sábado, 23 de marzo de 2019

Imposible de entender María Rosa Giovanazzi.

El viejo se reía de mí. Descubrí en sus ojos el brillo burlón del que sabe y tiene frente a si, a un ignorante, sobre un tema que él manejaba a la perfección.
Llegué  a la casa de Karl, el mago, con la intención de hacerle un reportaje para mi blog. Había sido un mago famoso, y reconocido mundialmente por su estilo. Según me había referido mi padre que lo vio actuar, sus trucos siempre eran diferentes al común de los artistas como él; deslumbraba. Hoy con más de ochenta años estaba retirado, me recibió en su casa de San Isidro.
Encendí el grabador y le di libertad para que comenzara:
—La magia tiene sus secretos —dijo— sólo los que la profundizan, logran adentrarse en ellos y deslumbrar al  público.
—Creo que son  trucos y que un buen mago sabe presentarlos  como reales ante los ojos del espectador —hice el comentario para aportar algo, en seguida comprendí que no le había gustado.
Sonrió  achinando los ojos, luego esa sonrisa se transformó en carcajada, lo que no imaginé en ese momento, fue que esa risa, me iba a acompañar en todo el reportaje.
—No mi’jita, la cosa no es tan simple, yo lograba  trasladar objetos y seres de un lado a otro y mucho más….
Se puso de pie y sin esperar respuesta, pareció esfumarse, regresó minutos después con una bandeja y un servicio de té. Quería decir que el tema iba a ser para largo.
—A medida que crecían mis conocimientos— me dijo — descubrí que había algo más que simples trucos y engañifas. Me convertí en un estudioso del tema y  al hacerlo fui entrando en un mundo fantástico. En esa tarea de ir más allá de lo que se ve a simple vista,  llegué a conocer misterios de lo que hay entre el cielo y la tierra, pero otros me ayudaron. Conocí  a Fuman Chan, un sabio  Chino, él me enseñó una magia incomparable, me abrió los ojos y las puertas a una sociedad secreta de magos.
Mientras servía el té, lo hacía sin mirar la taza, sus ojos estaban clavados en los míos.
—Esos hombres resultaron ser grandes estudiosos y conocedores de la metafísica…
Allí lo interrumpí.
—¿Qué tiene que ver la metafísica con la magia?
—Más de lo que usted cree, yo le aseguro que  va más allá de las capacidades cognitivas del hombre.
Me dejó muda. No sabía el tema, y comprendí que lo mejor era callar y escuchar, él se puso de pie y mientras daba vueltas, continuó su relato:
—En la magia comencé por simple entretenimiento, profundizar en ella despertó mis sentidos y el trato con los magos de la sociedad secreta me introdujo en un mundo diferente. Cada uno de ellos, era conocedor de la sabiduría  de su país de origen. Un arcano que otros  profundizaron por medio de la alquimia.
Creí que el viejo deliraba. Se sentó nuevamente, se sirvió otro té y prosiguió:
— Algunos alquimistas querían llegar a la piedra filosofal y otros como; Nicolás Flamel, buscaban el elixir de la inmortalidad, algunos dicen que lo encontró.
—¿Qué tiene qué ver la magia con el elixir de la inmortalidad?
—Ya vamos a llegar. Según algunos escritos encontrados, otros sabios que conocían las investigaciones de Flamel, lo persiguieron durante años, para que les entregara la formula. Se escondió en un pueblo perdido al sur de Francia, con los años enfermó, avisaron a sus familiares y a su muerte; allí lo enterraron. Lo raro fue, que al abrir su tumba, muchos años después, la hallaron vacía.
Quedó es silencio  esperando que yo dijera algo, pero guardé silencio.
—¿Le parece difícil de creer…? —Me dijo— Buscando un camino que lo llevara a encontrar la fórmula de la inmortalidad, Flamel logró controlar la materia y la naturaleza y se topo con  un poder superior que lo instruyó en una disciplina secreta que él transmitió a dos de sus discípulos. Desde aquellos alquimistas a nuestros magos, ha pasado cientos de años y aquellos secretos están en poder de unos pocos hombres y mujeres....
Bebía su té y me observaba, yo no sabía qué decirle.
—¿Quiere más té? —preguntó.
—No gracias.
Comprendí que era hora de irme. No había sacado nada en limpio y el tema se estaba yendo por un camino que no lograba entender.
Me puse de pie, con intención de despedirme Me invitó a que lo siguiera, entramos a un corredor amplio. Sus paredes lucían retratos de sus actuaciones por el mundo. Se lo veía muy joven y siempre acompañado de la misma partenaire, una joven hermosa, de negra y abundante cabellera,  esbelta y tal alta como él. No pude evitar decirle:
—Qué bonita mujer y por lo que veo en tantos años siempre estuvo a su lado.
—Es mi esposa, llevamos cincuenta  años de casados, pero ya hace varios años que dejamos  la actuación, decidimos que era tiempo de descansar.
Seguí admirando los cuadros, de pronto, en uno, las figuras comenzaron a moverse, era como estar viendo una película. No lograba quitar mis ojos de la imagen.
—¿Qué es esto Karl, un truco de magia?
Él largó la risa y dijo que si, de pronto la imagen se detuvo, quité el cuadro de la pared y lo analicé por cada lado, no había nada extraño.
—Desármelo para quedar convencida —me dijo.
Volví al salón, lo apoyé sobre un mueble y con sumo cuidado desarmé la parte de atrás, era un cuadro como todos. Lo miré desconcertada.
—¿Cómo lo hizo?
—Si analiza todo lo que hablamos esta tarde tal vez lo entienda…
En ese momento una joven de melena oscura se acercó a nosotros, me saludó y desapareció tras una puerta.
—Su hija es igual a la madre—comenté.
—No es mi hija, es mi esposa — y volvió a reír con tantas ganas que me sentí una tonta— .No todos elegimos ser inmortales mi querido amigo, el proceso del tiempo es una sucesión de causas y efectos, cada persona elige vivirlos como quiere.
Confundida como un tonta, lo miraba sin entender qué estaba sucediendo.
La risa de Karl me acompañó hasta la puerta de calle.

He escuchado varias veces la grabación del reportaje,  pero no encuentro lógica a lo que sucedió con el cuadro y con su esposa. He llegado a pensar que me hipnotizó. ¿Y si en el té puso algún alucinógeno…?
No sé. No encuentro  explicación. Tal vez allí está mi error, tratar de entender lo imposible y que realmente; aquello fue magia.



Humilde homenaje a "Fu Manchú" el gran mago que me deslumbraba con sus  trucos y magia en mi niñez.

mariarosa.


Fu- Manchú. David Tobias "Theodore" Bamberg nacido en. Derby, Inglaterra, Reino Unido un 19 de febrero de 1904. fallece en Buenos Aires, la Argentina un 19 de agosto de 1974.

1 comentario:

mariarosa dijo...


Gracias Guillermo.

Me alegra que lo hayas publicado, significa que te gustó. Y muy buena la idea de agregar los datos de Fu Manchú.

mariarosa