jueves, 31 de enero de 2019

CRÓNICA DE MI MISMA - Matilde Alba Swann.

Y querer merecerme; de veras merecerme.
Revisar mis dispersas escrituras,
mi palabra, revisarme el sollozo,
la garganta,
auscultarme el latido, desollarme,
revisarme las venas, las arterias.
todo el complejo existencial
que asumo.
Revisar mi conducta, mis proyectos,
lo soñado, ensoñado,
lo vivido,
conformarme de nuevo, aun no inscripta,
sin visión, sin recuerdo, sin mentiras,
sin verdades ocultas, temerosas,
sin impulsos,
sin deserción, sin este yo
impreciso.

Revisarme hasta el fondo, descifrarme,
prenderme, saberme, perdonarme,
tanto pude y no hice,
tanto hice febril
a manotazos,
en apremio suicida, lograr algo, dejar
algo, quedarme allí incrustada,
en la trama inicial, impenetrable,
indestructible, quedar, estar,
ser siempre,
y vencer de la muerte,
y de la vida.

                 Permanecer y ser, por solo acto
                 de ingerencia en un sino
                 de criatura.

Despedacé mi carne, carne mía, fatigada
de esfuerzo y sinsabores, me derramé, me di,
me hice guiñapo; al costado de holgura,
fui miseria.
Quise tanto y a tantos, y la tierra,
ese soplo de polvo que me aguarda,
y mi aventura batalladora hecha
de timidez, de inermidad
y miedo.
Estos árboles rudos que me vencen
la mirada, cada vez menos útil, y esta noche
que circunda mis noches y me azuza y me manda
no dormir, y pensar, y sentir frío,
y volver al dolor que hice a un costado.
Yo debo revisarme desde el antes,
descubrir el motivo, causa, impulso, la razón,
el por qué, y el hacia adónde, y el por qué
del por qué de la pregunta.
Ascender la montaña hacia la cima,
y mirarme, un abismo,
en el abismo, y elevarme al azul
por propio esfuerzo apoyándome en mí,
envolviéndome en mí,
desde mí misma,
tirar de mí hacia arriba; tocar siquiera
una sola estrella, una sola, o su fulgor
siquiera, o siquiera seguirla
desnudando
mi vergüenza a su luz. Esta corteza,
que resquebraja
cada vez que pienso,
y estas raíces que me petrifican
bajo la inercia de un planeta
muerto.
Quiero salir maleza a herir caminos,
y punzarme de heridas, ser, de pronto,
este mundo y un próximo intuido,
y recordar, de pronto, un otro antiguo
mundo en seres golpeados que lloraron
mucho antes de mí, y que derramaron
en mi llanto de hoy, su sal y acíbar.

               Ser el ánfora quieta de una ignota,
               milenaria mansión
               sin nada dentro,
               y esperando.

Un océano en peces y vitrales, y en suicidas
y barcos milenarios; ser la orilla, el camino
sobre el agua, ser la brújula, el sol rojo
de noche y el marinero que perdió la novia,
la llegada y el puerto, abigarradas
multitudes ruidosas,
y en mí, nadie.

Asomarme a la ardiente boca ígnea
de un volcán que despierta en el incendio,
y saber que soy fuego y quemadura,
que la lava soy yo,
descascarando;
desnudada, sentirme leña al rojo, derramado
mineral,
embistiendo la ladera, burbujeante y hervida.

Merecerme, de veras merecerme;
en cuclillas orar, sin darme cuenta,
porque quiera la entraña de mi madre,
exhalarme a la luz, y ser pequeña,
respirar, prometer, ser la esperanza
para alguien, sin nada más que el hilo,
que amenaza romper de una esperanza.

Merecerme de veras; ya retorno
del altar y del lodo, del sollozo,
del gemido y del canto, de mi propio
funeral, y me escucho como corro
anhelante y jadeante
a mi bautismo.


Matilde Alba Swann - Matilde Kirilovsky de Creimer (Berisso, Buenos Aires, 1912 - La Plata, Argentina, 2000). 
Fue una de las primeras mujeres que obtuvo el título de abogada en la Universidad Nacional de La Plata, provincia de Buenos Aires, en el año 1933, a los 21 años.
Como escritora y poeta, publicó ocho libros de poesía e innumerables artículos periodísticos.

sábado, 26 de enero de 2019

MOMENTO MUSICAL: Volver a los diecisiete de Violeta Parra.

Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente.
Volver a ser de repente
tan frágil como un segundo,
volver a sentir profundo
como un niño frente a Dios,
eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.

Se va enredando, enredando,
como en el muro la hiedra,
y va brotando, brotando,
como el musguito en la piedra,
ay, sí sí sí.

Mi paso retrocedido,
cuando el de ustedes avanza;
el arco de las alianzas
ha penetrado en mi nido
con todo su colorido,
se ha paseado por mis venas
y hasta las duras cadenas
con que nos ata el destino
es como un diamante fino
que alumbra mi alma serena.

Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido el saber,
ni el más claro proceder
ni el más ancho pensamiento.
Todo lo cambia el momento
cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente
de rencores y violencia:
solo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.

El amor es torbellino
de pureza original;
hasta el feroz animal
susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos,
libera a los prisioneros;
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo solo el cariño
lo vuelve puro y sincero.

De par en par la ventana
se abrió como por encanto,
entró el amor con su manto
como una tibia mañana;
al son de su bella diana
hizo brotar el jazmín,
volando cual serafín,
al cielo le puso aretes
y mis años en diecisiete
los convirtió el querubín.
Volver a Los 17, tratto dall'album ANTOLOGIA en castellano del 2003 duo con Piera Romoli, musica di (Violeta Parra).

martes, 22 de enero de 2019

Epicedio a un manifestante de César Fernández Moreno.

Epicedio a un manifestante.

era una manifestación cortita por una avenida larguísima
poca gente de pocos años gritando mucho
vos eras uno cualquiera cualquier pañuelo en alto
un cuello cualquiera
desabrochado para gritar mejor

la manifestación pudo llegar hasta cierta esquina
se produjeron varios disparos
se produjo tu muerte
ahora le llaman "se" a los aliancistas
cómo defenderse con un pañuelo de algodón
Corrientes y Esmeralda
esa cruz de asfalto

yo miraba detrás de un cristal
mejor dicho detrás de un cristal y una cortina
a mí me toca una ínfima parte de tu muerte
pero en materia de muerte la menor fracción equivale al todo
es decir te debo la vida
para no pagarte cometo esta felonía
intento sobornarte con este versito.


César Fernández Moreno nacido en Buenos Aires el 26 de noviembre de 1919. Falleció en París el 14 de mayo de 1985 fue un escritor argentino, destacado autor de la llamada "Generación del 40". Su padre Baldomero Fernández Moreno, fue un importante poeta argentino.

lunes, 21 de enero de 2019

AYER NEVÓ EN EL PUIG de Carlos Basabe.

AYER NEVÓ EN EL PUIG
de Carlos Basabe.

ANOCHE NEVÓ EN LA ISLA
AMANECIÓ TODO FRIO Y EN SILENCIO
SE APAGÓ EL CANTAR DEL BICHERÍO
PENETRANDO LA NIEVE PARA ADENTRO
LA CIMA DEL "PUIG", ESTABA BLANCA
COMO UN VELO DE NOVIA JUBILOSA
SEGUÍAN CAYENDO LENTAMENTE
LOS COPOS DE NIEVE ENTRE LAS ROCAS

¡LLEGÓ EL INVIERNO! ME DIJE PARA ADENTRO
¿CUANTOS INVIERNOS TIENE LA MAÑANA?
TAL VEZ LOS MISMOS QUE TIENEN ESAS NUBES
QUE VISITAN LA "SIERRA TRAMUNTANA"
O LA CADENA DE CUMBRES IMPONENTES
QUE CAMBIAN EL PAISAJE EN PRIMAVERA
CON SU VESTIDO DE MILES DE AMAPOLAS
BORDADAS SOBRE EL MANTO, Y LA LADERA

SIGUE NEVANDO EN UN SILENCIO SOSEGADO
LOS COPOS SE SIGUEN AGRANDANDO
A VECES FORMAN CAPRICHOSOS REMOLINOS
Y YO ENTUSIASMADO, LOS SIGO CONTEMPLANDO
UN PARDILLO COMÚN, SALIÓ DEL NIDO
ANDA BUSCANDO UN POCO DE COMIDA
HABILIDOSO SALTA ENTRE LAS RAMAS
DE UN ENCINAR QUE DUERME TODAVÍA

TENDREMOS UN INVIERNO SUAVE Y FRESCO
A ESTA ISLA, DIOS LA PROTEJE CADA DÍA
NIEVA PORQUE ES PARTE DEL PROGRAMA
QUE LA NATURALEZA NOS CONSIGNA
LLEGARÁ LA PRIMAVERA Y EL OTOÑO
Y TAMBIÉN EL VERANO CON SUS RISAS
VENDRÁN GENTES DE OTROS PUNTOS DEL PLANETA
MIENTRAS SEGUIMOS CRECIENDO COMO ISLA.

Carlos Basabe nacido en el barrio "Buenos Aires Chico"de Villa Regina. Hoy con su Familia afincado en Palma de Mallorca, España. Este poema fue publicado en face hace tres años. Hoy se comparte con gusto para los lectores de este sitio sureño argentino.

miércoles, 16 de enero de 2019

San Martín de Pablo Neruda.

