domingo, 30 de octubre de 2022

Selvas de ciudad de ALFONSINA STORNI.

En semicírculo
se abre
la selva de casas:
unas al lado de otras,
unas detrás de otras,
unas encima de otras,
unas delante de otras,
todas lejos de todas.
Moles grises que caminan
hasta que los brazos se les secan
en el aire frío del sur.
Moles grises que caminan
hasta que una bocanada
de horno del norte
les afloja las articulaciones.
Siempre haciendo
el signo de la cruz.
Reproduciéndose por ángulos
Con las mismas ventanas
de juguetería.
Las mismas azoteas rojizas
Las mismas cúpulas pardas.
Los mismos frentes desteñidos.
Las mismas rejas sombrías.
Los mismos buzones rojos.
Las mismas columnas negras.
Los mismos focos amarillos.
Debajo de los techos,
otra selva,
una selva humana,
se mueve.
Pero no en línea recta.
Troncos extraños,
de luminosas copas,
se agitan
movidos por un viento
que no silba.
Pero no alcanzo sus actitudes,
ni oigo sus palabras,
ni veo el resplandor
de sus ojos.
Son muy anchas las paredes;
muy espesos los techos.

viernes, 28 de octubre de 2022

Fuerzas de Alfonsina Storni.

FUERZAS.

Esa espada del mar en los confines...
Tiendas de luna y sol; un viejo nido
de palabras que avanzan por las olas
a clavarse llameantes en tu pecho.

Allá está el puño que semillas suelta
hacia tu tierra y hace agricultura
de flor de fuego en tus arenas frías;
allá en el abra, junto al mar, de cielo.

Máquinas de trastorno allá gobierna
y en sus aspas de jade soy volteada.
¿Qué me quieres oh tú palabra grave?

Nadie contesta pero ordena todo;
y el rubio alfanje de la luna nueva
el vientre me penetra y lo florece.

jueves, 27 de octubre de 2022

AUTORRETRATO BARROCO de ALFONSINA STORNI.

AUTORRETRATO BARROCO
de ALFONSINA STORNI.          

Una máscara griega, enmohecida
en las romanas catacumbas, vino
cortando espacio a mi calzante cara.
El cráneo un viejo mármol carcajeante.

El Nuevo Continente sopló rachas
de trópico y de sud y abrió sus soles
sobre la testa que cambió su acanto
en acerados bucles combativos.

En un cuerpo de luna, tan ligero
que acunaban las rosas tropicales,
un órgano, tremendo de ternura,

me dobló el pecho. Mas ¿por qué sus sones
contra el cráneo se helaban y expandían
por la burlesca boca acartonada?

miércoles, 26 de octubre de 2022

RÍO DE LA PLATA EN ARENA PÁLIDO de ALFONSINA STORNI.

RÍO DE LA PLATA EN ARENA PÁLIDO.

¿De qué desierto antiguo eres memoria
que tienes sed y en agua te consumes
y alzas el cuerpo muerto hacia el espacio
como si tu agua fuera la del cielo?

Porque quieres volar y más se agitan
las olas de las nubes que tu suave
yacer tejiendo vagos cuerpos de humo
que se repiten hasta hacerse azules.

Por llanura de arena viene a veces
sin hacer ruido un carro trasmarino
y te abre el pecho que se entrega blando.

Jamás lo escupes de tu dócil boca;
llamas al cielo y su lunada lluvia
cubre de paz la huella ya cerrada.

martes, 25 de octubre de 2022

A EROS de Alfonsina Storni.

A EROS 
de Alfonsina Storni.


He aquí que te cacé por el pescuezo
a la orilla del mar; mientras movías
las flechas de tu aljaba para herirme
y vi en el suelo tu floreal corona.

Como a un muñeco destripé tu vientre
y examiné tus ruedas engañosas
y muy envuelta en sus poleas de oro
hallé una trampa que decía: sexo.

Sobre la playa, ya un guiñapo triste,
te mostré al sol, buscón de tus hazañas,
ante un corro asustado de sirenas.

Iba subiendo por la cuesta albina
tu madrina de engaños Doña Luna,
y te arrojé a la boca de las olas.

lunes, 24 de octubre de 2022

VISIÓN de Delmira Agustini.


