LA MAESTRA
UN POEMA DE HÉCTOR GAGLIARDI.
Tan buena como mi vieja
y como ella nerviosa,
de las que agrandan
las cosas
y que por nada se
quejan;
Tenía entre ceja y ceja
esa cuestión del aseo
y en lo mejor del
recreo
revisaba las orejas.
Decía que un pajarito
al oído le nombraba
los niños que
conversaban
cuando salía un
ratito;
Y si un grandote de quinto
armaba la tremolina,
parecía una gallina
cuando tiene los
pollitos.
Nos tomaba la lección
siguiendo el orden de
lista
y obligaba con la
vista
a seguir con atención;
Yo era medio remolón
porque andaba por la
“G”
y cien veces me
chasquié
al preguntar de a
traición.
Se pasaba todo el día
prometiendo malas
notas
y que en vez de la
pelota
estudiaran geometría
Era mujer...¡que sabia
de un golazo de
boleo!
por eso es que en el
recreo
los muchachos se
reían....
Pero un vez se enfermó
y mandaron la
suplente
que enseñaba
diferente
y hasta un día de
“usted” nos trató;
Y nosotros ...¡qué sé yo!...
sería mejor maestra
pero fieles a la
nuestra
declaramos el boicot.
Y cuando vino al grado
después de la
enfermedad
nos pusimos a gritar
que casi la
desmayamos
y cuando vio tantas
manos
que la querían tocar
de floja se echó a
llorar
y nosotros la
imitamos.
Ah! Pobre maestra mía!
¡Cómo estarás de
vieja!...
revisame las orejas
soy un chico todavía.
No sabés con que alegría
quisiera volverte a
ver:
no me vas a conocer
pero entonces te
diría:
Yo ocupaba el tercer banco
al lado de la ventana
el que abría las
persianas
cuando el sol no daba
tanto
El que se ahogaba de llanto
el día que te dejó
y que nunca te olvidó
y es por eso que te
canto
Vos sos la dulce canción
de la edad que ya se
fue
hoy he venido otra
vez
para darte la
lección:
Preguntame de a traición
maestra del cuarto
grado
que cuanto me has
enseñado
lo llevo en el
corazón....
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