miércoles, 30 de octubre de 2024

Hoy tu tiempo es real de Mario Benedetti.

Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventa.
Y aunque otros olviden tus festejos,
las noches sin amor quedaron lejos
y lejos el pesar que desalienta.
Tu edad de otras edades se alimenta,
no importa lo que digan los espejos,
tus ojos todavía no están viejos
y miran sin mirar más de la cuenta.
Tu esperanza ya sabe su tamaño
y es por eso que no habrá quién la destruya.
Ya no te sentirás sólo ni extraño.
Vida tuya tendrás, y muerte tuya.
Ha pasado otro año y otro año le has ganado a tus sombras
¡Aleluya!

domingo, 27 de octubre de 2024

BAR SERRAVALLE POEMA DE CARLOS BASABE.

 


BAR SERRAVALLE POEMA DE CARLOS BASABE.

Llegada la tardecita, caía al bar la gringada
reuniendo a los inmigrantes, entre bochas y algazara
¡un buen vasito de vino!, cervezas y una picada
como si fuera un tributo, obligado de las chacras
Era "El bar de Serravalle" una especie de Embajada
frente a la naciente Iglesia, (confesionario de parias)
allí todos los domingos, los fieles cruzan la calle
entregándose a otro culto, "el culto de la velada"
Habían dos canchas de bochas, juego traido de Italia
un techo sobre cumbreras, unas mesitas de tablas
platos con jamón y pan, y, "el que pierde siempre paga!
voces fuertes que animaban la partida a la distancia
En el interior del bar, cuatro mesas, mucha charla
una partida de "murra", un truco, una generala
y ese tufillo de aromas, hecho de vinos y grapas
el mozo siempre dispuesto, con la bandeja lustrada
Fué durante muchos años, don "Rugero Serravalle"
Cónsul de esos inmigrantes, cotejando la palabra
les dió cobijo de amigo, fué su mano compañera
hasta que Dios dijo ¡basta!, concluyendo la jugada
¡Que hermosa que fue Regina!, en épocas ya pasadas!
¡cuánto trabajo costó, solo con picos y palas!
vergel del Valle Sureño, siempre serás mi añoranza
por eso siempre te nombro, consultando mi guitarra.

viernes, 25 de octubre de 2024

Alma muerta de Alfonsina Storni.



Alma muerta
de Alfonsina Storni.

Piedras enormes, rojo sol y el polvo
alzado en nubes sobre tierra seca…
El sol al irse musitó al oído:
el alma tienes para nunca muerta.

Moviéndose serpientes a mi lado
hasta mi boca alzaron la cabeza.
El cielo gris, la piedra, repetían:
el alma tienes para nunca muerta.

Picos de buitre se sintieron luego
junto a mis plantas remover la tierra;
voces del llano repitió la tarde:
el alma tienes para nunca muerta.

Oh sol fecundo, tierra enardecida,
cielo estrellado, mar enorme, selva,
entraos por mi alma, sacudidla.
Duerme esta pobre que parece muerta.

Ah, que tus ojos se despierten, alma,
y hallen el mundo como cosa nueva…
Ah, que tus ojos se despierten, alma,
alma que duermes con olor a muerta…

Alfonsina Storni (Capriasca, 29 de mayo de 1892​​​​-Mar del Plata, 25 de octubre de 1938).

jueves, 24 de octubre de 2024

Elegía del anochecer de LUIS ROSALES.

Hay hombres que se entierran solamente
para pisotearlos; sin embargo,
reviven, se levantan
como si recogieran sus harapos,
secan su lepra al sol; dime, ¿es preciso
vivir para encontrarlos
una vez, otra vez?; dime, ¿es preciso
seguir viviendo, hermano?
No tengo ya que recordarte; a veces
estoy vivo de ti; no es necesario
que vuelvas; no te has ido,
siento la carne tuya en el cansancio
total, que me anochece
el cuerpo que me ha dado
esta muerte reunida con la mía,
y este dolor quemándome los labios
que repite y repite en mis adentros
una pregunta: Hermano,
¿es preciso vivir?, dime, ¿es preciso
vivir?

Imaginamos
que es nuestro el mundo y que la vida sigue
viviendo; imaginamos
que somos nuestra estatua; y llega un día
en que te basta dar un solo paso
para pisar tu cuerpo, lo que aún queda
de tu cuerpo mortal; para pisarlo
y volverlo a enterrar sin saber cómo
se entierra lo viviente; y arroparlo,
y llevarle el embozo hasta la cara
como una papelera de desahucio.

Luis Rosales Camacho (Granada, 31 de mayo de 1910-Madrid, 24 de octubre de 1992) fue un poeta y ensayista español de la generación de 1936.

martes, 22 de octubre de 2024

Rimas XLI de Gustavo Bécquer.

 

Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida (Sevilla, 17 de febrero de 1836-Madrid, 22 de diciembre de 1870) más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer, fue un poeta y narrador español.

Un día me fuí del pago de José Larralde.


UN DÍA ME FUÍ DEL PAGO.

de José Larralde.

