domingo, 31 de julio de 2016

PAYADA ENTRE MARTIN FIERRO Y EL MORENO.

MARTIN FIERRO

Mientras suene el encordao,
Mientras encuentre el compás
Yo no he de quedarme atrás
Sin defender la parada,
Y he jurado que jamás
Me la han de llevar robada.

Atiendan, pues, los oyentes
Y cáyense los mirones;
A todos pido perdones,
Pues a la vista resalta
Que no está libre de falta
Quien no está de tentaciones.

A un cantor le llaman güeno
Cuando es mejor que los piores;
Y sin ser de los mejores,
Encontrándose dos juntos,
Es deber de los cantores
El cantar de contrapunto.

El hombre debe mostrarse
Cuando la ocasión le llegue;
Hace mal el que se niegue,
Dende que lo sabe hacer;
Y muchos suelen tener
Vanagloria en que los rueguen.

Cuando mozo fuí cantor
(Es una cosa muy dicha);
Mas la suerte se encapricha
Y me persigue costante:
De ese tiempo en adelante
Canté mis propias desdichas.

Y aquellos años dichosos
Trataré de recordar;
Veré si puedo olvidar
Tan desgraciada mudanza,
Y quien se tenga confianza
Tiemple, y vamos a cantar.

Tiemple y cantaremos juntos;
Trasnochadas no acobardan.
Los concurrentes aguardan,
Y porque el tiempo no pierdan,
Haremos gemir las cuerdas
Hasta que las velas no ardan.

Y el cantor que se presiente,
Que tenga o no quien lo ampare,
No espere que yo dispare
Aunque su saber sea mucho:
Vamos en el mesmo pucho
A prenderle hasta que aclare.

Y seguiremos si gusta
Hasta que se vaya el día;
Era la costumbre mía
Cantar las noches enteras:
Había entonces, donde quiera,
Cantores de fantasía.

Y si alguno no se atreve
A seguir la caravana,
O si cantando no gana,
Se lo digo sin lisonja:
Haga sonar una esponja
O ponga cuerdas de lana.

EL MORENO

Yo no soy, señores míos,
Sino un pobre guitarrero,
Pero doy gracias al Cielo
Porque puedo, en la ocasión,
Toparme con un cantor
Que esperimente a este negro.

Yo también tengo algo blanco,
Pues tengo blancos los dientes;
Sé vivir entre las gentes
Sin que me tengan en menos:
Quien anda en pagos ajenos
Debe ser manso y prudente.

Mi madre tuvo diez hijos,
Los nueve muy regulares;
Tal vez por eso me ampare
La Providencia divina:
En los güevos de gallina
El décimo es el mas grande.

El negro es muy amoroso,
Aunque de esto no hace gala;
Nada a su cariño iguala
Ni a su tierna voluntá;
Fs lo mesmo que el macá:
Cría los hijos bajo el ala.

Pero yo he vivido libre
Y sin depender de naides;
Siempre he cruzado los aires
Como el pájaro sin nido;
Cuanto se lo he aprendido
Porque me lo enseñó un flaire.

Y sé como cualquier otro
El porqué retumba el trueno;
Por qué son las estaciones
Del verano y del invierno;
Sé también de donde salen
Las aguas que cain del cielo.

Yo sé lo gue hay en la tierra
En llegando al mesmo centro;
En dónde se encuentra el oro,
En dónde se encuentra el fierro
Y en dónde viven bramando
Loe volcanes que echan juego.

Yo sé del fondo del mar
Donde los pejes nacieron;
Yo sé por que crece el árbol,
Y por que silban los vientos:
Cosas que inoran los blancos
Las sabe este pobre negro.

Yo tiro cuando me tiran;
Cuando me aflojan, aflojo;
No se ha de morir de antojo
Quien me convide a cantar;
Para conocer a un cojo
Lo mejor es verlo andar.

Y si una falta cometo
En venir a esta riunión,
Echándola de cantor,
Pido perdón en voz alta
Pues nunca se halla una falta
Que no esista otra mayor.

De lo que un cantor esplica
No falta qué aprovechar
Y se le debe escuchar
Aunque sea negro el que cante:
Apriende el que es inorante,
Y el que es sabio, apriende más.

