Déjame hablar, mordaza, una palabra
para decir adiós a lo que amo.
Huye la tierra, vuela como un pájaro.
Su fuga traza estelas redondas en el aire,
frescas huellas de aromas y señales de trinos.
Todo viaja en el viento, arrebatado.
¡Ay, quién fuera un pañuelo,
sólo un pañuelo blanco!
Rosario Castellanos Figueroa (Ciudad de México, 25 de mayo de 1925-Tel Aviv, Israel, 7 de agosto de 1974).
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