Un día me fui del pago, la pucha que lo extrañeSalí buscando trabajo y aquí estoy, míreme ustedSalí buscando trabajo y aquí estoy, míreme usted
Cuando uno sale al camino, es difícil de saberSi podra pegar la vuelta o morirá sin poderSi podra pegar la vuelta o morirá sin poder
Cuanto más leguas se hacen, más quedan por recorrerLos caminos son pa dirse las penas son pa volverUn día me fui del pago, pero Dios ha de quererQue no se me manque el zurdo sin llegar a HuanguelénQue no se me manque el zurdo sin llegar a Huanguelén
El hombre escarba en los otros, buscando felicidadY se olvida de si mismo que es donde debe escarbarY se olvida de si mismo que es donde debe escarbar
Las razones son razones, si se puede razonarA veces se anda pensando sin saber en que pensarA veces se anda pensando sin saber en que pensar
Huellones de tierra y tosca, que de chico recorríArroyos, montes y vientos ellos allá y yo aquíArroyos, montes y vientos ellos allá y yo aquí
Un día me fui del pago, pero Dios ha de quererQue no se me manque el zurdo sin llegar a HuanguelénQue no se me manque el zurdo, sin llegar a Huanguelén
Que no se me manque el zurdo, sin llegar a Huanguelén.
Pintura - Luis Nuñez.

JOSÉ LARRALDE NACIDO EN LOS PAGOS DEL SUR DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, EN HUANGUELÉN. ES DESCENDIENTE DE VASCOS. SU PADRE TRABAJÓ PARA EL CAUDILLO CONSERVADOR ALBERTO BARCELÓ PARTE LUEGO PAL´ SUR DE LA PROVINCIA Y EN LA ESTANCIA SAN LORENZO CONOCE A UNA COCINERA DE DESCENDENCIA ARABE Y NACE EL "PAMPA" LARRALDE UN 22 DE OCTUBRE DE 1937.
DESEMPEÑA DISTINTAS LABORES COMO TRABAJADOR RURAL, ALBAÑIL, MECÁNICO Y "GUITARRERO Y ESCRIBIDOR" (como se define).
EN LOS TIEMPOS DEL DICTADOR JUAN CARLOS ONGANÍA LLEVABA ENCIMA UN "PERMISO PARA PORTAR BARBA" FIRMADO POR UN COMISARIO DE LANÚS.
ES UN "RENEGADO" PARA ALGUNOS... RESPETADO POR LOS MUCHOS QUE LO TIENEN COMO UN PATRIARCA. UN DECIDOR DE REALIDADES. CANTOR ORILLERO COMO LE GUSTA QUE LO LLAMEN.

lunes, 21 de octubre de 2024

NOCTURNO de Julián del Casal.


En la noche azulada y silenciosa
Del seno de la Tierra se levanta
Una voz sepulcral, triste, amorosa,
Que así a mi oído, entre las sombras, canta.

«Cruzando por los mares de la vida
Arribé de la muerte al firme puerto
Y observé, con el alma dolorida,
Que el mundo estaba para ti desierto.

»Por eso, al extender su denso manto
La noche, por los ámbitos del cielo,
Vengo a enjugar las gotas de tu llanto,
Vengo a ofrecer a tu dolor consuelo.

»Y como un padre por sus hijos vela
—Aun desde el triste reino del olvido—
Mi corazón, que tu ventura anhela,
Consejos te va a dar, hijo querido.

»Huye del mundo y de su pompa vana
Cual huye del milano la avecilla,
Y alcanzarás, al perecer mañana,
Muerte feliz tras vida sin mancilla.

»Prodiga el bien, con generosa mano,
Sin esperar el premio merecido,
Porque el ingrato corazón humano
Da premio al bien con el eterno olvido.

»No busques los aplausos o el renombre
En la lucha tenaz de la existencia:
Ten sólo por hermano a cada hombre
Y por único juez a tu conciencia.

»Ni sigas de la dicha la luz pura
Si ves brillar sus rayos a lo lejos;
La dicha es como el Sol: desde la altura
Sólo envía a la Tierra sus reflejos.

»Ni te seduzca la apariencia hermosa:
El mal se oculta bajo forma bella,
Como entre flores sierpe venenosa,
Como entre nubes hórrida centella.

»Donde tenga el dolor una morada
Dirige allí tus pasos vacilantes.
¡Vale más una lágrima enjugada
Que una corona de oro y de diamantes!

»Si algún pesar el alma te devora
Ocúltalo del pecho en lo profundo,
Y en soledad tu desventura llora
Antes que llegue a conocerlo el mundo».

Es la voz de mi padre. A su sonido
Feliz el corazón late en mi pecho,
Y, dando mis pesares al olvido,
Tranquilo duermo en solitario lecho;

Como el viajero errante y fatigado,
Lejos mirando el fin de su camino,
Se duerme sobre el césped perfumado
De un ave oyendo el armonioso trino.

domingo, 20 de octubre de 2024

Aluminé Historia y leyendas.

 


Historia.
Fue fundada el 20 de octubre de 1915 por el Decreto Provincial 664, en el cual se la designaba cabecera departamental. Esta fecha es tomada como el día del aniversario de la localidad.

