jueves, 30 de mayo de 2019

ROMANCE DEL PRISIONERO. Autor: Anónimo.

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

lunes, 27 de mayo de 2019

ROMANCE DE DON TRISTÁN DE LEONÍS Y DE LA REINA ISEO, QUE TANTO AMOR SE GUARDARON.

ROMANCE DE DON TRISTÁN DE
LEONÍS Y DE LA REINA ISEO,
QUE TANTO AMOR SE GUARDARON.
Autor: Anónimo - Siglo XV.

Herido está don Tristán
de una muy mala lanzada,
diérasela el rey su tío
por celos que de él cataba;
diósela desde una torre
con una lanza herbolada:
el hierro tiene en el cuerpo,
de fuera le tiembla el asta.
Mal se queja don Tristán,
que la muerte le aquejaba;
preguntando por Iseo
muy tristemente lloraba:
”¿Qué es de ti, la mi señora?
Mala sea tu tardanza,
que si mis ojos te viesen
sanaría ésta mi llaga”.
Llegó allí la reina Iseo,
la su linda enamorada,
cubierta de paños negros,
sin del rey dársele nada:
”¡Quien vos hirió, don Tristán,
heridas tenga de rabia,
y que no hallase maestro
que supiese sanarlas!”
Júntase boca con boca,
llora el uno, llora el otro,
la tierra toda se baña;
allí donde los entierran
nace una azucena blanca.

domingo, 26 de mayo de 2019

Elías Chucair, el hombre que rescata las historias del sur. El jacobaccino cumple hoy 93 años, en los que no sólo ha relatado vivencias y personajes de la región sino que ha transitado también parte de la historia política de la provincia.

“Sigo escribiendo… es un sedante, una pasión”, señala don Elías Chucair mientras toma una hoja en blanco, y la pone en la vieja máquina de escribir Olympia. “No me he adaptado a la nueva tecnología”, admite, y esboza una sonrisa.
Este jacobaccino que hoy cumple 93 años, ha dedicado su vida a rescatar historias, anécdotas, vivencias y personajes de su pueblo y de la Patagonia a través de sus cuentos, relatos y novelas. Ha repartido su tiempo como padre de familia, escritor, historiador, comediante, periodista y comerciante, y además ha tenido un paso importante por la política integrando la primera legislatura de Río Negro y siendo intendente de Jacobacci.
Su obra y su prestigio trascienden las fronteras rionegrinas. Lo han tenido durante muchos años como unos de los participes destacados en los distintos eventos literarios del país, entre ellos, la tradicional Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. El año pasado la Legislatura de Río Negro lo declaró Ciudadano Ilustre de la provincia, en reconocimiento a su trayectoria literaria y su participación política.
Después de repetir dos veces 3º grado en Jacobacci en una infancia que califica como “muy jodida”, con la muerte de su madre cuando tenía 11 años, su padre Antonio Chucair, decidió que estudiara en el Colegio Salesiano de Viedma. Allí que empezó a leer los poemas que escribía el padre Raúl Entraigas. Recuerda que en la galería había un escaparate y ahí ponían todas las hojas de un diario que editaba el colegio y en el que aparecían con seudónimos los poemas del cura, que por ese entonces era Secretario del Obispo Nicolás Esandi. “Después, editó un libro, ‘Bajo el Símbolo Austral’, lo compré y eso me motivó a escribir. Y no he parado de hacerlo hasta hoy”, afirma el escritor que lleva publicados 40 libros y 32 cuadernillos titulados “Ayer Aquí”. En 1969 editó “Bajo Cielo Sur”, su primer libro que marcó el inicio de su rica trayectoria literaria.
La actualidad lo encuentra desarrollando dos de sus grandes pasiones: la escritura y el comercio. Sin teléfonos celulares, computadoras ni calculadoras, Chucair lleva adelante el comercio de ramos generales que inició su padre a principios del siglo pasado.
Dedica su tiempo libre para dar rienda suelta a su vocación literaria. Con una salud inquebrantable, sin medicamentos ni anteojos, es dueño de una memoria prodigiosa y una lucidez y sabiduría que lo mantienen activo.
El año pasado salió a la venta “Etapas de mi tiempo”, su último trabajo y este año proyecta editar un nuevo libro. Tiene en carpeta ocho novelas y poemas en lunfardo.
Admite que con el comercio ha ganado mucho dinero, pero no lo ha invertido bien.

“Uno nace desnudo… sin nada y va forjando su camino. Hoy sigo trabajando, tengo mis libros, me entretengo. Tengo mis hijas muy bien, mis nietos, amigos. ¿Qué más puedo pedir?. Soy un agradecido de la vida. Me ha dado mucho”, dice. Y sonríe otra vez.