… ¿Acaso fue en un marco de ilusión,
En el profundo espejo del deseo,
O fue divina y simplemente en vida
Que yo te vi velar mi sueño la otra noche?
.
En mi alcoba agrandada de soledad y miedo,
Taciturno a mi lado apareciste
Como un hongo gigante, muerto y vivo,
Brotado en los rincones de la noche
Húmedos de silencio,
Y engrasados de sombra y soledad.
.
… Te inclinabas a mí supremamente,
Como a la copa de cristal de un lago
Sobre el mantel de fuego del desierto;
Te inclinabas a mí, como un enfermo
De la vida a los opios infalibles
Y a las vendas de piedra de la Muerte;
.
Te inclinabas a mí como el creyente
A la oblea de cielo de la hostia...
- Gota de nieve con sabor de estrellas
Que alimenta los lirios de la Carne,
Chispa de Dios que estrella los espíritus -
Te inclinabas a mí como el gran sauce
De la Melancolía
A las hondas lagunas del silencio;
Te inclinabas a mí como la torre
De mármol del Orgullo,
Minada por un monstruo de tristeza,
A la hermana solemne de su sombra...
Te inclinabas a mí como si fuera
Mi cuerpo la inicial de tu destino
En la página oscura de mi lecho;
Te inclinabas a mí como al milagro
De una ventana abierta al más allá.
.
… ¡Y te inclinabas más que todo eso!
.
… ¡Y era mi mirada una culebra
Apuntada entre zarzas de pestañas,
Al cisne reverente de tu cuerpo.
Y era mi deseo una culebra
Glisando entre los riscos de la sombra
A la estatua de lirios de tu cuerpo!
.
… Tú te inclinabas más y más... y tanto,
Y tanto te inclinaste,
Que mis flores eróticas son dobles,
Y mi estrella es más grande desde entonces.
Toda tu vida se imprimió en mi vida...
.
…  Yo esperaba suspensa el aletazo
Del abrazo magnífico; un abrazo
De cuatro brazos que la gloria viste
De fiebre y de milagro, será un vuelo!
Y pueden ser los hechizados brazos
Cuatro raíces de una raza nueva:
.
… Y esperaba suspensa el aletazo
Del abrazo magnífico...
Y cuando,
Te abrí los ojos como un alma, y vi
Que te hacías atrás y te envolvías
En yo no sé qué pliegue inmenso de la sombra!

viernes, 21 de octubre de 2022

Sin tregua de Ricardo Zelarayán.



Sin tregua.

A Marta Luciarte y Enrique Banfi

El burro adelante para que no se espante.
Todo eso
y unas ganas de refugiarse en el nosotros.
Es decir, los otros y uno...
La piedad de sí lleva a atolondrarse
por si detrás de sí
florece algo más que la piedad,
esa vieja roñosa alquilada para subsistir
en medio de la lucha interminable del más allá y el más acá
que se pelean como perro y gato.
Más adelante no es un gato,
es un burro...
un burro con toda la pinta
y una etiqueta pegada en el lomo que dice asno
(porque está en España)
y vagabundeando en una estación de pasajeros
porque no hay manera de retenerlo en el galpón de cargas.
Un burro etiquetado
en medio de pasajeros dormidos o aburridos
Pero, ¿qué piensa el pasajero?
Que el porvenir es pasajero como él
o que el pasado es pajero?
La paja no es como el trigo
y el trigo no es como el burro
que va adelante para que no se espante.
Pero, ¿qué opinan los guerrilleros
y las palabras que hay detrás de los guerrilleros
manejadas por ellos como borregos?
Meh! Meh! Meh!
Hay un amor sin palabras.
(Chocolate por la noticia.)
"Si no late dalo por muerto."
Pero un muerto no sueña
porque para vivir hay que soñar
y el amor no es una piedra
aunque la piedra puede encontrarse con un carozo,
un carozo del fruto del amor
(esto sí que es cursi)
pero más cursi es confundir al carozo,
y decirle, por ejemplo,
"Carozo mío, quedás ascendido a Coranzoncito".
Los adelantados son los que siempre se quedan...
de upa,
mientras los ladridos caen
como los pétalos deshojados de la vida.
(Otra cursilería.)
Y el comisario se arrima a tomar unos mates
pero el señalero tiene que dejarlo colgado
porque el burro etiquetado en España
se le ha metido en la vías.
¿Y qué opinan las vías?
Las respiratorias,
las vías de hecho,
las vías, bah!
Las vías sudan como el hierro
del destierro
(tierra con hierro)
y el pobre exiliado hace de señalero
que no se quiso perder el quinto mate
que se tomó el comisario.
¿Y el comisario?
Ya se fue; lo espera el sastre,
porque tiene que ser padrino,
padrino pelado
porque se quedó sin rabo.
Y el burro sigue espantado
pero siempre adelante!