Las primeras autoridades se asentaron en lo que hoy es el paraje Casa de Piedra, en ese entonces llamado Rucachoroy, a solo 4 kilómetros de la actual ciudad de Aluminé.
El Juzgado de Paz y el Registro Civil funcionaron allí desde 1905 hasta 1914 y la policía desde 1906 hasta 1916; posteriormente se trasladaron. En 1926 se creó la primera Comisión de Fomento.
En relación a los primeros pobladores, podemos rescatar que en 1904 Cristian Jourbet se instala con su familia cerca del paraje Maipen, donde luego vivió uno de sus hijos.
Entre muchos otros pioneros, vale la pena destacar a don Juan Benigar, nacido en Croacia el 23 de diciembre de 1883. Llegado a la Argentina en 1908, en 1910 se casa con una nativa pampeana emparentada con la dinastía Catriel, doña Eufemia Sheypuquin Barraza, de cuyo matrimonio nacen 6 hijos varones y 5 mujeres, cuyos hijos, nietos y bisnietos vivieron en la localidad.
En 1925 decide cambiar su lugar de residencia por invitación del escritor Felix de San Martín y se establece en el paraje Quila Chanquil.
Tras la muerte de su esposa, debe abandonar este lugar y se traslada a Pulmarí por poco tiempo. Como destino definitivo quedó el paraje Poi Pucón (a 5 kilómetros de Aluminé). Hoy en ese lugar vive su hijo mayor, don Ñancu Benigar.
Es claro, entonces, que no hay un fundador en particular, pero el asentamiento de estos hombres y muchos otros tan importantes por su labor como los citados hicieron que con su permanencia y trabajo junto a sus familias llevaran adelante el crecimiento firme y constante de Aluminé.

Leyendas.
Pehuen.
Entre los árboles que traen fruta, el buen Dios creó para beneficio de la gente: la araucaria, o como dicen los indios, el pehuén, cuyas cápsulas de semillas con forma de bola o cabeza no consideraban al principio un alimento.
Los mapuches veneraban la araucaria y la consideraban un árbol sagrado, a su sombra rezaban, le brindaban ofrendas de carne y sangre y humo, salpicándolas con mushai, la chicha dulce o fermentada, lo adornaban con regalos y le hablaban como si fuera una persona y hasta se confesaban con él.
Las sabrosas pepitas dulces del pehuén quedaban inutilizadas, quizás porque no tenían buen sabor cuando estaban crudas y ellos no sabían prepararlas: de modo que las dejaban tiradas en el suelo, considerándolas venenosas.
Y ocurrió que el reino de los mapuches pasó por un período de gran hambruna, tanto que muerieron muchos araucanos. Los que morían antes que nadie eran los niños y los ancianos.
Entonces, los viejos de las tribus mandaron a la gente joven en busca de comestibles de distintas clases y a distintas partes: bulbos de lirio y otras flores y plantas, bayas, hierbas y granos de cereales silvestres, raíces amarillas dulces y, naturalmente, también carne de animales salvajes. Pero.... ¿dónde estaba todo aquello, dónde se escondía?
Casi todos los mozalbetes mapuches volvieron hambrientos sin haber hallado cosas comestibles. Dios, el Grande del cielo, no quiso seguir oyendo el clamor: el Chau no escuchaba las plegarias, se fingía sordo.... Y su gente se moría.... Sólo uno de los emisarios consiguió algo.
Cuando éste volvía, lo interpeló durante el trayecto un anciano desconocido, ansioso de saber qué buscaba en las montañas en gran parte pobres, arenosas y áridas. El joven le confió su pena y la de sus hermanos hambrientos de la tribu y el viejo replicó, con extrañeza:
-¿No son suficientemente buenos para ustedes los piñones ?
Caen de los árboles harto maduros ya basta una de sus cápsulas para nutrir a toda una familia.... Pero hay que hervirlos hasta que se ablanden, hervirlos con mucha agua o tostarlos sobre el fuego. Y hay que enterrarlos en el invierno para preservarlos de la helada.
Después de estos buenos consejos, el viejo de la larga barba desapareció de improviso.
El joven araucano se llenó el manto de las cápsulas de semillas más grandes que encontró y se las llevó al más anciano de la tribu, junto con el mensaje que le había dado el hombre de la larga barba.
El anciano y el joven llamaron a toda la gente de la tribu y se habló de lo convenido. Entonces, los más prudentes dijeron:
-Ese sólo puede ser nuestro Chau, nuestro padre que bajó para nosotros a la tierra a fin de salvarnos. Seguiremos sus indicaciones, no desdeñaremos el regalo que nos permite comer, no obstante ser un alimento que proviene del sagrado árbol que sólo a El pertenece.
De inmediato, hirvieron aquellas alargadas frutas en agua buena y otros las tostaron sobre el fuego. Fue un gran festín.
Desde entonces ya no padecieron escasez, porque los innumerables árboles existentes alrededor del volcán Lanín y sobre él les ofrecieron muchos regalos de esa clase. De esa época datan las fiestas populares, consistentes en un viaje anual de los indios con sus familias a las montañas y regiones de las araucarias a fin de juntar los víveres preciosos para el invierno, katangos y piñones de un color oro oscuro.
Los guardan bajo tierra, donde se conservan durante todo el verano frescos y dulces, siendo muchas veces el único alimento de los indígenas.
Fabrican también la embriagadora bebida llamada chahui ( o chawü), hecha con los mejores nguilliu, nombre que les dan a los piñones.
Pero poco después de la época a que nos referimos, el Dios de los araucanos no bajó ya a la tierra y algunos de nuestros antepasados afirmaron que lo capturaron y mataron los blancos cuando quiso visitar por última vez a sus dilectos hijos araucanos.
De todos modos los antiguos, cuando rezaban al salir el sol, como lo hacemos hoy todavía muchos de nosotros, sobre todo los más ancianos y los que viven solitarios en lugares poco poblados, tenían y tienen siempre en la mano, en la mano limpia y aseada y bien abierta, una ramita o fruta del pehuén, y dicen:
-Dado por Ti para no dejarnos morir de hambre.
¨A Ti debemos nuestra vida y te rogamos, a ti, el Grande, a Ti nuestro padre, que no dejes morir a los pehuenes.
¨Deben propagarse como se propagan nuestros descendientes, cuya vida te pertenece, como te pertenecen los árboles sagrados ¨.
Así saben rezar los ré che, los araucanos de sangre pura a su Dios y Dueño del mundo.

