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martes, 4 de febrero de 2025

El viaje definitivo de Juan Ramón Jiménez.


El viaje definitivo de Juan Ramón Jiménez.

Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando.
Y se quedará mi huerto con su verde
árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y
plácido,
y tocarán,como esta tarde están
tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y lejos del bullicio distinto, sordo, raro
del domingo cerrado,
del coche de las cinco, de las siestas del
baño,
en el rincón secreto de mi huerto
florido y encalado,
mi espíritu de hoy errará nostálgico...
Y yo me iré, y seré otro, sin hogar, sin
árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.

viernes, 31 de mayo de 2024

Impenetrable es tu frente, cual un muro de Juan Ramón Jiménez.

 Impenetrable es tu frente, cual un muro.
Tan cerca de los ojos, ¿cómo retiene preso
tu pensamiento? ¿Cómo su recinto es oscuro,
bajo el cabello de oro, sobre el radiante beso?
    –Con la movilidad del foso de tus ojos,
la fijeza de dardo de los míos esquivas;
a veces, brillan dentro como ponientes rojos,
a veces, como rápidas estrellas pensativas–.
    ¡Mujer, que yo lo vea! Libra de sus penosas
dudas a este constante asedio de mis penas;
¡quiero saber si tu alma es un jardín de rosas,
o un pozo verde, con serpientes y cadenas!

domingo, 24 de marzo de 2024

A Juan Ramón Jiménez de Rubén Darío.


A Juan Ramón Jiménez

de Rubén Darío.


¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza
para empezar, valiente, la divina pelea?
¿Has visto si resiste el metal de tu idea
la furia del mandoble y el peso de la maza?

¿Te sientes con la sangre de la celeste raza
que vida con los números pitagóricos crea?
¿Y, como el fuerte Herakles al león de Nemea,
a los sangrientos tigres del mal darías caza?

¿Te enternece el azul de una noche tranquila?
¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila
cuando el Ángelus dice el alma de la tarde?...

¿Tu corazón las voces ocultas interpreta?
Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta.
La belleza te cubra de luz y Dios te guarde.

jueves, 21 de marzo de 2024

LLUVIA DE OTOÑO de JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.

LLUVIA DE OTOÑO
(Llueve, llueve dulcemente...)

... El agua lava la yedra;
rompe el agua verdinegra;
el agua lava la piedra...
Y en mi corazón ardiente,
llueve, llueve dulcemente

Esté el horizonte triste;
¿el paisaje ya no existe?;
un día rosa persiste
en el pálido poniente...
Llueve, llueve dulcemente.

Mi frente cae en mi mano
¡Ni una mujer, ni un hermano!
¡Mi juventud pasa en vano!
- Mi mano deja mi frente... -
¡Llueve, llueve dulcemente!

¡Tarde, llueve; tarde, llora;
que, aunque hubiera un sol de aurora
no llegará mi hora
luminosa y floreciente!
¡Llueve, llora dulcemente!

Juan Ramón Jiménez Mantecón (Moguer, 23 de diciembre de 1881-San Juan, 29 de mayo de 1958) fue un poeta español. 
Ganó el Premio Nobel de Literatura.

sábado, 23 de diciembre de 2023

PLATERO Y YO de Juan Ramón Jiménez.

PLATERO Y YO.

I - Platero.
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas. . .
Lo llamo dulcemente: "Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal . . .
Come cuanto le doy. Le gustan naranjas, mandarinas, las uvas
moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel . . .
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña . . .; pero fuerte y seco como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
-Tiene acero . . .
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.

Juan Ramón Jiménez Mantecón (Moguer, 23 de diciembre de 1881-San Juan, 29 de mayo de 1958).

sábado, 1 de octubre de 2022

Octubre de Juan Ramón Jiménez.

Estaba echado yo en la tierra, enfrente
el infinito campo de Castilla,
que el otoño envolvía en la amarilla
dulzura de su claro sol poniente.