Bajo la frente mas negra
Hay pensamiento y hay vida.
La gente escuche tranquila,
No me haga ningún reproche:
Tambien es negra la noche
Y tiene estrellas que brillan.

Estoy, pues, a su mandao;
Empiece a echarme la sonda,
Si gusta que le responda,
Aunque con lenguaje tosco:
En leturas no conozco
La jota, por ser redonda.

MARTIN FIERRO

!Ah, negro!, si sos tan sabio
No tengás ningun recelo
Pero has tragao el anzuelo
Y al compás del estrumento
Has de decirme al momento
Cuál es el canto del cielo.

EL MORENO

Cuentan que de mi color
Dios hizo al hombre primero,
Más los blancos altaneros,
Los mesmos que lo convidan,
Hasta de nombrarlo olvidan
Y sólo le llaman negro.

Pinta el blanco negro al diablo,
Y el negro, blanco lo pinta;
Blanca la cara o retinta
No habla en contra ni en favor:
De los hombres el Criador
No hizo dos clases distintas.

Y después de esta alvertencia
Que al presente viene al pelo,
Veré, señores, si puedo,
Sigún mi escaso saber,
Con claridá responder
Cuál es el canto del cielo.

Los cielos lloran y cantan
Hasta en el mayor silencio:
Lloran al cair el rocío
Cantan al silbar los vientos
Lloran cuando cain las aguas.
Cantan cuando brama el trueno.

MARTIN FIERRO

Dios hizo al blanco y al negro
Sin declarar los mejores;
Les mandó iguales dolores
Bajo de una mesma cruz;
Mas también hizo la luz
Pa distinguir los coIores.

Ansi, ninguno se agravie;
No se trata de ofender,
A todo se ha de poner
El nombre con que se llama,
Y a naides le quita fama
Lo que recibio al nacer.

Y ansí me gusta un cantor
Que no se turba ni yerra;
Y si en tu saber se encierra
El de los sabios projundos;
Decíme cual en el mundo
Es el canto de la tierra.

EL MORENO

Es pobre mi pensamiento,
Es escasa mi razón,
Mas pa dar contestación
Mi inorancia no se arredra:
También da chispas la piedra
Si la golpia el eslabón.

Y le daré una respuesta
Sigún mis pocos alcances:
Forman un canto en la tierra
El dolor de tanta madre,
El gemir de los que mueren
Y el llorar de los que nacen.

MARTIN FIERRO

Moreno, alvierto que trais
Bien dispuesta la garganta;
Sos varón, y no me espanta
Verte hacer esos primores;
En los pájaros cantores
Solo el macho es el que canta.

Y ya que al mundo vinistes
Con el sino de cantar,
No te vayás a turbar, 
No te agrandés ni te achiques;
Es preciso que me expliques
Cuál es el canto del mar.

EL MORENO

A los pájaros cantores
Ninguno imitar pretiende;
De un don que de otro depende
Naides se debe alabar,
Pues la urraca apriende a hablar,
Pero sólo la hembra apriende.

Y ayúdame, ingenio mío,
Para ganar esta apuesta;
Mucho el contestar me cuesta.
Pero debo contestar;
Yoy a decir en respuesta
Cuál es el canto del mar.

Cuando la tormenta brama,
El mar, que todo lo encierra,
Canta de un modo que aterra,
Corno si el mundo temblara:
Parece que se quejara
De que lo estreche la tierra.

MARTIN FIERRO 

Toda tu sabiduría
Has de mostrar esta vez;
Ganarás sólo que estés
En baca con algún santo.
La noche tiene su canto,
Y me has de decir cuál es.

EL MORENO

No galope, que hay aujeros,
Le dijo a un guapo un prudente
Le contestó humildemente:
La noche por cantos tiene
Esos ruidos que uno siente
Sin saber por dónde vienen.

Son los secretos misterios
Que las tinieblas esconden;
Son los ecos que responden
A la voz del que da un grito;
Como un lamento infinito
Que viene no sé de dónde.

A las sombras sólo el sol
Las penetra y las impone;
En distintas direcciones
Se oyen rumores inciertos:
Son almas de los que han muerto,
Que nos piden oraciones.