Afpin: el narrador ha terminado.
Pehuén: pino patagónico, araucaria imbricata. Fruta: los piñones. Se le considera árbol sagrado y recibe ofrendas.
Muschay o muday: bebida alcohólica, hecha de diferentes clases de cereales o de patatas mezcladas con granos. Maíz preferido.
Chau: padre, también Apu.
* Del Libro ¨Cuentan los Araucanos¨Bertha Koessler-Ilg, Edit. Nuevo Extremo.

Rogativa al Pehuén Mapu Cushe.
Recopilado por Gregorio Alvarez, 1981.
De Cuentan los mapuches, Cesar A. Fernandez.

Espíritu de la tierra del pehuén:
Estás viéndome en tu pensamiento,
Y en el semblante de tu ser
Sólo buen sentimiento se ve;
Dame un lindo arrebol,
Gran espíritu que en el cielo estás:
Y que tu pensamiento también
Siempre el bien en mi cabeza
Y me haga sentir esto pronto ...

Cuentos.

Cuento Damasio Caitrú

Su autobiografía grabada por Jorge Prelorán en 1966.

Recopilado por  Don Gregorio Álvarez, 1983.

Dice Caitrú que su mamita, la Juana Vera, que en mapuche se llamaba Incao, le contó que había nacido en Azul. Que era una chica que ya sabía andar a caballo. Cuando la gente aborigen de la zona supo que los "huincas" estaban tomando cautivos a todos los jefes o caciques, de entre éstos uno llamado Queupu hombre "petisito" que usaba grandes aros, encabezó gente y huyeron del Azul. Llegaron el río Colorado, lo "bandearon" (vadearon) a este lado y vivieron aquí, 4 ó 5 años. Pero los huincas vinieron avanzando hasta donde está el pueblo de Las Lajas, aquí en Neuquen. De ese rincón.... los indígenas huyeron de nuevo hacia el sur, y pasando el río Covunco, llegaron al lago Aluminé que entonces lo llamaban Huenucó (agua del cielo). Por allí los huincas tomaron a un hermano del cacique Queupu y lo cautivaron conjuntamente con las mujeres, que andaban "piñoneando". De allí, llegaron hasta Trompul en donde la madre tenía un tío que era cacique en Chile, y tenía cuatro mujeres. Desde allí pegó la vuelta otra vez y llegó nuevamente a la frontera. Por ahí se enlazó el brazo derecho de mi madre con mi padre, Cecilio Caitrú, quien desde muchacho ya sabia andar a caballo, con "un conocimiento" nacido en Pilo Lil, acá, en la Argentina.

Cuando ya quedó en paz nuestra Argentina, esa gente volvió. Así fue la vida de mi madre y de mi padre.

Después que estuvieron varios años en Chile, cuidando su salud y su vida, como no eran chilenos, volvieron acá a Ruca Choroy. Y aquí están sepultados en este valle de Ruca Choroy.

