Fragmento de una página del discurso de Joaquín V. González “La Universidad y el alma argentina”, 18 de septiembre de 1918.
“Ya veis que no soy un pesimista ni un desencantado, ni un vencido, ni un amargado por derrota ninguna, a mi no me ha derrotado nadie, aunque así hubiera sido, la derrota solohabría conseguido hacerme más fuerte, más optimista, mas idealista, porque los únicos derrotados en este mundo son los que no creen nada, los que no conciben un ideal, los que no ven más camino que el de su casa o negocio, y se desesperan y reniegan de sí mismos, de su patria y de su Dios, si lo tienen, cada vez que le sale mal algún cálculofinanciero o político de la matemática del egoísmo. ¡Trabajo va a tener el enemigo para desalojarme a mi del campo de batalla! El territorio de mi estrategia es infinito, y se puede fatigar, desconcertar, desarmar y aniquilar al adversario, obligándolo a recorrer distancias inmensurables, a combatir sin comer, sin beber, ni tomar aliento, la vida entera, y cuando se acabe la tierra, a cabalgar por los aires sobre corceles alados, si quiere perseguirme por los campos de la imaginación y del ensueño. Y después, el enemigo no puede renovar su gente, por la fuerza o por el interés, que no resisten mucho tiempo, y entonces, o se queda solo, o se pasa al amor, y es mi conquista, y se rinde con armas y bagajes a mi ejercito invisible e invencible”.
ORACIÓN A LA BANDERA ARGENTINA
de JOAQUÍN V. GONZÁLEZ.
Bandera de la Patria, celeste y blanca,
símbolo de la unión y la fuerza
con que nuestros padres nos dieron independencia y libertad;
guía de la victoria en la guerra y del trabajo y la cultura en la paz.
Vínculo sagrado e indisoluble entre las generaciones pasadas,
presentes y futuras.
Juremos defenderla hasta morir antes que verla humillada.
Que flote con honor y gloria al frente de nuestras fortalezas,
ejércitos y buques y en todo tiempo y lugar de la tierra donde ellos
la condujeren.
Que a su sombra la Nación Argentina acreciente su grandeza por
siglos y siglos y sea para todos los hombres mensajera de
libertad, signo de civilización y garantía de justicia.
Joaquín Víctor González (Nonogasta, 6 de marzo de 1863 -
Buenos Aires, 21 de diciembre de 1923) prominente político, historiador,
educador, filósofo, jurista y literato argentino, gobernador de La Rioja, su
provincia natal a los 26 años de edad.
Desde 1901 integró los gabinetes ministeriales de los
presidentes Julio Argentino Roca, Manuel Quintana y José Figueroa Alcorta como
ministro de Interior,Relaciones Exteriores y Culto y Justicia e Instrucción
Pública.
Trabajó en el texto de una ley del trabajo que fue rechazada
por patrones y obreros, fundó el Instituto Nacional del Profesorado Secundario,
que hoy lleva su nombre.
Fue parte del grupo que organizó la Universidad de La Plata que
Joaquín Víctor González llegó a ser Presidente.
Escribió La tradición nacional (1888), Mis Montañas (1893),
Educación y gobierno (1905), El juicio del siglo (de 1913) y Patria y
Democracia (1920).
Fue además miembro de la Real Academia Española y de la
Corte Permanente de Arbitraje internacional de La Haya. Falleció siendo Senador
de la Nación.
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