Lento, el arado, paralelamente
abría el haza oscura, y la sencilla
mano abierta dejaba la semilla
en su entraña partida honradamente

Pensé en arrancarme el corazón y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo,
el ancho surco del terruño tierno,
a ver si con partirlo y con sembrarlo,

la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno.

Imagen: 
Villa Regina, Río Negro, Patagonia Argentina.

sábado, 29 de mayo de 2021

Último poema de Juan Ramón Jiménez.

Partimos de Dios
en busca de Dios,
sin saber qué buscamos.

El dios con minúscula,
el dios bajo cielo,
el cielo que es mar,
sobre aire que es cielo,
¡entre aire y marcielo,
y que es pleamar, y que es pleacielo!

El dios deseante,
el dios deseado,
-¡el dios deseado y deseante!-
me trae este Dios,
un dios Dios tan DIOS
¡un dios: DIOS, DIOS, DIOS!
… que al cabo de todos los cabos,
que al borde de todos los bordes
un día encontramos.
Cada vez más suelto, y más desasido;
cada vez más libre, más ¡y más! ¡y más!
a una libertad de puertas de Dios.
Y entonces una puerta se abre… y ¡más libertad!

Estoy pasando la cuerda,
la cuerda que Tú me has tendido,
Dios mío, mi dios, ¡Dios mío!
¡Dios mío, no soples, Dios!

Siento la inminencia del dios Dios,
del Dios con mayúscula,
-el que nos enseñaron cuando niños
y no aprendimos-.
¡Dios se me cierne en apretura de aire!

Se me está viniendo Dios
en inminencia de alma!
¡Se me está acercando Dios
en inminencia de amor!
¡Se me está llegando Dios

en inminencia de Dios!

Juan Ramón Jiménez Mantecón (Moguer, 23 de diciembre de 1881-San Juan de Puerto Rico, 29 de mayo de 1958) fue un poeta español. 

domingo, 20 de diciembre de 2020

Nocturno de Juan Ramón Jiménez (Diario de un poeta recién casado, 1916).


... Es la celeste jeometría
de un astrónomo viejo 
sobre la ciudad alta –torres 
negras, finas, pequeñas, fin de aquello…–
    Como si, de un mirador último, 
lo estuviera mirando
el astrólogo.
                      Signos 
exactos –fuegos y colores–, 
con su secreto bajo y desprendido
en diáfana atmósfera 
de azul y honda transparencia.
    ¡Qué brillos, qué amenazas,
qué fijezas, qué augurios,
en la inminencia cierta 
de la estraña verdad! ¡Anatomía
del cielo, con la ciencia 
de la función en sí y para nosotros!
    –Un grito agudo, solo, inmenso,
como una estrella errante–.
                                                  ...¡Cuán lejanos
ya de aquellos nosotros, 
de aquella primavera de esta tarde
–en Washington Square, tranquila y dulce–,
de aquellos sueños y de aquel amor!

jueves, 8 de octubre de 2020

EL VIAJE DEFINITIVO de Juan Ramón Jiménez.

EL VIAJE DEFINITIVO
de Juan Ramón Jiménez.

Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando.
Y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas las tardes el cielo será azul y plácido,
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y lejos del bullicio distinto, sordo, raro
del domingo cerrado,
del coche de las cinco, de las siestas del baño,
en el rincón secreto de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu de hoy errará, nostáljico...

Y yo me iré, y seré otro, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.

sábado, 25 de enero de 2020

Cómo era de Dámaso Alonso y Fernández.

¿Cómo era Dios mío, cómo era?
                                                                                                     Juan Ramón Jiménez
La puerta franca.
                               Vino queda y suave.
Ni materia ni espíritu. Traía
una ligera inclinación de nave
y una luz matinal de claro día.

No era de ritmo, no era de armonía
ni de color. El corazón la sabe,
pero decir cómo era no podría
porque no es forma, ni en la forma cabe.

Lengua, barro mortal, cincel inepto,
deja la flor intacta del concepto
en esta clara noche de mi boda,
 

y canta mansamente, humildemente,
la sensación, la sombra, el accidente,
mientras Ella me llena el alma toda.

