miércoles, 16 de noviembre de 2016

La envidia de María Rosa Giovanazzi.

Espina, espinita, espinosa. 
Espina que se clava en mí y en el otro, 
espina   que duele dentro y  socaba el corazón.
Que es daño ajeno y es daño propio, 
que no se ve y está latente, 
que avergüenza y se esconde. 


Remolino en la hoguera de mis miserias, 
es brasa que quema 
y ceniza  cubriendo el rescoldo.
Espinita invisible pero presente, 
que se niega y se abriga con una sonrisa. 


Rosario de triunfos injustos que otro disfruta 
y duele muy suave marcando el fracaso.
Sociedad que marca diferencias espinosas
y exalta lo que sabemos es injusticia. 


Envidiosa  humanidad que  cada día,  
transmuta  la flor en residuo nuevo. 
Espinosa envidia que inventa metáforas 
para no ser descubierta.

1 comentario:

mariarosa dijo...


Gracias Guillermo por tu generosidad. Un abrazo.

mariarosa