60 ANIVERSARIO DEL
FALLECIMIENTO DE HOMERO MANZI.
Hay un tango que es representativo, emblemático uno de ellos es “Sur” y una historia íntima llena de nostalgia que pinta como ninguno Homero.
Sur.
San Juan y Boedo antiguo y todo el cielo,
Pompeya y, más allá, la inundación,
tu melena de novia en el recuerdo,
y tu nombre flotando en el adiós...
La esquina del herrero barro y pampa,
tu casa, tu vereda y el zanjón
y un perfume de yuyos y de alfalfa
que me llena de nuevo el corazón.
Sur... paredón y después...
Sur... una luz de almacén...
Ya nunca me verás como me vieras,
recostado en la vidriera
y esperándote,
ya nunca alumbraré con las estrellas
nuestra marcha sin querellas
por las noches de Pompeya.
Las calles y las lunas suburbanas
y mi amor en tu ventana
todo ha muerto, ya lo sé.
San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido,
Pompeya y, al llegar al terraplén,
tus veinte años temblando de cariño
bajo el beso que entonces te robé.
Nostalgia de las cosas que han pasado,
arena que la vida se llevó,
pesadumbre del barrio que ha cambiado
y amargura del sueño que murió.
Sur... paredón y después...
Sur... una luz de almacén…
Homero Manzi había nacido en Añatuya, era santiagueño, provinciano y avencindado en el barrio de Pompeya y porteño como el que más.
Fue profesor de escuela normal pero la poesía ganó la batalla.
En 1947 Manzi y Aníbal Troilo daban las puntadas finales a uno de los tangos populares “Sur”
Según cuenta García Giménez, Homero Manzi ya intuía que “el barbeta” (como le decían) estaba herido de muerte por la enfermedad y sus amigos también tenían la terrible sospecha. A pesar de su angustioso estado de animo escribió “Sur”, añorando la lozana mocedad en su barrio de adopción.
En los días de carnaval de 1948 fue operado y tres años mas tarde, un 3 de mayo de 1951 la muerte le quebró la ambición de hacer montones de cosas que estaban bullentes en su pensamiento.
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