LOS ALAMBRADOS de la Veranada
de Marcelo Berbel
Que esta tierra era de Dios,
mi padre me dijo un día,
que era de Dios y era mía,
y no tenía patrón.
Dijo no ver la razón,
de tener miedo que alambran,
ya que la tierra es tan grande,
criolla herencia del paisano.
Hoy de prepo echaron mano,
hasta donde duerme mi padre.
Tierra donde largos años,
veneraron mis abuelos,
por estas leguas del suelo,
donde hoy yo parezco extraño.
Las leyes gauchas de antaño,
cayeron al papelaje,
le han puesto precio al pastaje,
y cercaron las aguadas.
Quise ser algo y soy nada,
ya no es mío ni el paisaje.
Por dónde no habrán tranqueras
para poder galopear.
Quién juera viento pa’ andar,
campo ajuera y tiempo adentro.
Volver con la primavera,
señalar junto al fogón,
sentir la lluvia y el sol,
guitarrear pialando estrellas.
Hoy tan solo la huella,
anida en mi corazón.
Aquí nací y me crié,
campeador de sueño y vaca.
Hoy me queda un piñu e’ flaca,
y este pobre pangaré.
Pucha, pa’ ande rumbearé,
ya que todo lo que amaba,
lo que a mis hijos dejaba,
hoy es para los de arriba,
suerte que el cielo está encima...
sino, también lo alambraban.
Alambrado de la Veranada
por los Hermanos Berbel
( Marité y Hugo Berbel)
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