DÍAS CONTRA EL ENSUEÑO.
No querer blancos rodando
en planta movible.
No querer voces robando
semillosas arqueada aéreas.
No querer vivir mil oxígenos
nimias cruzadas al cielo.
No querer trasladar mi curva
sin encerar la hoja actual.
No querer vencer al imán
la alpargata se deshilacha.
No querer tocar abstractos
llegar a mi último pelo marrón.
No querer vencer colas blandas
los árboles sitúan las hojas.
No querer traer sin caos
portátiles vocablos.
Flora Alejandra Pizarnik nace en Avellaneda el 29 de abril
de 1936 en el seno de una familia de inmigrantes rusos que perdió su apellido
original al instalarse en Argentina: antes de ser argentinos, los Pizarnik eran
los Pozharnik. Estudió en a la Escuela Normal Mixta de Avellaneda y se recibió
en 1953.
Obtuvo su título en Filosofía y Letras por la Universidad de
Buenos Aires y posteriormente viajó a Paris hasta 1964 donde estudió Literatura
Francesa en La Sorbona y trabajó en el campo literario colaborando en varios
diarios y revistas con sus poemas y traducciones de Artaud y Cesairé, entre
otros.
Su obra poética está representada en las siguientes obras:
«La tierra más ajena» en 1955, "La última inocencia" en 1956,
"Las aventuras perdidas" en 1958, "Árbol de diana" en 1962,
"Los trabajos y las noches" en 1965,"Extracción de la piedra de
locura" en 1968, "El infierno musical" en 1971 y "Textos de
sombra y últimos poemas" que es una publicación póstuma editada en el año
1982.
"El 25 de septiembre de 1972, a los 36 años, se quitó
la vida ingiriendo 50 pastillas de Seconal durante un fin de semana en el cual
había salido con permiso del hospital psiquiátrico de Buenos Aires; hospital
donde se hallaba internada a consecuencia de su cuadro depresivo y tras dos
intentos de suicidio. El día siguiente, “martes 26, el velorio (velatorio)
sumamente triste en la nueva sede de la Sociedad Argentina de Escritores que,
prácticamente, se inauguró para velarla”. En el pizarrón de su recámara se
encontraron los últimos versos de la poeta: no quiero ir nada más que hasta el fondo. (Wikipedia).
Despedida.
Mata su luz un fuego abandonado.
Sube su canto un pájaro enamorado.
Tantas criaturas ávidas en mi silencio
y esta pequeña lluvia que me acompaña
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