se eleva sobre las casas
y los árboles más altos;
también nosotros quemamos basura
en el fondo del jardín,
amontonamos lo que no sirve,
lo que fue, hojas
y ramas secas, muertas.
El fuego es remedio
para estos desperdicios,
y muchas veces el alma,
lo que llamamos alma,
se beneficia particularmente
ardiendo como, los restos de vegetación
en el fondo del jardín.
Al caer la tarde
láminas de escarcha
comienzan a descender sobre la tierra
donde ciegas lombrices duermen,
y manzanos, perales, ciruelos,
aún se turban sobre los montones de hojas,
que pronto consumirán las llamas
y la fugacidad de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario