lunes, 12 de septiembre de 2011

Los poetas de Sarmiento.



Se publica en BARDA SUREÑA que es un rincón de poesía desde el Sur Argentino este artículo sobre "Los poetas de Sarmiento" del escritor rionegrino Jorge Castañeda que publicara el diario Río Negro el 11 de septiembre de 2011.

MIRADAS DESDE EL SUR.

Los poetas de Sarmiento.

Desde Juan Bautista Alberdi hasta la fecha mucho se ha escrito sobre distintos aspectos de la vida de Domingo Faustino Sarmiento y se han generado numerosas polémicas, ya a favor, ya en contra. Los poetas, no podía ser de otra forma, encontraron en su figura fuente de inspiración para dedicarle poesías y las más de las veces los más elocuentes ditirambos.

Tal vez la más popularizada sea la letra del Himno a Sarmiento que corresponde también en música al barcelonés Leopoldo Corretjer, prolífico autor y compositor radicado en la Argentina dejando varias canciones populares, obras de sainete y numerosos tangos, algunos muy conocidos como "Entre prima y bordona", "Mi negra", "Mate amargo", por solo nombrar algunos.

Tal vez por haber entonado sus estrofas en nuestra infancia escolar nunca dejará de emocionarnos aquellos versos que decían: "Fue la lucha tu vida y tu elemento; /la fatiga, tu descanso y calma; /la niñez, tu ilusión y tu contento,/la que al darle el saber le diste el alma. Con la luz de tu ingenio iluminaste/la razón, en la noche de ignorancia./Por ver grande a la Patria tu luchaste/con la espada, con la pluma y la palabra. En su pecho, la niñez, de amor un templo/te ha levantado y en él sigues viviendo. /Y al latir, su corazón va repitiendo:/¡Honor y gratitud al gran Sarmiento!/ ¡Honor y gratitud, y gratitud! ¡Gloria y loor! ¡Honra sin par/para el grande entre los grandes, ¡padre del aula, Sarmiento inmortal!/¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!"

Debemos destacar que aparte del anteriormente citado hay dos himnos más compuestos en homenaje del sanjuanino.

Con mayor o menor estro poético otros vates se han referido al prócer. Lola Chichizola Coelho en un soneto dice en la primera estrofa: "Sarmiento: escúchame, yo soy el niño;/te hablo mirando el cielo, arrodillado,/porque sé que me diste tu cariño/y que por mí has sufrido y has luchado".

Estela Herrera escribió en "El niño de Carrascal": "Recién nacía la Patria/y Carrascal florecía./Cantos de aves poblaban/en Carrascal las casitas./Saludaban con sus cantos/a un niñito que nacía. Fue creciendo con la Patria/el niño de Carrascal/y siendo niño soñaba/con aprender y enseñar./Fue creciendo con la Patria/y en el suelo de San Juan/todos nombraban el nombre/del niño de Carrascal. Cuando el niño se hizo hombre/fue maestro, y San Juan/inmortalizó los nombres/de Sarmiento y Carrascal".

Cupertino del Campo cierra su soneto laudatorio con los siguientes tercetos: "Sin doblegar jamás la altiva frente/en arduos tiempos del país naciente/tu misión fue enseñar y combatir. Y, maestro de escuela o presidente,/sembrabas en los surcos del presente/ la hermosa floración del porvenir".

Eve Baili en un poema supo reconocer que "¿Tuvo flaquezas? Las tuvo,/tuvo dudas y hasta fallas,/pero sembró escuelas como soles/a lo largo de la Patria".

Nuevamente Estela Herrera en "El niño maestro" le dedica los siguientes versos: "En medio del caserío/de San Francisco del Monte/hay un niño sanjuanino/con su tío sacerdote./Lugares casi desiertos/albergan a gente pobre. Sarmiento, maestro niño./José de Oro, el sacerdote,/y una escuela que se funda/en San Francisco del Monte. Bajo la sombra de olivos/y entre pájaros cantores/hay un maestro niño/entre alumnos que son hombres".

Natalio Vadell asevera que "Si no hubiera más glorias en su vida/brillará por su acción independiente;/que es Sarmiento una antorcha suspendida/sobre un siglo, una raza, un continente".

Tampoco faltaron los poemas a Doña Juana Albarracín. Jorge Martí glosa a la casa natal: "Esta es San Juan. Aquí está la casona/ que antaño fue de adobe solariego/ y luce ahora, bajo el sol labriego,/ el escudo patricio que blasona. Eran solo dos piezas. Lo menciona/ el hijo prócer con amor de fuego./Tenían santidad y olor a espliego/ la casa, el patio, el árbol, la persona. En pleno Carrascal, el barrio pobre/ se alzó la posesión cobre por cobre/ o, dicho en luz, ladrillo por ladrillo. Locuras de la Paula, se decía, /y la mujer con sueños construía/ la levedad azul de su castillo".

Pero lo más raro que he encontrado entre la lírica dedicada a Sarmiento ha sido un soneto de J. Martínez Villerga titulado "Sarmienticidio o A mal Sarmiento buena podadera", que dice: "Este escritor de pega y de barullo/que traduce, delira, o no hace nada,/subir quiere del genio a la morada,/de sus propias lisonjas al arrullo./ Fáltale ciencia pero tiene orgullo,/la paz le ofende y la virtud le enfada; /Es ciego admirador de Torquemada/y enemigo mortal de Pero Grullo. Tal en resumen es mi pensamiento/acerca de ese autor que lleva el nombre,/o apellido, o apodo, de Sarmiento. No hay en él nada que agrade ni que asombre:/carece de instrucción y de talento;/en todo lo demás es un gran hombre. Como se verá algunas de cal y otras de arena. Y seguro que otros muchos poemas han tenido que quedar en el tintero.

Jorge Castañeda, escritor de Valcheta.

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