Hubo pago en el obraje de Luis Landriscina.
Corre el año treinta y nueve
en un obraje del
Chaco,
Enero lo aviva al sol
como apurando un churrasco
y allí en el
medio del monte
entre crujidos y hachazos
la gente distingue un
ruido
que no es común en el pago,
es el ruido de un motor
que está
llegando a los saltos
porque viene en la picada
queriendo domar las
huellas
que le dejaron los carros.El hachero que escuchó
dejó
amagado un hachazo
y gritando de alegría
se fue corriendo a los
saltos
porque ese ruido no es otro
que el ruido claro del auto
en el
que llega el patrón
con la plata del salario...
por eso corren
contentos
por eso van a esperarlo
todos quieren ser primeros
en saber
la hora del pago
pa'dirse a lavar al rancho
mientras tejen ilusiones
o
hacen planes pa'gastarlo...-Yo voy a comprar ropa nueva.
-Yo provista
para rato.
-Yo viá ver si llego al pueblo
porque no fui en todo el
año.
Y otros entre truco y vino
seguro han de liquidarlo.Y así
entre la algarabía
de prepararse pa'el pago
la gente olvida que un
Dios
les dio a todos un destino
que es un camino marcado
y que si
alguno lo deja
se ensume hasta las orejas
en el charco del
diablo...
pero en eso nadie piensa...
y ya en el medio e'la siesta
las
guainas barren un patio
le acomodan los asientos
y cuelgan unos
faroles
pa'que sirva pa'la fiesta.
-Gritó un hachero a la gente
-Ya
abrió la administración!
y asomó un señor de lentes
que le llaman "el
contador",
se escuda en un mostrador
que encaja contra una puerta
y
allí pide las libretas
pa'hacer la liquidación.
-A ver, Ramiro
González.
-Presente -gritó un paisano
que refregando sus manos
se
acerca hasta el mostrador.
-Esto es lo que te sobró,
son treinta y tres
con noventa
poné el dedo en el recibo
aquí tenés tu libreta...
y sí es
que querés chupar
pagá la caña al contado
porque ya saben ustedes
que
para el chupi no hay cuenta.-Ajá -le dijo González-,
Traiga nomás esa
caña
Ya que es plata lo que suebra.
Y se fue a esperar el
baile
Prendido de la botella.
Y así sigueron pasando
los hacheros en
cadena,
cada hachero un eslabón
cada eslabón una pena,
penas que pronto
olvidaron
con esa caña que quema,
porque todos se llevaron
para el
baile su botella...
Hasta que llegó la noche
en aquel rancho de
fiesta
fiesta pobre del hachero
que no sabe ni una letra
y el que
montado en sus sueños
quiere escapar rienda suelta
por el camino del
vino
hacia una vida más buena...
pero el vino es traicionero
y lo
aparta de esa huella
él lo empuja desde adentro
para que vuelva a la
fiesta
y lo invita que demuestre
que es más hombre cualquiera,
porque
el vino manda fácil
cuando el hombre es sin escuela.Y así comienza la
cosa
tal vez por una zoncera
empieza la discusión
los ánimos se
caldean
y después de un empujón
ya está lista de pelea.
Benítez quiso
sacar
a la novia de Cabrera
y el novio en cuanto lo vio
copó la banca
en la fiesta.
-No chupe si es que no aguanta
y conmigo no se
meta
no sea de que lo planche
de un cachetazo en la jeta.
Y ese fue
todo el motivo
que originó la tragedia.
Benítez sacó el
cuchillo,
también lo sacó Cabrera.
Y al pobre viejo don
Castro
cuando vino a separar
Benítez le erró un puntazo
Que de darle lo
bandea;
los cuchillos se encontraron
se gatearon como fieras,
Benítez
perdió dos pasos
que fue ganando Cabrera,
se hicieron unos amagues
como
estudiando flaquezas,
Benítez tanteó el destino
dejando la guardia
abierta
y el otro que no era manco
lo convirtió en osamenta.
...Y
allí empezaron los gritos
las lamentaciones y quejas,
el patrón vino
corriendo
se agarraba la cabeza
y le echó mil maldiciones
a los que
hicieron la fiesta...
el muerto era buen hachero
y perderlo era una
pena...
el contador de los lentes
que llegaba en camiseta,
mirando dijo
en voz alta
sin reparo a que lo oyeran:
-Cuando nó, estos negros
tapes
no van a andar en pelea
tienen plata y ya se chupan
más vale que
ni nacieran.-No, mi amigo, no se pase
que también es culpa
nuestra
-dijo el patrón en un tono
como a callarlo sin seña.
-Nosotros
trajimos plata
y vendemos ese vino
que fue el que tomó Benítez
y hecho
sangre ahora chorrea.
Aunque de todas las culpas
la mayor es la
ignorancia
de esta gente sin escuela,
que se divierte a su modo
ya que
chupar es su fiesta;
No se divierten mejor
porque nadie les
enseña,
lo mismo que el trabajar
y ese vivir como bestias,
o el de no
saber firmar
por no conocer las letras,
fue por que nadie les dijo
que
en el pueblo hay una escuela
donde hay un director
y tal vez una
maestra,
que ya hubieran evitado
hace rato esa pelea,
con esos dones de
padres
que brotan de su paciencia...
Pero ya no pudo hablar
se hizo
el duro a su manera
y se corrió pa'lo oscuro
disimulando su pena...
Y
en el medio de aquel patio
como una muestra inservible
de otro tipo de
coraje
se fue apagando Benítez
tendido en un viejo catre;La noche
se hizo profunda,
quedó en silencio el obraje,
un hacha quedó sin
dueño,
un hijo quedó sin padre,
y un cuzco pensó pa' adentro
y estaré
solo en el rancho
ya no hará falta que ladre.Allí quedaba ese
hachero
personaje de una historia
escrita en su propia sangre
para
carne de los chismes
de las viejas del paraje
o pa'que al llegar al
pueblo
en un cajón sin lustrarse
la gente diga tristona
"Hubo pago en
el obraje".
2 comentarios:
Una historia que aún hoy se reitera, aunque se niegue, es así.
Se extrañaban tus entradas, Guillermo.
Un abrazo
Triste enmarcado en una genial manera de decir, tan nuestra, tan sentida. Triste, real y actualmente, el fin de fiesta, deja sus muertos en las rutas.
http://enfugayremolino.blogspot.com.ar/
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