MARTIN FIERRO

Moreno, por tus respuestas
Yo te aplico el cartabón,
Pues tenés desposición
Y sos estruido, de yapa:
Ni las sombras se te escapan
Para dar esplicación.

Pero cumple su deber
El lial diciendo lo cierto,
Y, por lo tanto, te alvierto
Que hemos de cantar los dos,
Dejando en la paz de Dios
Las almas de los que han muerto.

Y el consejo del prudente
No hace falta en la partida;
Siempre ha de ser comedida
La palabra de un cantor.
Y aura quiero que me digas
De dónde nace el amor.

EL MORENO

A pregunta tan escura
Trataré de responder,
Aunque es mucho pretender
De un pobre negro de estancia,
Mas conocer su inorancia
Es principio del saber.

Ama el pájaro en los aires
Que cruza por donde quiera,
Y si al fin de su carrera
Se asienta en alguna rama,
Con su alegre canto llama
A su amante compañera.

La fiera ama en su guarida,
De la que es rey y señor;
Allí lanza con juror
Esos bramidos que espantan,
Porque las fieras no cantan:
Las fieras braman de amor.

Ama en el fondo del mar
El pez de lindo color;
Ama el hombre con ardor;
Ama todo cuanto vive:
De Dios vida se recibe,
Y donde hay vida, hay amor.

MARTIN FIERRO

Me gusta, negro ladino,
Lo que acabás de esplicar;
Ya te empiezo a respetar;
Aundue al principio me rei,
Y te quiero preguntar
Lo que entendés por la ley.

EL MORENO

Hay muchas dotorerías
Que yo no puedo alcanzar;
Dende que aprendí a inorar
De ningún saber me asombro,
Mas no ha de llevarme al hombro
Quien me convide a cantar.

Yo no soy cantor ladino
Y mi habilidá es muy poca;
Más cuando cantar me toca
Me defiendo en el combate,
Porque soy como los mates:
Sirvo si me abren la boca.

Dende que elige a su gusto,
Lo más espinoso elige;
Pero esto poco me aflige
Y le contesto a mi modo:
La ley se hace para todos,
Mas sólo al pobre le rige.

La ley es tela de araña
--En mi inorancia lo esplico--.
No la tema el hombre rico;
Nunca la tema el que mande;
Pues la ruempe el bicho grande
Y sólo enrieda a los chicos.

Es la ley como la lluvia:
Nunca puede ser pareja;
El que la aguanta se queja,
Pero el asunto es sencillo:
La ley es como el cuchillo:
No ofiende a quien lo maneja.

Le suelen llamar espada
Y el nombre le viene bien;
Los que la gobiernan ven
A dónde han de dar el tajo:
Le cai al que se halla abajo
Y corta sin ver a quién.

Hay muchos que son dotores,
Y de su cencia no dudo;
Mas yo soy un negro rudo
Y aunque de esto poco entiendo,
Estoy diariamente viendo
Que aplican la del embudo.

MARTIN FIERRO

Moreno, vuelvo a decirte:
Ya conozco tu medida;
Has aprovechao la vida,
Y me alegro de este encuentro;
Ya veo que tenés adentro
Capital pa esta partida.

Y aura te voy a decir;
Porque en mi deber está
(Y hace honor a la verdá
Quien a la verdá se duebla)
Que sos por juera tinieblas
Y por dentro claridá.

No ha de decirse jamás
Que abusé de tu pacencia,
Y en justa correspondencia,
Si algo querés preguntar,
Podés al punto empezar,
Pues ya tenés mi licencia.

EL MORENO

No te trabes lengua mía;
No te vayas a turbar;
Nadie acierta antes de errar,
Y, aunque la fama se juega,
El que por gusto navega
No debe temerle al mar.

Voy a hacerle mis preguntas,
Ya que a tanto nne convida,
Y vencerá en la partida
Si una esplicación me da
Sobre el tiempo y la medida,
El peso y la cantidá.

Suya sera la vitoria
Si es que sabe contestar;
Se lo debo declarar
Con claridá, no se asombre,
Pues hasta aura ningún hombre
Me lo ha sabido esplicar.