Dámaso Alonso y Fernández de las Redondas fue un literato y filólogo español, director de la Real Academia Española, la Revista de Filología Española y miembro de la Real Academia de la Historia. Premio Nacional de Poesía de España en 1927 y Premio Miguel de Cervantes en 1978.
Nacido en la ciudad de Madrid el 22 de octubre de 1898.
Fallece el 25 de enero de 1990.

viernes, 27 de octubre de 2017

Qué cerca ya del alma - Juan Ramón Jiménez.


¡Qué cerca ya del alma 
lo que está tan inmensamente lejos 
de las manos aún! 
     Como una luz de estrella, 
como una voz sin nombre 
traída por el sueño, como el paso 
de algún corcel remoto 
que oímos, anhelantes, 
el oído en la tierra; 
como el mar en teléfono... 
    Y se hace la vida 
por dentro, con la luz inestinguible 
de un día deleitoso 
que brilla en otra parte. 
    ¡Oh, qué dulce, qué dulce 
verdad sin realidad aún, qué dulce!

lunes, 11 de septiembre de 2017

No sé si el mar es, hoy - Juan Ramón Jiménez.


No sé si el mar es, hoy
–adornado su azul de innumerables
espumas–,
mi corazón; si mi corazón, hoy
–adornada su grana de incontables
espumas–,
es el mar.
                 Entran, salen
uno de otro, plenos e infinitos,
como dos todos únicos.
A veces, me ahoga el mar el corazón,
hasta los cielos mismos.
Mi corazón ahoga el mar, a veces,
hasta los mismos cielos.

domingo, 10 de septiembre de 2017

PLATERO Y YO - Juan Ramón Jiménez.

PLATERO Y YO.
I - Platero
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se
diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de aza-
bache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su
hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas. . .
Lo llamo dulcemente: "Platero?", y viene a mí con un trotecillo
alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal . . .
Come cuanto le doy. Le gustan naranjas, mandarinas, las uvas
moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina go-
tita de miel . . .
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña . . .; pero
fuerte y seco como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos,
por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos
de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
-Tiene acero . . .
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.

domingo, 5 de marzo de 2017

AUTO DE FÉ - RAFAEL DE LEÓN.

AUTO DE FÉ - RAFAEL DE LEÓN.

Esta noche de agosto he quemado tus cartas.
¡Ocho años de agosto de vida apasionada!
Mi corazón ardía en medio de las llamas,
rodeado de fechas, ¡cenizas de mi alma!
Los abrazos crujían, los besos se quejaban,
y los dulces “¡te quiero!” de tinta y de esperanza,
en una pirueta de fuego, se rizaban.

Como una serpentina, tu nombre se alargaba,
y era un puente la firma sobre un río de brasas que,
silenciosamente, sin voz, se desplomaba.

Esta noche de agosto he quemado tus cartas.

¡Ocho años de vida apasionada!

Rafael de León, es el nombre artístico que tuvo Rafael de León y Arias de Saavedra.
Nació un jueves 6 de febrero de 1908 en Sevilla (España), , en el seno de una aristocrática familia de terratenientes andaluces. Fue el primogénito de José de León y Manjón, VII marqués del Valle de la Reina, y de María Justa Arias de Saavedra y Pérez de Vargas, VI marquesa del Moscoso y VII condesa de Gómara.
En 1916 ingresó en el internado del colegio jesuita "San Luis Gonzaga", del Puerto de Santa María, donde coincidió con Rafael Alberti, y en el que años antes estudió Juan Ramón Jiménez.
Al producirse la Guerra Civil Española Rafael de León se encontraba en Barcelona y allí es encarcelado por parte de las autoridades republicanas debido a su origen aristocrático.
En la cárcel declarará tener una buena amistad con destacados poetas republicanos como León Felipe, Federico García Lorca y Antonio Machado.
De ningún poeta español de este siglo que acaba, han sido tan recitadas sus poesías y tan cantadas las letras de sus canciones. Fue el letrista de algunas de las más célebres canciones populares españolas del siglo XX, como Tatuaje, Ojos verdes, A ciegas, A la lima y al limón ¡Ay pena, penita, pena!, María de la O, Con divisa verde y oro.
Hacia el final de su dilatada carrera de letrista, escribió para los cantantes Nino Bravo, Raphael, Rocío Dúrcal, Rocío Jurado o Isabel Pantoja; canciones escritas por él fueron presentadas en el afamado Festival de la Canción de Benidorm.
Falleció en 1982, con 74 años, en su piso madrileño situado frente al Retiro.