SU PASO POR LA POLITICA.

Elías Chucair formó parte de la primera legislatura de Río Negro, en representación de la Unión Cívica Radical Intransigente. Acompañó al primer gobernador Edgardo Castello a quien recuerda como una excelente persona con un gran respeto por la plata pública… “No hubo ningún hecho delictivo durante su gobierno” aclara.
Se inicio en política a los 21 años, luego de cumplir con el servicio militar. Dejo de leer el Grafico -revista que coleccionaba- y empezó con libros de Irigoyen, Alem, Lisandro De La Torre y Sarmiento, entre otros, para “ilustrarse” y así poder desempeñarse con mayores conocimientos en este ámbito. Luego de participar en la Convención Constituyente de la provincia fue electo legislador. “Éramos 24 legisladores y cada uno tenía dos secretarios y un cadete que pagábamos de nuestro bolsillo. Tres éramos de Jacobacci, Héctor Casamiquela, Andrés García y yo y uno de Maquinchao, un contador público de apellido Piñero. Había una gran oposición. En tres años sancionamos 300 leyes y pusimos en marcha la provincia. Fue una experiencia muy buena” afirma. Luego fue reelecto por un periodo más.
Califica como “un despropósito” que hoy la Legislatura tenga 46 representantes con varios asesores, secretarios, etc. “es un gasto exorbitante, una irresponsabilidad” señala.
Entre 1970 y 1973 fue intendente de Jacobacci logrando la ejecución de importante obras y luego participó en la creación del Partido Provincial Rionegrino que lidero Roberto Requeijo. Desechó candidaturas a diputado y ser “vice” de Requeijo. Hoy, alejado de la política, considera que “Macri es víctima de su propio invento” y califica a Weretilneck como un gobernador “positivo y serio” con una gran capacidad de trabajo.
“Lo he tratado muy poco, pero me resulta una persona agradable. Esta siempre en los parajes…, las ciudades grandes… en las buenas, en las malas…. Tiene una capacidad de trabajo impresionante” sentencia.
Publicado en Diario "Río Negro", sábado 25 de Mayo de 2019.

sábado, 25 de mayo de 2019

EL SOL DEL 25 (SANTIAGO ROCCA-DOMINGO LOMBARDI-JOSÉ RAZZANO).


Ya el sol del veinticinco
viene asomando,
ya el sol del veinticinco
viene asomando
y su luz en el Plata
va reflejando,
y su luz en el Plata
va reflejando.


(recitado)
¿Oído? Ya lo anuncia la voz del cañón,
icemos a tope nuestro pabellón.

Y las campanas
mezclan sus alborotos
al de las dianas.

"¡Viva la Patria!" se oye
y el clamoreo,
"¡Viva la Patria!" se oye
y el clamoreo,
hace dentrar en la sangre
cierto hormigueo,
hace dentrar en la sangre
cierto hormigueo.

(recitado)
Al pueblo y al gauchaje
hace el entusiasmo temblar de coraje.

Y hasta parece
que la estatua 'e Belgrano
se estremeciese.

Al blanco y al celeste
de tu bandera,
al blanco y al celeste
de tu bandera,
contempló victoriosa
la cordillera,
contempló victoriosa
la cordillera.

(recitado)
A traerte laureles cruzaron los Andes
San Martín, Las Heras, Soler y otros grandes.

Y ya, paisanos,
fueron libres los pueblos
americanos.

CARLOS GARDEL - EL SOL DEL 25 - 

GATO PATRIÓTICO ARGENTINO - 1930.

En 1917 el dúo GARDEL - RAZZANO registraron el gato patriótico ARGENTINO, EL SOL DEL 25. El 22 de mayo de 1930 CARLOS GARDEL lo registraría nuevamente.

Guitarras de Aguilar. Barbieri y Riverol.


La yapa.
Dice Wikipedia: El sol del 25 es un gato patriótico argentino,​ cuya letra hace referencia a los eventos del 25 de mayo de 1810, cuando tuvo lugar en Buenos Aires la Revolución de Mayo. Fue compuesto por Domingo Lombardi y Santiago Rocca en 1910, con fragmentos de la poesía "La Media Caña" que Lombardi escribiera en 1896.
El tema fue interpretado y grabado por el dúo de Carlos Gardel y José Razzano en la década de 1910, lo cual le dio gran popularidad. La canción quedó inscripta como de autoría de los propios Gardel y Razzano, pero Rocca prefirió no hacer reclamos sobre su autoría ya que admiraba a Gardel. Rocca comentó al respecto lo siguiente: "Como Carlos murió tal vez ignorando fuera yo el autor de la música y fui en vida su amigo y admirador, nunca quise reclamar nada en homenaje a su querida memoria; él la popularizó así y que así quede para siempre."

viernes, 24 de mayo de 2019

OTOÑO MALLORQUIN por Carlos Basabe.