De ahí, entonces, comenzaron a levantar, ahí fue que dejaron todas las riquezas mi abuelo Juan de Dios Vera, el padre de la mamita mía, porque salieron a enterrar la plata y ella se acuerda. La abuelita, la mamá de mi mamá, pegó la vuelta cuando ya quedaron en paz y no encontraron el entierro que está al lado de un molle. Grande. Había mucho herraje. Así acordaba mi mamaita. Entonces cayeron a Chile, pero ya personas grandes, y de allá volvieron para atrás otra vez y entonces se juntaron a la entrada, se matrimoniaron con mi padre Cecilio Caitruz, quien viajaba para abajo, para el lado de Bahía Blanca, Patagones. Ya sabía que por ahí ya esta bien mansita la gente. Ya no le hacían nada a la paisanada ni a la indiada tampoco. Ya estaban todos bien, trabajando. Después salieron y llegaron al Pulmarí y ahí vinieron a nacer todos los hermanos. Aquí en Pulmarí nació la finada Carmen, la Ceferina, la Isabel y la Mercedes, cuatro hermanas. La mamita nació aquí en Ruca Choroy, cerca del pueblo y yo nací ahí, poquito más allá de donde está el cacique Aigó. Y yo me junté con la señora, la primera mano que tuve, que se llamaba Juana Morales, el año 1929, el 2 de Setiembre, me junté con ella y viví encantado con ella y tuve cinco criaturas, todas niñas mujeres. Y en 1944, me dejó después de haber vivido tan bien con ella. He trabajado, he hecho empeño en tener un negocio aquí, en mi casa, y ella me ayudó mucho. Si, por poco que teníamos, habíamos trabajado muy bien, con mi finada mujer. Muy bien habíamos trabajado. Las criaturas, que eran cinco criaturas, cuando nos dejó, la última criaturita llamada Beatriz Aurora tenía tres años cumplidos y andaba pegando a los cuatro cuando quedé con la última criaturita. Ya estaba solo algo más de dos años, durmiendo solo.

Había una vecina, señora de un primo hermano, un tal Arsenio Añiuil, y estaba la señora muy grave; no sé de qué había fallecido y yo quedé de ir bien temprano, porque me había dormido, lo habían acompañado un par de noches a ese hombre, y quedé de ir bien temprano. Me quedé dormido porque no había dormido dos noches antes. Me soñé que me vino a despertar el lucero.

¡Pero quí bonita cara ! Y la vista bien levantada, verdadera una persona; pero relumbroso que me llegó a relumbrar en el sueño, ¿no ? En sueño parece que era verdad, que vino a invitar que nos vamos que ya está de día. ¡ Que vamos! Y me levanté, medio desesperado, medio asustado, al ver a esa persona, pero era el lucero, la estrella grande.... qué venía el día.

Me levanto y salgo puerta afuera. Más o menos como treinta centímetros o cuarenta centímetros afuera de la cordillera, estaba asomada la estrella grande. Por eso que hoy en día, como me invitó como compañero y tengo entendido que mi mamita, mi abuelita que era Luisa Henumán que se llamaba por parte de la mamá de mi papá, que el que sueña con la estrella, los indígenas, es una grande acción que le da y hay que nombrarlo cuando uno ruega..... Y yo para rogar en mi propia palabra, tengo que acordarlo....

Unelfe lo llamaban en mapuche, es el que trae toda la claridad al venir el día. Ahí he soñado muy bien en esa parte y voy con eso, y por eso digo yo, señora Marta, que no es buena, buena, buena acción que ha prestado nuestro Dios, porque no voy tan mal hasta acá. Es una buena señal soñar con la estrella y hay que creerlo y no hay que olvidar.

Después de ese entonces pasé, pasé y a los cuatro años junté con ella, la segunda mujer, llamada Isabel Peña. No había que hacerle, porque usted sabe, tenía mis criaturas, claro..... Las hijas cuando crecen, cuando ya son grandes, ya tienen que cambiar una idea, porque hay que respetarla, no como la señora, ¿ no es cierto? La señora y el marido siempre más amante. La hija cuando es criatura chica, entonces uno puede acariciarla todo lo que quiera, pero cuando ya es persona grande, ya se cambia un poco. Y en ese sentido y como indio.... y por el momento tengo cuatro, pero se me han muerto varios. Hemos tenido la mala suerte. Tenemos varios muertos, varones y mujercitas. ¡ Ah! , ese a última hora, el año, el año cincuenta y dos, vine a relacionarme y en el cincuenta y tres ya, entonces, los juntamos recién y la idea que yo lo pensaba.... la idea que le señalara nuestro Dios, digo yo, porque mi padre tuvo dos señoras. Y muchas veces como dice una cosa va ser por la herencia y digo yo hasta acá, tendrá que ser así ..... que una persona por ejemplo, agarra una señora, una niña o..... llega el asunto que sin pensar, muchas veces.... cuando ya está, recién piensa muchas cosas, pero gracias a Dios uno, digo yo, hasta acá que comer no me ha faltado, durante el tiempo que yo estoy viviendo, hasta hoy en día con la familia. Y ese agradecimiento que tengo por nuestro Dios, ahora si me faltaría, pasar una necesidad, claro que no tengo..... Soy pobre, pero.... qué comer, principalmente habiendo qué comer está todo bien. Yo estoy bien, contento, porque estoy lleno, con el estómago bien lleno y la mujer y los hijos todos están bien. ¿Y qué va a hacer ? Si lo da nuestro Dios tenemos que recibirlo y nos quiere lo mesmo, tengo dos, tenga cincuenta hijos, lo mesmo los quiere, por lo menos, mi idea es esa. Tengo muchos hijos pero lo mesmo los quiero, los estimo...... ¡ no sé !

De Cuentan los mapuches, Cesar A. Fernandez, Bibliot.de Cult. Arg.

Testimonio recogido en Moquehue, Neuquen.

Una vez me encontré con un anchimallén. Es una criatura chica que han comido los brujos. Arde por la boca y por los ojos. Va de saltito en saltito no más. No camina como la gente. Era de forma de una criatura, desnudo, de más o menos así (señaló con las manos una dimensión de más o menos 0,50 mts.)

