El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.
El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada,
fueron pétreos los labios.
El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.
Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.
Miguel Hernández. Poeta español. Adscrito a la Generación del 27.
Nacido en Orihuela, el 30 de octubre de 1910.
Era hijo de campesinos, desempeñó entre otros oficios, el de
pastor de cabras.
Guiado por su amigo Ramón Sijé, se inició en la poesía desde
los veinte años; publicó su primer libro “Perito en lunas” en 1933 y “El rayo
que no cesa
Durante la guerra civil española (julio de 1936)militó muy
activamente en el bando republicano como Comisario de Cultura, siendo
encarcelado y condenado a muerte al terminar el conflicto.
Terminada la guerra regresó a Orihuela, donde fue detenido.
Condenado a muerte, se le conmutó luego la pena por la de cadena perpetua.
Cuando estaba en prisión, su mujer Josefina Manresa le envió
una carta en la que mencionaba que sólo tenían pan y cebolla para comer; el
poeta compuso en respuesta las “Nanas de la cebolla” que el autor empieza en la
cárcel, en trozos de papel higiénico, en 1938, y que se publicó en Buenos
Aires, la Argentina, después de su muerte en Alicante.
Antes de fallecer publicó su última obra “Cancionero y
romancero de ausencias”.
Muere en Alicante, 28 de marzo de 1942, con tan sólo treinta
y un años de edad.
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