Anduve, San Martín, tanto y de sitio en sitio, que descarté tu traje, tus espuelas, sabía que alguna vez, andando en los caminos hechos para volver, en los finales de cordillera, en la pureza de la intemperie que de ti heredamos, nos íbamos a ver de un día a otro. 
Cuesta diferenciar entre los nudos de ceibo, entre raíces, entre senderos señalar tu rostro, entre los pájaros distinguir tu mirada, encontrar en el aire tu existencia.
Eres la tierra que nos diste, un ramo de cedrón que golpea con su aroma, que no sabemos dónde está, de dónde llega su olor de patria a las praderas.
Te galopamos, San Martín, salimos amaneciendo a recorrer tu cuerpo, respiramos hectáreas de tu sombra, hacemos fuego sobre tu estatura.
Eres extenso entre todos los héroes.
Otros fueron de mesa en mesa de encrucijada en torbellino, tú fuiste construido de confines y empezamos a ver tu geografía, tu planicie final, tu territorio.
Mientras mayor el tiempo disemina como agua eterna los terrones del rencor, los afilados hallazgos de la hoguera, más terreno comprendes, más semillas de tu tranquilidad pueblan los cerros, más extensión das a la primavera.
El hombre que construye es luego el humo de lo que construyó, nadie renace de su propio brasero consumido: de su disminución hizo existencia, cayó cuando no tuvo mas que polvo.
Tú abarcaste en la muerte más espacio.
Tú muerte fue un silencio de granero. Pasó la vida tuya, y otras vidas, se abrieron puertas, se elevaron muros y la espiga salió a ser derramada.
San Martín, otros capitanes fulguran más que tú, llevan bordados sus pámpanos de sal fosforescente, otros hablan aún como cascadas, pero no hay uno como tú vestido de tierra y soledad, de nieve y trébol.
Te encontramos al retornar del río, te saludamos en la forma agraria de la Tucumania florida. y en los caminos, a caballo te cruzamos corriendo y levantando tu vestidura, padre polvoriento.
Hoy el sol y la luna, el viento grande . maduran tu linaje. tu sencilla composición: tu verdad era verdad de tierra, arenoso amasijo, estable como el pan, lámina fresca de greda y cereales, pampa pura.
Y así eres hasta hoy, luna y galope, estación de soldados, intemperie, por donde vamos otra vez guerreando, caminando entre pueblos y llanuras, estableciendo tu verdad terrestre, esparciendo tu germen espacioso, aventando las páginas del trigo.
Así sea, y que no nos acompañe la paz hasta que entremos después de los combates, a tu cuerpo y duerma la medida que tuvimos en tu extensión de paz germinadora.

sábado, 12 de enero de 2019

Doña Soledad de Alfredo Zitarrosa.

Mire, doña Soledad,
póngase un poco a pensar,
doña Soledad,
cuántas personas habrá
que la conozcan de verdad.
Yo la vi en el almacén
peleando por un vintén,
doña Soledad.
Y otros dicen: "haga el bien,
hágalo sin mirar a quién".

Cuantos vintenes tendrá
sin la generosidad
doña Soledad,
con los que pueda comprar
el pan y el vino nada más.
La carne y la sangre son
de propiedad del patrón,
doña Soledad:
cuando Cristo dijo "¡no!",
usted sabe bien lo que pasó.
Mire, doña Soledad,
yo le converso de más,
doña Soledad,
y usted para conversar
hubiera querido estudiar.
Cierto que quiso querer,
pero no pudo poder,
doña Soledad,
porque antes de ser mujer
ya tuvo que ir a trabajar.

Mire, doña Soledad,
póngase un poco a pensar,
doña Soledad,
qué es lo que quieren decir
con eso de la libertad.
Usted se puede morir
-eso es cuestión de salud-
pero no quiera saber
lo que cuesta un ataúd.

Doña Soledad,
hay que trabajar...,
pero hay que pensar....
no se vaya a morir...,
la van a enterrar...
Doña Soledad...
Doña Soledad...

martes, 8 de enero de 2019

En otra vida yo miraba desde la ventana de un bar... de Juana Bignozzi.

En otra vida yo miraba desde la ventana de un bar...

En otra vida yo miraba desde la ventana de un bar
cómo la tormenta aplastaba las flores azules contra los cordones
contra las paredes
y por ese momento único de la juventud que dura muy poco
supe que nunca olvidaría esa escena en que nada aparecía
de lo que amaba me interesaba o temía
ni novios ni odios ni otros poetas ni revistas de opinión ni
secretarios de barrio ni amigos imbuidos de una colonizada cultura pavesiana
sólo las flores azules y la lluvia
recuerdo el nombre del pueblo la hora y esa lluvia
que nunca en las décadas que siguieron confundí con alguna otra.

sábado, 5 de enero de 2019

Hermano Chorro de Carlos De La Pua.

Hermano Chorro, yo también
sé del escruche y de la lanza...
La vida es dura, amarga y cansa
sin tovén.

Yo también tengo un laburo
de ganzúa y palanqueta.
El amor es un balurdo
en puerta.

Con tal que no sea al pobre
robá, hermano, sin medida...
Yo sé que tu vida de orre
es muy jodida.

Tomá caña, pitá fuerte,
jugá tu casimba al truco
y emborrachate, el mañana
es un grupo.

¡Tras cartón está la muerte!