tibias frazadas tendidas al sol
de las goletas
de los triciclos
de los muñequeros de vírgenes infames
del cuarto piso de los seminarios
de los parques públicos
de algunas piezas de pensión
y de otras muchas moradas diurnas del miedo.
Álvaro Mutis Jaramillo nacido en Bogotá (Colombia) el 25 de agosto de 1923. Fallece en Ciudad de México el 22 de septiembre de 2013.
Novelista y poeta. Vivió en México desde su juventud y hasta su muerte. Es considerado uno de los escritores hispanoamericanos contemporáneos más importantes.
OTOÑO MALLORQUIN de Carlos Basabe.
OTOÑO MALLORQUÍN.
martes, 21 de septiembre de 2021
Rasguña las piedras. Canta: Sui Generis.
Que ayer te han levantado
Te ruego que respires todavía
Y espero que me abraces
Atravesando el muro de mis días
Y rasguña las piedras
Y rasguña las piedras
A mí
Escucho tus palabras
Se acercan las bandas de rock and roll
Las paredes gastadas
Y siento las preguntas de tu voz
Y rasguña las piedras
Y rasguña las piedras
A mí
Es que sólo quiero despertarte
Que lloran desde el fondo
Y empiezo a amarte con toda mi piel
Y me sangran las manos
Pero qué libres vamos a crecer
Y rasguña las piedras
Y rasguña las piedras
A mí, más a mí
Y rasguña las piedras
Y rasguña las piedras
A mí.
Sui Generis fue el dúo acústico muy popular e
importante dentro de la historia del Rock Nacional Argentino.
Sui Generis (del latín "único en su tipo") fue un
dúo argentino de rock formado por Charly García (piano, guitarra acústica y
voz) y Nito Mestre (flauta, guitarra acústica y voz) en 1969. Nacido de grupos
juveniles en el Barrio de Caballito en la Capital Federal.
El tema “Rasguña las Piedras” es una canción escrita por
Charly García e interpretada por Sui
Generis grabada en 1973 e incluida en el
álbum Confesiones de invierno del mismo año.
Esta canción fue grabada en Adiós Sui Géneris, Parte II.
En el año 2002 la revista Rolling Stone y la cadena MTV la
consideraron como la tercera mejor canción de todos los tiempos del rock
argentino. La canción también forma parte de la banda de sonido de la película
La noche de los lápices.
El 5 de septiembre de 1975, Sui Generis cerró su carrera con
un concierto en el estadio Luna Park. Sin
embargo, las entradas se agotaron rápidamente y se tuvo que programar una
segunda función.
En ese concierto se grabó el material incluido en los álbumes Adiós Sui Géneris, parte I y parte II.
Bien vale la pena volver a publicar Rasguña las piedras.
domingo, 19 de septiembre de 2021
Ayer te besé en los labios – Pedro Salinas.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto,
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más. El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada ya,
para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no…
-¿Adónde se me ha escapado?-.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.
sábado, 18 de septiembre de 2021
Fragmento de una página del discurso de Joaquín V. González “La Universidad y el alma argentina”, 18 de septiembre de 1918.
viernes, 17 de septiembre de 2021
El oso, la mona y el cerdo de Tomás de Iriarte (1750-1791).
ganaba un piamontés,
la no muy bien aprendida
danza ensayaba en dos pies.
Queriendo hacer de persona,
dijo a una mona: "¿Qué tal?".
Era perita la mona,
Y respondiole: "Muy mal".
–Yo creo –replicó el oso–
que me haces poco favor.
Pues ¿qué?, ¿mi aire no es garboso?
¿No hago el paso con primor?
Estaba el cerdo presente,
y dijo: "¡Bravo! ¡Bien va!
Bailarín más excelente
no se ha visto ni verá".
Echó el oso, al oír esto,
sus cuentas allá entre sí,
y con ademán modesto,
hubo de exclamar así:
"Cuando me desaprobaba
la mona, llegué a dudar;
mas ya que el cerdo me alaba,
muy mal debo de bailar".
Guarde para su regalo
esta sentencia un autor:
si el sabio no aprueba, ¡malo!
Si el necio aplaude, ¡peor!
sábado, 11 de septiembre de 2021
LA MAESTRA RURAL de Gabriela Mistral.
«de este predio, que es predio de Jesús,
han de conservar puros los ojos y las manos,
guardar claros sus óleos, para dar clara luz».
(Así en el doloroso sembrador de Israel.)
Vestía sayas pardas, no enjoyaba su mano
¡y era todo su espíritu un inmenso joyel!
Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad.
Por sobre la sandalia rota y enrojecida,
tal sonrisa, la insigne flor de su santidad.
largamente abrevaba sus tigres el dolor!
Los hierros que le abrieron el pecho generoso
¡más anchas le dejaron las cuencas del amor!
el himno y la plegaria, nunca viste el fulgor
del lucero cautivo que en sus carnes ardía:
pasaste sin besar su corazón en flor!
su nombre a un comentario brutal o baladí?
Cien veces la miraste, ninguna vez la viste
¡y en el solar de tu hijo, de ella hay más que de ti!
abriendo surcos donde alojar perfección.
La albada de virtudes de que lento se nieva
es suya. Campesina, ¿no le pides perdón?
el día en que la muerte la convidó a partir.
Pensando en que su madre la esperaba dormida,
a La de Ojos Profundos se dio sin resistir.
almohada de sus sienes, una constelación;
canta el Padre para ella sus canciones de cuna
¡y la paz llueve largo sobre su corazón!
para volcar aljófares sobre la humanidad;
y era su vida humana la dilatada brecha
que suele abrirse el Padre para echar claridad.
púrpura de rosales de violento llamear.
¡Y el cuidador de tumbas, como aroma, me cuenta, las
plantas del que huella sus huesos, al pasar!