martes, 6 de mayo de 2025

POESÍA REUNIDA. Héctor Pedro Blomberg.


POESÍA REUNIDA. Héctor Pedro Blomberg.

POESÍA REUNIDA. 

Las almas son buques que pasan 

     Las almas son buques, son buques de ensueños,
Navíos lejanos bajo el cielo azul,
Que pasan buscando los puertos risueños,
Los puertos eternos de amor y de luz.

     Las almas son barcos que pasan. Navíos
Que buscan los climas lejanos del sol:
¿Dónde van tus sueños? ¿Dónde van los míos?
¿Dónde van las naves de nuestra ilusión?

     Las almas son naves fantasmas. En ellas,
En noches de luna se suele sentir
Un canto que suena bajo las estrellas,
Un canto que dice: “vivir y morir”.

     Las almas son buques, errantes veleros
Que al soplo del viento de la vida van,
Y nuestros ensueños son los pasajeros:
Cuando uno se muere lo arrojan al mar.

     Las almas son barcos. Algunos naufragan
En medio del viaje, bajo el cielo azul;
Otros, destrozados y perdidos, vagan
Por los anchos mares, muertos y sin luz.

     Las almas son buques que encienden sus fuegos
Y van a los puertos de nuestra ilusión,
Y nosotros somos los pilotos ciegos
Que vamos a tientas a la luz del sol...

     Las almas son buques que pasan. Navíos
Que al soplo del viento de la vida van;
¿Dónde van tus sueños? ¿Dónde van los míos?
Cuando uno se muere lo arrojan al mar.



La pulpera de Santa Lucía

(1840)

     Era rubia y sus ojos celestes
Reflejaban la gloria del día,
Y cantaba como una calandria
La pulpera de Santa Lucía.

     Era flor de la vieja parroquia,
¿Quién fue el gaucho que no la quería?
Los soldados de cuatro cuarteles
Suspiraban en la pulpería.

     Le cantó el payador mazorquero
Con un dulce gemir de vihuelas,
En la reja que olía a jazmines,
En el patio que olía a diamelas:

     “Con el alma te quiero pulpera, 
Y algún día tendrás que ser mía,
Mientras lloran por ti las guitarras,
Las guitarras de Santa Lucía”.

     La llevó un payador de Lavalle
Cuando el año cuarenta moría:
Ya no alumbran sus ojos celestes
La parroquia de Santa Lucía.

     Y volvió el payador mazorquero 
A cantar en el patio vacío
La doliente y postrer serenata 
Que llevábase el viento del río:

     “¿Dónde estás con tus ojos de cielo
Oh pulpera que no fuiste mía?
Como lloran por ti las guitarras,
Las guitarras de Santa Lucía…



Stella Maris

     Ruega por nosotros, los pobres, que vamos
En débiles barcas en busca del pan,
Y por los amores que en tierra dejamos,
                 Señora del Mar.

     Ruega por las pobres mujeres, que esperan
La vuelta de aquellos que partieron ya,
No dejes que nunca sus amores mueran,
                 Señora del Mar.

     Ruega por las almas de los que se ahogaron
De los que se fueron con la tempestad,
Por los corazones que los esperaron,
                 Señora del Mar.

     Ruega por los niños que están en la cuna,
Ruega por los hijos que un día vendrán
E irán a tus olas a buscar fortuna,
                 Señora del Mar.

     Ruega por las barcas en que al mar partimos,
Y que acaso un día no regresarán;
Con tu amor soñamos, por tu fe vivimos,
                 Señora del Mar.

     Ruega por los rudos y blancos abuelos
Cuyos viejos troncos dobló el huracán,
Ruega por nosotros, Reina de los Cielos,
                 Señora del Mar.

     Ruega por las chozas humildes que un día
Alzaron las manos de los que no están:
Las chozas que guardan su amor todavía,
                 Señora del Mar.

(Del libro homónimo, Barnacle, 
2025, Envío de Alberto Cisnero) 

Héctor Pedro Blomberg.

Héctor Pedro Blomberg nació en Buenos Aires en marzo de 1890, en el histórico barrio de Monserrat que evocaría y cantaría treinta años después. Conoció el Paraguay, de donde su madre —doña Ercilia López, sobrina del mariscal Francisco Solano López—, era oriunda. Cursó sus estudios en el Colegio Nacional Central (hoy Buenos Aires). De allí pasó a la Facultad de Derecho, instalada por ese entonces en la calle Moreno, frente a los fondos del convento franciscano, y donde funcionó la célebre Imprenta de los Niños Expósitos. Esa infancia, vivida entre las piedras y tradiciones de su ciudad natal, influyó poderosamente en la casta obra evocativa que Blomberg realizó en su madurez. Abandonados los estudios de derecho, e iniciado en el periodismo, hizo largos viajes desde las costas del Pacífico hasta el cercano Oriente, y desde los mares del sur hasta el Báltico, viajes que le sirvieron para escribir después muchos de sus cuentos y novelas de la vida en los puertos, y que le inspiraron los poemas de “A la deriva” y “Bajo la Cruz del Sur”. Falleció en Buenos Aires en abril de 1955.

IMAGEN: Portada del libro. Ilustración de Merlina H. Cisnero.

https://ustedleepoesia2.blogspot.com/2025/05/poesia-reunida.html

Publicado en La biblioteca de Marcelo Leites.

https://ustedleepoesia2.blogspot.com/
Martes, 6 de mayo de 2025.

MOMENTO MUSICAL.

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