Ricardo Zelarayán (provincia de Entre Ríos, 21 de octubre de 1922 — 29 de diciembre de 2010) fue un fecundo escritor de costumbres argentinas.

sábado, 15 de octubre de 2022

Sigo, Silencio, tu estrellado manto de Francisco de la Torre.

Sigo, Silencio, tu estrellado manto, 
de transparentes lumbres guarnecido,
enemigo del sol esclarecido, 
ave noturna de agorero canto. 

    El falso mago Amor, con el encanto 
de palabras quebradas por olvido, 
convirtió mi razón y mi sentido, 
mi cuerpo no, por deshacelle en llanto. 

    Tú, que sabes mi mal, y tú, que fuiste 
la ocasión principal de mi tormento, 
por quien fui venturoso y desdichado, 

    oye tú solo mi dolor, que al triste 
a quien persigue cielo violento 
no le está bien que sepa su cuidado.

jueves, 13 de octubre de 2022

BRINDIS ANDALUZ de Juan Rafael Mena.


No diré aljibe, reja, sol ni almena,
ni feria, castañuela o sevillana,
ni Alhambra, ni Giralda, ni sultana,
ni capote y clavel sobre la arena.

No diré romería ni verbena,
ni macetas, ni tiestos en ventana,
ni guitarra, palmitas, ni jarana,
ni patio con jazmín y yerbabuena.

Hablo del paro, un cristo miserable,
la emigración, que es virgen lacerable,
y el analfabetismo como un sino.

Perdona, Andalucía. Ante ese ultraje,
hoy, al revés, te ofrezco mi homenaje
y te lo brindo con un triste vino.

sábado, 8 de octubre de 2022

UN DESENGAÑO de Rosalía de Castro.


En las riberas vagando
de la mar, las verdes olas
mira Argelina y contando
las horas que van pasando
vierte lágrimas a solas.

Sus lindos ojos de cielo
en el horizonte fija,
por ver si encuentra un consuelo
¡mas ay!, que es vano el anhelo
que su corazón cobija.

Su amante le dijo allí
desde su buque velero:
«Aguarda Argelina aquí:
Que si hoy dejarte prefiero,
mañana vendré por ti».

Y entera la noche larga
que silenciosa corría
vio pasar; pero en su impía,
crüel desventura amarga
no vio que su bien volvía.

Y el día también llegó:
Mas fue que llegara en vano,
que el bien que ansiosa esperó,
consuelo del mal tirano,
por el mar no pareció.

Y allí todavía está
mirando a la mar movible,
por ver si la mar le da
lo que tal vez imposible
para Argelina será.

Y viendo al fin reducidas
sus esperanzas en nada,
viendo en el viento esparcidas,
las ilusiones perdidas,
su bienandanza frustrada;

mirando al bien que se aleja
con su fugitivo encanto,
dijo en tristísima queja:
«¿Por qué tan sola me deja,
cuando yo le amaba tanto?

¿Por qué si tras él corrí?
¿Por qué si hasta aquí llegué?
¿Por qué si tanto esperé
a verle más no volví?

¿No comprendió que sin él,
fuera un tormento mi vida,
donde guardara escondida
llena una copa de hiel?

¡Adiós, ventura de un día!
¡Adiós, delicia soñada,
donde he mirado estampada
toda la esperanza mía!

¡Ya nunca más te veré,
que el rudo penar que siento
me irá consumiendo lento,
y de dolor moriré!

¡Adiós, hermosa ribera
donde mi esperanza dejo
ya para siempre me alejo
de tu orilla placentera.

Mas si viniendo él aquí
oyeras su dulce canto,
contéstale, dile cuánto,
cuánto por él padecí!...»

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Ya su vivienda tornando
supo después que olvidada
fue de su amante, y postrada
no resistió su dolor.

Y encerrándose en la tumba
tanta belleza en un día
nadie pensó que moría
¡de un desengaño de amor!