Coplas del querer (Rafael de León - Manuel Quiroga - Juan Solano - Basilio García Cabello - Ricardo Freire).

Dime que me quieres, dímelo por Dios,
aunque no lo sientas,
aunque sea mentira,
pero dímelo.
Dímelo bajito,
se te hará más fácil decírmelo así,
y el "te quiero" tuyo será "pa" mis penas
lo mismo que lluvia de mayo y abril.
Ten misericordia de mi corazón.
Dime que me quieres, dímelo por Dios.

Te quiero más que a mi "vía".
Te quiero más que a mis ojos.
Más que al aire que respiro
y más que a la "mare" mía.
Que se me paren los pulsos si te dejo de querer,
que las campanas me doblen si te falto alguna vez.
Eres mi "vía" y mi muerte.
¡Te lo juro compañero!
No debía de quererte y sin embargo te quiero.

Vino amargo que no da alegría,
aunque me emborrache no la puedo olvidar,
porque la recuerdo dame vino amargo,
que amargue, que amargue,
"pa" quererla más.

Esta pena mía
me está apuñalando de noche y de día.
Esta pena mía
si me encuentro solo me da compañía.
Si ve que estoy triste se vuelve alegría.
Si ve que me pierdo me sirve de guía.
Se que me atormenta y es una agonía,
pero estoy contento con la pena mía.

viernes, 17 de enero de 2014

"La canción y el poema" de Idea Vilariño.

Hoy que el tiempo ya pasó,
hoy que ya pasó la vida,
hoy que me río si pienso,
hoy que olvidé aquellos días,
no sé por qué me despierto
algunas noches vacías
oyendo una voz que canta
y que, tal vez, es la mía.

Quisiera morir --ahora-- de amor,
para que supieras
cómo y cuánto te quería,
quisiera morir, quisiera... de amor,
para que supieras...

Algunas noches de paz,
--si es que las hay todavía--
pasando como sin mí
por esas calles vacías,
entre la sombra acechante
y un triste olor de glicinas,
escucho una voz que canta
y que, tal vez, es la mía.

Quisiera morir --ahora-- de amor,
para que supieras
cómo y cuánto te quería;
quisiera morir, quisiera... de amor,
para que supieras...


Idea Vilariño nació en Montevideo (Uruguay) el 18 de agosto de 1920 y falleció en 2009. 
Fue una importante poeta, traductora y crítica literaria. Fue parte de la denominada "Generación del 45" que integraban poetas y escritores de renombre como Juan Ramón Jiménez, Juan Carlos Onetti, Emir Rodríguez Monegal, Mario Benedetti. 
El poema "La canción y el poema" es uno de los más conocidos gracias a la música creada por Zitarrosa.

Este bello poema de amor "La canción y el poema" de Idea Vilariño tiene música de Alfredo Zitarrosa.







jueves, 21 de noviembre de 2013

A mi alma - Juan Ramón Jiménez.




Siempre tienes la rama preparada
para la rosa justa; andas alerta
siempre, el oído cálido en la puerta
de tu cuerpo, a la flecha inesperada.


Una onda no pasa de la nada,
que no se lleve de tu sombra abierta
la luz mejor. De noche, estás despierta
en tu estrella, a la vida desvelada.


Signo indeleble pones en las cosas.
luego, tornada gloria de las cumbres,
revivirás en todo lo que sellas.


Tu rosa será norma de las rosas;
tu oír, de la armonía; de las lumbres
tu pensar; tu velar, de las estrellas.

sábado, 16 de noviembre de 2013

El viaje definitivo - Juan Ramón Jiménez

 
...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostáljico...
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.