Quiero saber y lo inoro,
Pues en mis libros no está
-Y su respuesta vendrá
A servirme de gobierno-,
Para que fin el Eterno
Ha criado la cantidá.

MARTIN FIERRO

Moreno, te dejas cair
Como carancho en su nido;
Ya veo que sos prevenido,
Mas también estoy dispuesto;
Veremos si te contesto
Y si te das por vencido.

Uno es el sol, uno el mundo,
Sola y única es la luna
Ansí han de saber que Dios
No crió cantidá ninguna.

El ser de todos los seres
Solo formo la unidá;
Lo demás lo ha criado el hombre
Después que aprendió a contar.

EL MORENO

Verernos si a otra pregunta
Da una respuesta cumplida:
EI ser que Ha criado la vida
Lo ha de tener en su archivo,
Mas yo inoro que motivo
Tuvo al formar la medida.

MARTIN FIERRO

Escuchá con atención
Lo que en mi inorancia arguyo:
La medida la inventó
E1 hombre para bien suyo;

Y la razón no te asombre,
Pues es fácil presumir:
Dios no tenía que medir
Sino la vida del hombre.

EL MORENO

Si no falla su saber
Por vencedor lo confieso;
Debe aprender todo eso
Quien a cantar se dedique;
Y aura quiero que me esplique
La que significa el peso.

MARTIN FIERRO

Dios guarda entre sus secretos
El secreto que eso encierra,
Y mandó que todo peso
Cayera siempre en la tierra;

Y sigún compriendo yo,
Dende que hay bienes y males,
Jué el peso para pesar
Las culpas de los mortales.

EL MORENO

Si responde a esta pregunta
Tengase por vencedor
(Doy la derecha al mejor);
Y respóndame al momento:
Cuando formó Dios el tiempo
Y por que lo dividió?

MARTIN FIERRO

Moreno, voy a decir,
Sigún mi saber alcanza:
El tiempo sólo es tardanza
De lo que está por venir;

No tuvo nunca principio
Ni jamás acabará,
Porque el tiempo es una rueda.
Y rueda es eternidá. 

Y si el hombre lo divide,
Sólo lo hace, en mi sentir,
Por saber lo que ha vivido
O le resta que vivir.

Ya te he dado mis respuestas,
Mas no gana quien despunta; 
Si tenés otra pregunta
O de algo te has olvidao,
Siempre estoy a tu mandao
Para sacarte de dudas.

No procedo por soberbia
Ni tampoco por jactancia,
Mas no ha de faltar costancia
Cuando es preciso luchar;
Y te convido a cantar
Sobre cosas de la estancia.

Ansi prepará, moreno,
Cuanto tu saber encierre,
Y sin que tu lengua yerre,
Me has de decir lo que empriende;
El que del tiempo depende,
En los meses que train erre.

EL MORENO

De la inorancia de naides
Ninguno debe abusar;
Y aunque me puede doblar
Todo el que tenga más arte,
No voy a ninguna parte
A dejarme machetiar.

He reclarao que en leturas
Soy redondo como jota;
No avergüence mi redota,
Pues con claridá le digo:
No me gusta que conmigo
Naides juegue a la pelota.

Es güena ley que el más lerdo
Debe perder la carrera;
Ansí le pasa a cualquiera,
Cuando en competencia se halla
Un cantor de media talla
con otro de talla entera.

No han visto en medio del campo
Al hombre que anda perdido,
Dando güeltas afligido,
Sin saber donde rumbiar?
Ansí le suele pasar
A un pobre cantor vencido.

También los árboles crujen
Si el ventarrón los azota,
Y si aquí mi queja brota
Con amargura, consiste
En que es muy larga y muy triste
La noche de la redota.

Y dende hoy en adelante,
Pongo de testigo al Cielo
Para decir sin recelo
Que, si mi pecho se inflama.
No cantaré por la fama
Sino por buscar consuelo.

Vive ya desesperao
Quien no tiene qué esperar;
A lo que no ha de durar
Ningún cariño se cobre;
Alegrías en un pobre
Son anuncios de pesar.

Y este triste desengaño
Me durará mientras viva;
Aunque un consuelo reciba
Jamás he de alzar el vuelo:
Quien no nace para el cielo
De balde es que mire arriba.

