Impenetrable es tu frente, cual un muro. Tan cerca de los ojos, ¿cómo retiene preso tu pensamiento? ¿Cómo su recinto es oscuro, bajo el cabello de oro, sobre el radiante beso? –Con la movilidad del foso de tus ojos, la fijeza de dardo de los míos esquivas; a veces, brillan dentro como ponientes rojos, a veces, como rápidas estrellas pensativas–. ¡Mujer, que yo lo vea! Libra de sus penosas dudas a este constante asedio de mis penas; ¡quiero saber si tu alma es un jardín de rosas, o un pozo verde, con serpientes y cadenas!
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que
se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de
sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con
su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas. . .
Lo llamo dulcemente: "Platero?", y viene a mí con
un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal . . .
Come cuanto le doy. Le gustan naranjas, mandarinas, las uvas
moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su
cristalina gotita de miel . . .
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña . . .;
pero fuerte y seco como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las
últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y
despaciosos, se quedan mirándolo:
-Tiene acero . . .
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.
Juan Ramón Jiménez Mantecón (Moguer, 23 de diciembre de 1881-San Juan, 29 de mayo de 1958).
Partimos de Dios en busca de Dios, sin saber qué buscamos.
El dios con minúscula, el dios bajo cielo, el cielo que es mar, sobre aire que es cielo, ¡entre aire y marcielo, y que es pleamar, y que es pleacielo!
El dios deseante, el dios deseado, -¡el dios deseado y deseante!- me trae este Dios, un dios Dios tan DIOS ¡un dios: DIOS, DIOS, DIOS! … que al cabo de todos los cabos, que al borde de todos los bordes un día encontramos. Cada vez más suelto, y más desasido; cada vez más libre, más ¡y más! ¡y más! a una libertad de puertas de Dios. Y entonces una puerta se abre… y ¡más libertad!
Estoy pasando la cuerda, la cuerda que Tú me has tendido, Dios mío, mi dios, ¡Dios mío! ¡Dios mío, no soples, Dios!
Siento la inminencia del dios Dios, del Dios con mayúscula, -el que nos enseñaron cuando niños y no aprendimos-. ¡Dios se me cierne en apretura de aire!
Se me está viniendo Dios en inminencia de alma! ¡Se me está acercando Dios en inminencia de amor! ¡Se me está llegando Dios en inminencia de Dios!
Juan Ramón Jiménez Mantecón (Moguer, 23 de diciembre de 1881-San Juan de Puerto Rico, 29 de mayo de 1958) fue un poeta español.
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando. Y se quedará mi huerto con su verde árbol, y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido, y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron y el pueblo se hará nuevo cada año; y lejos del bullicio distinto, sordo, raro del domingo cerrado, del coche de las cinco, de las siestas del baño, en el rincón secreto de mi huerto florido y encalado, mi espíritu de hoy errará, nostáljico...
Y yo me iré, y seré otro, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido... Y se quedarán los pájaros cantando.
Juan Ramón Jiménez La puerta franca. Vino queda y suave. Ni materia ni espíritu. Traía una ligera inclinación de nave y una luz matinal de claro día.
No era de ritmo, no era de armonía ni de color. El corazón la sabe, pero decir cómo era no podría porque no es forma, ni en la forma cabe.
Lengua, barro mortal, cincel inepto, deja la flor intacta del concepto en esta clara noche de mi boda,
y canta mansamente, humildemente, la sensación, la sombra, el accidente,
mientras Ella me llena el alma toda.
Dámaso Alonso y Fernández de las Redondas fue un literato y filólogo español, director de la Real Academia Española, la Revista de Filología Española y miembro de la Real Academia de la Historia. Premio Nacional de Poesía de España en 1927 y Premio Miguel de Cervantes en 1978.
Nacido en la ciudad de Madrid el 22 de octubre de 1898.
y los dulces “¡te quiero!” de tinta y de esperanza,
en una pirueta de fuego, se rizaban.
Como una serpentina, tu nombre se alargaba,
y era un puente la firma sobre un río de brasas que,
silenciosamente, sin voz, se desplomaba.
Esta noche de agosto he quemado tus cartas.
¡Ocho años de vida apasionada!
Rafael de León, es el nombre artístico que tuvo Rafael de
León y Arias de Saavedra.
Nació un jueves 6 de febrero de 1908 en Sevilla (España), ,
en el seno de una aristocrática familia de terratenientes andaluces. Fue el
primogénito de José de León y Manjón, VII marqués del Valle de la Reina, y de
María Justa Arias de Saavedra y Pérez de Vargas, VI marquesa del Moscoso y VII
condesa de Gómara.
En 1916 ingresó en el internado del colegio jesuita "San
Luis Gonzaga", del Puerto de Santa María, donde coincidió con Rafael Alberti, y
en el que años antes estudió Juan Ramón Jiménez.
Al producirse la Guerra Civil Española Rafael de León se
encontraba en Barcelona y allí es encarcelado por parte de las autoridades
republicanas debido a su origen aristocrático.
En la cárcel declarará tener una buena amistad con
destacados poetas republicanos como León Felipe, Federico García Lorca y
Antonio Machado.
De ningún poeta español de este siglo que acaba, han sido
tan recitadas sus poesías y tan cantadas las letras de sus canciones. Fue el letrista de algunas de las más célebres
canciones populares españolas del siglo XX, como Tatuaje, Ojos verdes, A
ciegas, A la lima y al limón ¡Ay pena, penita, pena!, María de la O, Con divisa
verde y oro.
Hacia el final de su dilatada carrera de letrista, escribió
para los cantantes Nino Bravo, Raphael, Rocío Dúrcal, Rocío Jurado o Isabel
Pantoja; canciones escritas por él fueron presentadas en el afamado Festival de
la Canción de Benidorm.
Falleció en 1982, con 74 años, en su piso madrileño situado
frente al Retiro.
Coplas del querer (Rafael de León - Manuel Quiroga - Juan
Solano - Basilio García Cabello - Ricardo Freire).
Dime que me quieres, dímelo por Dios,
aunque no lo sientas,
aunque sea mentira,
pero dímelo.
Dímelo bajito,
se te hará más fácil decírmelo así,
y el "te quiero" tuyo será "pa" mis
penas
lo mismo que lluvia de mayo y abril.
Ten misericordia de mi corazón.
Dime que me quieres, dímelo por Dios.
Te quiero más que a mi "vía".
Te quiero más que a mis ojos.
Más que al aire que respiro
y más que a la "mare" mía.
Que se me paren los pulsos si te dejo de querer,
que las campanas me doblen si te falto alguna vez.
Idea Vilariño nació en Montevideo (Uruguay) el 18 de agosto de 1920 y falleció en 2009.
Fue una importante poeta, traductora y crítica literaria. Fue parte de la denominada "Generación del 45" que integraban poetas y escritores de renombre como Juan Ramón Jiménez, Juan Carlos Onetti, Emir Rodríguez Monegal, Mario Benedetti.
El poema "La canción y el poema" es uno de los más conocidos gracias a la música creada por Zitarrosa.
Este bello poema de amor "La canción y el poema" de Idea Vilariño tiene música de Alfredo Zitarrosa.
...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto, con su verde árbol, y con su pozo blanco. Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará, nostáljico... Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido... Y se quedarán los pájaros cantando.