María Rosalía Rita de Castro (Santiago de Compostela, 23 de febrero de 1837-Padrón, 15 de julio de 1885) fue una poetisa y novelista español.

jueves, 6 de octubre de 2022

Por qué canto así.

 


LA CUMPARSITA (Porque canto así).


Julio Sosa hizo suyos los versos de Celedonio Flores. Dejó dos grabaciones, una con la orquesta de Leopoldo Federico, siendo solista el día viernes 18 de agosto de 1961, y la otra una grabación particular realizada durante una charla radial con una presentadora. En la misma grabación, Julio Sosa canta "Mi noche Triste". Julio aclaró antes de empezar a cantar lo siguente: "Para Españita y Roque, un matrimonio amigo tan querido, voy a dejar como recuerdo grabado los versos de Celedonio Flores Porqué canto así". (Me acompaña Leopoldo Federico con su bandoneón.  Según el escritor Uruguayo Federico Silva, esta grabación particular fué obtenida en casa de un amigo de Julio Sosa, en Firmat (Provincia de Santa Fé, Argentina). Este cantor recio, nacido en la localidad Uruguaya de Las Piedras, les hacía algunos retoques a las letras o las expresiones. En esta grabación cuando dice "este tango, habla por mi", repite dos veces (este tango), lo mismo ocurre en el resto del recitado, siendo las diferencias de la letra original una repetición "porque cuando pibe", y cambia "al sueño" por (el sueño), "algún patio, por (mi patio), pobre pieza por Triste pieza, modelando en odio por; modelando en barro, agregándole y cambiandole la letra de esta manera donde dice: "porque es bravo, fuerte, tiene algo de vida", quedando de la siguiente manera: (porque el tango es macho, porque el tango es fuerte, tiene olor a vida, y finaliza, tiene gusto a muerte en vez de "tiene algo de muerte".
Publicado en "A SOLAS POR EL TANGO" de CARLOS BASABE.

miércoles, 5 de octubre de 2022

Roberto Juarroz "Poesía vertical".


Poesía vertical 3

¿Por qué las hojas ocupan el lugar de las hojas
y no el que queda entre las hojas?
¿Por qué tu mirada ocupa el hueco que está delante de la razón
y no el que está detrás?
¿Por qué recuerdas que la luz se muere
y en cambio olvidas que también muere la sombra?
¿Por qué se afina el corazón del aire
hasta que la canción se vuelve otro vacío en el vacío?
¿Por qué no callas en el sitio exacto
donde morir es la presencia justa
suspendida del árbol de vivirse?
¿Por qué estas rayas donde el cuerpo cesa
y no otro cuerpo y otro cuerpo y otro?
¿Por qué esta curva del porqué y no el signo
de una recta sin fin y un punto encima?


Poesía vertical 7

Cuando se ha puesto una vez el pie del otro lado
y se puede sin embargo volver,
ya nunca más se pisará como antes
y poco a poco se irá pisando de este lado el otro lado.

Es el aprendizaje
que se convierte en lo aprendido,
el pleno aprendizaje
que después no se resigna
a que todo lo demás,
sobre todo el amor,
no haga lo mismo.

El otro lado es el mayor contagio.
Hasta los mismos ojos cambian de color
y adquieren el tono transparente de las fábulas.



Poesía vertical 13


Ahora tan sólo,
en este pobre rostro en que te caes,
he visto el rostro de la niña que fuiste
y te he sentido varias veces mi madre.
Me he sentido el hijo de tus juegos,
del mundo que creabas y esperabas
como un tibio regalo de cumpleaños.
Y también de los sueños que nunca confesaste
para que nadie más sufriera por ellos.

Me he sentido el hijo de tus primeros gestos de mujer,
esos que también hubieras querido ocultar y hasta ocultarte,
para abreviar en el mundo la irrealidad del asombro.

Me he sentido el hijo
de los movimientos que me preparaban
como a un antepasado de la muerte,
dibujo obsesionado
por la inserción de sus escamas.

Y te he sentido luego
la circunferencia de mi trébol pasmado,
el ángulo del compás que se abría,
el mapa de mis fiebres confundidas con viajes,
la caracola de mis ecos de hombre.