Y suplico a cuantos me oigan
Que me permitan decir
Que, al decidirme a venir,
No sólo jué por cantar,
Sino porque tengo a más
Otro deber que cumplir.

Ya saben que de mi madre
Jueron diez los que nacieron,
Mas ya no esiste el primero
Y mas querido de todos:
Murió por injustos modos
A manos de un pendenciero.

Los nueve hermanos restantes
Como güerfanos quedamos;
Dende entonces lo lloramos
Sin consuelo, creanmeló,
Y al hombre que lo mató,
Nunca jamás lo encontramos.

Y queden en paz los güesos
De aquel hermano querido;
A moverlos no he venido,
Mas, si el caso se presienta,
Espero en Dios que esta cuenta
Se arregle como es debido.

Y si otra ocasión payamos
Para que esto se complete,
Por mucho que lo respete,
Cantaremos, si le gusta,
Sobre las muertes injustas.
Que algunos hombres cometen.

Y aquí, pues, señores míos,
Diré, como en despedida,
Que todavía andan con vida
Los hermanos del dijunto,
Que recuerdan este asunto
Y aquella muerte no olvidan.

Y es misterio tan projundo
Lo que está por suceder,
Que no me debo meter
A echarla aquí de adivino;
Lo que decida el destino
Después lo habran de saber.

MARTIN FIERRO

Al fin cerrastes el pico
Después de tanto charlar;
Ya empezaba a maliciar,
Al verte tan entonao,
Que traías un embuchao
Y no lo querías largar.

Y ya que nos conocemos,
Basta de conversación;
Para encontrar la ocasión
No tienen que darse priesa;
Ya conozco yo que empieza
Otra clase de junción.

Yo no sé lo que vendrá;
Tampoco soy adivino;
pero firme en mi camino
Hasta el fin he de seguir:
Todos tienen que cumplir
Con la ley de su destino.

Primero jué la frontera
Por persecución de un juez;
Los indios jueron después,
Y, para nuevos estrenos,
Aura son estos morenos
Pa alivio de mi vejez.

La madre echó diez al mundo,
Lo que cualquiera no hace,
Y tal vez de los diez pase
Con iguales condiciones:
La mulita pare nones,
Todos de la mesma clase.

A hombre de humilde color
Nunca sé facilitar;
Cuando se llega a enojar
Suele ser de mala entraña:
Se vuelve como la araña,
Siempre dispuesta a picar.

Yo he conocido a toditos
Los negros mas peliadores;
Había algunos superiores
De cuerpo y de vista... !ahijuna!
Si vivo, les daré una...
Historia de las mejores.

Mas cada uno ha de tirar
En el yugo en que se vea;
Yo ya no busco peleas,
Las contiendas no me gustan,
Pero ni sombras me asustan
Ni bultos que se menean.

La creia ya desollada,
Mas todavía falta el rabo,
Y por lo visto no acabo
De salir de esta jarana;
Pues esto es lo que se llama
Remacharsele a uno el clavo.

Del Martín Fierro de José Hernández. 

jueves, 28 de julio de 2016

Tango para Valdano (Joaquín Sabina - Homero Manzi - Lucio Demare).

Valdano baila un tango
con la pelota.
Valdano habla lunfardo
con el balón.
Del cuello de las musas
colgó las botas
que aún buscan al Pelusa
con el tacón.

El Pibe fue un poeta
de los estadios
de míster un esteta
del balompié.
Filósofo de lujo
del vestuario,
Valdano inventa el fútbol
como Gardel.

Aprendió
del escénico miedo la suerte
de jugar
a achicarle el espacio a la muerte
sin dejar
que la vida le empate un partido.
Ojalá que el penalti cabrón del olvido,
Jorgito querido,
lo puedas parar.

Igual se morfa el bíter
de unos mundiales
que deja en Tenerife
blanco al Madrid.
Sus sueños de chiquillo
sentimentales
prestigian el banquillo
de Chamartín.

El Pibe fue un poeta
de los estadios
de míster un profeta
del “savoir-faire”
Defiende los colores
del ser humano.
Valdano canta goles
como Gardel.

miércoles, 27 de julio de 2016

ELLA - ANTONIO GALA.