Los anchimallén tienen la misma finalidad que el choñchoñ. Andan asustando a la gente. Es el mismo espíritu que el Kalku, más o menos, pero con distinta forma de salir. Sale con distintas formas para que sea menos notado por la gente, para que impresione más a la gente. Echa fuego por los ojos.

El wichalalwe anda a caballo. Ese es grande, de más o menos 2,50 m de alto. Es más alto que el caballo. No echa fuego por los ojos, es sólo sombra negra. Persigue mucho cuando le han hecho mal.

El kal´ku entrega su propio hijo para salvarse. La familia bruja va matando a su misma familia, para mantener al espíritu, para salvarse el brujo o si no el espíritu lo mata. El brujo siempre mata al pariente, nunca al extraño.

Al renü van para ser ricos, para ser domador, guitarrero. El diablo le enseña. El que abre la puerta del renües el wekufü, a todos los aborígenes que más o menos han sido brujos.

Al principio el que es kal´ku se enriquece, pero cuando muere el brujo empieza a venir la pobreza. Se le van muriendo los animales, el espíritu maligno se los come. En el renü los brujos juegan la familia – juegos parecidos al truco – porque al diablo le gustan todos los juegos.

El diablo vive de la absorción de la sangre. Cuando carnean un animal, quedan restos de sangre que cae, cuando es un animal chico (se refiere al que aún no ha alcanzado el estado adulto) le echa ceniza encima para que no se acerque el diablo.

Ha pasado un caso de un hombre en Pulmarí que iba por un sendero, a la media tarde, hacia el Picudo (un cerro) y de repente vio una polvareda de uno que venía cabalgando y cuando se enfrentaron era una piedra en forma de cristiano y un caballo, pero lo mismo que un cristiano parecía. Entonces le sacó la oreja del caballo y le goteó a la "piedra busto" , le dio sangre, porque esos quieren sangre no más , y se fueron no mas.

Colo-colo es un pájaro grande que grita de noche, impresiona a cualquiera. Todos se meten dentro de la casa. Dicen que lo tiene el kal´ku cuando está alojado en un campamento y si grita seguro que tiene que morir uno de antes del año.

Kill-kill también es brujo. No es igual que choñchoñ. Kil kill es sólo para asustar, es mandado por el brujo para escuchar y ver cómo anda. Está parado la noche entera gritando. Kill kill es un pájaro, no daña.

Choñchoñ puede ser hombre o mujer, desde los 20 años o poco antes. Puede matar o volver loco porque es perseguidor. Los indios ponen una cabeza de caballo sobre la casa. Es contra.

El cherufe es una bola de fuego con cola. Es el máximo del diablo. Tiene casi la forma de un helicóptero. Anuncia los años malos. Si va a haber mucha nieve. Tiene su estación para trasladarse. Por ejemplo, si lo hace de sur a norte, porque iba a ser nevador, malo. Y si lo hace de norte a sur iba a ser un buen invierno. No ataca. Lo tienen como anunciador y lo hace muy bien. 

Enero de 1973.-

Del libro "Tres entidades wekufü en la cultura mapuche" de Else María Waag, Eudeba.

Testimonio de R.C. Aluminé, Neuquen.

Cherufe. Ese que anda volando cuando.... cuando llevaba un pelotón de fuego. Cuando va, es algo así como un cerro que suena. Ese tiene una cola larga. Una cola bien larga, y llevaba un pelotón de fuego, así como cabeza de una persona. Entonces va, va derecho no más. Llega a la cordillera, y ése cuando llega suena como tormenta, pero no apareció tormenta. Tum, dice así. Ese, ése casi puro fuego no más. Ese, dicen que cuando llega así, dicen que viene invierno malo. Decía la gente que iba a haber invierno malo. Eso es cierto. Ahora, ahora vamos a tener un invierno fierísimo, fierísimo.... Ese no pasó nada todavía, porque ya salió todas las cosas que va a haber, hoy tormenta, hay viento, hay cerrazones, todo eso.

Ahora sí ...si.....si, va a haber invierno malo, va a pasar ése. Ese pasa en el cielo. Se ve muy grande, grande. Yo dos veces lo vi. Una vez un día como ahora ¿no? ( era un espléndido día de sol). De repente lo vi un poco, salió así... un cerro alto que hay, lo vi y dije ¿qué será?

Fui corriendo a la casa, le dije a mi mamá. Mamá, - le dije yo – mirá lo que va allá. Y alcanzó a ver poco mi mamá. ¡ Ay! –dijo mi mamá – ése muy malo ése – dijo –va a venir invierno malo. Echa puro fuego – dijo – echa puro fuego, pero lleva una cola grande de fuego y un pelotón así ..... No sé cómo será, porque yo lo vi así no más. Pero parecía cabeza de .... cabeza de animal, así ¿ no ?, pero colorado, colorado, bien colorado. Ahora, años cuando vine de allí: primer año que llegué acá también paso ése. Se vino allá y se fue. Casi quedamos enterrados en la nieve acá .... y no pudimos salir, yo tenía corredor cuando estuve en la escuela ahí , y me quedé cerrada ahí. Se parejó la nieve en el corredor.