Y te he sentido aún más,
te he sentido llegar a ser dos veces mi madre
para que yo pudiera dejar de sentirte
y saltar hacia tu dios o hacia mis manos,
que tal vez no sean mías ni de nadie.
Y ahora, al remontar mi salto,
para saltar de nuevo
o quizá para aprender a andarlo paso a paso,
te reencuentro o te encuentro mi madre,
aunque ya lo seas sólo tuya.

He demorado mucho,
he demorado todas las mujeres
y también todos los hombres,
he demorado el tiempo interminablemente largo
de la vida interminablemente breve,
para llegar a ser varias veces tu hijo.


Poesía vertical  14
He encontrado el lugar justo donde se ponen las manos,
a la vez mayor y menor que ellas mismas.
He encontrado el lugar
donde las manos son todo lo que son
y también algo más.
Pero allí no he encontrado
algo que estaba seguro de encontrar:
otras manos esperando las mías.

Poesía vertical 18

Fisuras interiores,
grietas por donde se filtra gota a gota
el líquido espeso y apremiante
de esa invasión profunda
que llamamos oración.
La oración, que no es algo que se reza
sino una inclasificable sustancia
que no está hecha de un decir,
aunque a veces se abrigue con palabras
o fragmentos de palabras,
como el sueño se viste de fábulas rotas,
con desarticuladas historias que descarrilan al pensamiento
y encarrilan, en cambio, el sagrado estupor
que tapiza el lado oculto de los seres.
La oración y el sueño se parecen:
son dos entidades o elementos
que gotean en los entresijos de una nada
que se asemeja a algo.
¿Qué ocurriría si se abrieran de pronto
esos lentos arcaduces,
esos estrechos canales
por donde se filtra la oración
y quizá también el sueño?
¿Se mezclarían ambos acaso?
¿Un torrente arrastraría al hombre
desde su propio interior?
¿O tal vez sólo la oración continuaría goteando,
implacablemente goteando
con el mismo ritmo y la misma medida
por la imprevista abertura?
Es probable que la oración sea una parte fija,
una porción estable
de la naturaleza de cada hombre,
la aplicación de una discretísima posología,
una cuota inmodificable como el sueño.
La dosis establecida
de una extraño y casi abrumador rescate
que llevamos en el centro
de nuestra propia sustancia.

Poesía vertical 24 
Darlo todo por perdido.
Allí comienza lo abierto.

Entonces cualquier paso
puede ser el primero.
O cualquier gesto logra
sumar todos los gestos.

Darlo todo por perdido
Dejar que se abran solas
las puertas que faltan.

O mejor:
dejar que no se abran.

Poesía vertical 27 


Los rostros que has ido abandonando
se han quedado debajo de tu rostro
y a veces te sobresalen
como si tu piel no alcanzara para todos.

Las manos que has ido abandonando
te abultan a veces en la mano
y te absorben las cosas o las sueltan
como esponjas crecientes.

Las vidas que has ido abandonando
te sobreviven en tu propia sombra
y algún día te asaltarán como una vida,
tal vez para morir una vez sola.



Roberto Juarroz fue un poeta y ensayista argentino nacido en Coronel Dorrego, provincia de Buenos Aires, el 5 de octubre de 1925.       
Graduado en Bibliotecología y Ciencias de la Información por la Universidad Nacional de Buenos Aires, 
se especializó en  la Sorbonne, y desde entonces, fue ensayista, traductor y crítico literario, colaborando  en diversos medios de su país y del extranjero.
Miembro de número de la Academia Argentina de Letras y catedrático universitario por más de treinta años,  recibió numerosos premios, entre los que se destacan, el premio Esteban Echeverría en 1994, el premio Jean Malrieu de Marsella, y el premio de la Bienal Internacional de Poesía, en Lieja, Bélgica, en 1992.
La parte más importante de su obra, está reunida en  un volumen numerado bajo el título de Poesía Vertical.
Salvo su colección realista Seis poemas sueltos (1960), su obra se agrupa en una serie de volúmenes correlativamente numerados del uno al catorce bajo el título general de Poesía vertical; el primero de ellos data en 1958, el segundo de 1963, el tercero de 1965, el cuarto de 1969 y así sucesivamente; en 1997 apareció la decimocuarta entrega, en forma póstuma. En conjunto, esta obra fue editada por Emecé en tres volúmenes.
Falleció en Buenos Aires en marzo de 1995.