Bebió en tu boca el tiempo enamorado
Y la cuajó con besos de paloma.
Casto tu cuello, sobre el oro asoma
Tan sólo por el oro acariciado.

Lunado el pelo, el corazón lunado,
Rubor apenas por el aire aroma.
Amapola ritual tu torso toma
Y te aparta del mar verde azulado.

Tu mirada de miel, marisma ardiente,
La luz antigua con las luces nuevas
-Recién despierta y ya cansada- alía.

Te duele la victoria, y dócilmente
A cuestas tu destino de amor llevas,
Delicada y sangrienta vida mía.

martes, 26 de julio de 2016

ORACIÓN de Julia Prilutzky Farny (1912-2002).


ORACIÓN.



Señor: por la muchacha de aroma y de rocío
que estaba a nuestro lado y que hemos perdido;
por la amiga de todos, de los viejos, los niños,

De aquellos que vacilaban por el duro camino;
por la mujer heroica que nos dio otro destino,
que era nuestra esperanza, nuestra fe, nuestro abrigo.

Madre de los humildes y los desamparados,
que abrió su corazón como un inmenso regazo
para darle a su pueblo un calor más humano;
madre sin hijo tierno para abrirle los brazos,
que hizo un nido a todos los niños
con sus pequeñas manos.
¡Protege a la Señora de los Descamisados!

Señor: dale la paz que no tuvo en la tierra,
dale esa calma honda y guárdala a tu vera;
que descanse a tu lado, sin lágrima, sin pena,
reposando del llanto, del dolor, de las piedras
que ofendieron su paso sin poder detenerla.
Protégela en su sueño, porque es tuya y es nuestra.

Señor: éste es un día sin canto y sin sonrisa.
Su voz era campana e alerta o de alegría,
y su acento ha callado pero el pueblo no olvida.

Nunca será su imagen de polvo o de ceniza
porque siempre ha de estar en amor renacida
-renacida en la sangre de aquel que fue en la tierra
su inspiración y guía-, temblando en cada antorcha,
agonizante y viva. Señor: te la nombramos como una letanía:
Eva Perón, eterna como la luz y el día. 

lunes, 25 de julio de 2016

Alguna vez, de pronto, me despierto... Julia Prilutzky Farny.


Alguna vez, de pronto, me despierto: 
Un dolor me recorre tenazmente, 
un dolor que está siempre, agazapado, 
por saltar, desde adentro. 
Entonces tengo miedo. 
Entonces, me doy cuenta que estoy sola 
frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo 
lleno de mis imágenes, 
de rostros polvorientos. 

Estoy sola, pero siempre estoy sola: 
Es lo único cierto. 
El amor era un huésped, 
la soledad es siempre el compañero 
que permanece al lado, inconmovible. 
Lo único seguro, verdadero. 
Oigo mi corazón, vieja campana 
que dobla y que golpea, 
que rebota en las sienes y en la nuca 
y en la boca y los dedos. 
Es cierto, tengo miedo. 
Miedo de no poder gritar, de pronto, 
de que ya sea demasiado tarde 
para un ruego. 
La costumbre ahoga las palabras 
y alarga el desencuentro. 
Ah, tantas cosas quedarán ocultas, 
perdidas, sin recuerdo, 
tantas palabras que no fueron dichas, 
tantos gestos. 

Unos dirán: Yo sé, la he conocido, 
fue una ardiente rebelde, 
se desolló las manos y la vida 
por defender los que creyó más débiles. 
Otros dirán: Yo sé, la he conocido, 
era dura, malévola, 
avara de ternura, con la boca 
mostraba su desprecio. 
Alguien dirá: Y cómo sonreía... 
Qué importa 
lo que vendrá después del gran silencio. 
Claro que tengo miedo. 
Así, en la madrugada 
mientras algún dolor -un dolor, siempre- 
va hincando sus agujas en mi cuerpo, 
abro las manos en la sombra dulce 
para atrapar mi soledad, de nuevo, 
y me quedo a su lado, sin moverme, 
con los ojos abiertos 
la vida detenida. 
Toda mi sangre es un temor inmenso.