Del libro Fenomenología de la religiosidad mapuche , Pbro. Oscar Barreto SDB. Archivo Histórico Salesiano de la Patagonia Norte.

***Este artículo fue publicado en interpatagonia.
https://www.interpatagonia.com/alumine/historia.html

jueves, 17 de octubre de 2024

BALADA DE PABLO DE ROKHA.


BALADA DE 
PABLO DE ROKHA.
Yo canto, canto sin querer, necesariamente, irremediablemente, fatalmente, al azar de los sucesos, como quien come, bebe o anda y porque sí; moriría si NO cantase, moriría si NO cantase; el acontecimiento floreal del poema estimula mis nervios sonantes, no puedo hablar, entono, pienso en canciones, no puedo hablar, no puedo hablar; las ruidosas, trascendentales epopeyas me definen, e ignoro el sentido de mi flauta; aprendí a cantar siendo nebulosa, odio, odio las utilitarias, labores, zafias, cuotidianas, prosaicas, y amo la ociosidad ilustre de lo bello; cantar, cantar, cantar...—he ahí lo único que sabes, Pablo de Rokha!...

* * *
Los sofismas universales, las cósmicas, subterráneas leyes dinámicas, dinámicas me rigen, mi canción natural, polifónica se abre, se abre más allá del espíritu, la ancha belleza subconciente, trágica, matemática, fúnebre, guía mis pasos en la oscura claridad; cruzo las épocas cantando como un gran sueño deforme, mi verdad es la verdadera verdad, el corazón orquestal, musical, orquestal, dionysiaco, flota en la augusta perfecta, la eximia resonancia unánime, los fenómenos convergen a él, y agrandan su sonora sonoridad sonora, sonora; y estas fatales manos van, sonámbulas, apartando la vida externa, —conceptos, fórmulas, costumbres, apariencias,—mi intuición sigue los caminos de las cosas, vidente, iluminada y feliz; todo se hace canto en mis huesos, todo se hace canto en mis huesos.
* * *
Pus, llanto y nieblas lúgubres, dolor, solo dolor mamo en los roñosos pechos de la vida, no tengo casa y mi vestido es pobre; sin embargo, mis cantares absurdos, inéditos, modestísimos suman el pensamiento, TODO el pensamiento de la raza y la voz del instante; soy un país HECHO poeta, por la gracia de Dios; desprecio el determinismo de las ciencias parciales, convencionales, pues mi sabiduría monumental surje pariendo axiomas desde lo infinito, y su elocuencia errante, fabulosa y terrible crea mundos e inventa universos continuamente; afirmo o niego, y mi pasión gigante atraviesa tronando el pueblo imbécil del prejuicio, la mala aldea clerical de la rutina.
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Atardeciendo me arrodillé junto a una inmensa y gris piedra humilde, democrática, trágica, y su oratoria, su elocuencia inmóvil habló conmigo en aquel sordo lenguaje cosmopolita e ingenuo del ritmo universal; hoy, tendido a la sombra de los lagos he sentido el llanto de los muertos flotando en las corolas; oigo crecer las plantas y morir, los viajeros planetas degollados igual que animales, el sol se pone al fondo de mis años lúgubres, amarillos, amarillos, amarillos, las espigas van naciéndome, a media noche los eternos ríos lloran a la orilla de mi tristeza y a mis dolores maximalistas se les caen las hojas;. . .«buenos días, buenos días árbol», dije al reventar la mañana sobre las rubias cumbres chilenas, y más tarde clamaba: «estrellas, SOIS estrellas, oh! prodigio...»
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Mis pensamientos hacen sonar los siglos, todos los siglos; voy caminando, caminando, caminando musicalmente y mis actos son himnos, cánticos naturales, completamente naturales; las campanas del tiempo repican cuando me oyen sentirme; constituyo el principio y la razón primordial de todas las tonadas, el eco de mis trancos restalla en la eternidad, los triángulos paradójicos de mi actitud resumen el gesto, el gesto, la figura del super hombre loco que balanceó la cuna macabra del orbe e iba enseñándole a hablar.
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Los cantos de mi lengua tienen ojos y pies, ojos y pies, músculos, alma, sensaciones, grandiosidad de héroes y pequeñas costumbres modestas, simplisísimas, mínimas, simplisísimas de recién nacidos, aullan y hacen congojas enormes, enormes, enormemente enormes, sonríen, lloran, sonríen, escupen al cielo infame o echan serpientes por la boca, obran, obran lomismo que gentes o pájaros, dignifican el reino animal, el reino vegetal, el reino mineral, y son bestias de mármol, bestias, bestias cuya sangre ardiendo y triste, triste, asciende a ellos desde las entrañas del globo, y cuyo ser poliédrico, múltiple, simultáneo está en los quinientos HORIZONTES geográficos; florecen gozosos, redondos, sonoros en Octubre, dan frutos rurales a principios de Mayo y Junio o a fines de Agosto, maduran todo el año y desde nunca, desde nunca; anarquistas, estridentes, impávidos, crean un individuo y una gigante realidad nueva, algo que antes, antes, algo que antes no estaba en la tierra, prolongan mi anatomía terrible hacia lo absoluto, aún existiendo independientemente; ¡tocad su cuerpo, tocad su cuerpo y os ensangrentaréis los dedos MISERABLES!...
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Ariel y Calibán, Egipto, Grecia, Egipto y SOBRE TODO Chile, los cuadrados países prehistóricos, Jesús de Nazareth, los cielos, las montañas, el mar y los hombres, los hombres, las oceánicas multitudes, ciudades, campos, talleres, usinas, árboles, flores, sepulcros, sanatorios, hospicios u hospitales, brutos de piel terrosa y lejano mirar lleno de églogas, insectos y aves, pequeñas, arminosas mujeres pálidas; el cosmos idiota, maravilloso, maravilloso, maravilloso, maravilloso orienta mis palabras, y rodaré sonando eternamente, como el viejo nidal, como el viejo nidal, como el viejo nidal en donde anidan TODOS los gorjeos del mundo!...