OTOÑO MALLORQUIN
por Carlos Basabe.
Ha llegado el otoño generoso
de coloridos ocres y cenizas
las Islas van cambiando su ropaje
entre abundantes hierbas doloridas

Un atardecer cualquiera nos sorprenden
la ruidosa llegada de estorninos
arquitectos del vuelo donde anidan
figuras cambiantes de pañuelos

Es la estación del abuelo silencioso
que en sus apagados pasos va dejando
la huella de los años que ha vivido
trashumante en la vida sin espacios

Se apagaron las risas de los niños
en las playas de arena blanquesina
habrá que esperar otro verano
para sentir el agua turquesa y cristalina

Hay un silencio lozano en la ciudad
hay amaneceres de grillos en el campo
y las Islas duermen su ciclo programado
esperando el invierno sustancial y parco.

miércoles, 22 de mayo de 2019

Alfonso: estás mirándome, lo veo de César Vallejo.

Alfonso: estás mirándome, lo veo,
desde el plano implacable donde moran
lineales los siempres, lineales los jamases.
(Esa noche, dormiste, entre tu sueño
y mi sueño, en la rue de Ribouté)
Palpablemente,
tu inolvidable cholo te oye andar
en París, te siente en el teléfono callar
y toca en el alambre a tu último acto
tomar peso, brindar
por la profundidad, por mí, por ti.

Yo todavía
compro "du vin, du lait, comptant les sous"
bajo mi abrigo, para que no me vea mi alma,
bajo mi abrigo aquel, querido Alfonso,
y bajo el rayo simple de la sien compuesta;
yo todavía sufro, y tú, ya no, jamás, hermano!
(Me han dicho que en tus siglos de dolor,
amado sér,
amado estar,
hacías ceros de madera. ¿Es cierto?)

En la "boîte de nuit", donde tocabas tangos,
tocando tu indignada criatura su corazón,
escoltado de ti mismo, llorando
por ti mismo y por tu enorme parecido con tu sombra,
monsieur Fourgat, el patrón, ha envejecido.
¿Decírselo? ¿Contárselo? No más,
Alfonso; eso, ya nó!

El hôtel des Ecoles funciona siempre
y todavía compran mandarinas;
pero yo sufro, como te digo,
dulcemente, recordando
lo que hubimos sufrido ambos, a la muerte de ambos,
en la apertura de la doble tumba,
de esa otra tumba con tu sér,
y de ésta de caoba con tu estar,
sufro, bebiendo un vaso de ti, Silva,
un vaso para ponerse bien, como decíamos,
y después, ya veremos lo que pasa...

Es éste el otro brindis, entre tres,
taciturno, diverso
en vino, en mundo, en vidrio, al que brindábamos
más de una vez al cuerpo
y, menos de una vez, al pensamiento.
Hoy es más diferente todavía;
hoy sufro dulce, amargamente,
bebo tu sangre en cuanto a Cristo el duro,
como tu hueso en cuanto a Cristo el suave,
porque te quiero, dos a dos, Alfonso,
y casi lo podría decir, eternamente.

Alfonso de Silva fue un compositor y pianista peruano. Nacido en Callao, Perú en 1.902 y fallecido en la capital de Perú Lima en 1937.

César Abraham Vallejo Mendoza (Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892-París, 15 de abril de 1938) fue un poeta y escritor peruano.

sábado, 18 de mayo de 2019

Pedro Rojas de César Vallejo.

Solía escribir con su dedo grande en el aire:
”¡Viban los compañeros! Pedro Rojas”,
de Miranda del Ebro, padre y hombre,
marido y hombre, ferroviario y hombre,
padre y más hombre, Pedro y sus dos muertes.
Papel de viento, lo han matado: ¡pasa!
Pluma de carne, lo han matado: ¡pasa!
”¡Abisa a todos compañeros pronto!”

Palo en el que han colgado su madero,
lo han matado;
¡lo han matado al pie de su dedo grande!
¡Han matado, a la vez, a Pedro, a Rojas!
¡Viban los compañeros
a la cabecera de su aire escrito!
¡Viban con esta b del buitre en las entrañas
de Pedro y de Rojas, del héroe y del mártir!

