EL POZO de Pablo Neruda.
A veces te hundes, caes
en tu agujero de silencio,
en tu abismo de cólera orgullosa,
y apenas puedes
volver, aún con jirones
de lo que hallaste
en la profundidad de tu existencia.
Amor mío, qué encuentras
en tu pozo cerrado?
Algas, ciénagas, rocas?
Qué ves con ojos ciegos,
rencorosa y herida?
Mi vida, no hallarás
en el pozo en que caes
lo que yo guardo para ti en la altura:
un ramo de jazmines con rocío,
un beso más profundo que tu abismo.
No me temas, no caigas
en tu rencor de nuevo.
Sacude la palabra mía que vino a herirte
y déjala que vuele por la ventana abierta.
Ella volverá a herirme
sin que tú la dirijas
puesto que fue cargada con un instante duro
y ese instante será desarmado en mi pecho.
Sonríeme radiosa
si mi boca te hiere.
No soy un pastor dulce
como en los cuentos de hadas,
sino un buen leñador que comparte contigo
tierra, viento y espinas de los montes.
Ámame tú, sonríeme,
ayúdame a ser bueno.
No te hieras en mí, que será inútil,
no me hieras a mí porque te hieres.
Pablo Neruda, seudónimo y posterior nombre legal de Ricardo
Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Parral, 12 de julio de 1904-Santiago, 23 de
septiembre de 1973), fue un poeta y político chileno que fuera senador de la
república chilena, miembro del Comité Central del Partido Comunista (PC),
precandidato a la presidencia de su país y embajador en Francia.
En 1971, Pablo Neruda se convirtió en el tercer escritor de Nuestra América y en el segundo chileno que obtenía el Premio Nobel de Literatura.
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