Pablo de Rokha, cuyo nombre real era Carlos Ignacio Díaz Loyola, ​ fue un poeta chileno, Premio Nacional de Literatura 1965. Considerado uno de los cuatro grandes de la poesía chilena —junto con Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Vicente Huidobro—. Nació en Licantén, Chile, el 17 de octubre de 1894, y se suicidó en Santiago, el 10 de diciembre de 1968.

LAS MANOS CIEGAS de LEOPOLDO PANERO.


Ignorando mi vida,
golpeado por la luz de las estrellas,
como un ciego que extiende,
al caminar, las manos en la sombra,
todo yo, Cristo mío,
todo mi corazón, sin mengua, entero,
virginal y encendido, se reclina
en la futura vida, como el árbol
en la savia se apoya, que le nutre,
y le enflora y verdea.
Todo mi corazón, ascua de hombre,
inútil sin Tu amor, sin Ti vacío,
en la noche Te busca,
le siento que Te busca, como un ciego,
que extiende al caminar las manos llenas
de anchura y de alegría.

Leopoldo Panero Torbado (Astorga, León, 17 de octubre de 1909 – Castrillo de las Piedras, León, 27 de agosto de 1962).

martes, 15 de octubre de 2024

POBRE CHINGOLITO de Fernan Silva Valdes.-

Pobre chingolito,
— vidalitay —
lo tomé del suelo,
no podía volar
— vidalitay —
porque estaba enfermo.

Con mi mano grande
— vidalitay —
con mi mano ruda,
le hice una caricia
— vidalitay —
por sobre las plumas.

No teniendo jaula
— vidalitay —
en donde ponerlo,
lo eché en la guitarra
— vidalitay —
y se quedó quieto.

Bitibío - bío
— vidalitay —
a la media noche,
bitibío - bío
— vidalitay —
lo oímos cantar.

Pero al otro día
— vidalitay —
lo encontramos muerto;
pobre chingolito
— vidalitay —
¡ay, vidalitay!

Y hoy mi guitarra
— vidalitay —
tiene nueva voz;
la del chingolito
— vidalitay —
que en ella murió.
Fernán Silva Valdés (Montevideo, 15 de octubre de 1887 - 9 de enero de 1975) fue un poeta, compositor y dramaturgo uruguayo.

domingo, 13 de octubre de 2024

LA MUCHACHA QUE SIEMPRE ANDA TRISTE de EVARISTO CARRIEGO.

Así anda la pobre, desde la fecha
en que, tan bruscamente, como es sabido,
aquel mozo que fuera su prometido
la abandonó con toda la ropa hecha.

Si bien muchos lo achacan a una locura
del novio, que oponía sobrados peros
todavía se ignoran los verdaderos
motivos admisibles de la ruptura.

Sin embargo, en los chismes, casi obligados,
de los pocos momentos desocupados,
una de las que cosen en el taller

dice y esto lo afirma la propia abuela,
que desde que ella estuvo con la viruela,
él, ni una vez siquiera, la ha vuelto a ver.

Evaristo Carriego fue un poeta argentino nace el 7 de mayo de 1883 en Paraná (provincia de Entre Ríos). Falleció de tuberculosis, a los 29 años de edad, el 13 de octubre de 1912.

sábado, 12 de octubre de 2024

MAMBRÚ SE FUE A LA GUERRA DE EVARISTO CARRIEGO.


«Mambrú se fue a la guerra» ¡Vamos, linda vecina!
¿Con su ronga catonga los chicos de la acera
te harán llorar, ahora? No seas sensiblera
y piensa que esta noche de verano es divina

y hay luna, mucha luna. ¡Todo por esa racha
de recuerdos que llevan sin traer al causante!
¡Todo por el veleta que fue novio o amante
allá, en tus más lejanas locuras de muchacha!

Que nunca en tantos años se te oyera una queja
y te afliges ahora, cuando eres casi vieja,
por quien, al fin y al cabo, ¿Dónde está, si es que está?

Seamos muchachitos Empecemos el canto
sin que te ponga fea, como hace poco, el llanto:
«¡Mambrú se fue a la guerra, Mambrú no volverá!»