Registrándole, muerto, sorprendiéronle
en su cuerpo un gran cuerpo,
para el alma del mundo,
y en la chaqueta una cuchara muerta.
Pedro también solía comer
entre las criaturas de su carne, asear, pintar
la mesa y vivir dulcemente
en representación de todo el mundo.
Y esta cuchara anduvo en su chaqueta,
despierto o bien cuando dormía, siempre,
cuchara muerta viva, ella y sus símbolos.
¡Abisa a todos compañeros pronto!
¡Viban los compañeros al pie de esta cuchara para siempre!
Lo han matado, obligándole a morir
a Pedro, a Rojas, al obrero, al hombre, a aquél
que nació muy niñín, mirando al cielo,
y que luego creció, se puso rojo
y luchó con sus células, sus nos,
sus todavías, sus hambres, sus pedazos.
Lo han matado suavemente
entre el cabello de su mujer, la Juana Vásquez,
a la hora del fuego, al año del balazo
y cuando andaba cerca ya de todo.
Pedro Rojas, así, después de muerto,
se levantó, besó su catafalco ensangrentado,
lloró por España.
y volvió a escribir con el dedo en el aire:
”¡Viban los compañeros! Pedro Rojas”.
 Su cadáver estaba lleno de mundo.

miércoles, 15 de mayo de 2019

Paisaje urbano de Concha Méndez.

Ya pasea la luna sobre las azoteas.
En calles y avenidas los perfiles se agrandan.
En el momento lívido, que hace inclinar las hojas
las farolas encienden su luz de madrugada. 

Un cielo, barnizado de cemento, sostiene
entre sus anchos dedos escasas luminarias. 

Por el asfalto ruedan rehilanderas de acero
con sonoros flautines de voces esmaltadas.
Se estremece un tic-tac de pasos epilépticos.
Se disparan a un tiempo cohetes de miradas. 

Se juega a serpentinas a través de las lunas
de los escaparates –cintura cinemática–.
Y se ven, dominando las huestes callejeras,
policías ecuestres con ondulantes capas.
Los vastos rascacielos emanan claridades
de ruedas Catalina y luces de Bengala,
que saltan a la calle gozosas de perderse
entre el rumor continuo de todas las pisadas. 

Por las profundas venas, el metropolitano
veloz de puerto en puerto, acompasando escalas,
cruzando del suburbio a la gran avenida
en una eterna noche de sombras estrelladas.
 
Se ha tendido en lo alto, sobre las azoteas,
la etíope danzarina, dulce y desmelenada.

viernes, 10 de mayo de 2019

Los heraldos negros de César Vallejo.

Los heraldos negros 
de César Vallejo.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o lo heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre!  Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.


Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

miércoles, 8 de mayo de 2019

El poeta a su amada - César Vallejo.


Amada, en esta noche tú te has crucificado
sobre los dos maderos curvados de mi beso;
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
y que hay un viernesanto más dulce que ese beso.

En esta noche clara que tanto me has mirado,
la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso.
En esta noche de setiembre se ha oficiado
mi segunda caída y el más humano beso.

Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;
se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;
y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.

Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos;
ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura
los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.

sábado, 4 de mayo de 2019

Triunfal de Belisario Roldán.




Hubo de todo en el romance aquel...


Flores, celos, amor, llantos, excesos;


Y un día. un día sin luz, en uno de esos


amargos días del invierno cruel.





-Es preciso-dijiste- poner el


punto final a nuestros muchos besos...


Debo partir y parto... dejo ilesos


tu corazón, Poeta y tu troquel.





No supe que decir... Tu voz tenía


una extraña inflexión desconocida


y eres dueño sin duda de tu vida...


Además, mi bohemia impenitente


según es lo normal y lo corriente,


estaba trasudando altanería...





Nos dimos el adiós de un modo triste...


Tú bajaste los ojos, yo la frente:


Hubo un silencio largo; gravemente


sonriendo tus labios. y partiste.





Cuando ya lejos hacia mí volviste


la faz turbada, dolorosamente.


atravesó los oros del poniente


un adiós postrimer que no dijiste...





Mas escucha, mujer, lo que sentí...


Sentí bajo el arrullo del pañuelo


remoto que agitaba; un consuelo


que en un instante serenó mi mal;


-sentí que tu existencia inmaterial,


prófugamente se quedaba en mí





¡Qué vale que el destino se la lleve


-pensé entonces irguiéndome en la playa-


ni que a otras tierras ignoradas vaya


ni que otras fuentes del amor abreve!





¡Qué vale que su pie nervioso y leve,


musa traviesa de mi ciencia gaya,


errando sin cesar bajo la saya


busque la senda del olvido aleve!





¡Qué vale que del vaso huya el jazmín


si se ha trocado el vaso en la redoma


donde yacen su espíritu y su aroma!





¡Qué vale que te alejes, fugitiva,


si suspensa a una rama siempre viva


has quedado hecha flor en mi jardín!