Camino a Camagüey
de Silvio Rodríguez.
Confíame diez pesos,
que el destino travieso
me coloca bien lejos de aquí.
Mañana es que me muevo
y tomo el tren lechero
a una provincia nueva para mí.
Un amigo distante,
escritor y comediante,
me pide que le vaya a musicar
la letra de su drama,
y aquí voy con buenas ganas
de ayudar.
Voy atravesando valles,
voy parando en el batey,
voy fijando mil detalles,
voy camino a Camagüey.
Voy imaginando cantos,
voy como prefiero ir,
voy a bordo del encanto,
voy soñando el porvenir.
Avisa a quien tú sabes
y dile que la llave
se la dejo donde suele estar.
A ver si acaso acude
y se le va la nube
en lo que vuelvo de mi laborar.
La única amargura
que me llevo a la aventura
es esta majadera incomprensión.
Ve y dile que, por eso,
cuando me marché era un beso
en mi canción.
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