Video-poema de Julia Prilutzky Farny en la voz de Isabel Sánchez.

domingo, 24 de julio de 2016

Frente al misterio estoy, de nuevo alerta... Julia Prilutzky Farny.


Frente al misterio estoy, de nuevo alerta...

Frente al misterio estoy, de nuevo alerta,
frente al amor quizá, frente al oscuro
despertar sin urgencia y sin apuro.
pero la mano tiembla ante la puerta.

Yo creía estar muerta. Yo estoy muerta:
nada hay en mí tan cierto o tan seguro.
Pero crece mi sombra contra el muro
y la mano se extiende. Y está abierta.

¿Cómo será su amor –amor– conmigo,
cómo ha de ser: espectador, testigo
o superado actor del viejo drama?

¿Cómo será ese afán que me despoja,
su esperanza, su grito, su congoja,
y cómo las cenizas de su llama?

sábado, 23 de julio de 2016

Cómo decir de pronto... Julia Prilutzky Farny.

Cómo decir de pronto:
tómame entre las manos,
no me dejes caer. Te necesito:
Acepta este milagro.
Tenemos que aprender a no asombrarnos
de habernos encontrado,
de que la vida pueda estar de pronto
en el silencio o la mirada.
Tenemos que aprender a ser felices,
a no extrañarnos
de tener algo nuestro.
Tenemos que aprender a no temernos
y a no asustarnos
y a estar seguros.
Y a no causarnos daño.

viernes, 22 de julio de 2016

Fragmento II de Juan Zorrilla San Martín.


      Vosotros, los que amáis los imposibles;
      Los que vivís la vida de la idea;
      Los que sabéis de ignotas muchedumbres,
      Que los espacios infinitos pueblan,


      Y de esos seres que entran en las almas,
      Y mensajes oscuros les revelan,
      Desabrochan las flores en el campo,
      Y encienden en el cielo las estrellas;


      Los que escucháis quejidos y palabras
      En el triste rumor de la hoja seca,
      Y algo más que la idea del invierno,
      Próximo y frío, a vuestra mente llega,


      Al mirar que los vientos otoñales
      Los árboles desnudan, y los dejan
      Ateridos, inmóviles, deformes,
      Como esqueletos de hermosuras muertas;


      Seguidme, hasta saber de esas historias
      Que el mar, y el cielo, y el dolor nos cuentan;
      Que narran el ombú de nuestras lomas,
      El verde canelón de las riberas,


      La palina centenaria, el camalote,
      El ñandubay, los talas y las ceibas:
      La historia de la sangre de un desierto,
      La triste historia de una raza muerta.


      Y vosotros aún más, bardos amigos,
      Trovadores galanos de mi tierra,
      Vírgenes de mi patria y de mi raza,
      Que templáis el laúd de los poetas;


      Seguidme juntos, a escuchar las notas
      De una elegía, que, en la patria nuestra,
      El bosque entona, cuando queda solo,
      Y todo duerme entre sus ramas quietas;


      Crecen laureles, hijos de la noche,
      Que esperan liras, para asirse a ellas,
      Allá en la oscuridad, en que aún palpita
      El grito del desierto y de la selva.
Juan Zorrilla de San Martín nació en Montevideo el 28 de diciembre de 1855, hijo del español Juan Manuel Zorrilla de San Martín y de la uruguaya Alejandrina del Pozo y Aragón, familia muy católica. 
En primeras nupcias se casó con Elvira Blanco Sienra, hija de Juan Ildefonso Blanco y nieta del Constituyente Juan Benito Blanco, con quien tuvo seis hijos.
Entre sus descendientes se encuentran el ex diputado por San José y ex Embajador, Alejandro Zorrilla de San Martín, la actriz China Zorrilla, la vestuarista Guma Zorrilla, los pintores Alfredo Zorrilla, Enrique Zorrilla de San Martín y Miguel Herrera Zorrilla y el escritor Enrique Estrázulas, entre otros. 

jueves, 21 de julio de 2016

Soneto LXXXVI. Oh cruz del sur, oh trébol de fósforo fragante de Pablo Neruda.


Oh cruz del sur, oh trébol de fósforo fragante,

Con cuatro besos hoy penetró tu hermosura
Y atravesó la sombra y mi sombrero:
La luna iba redonda por el frío.



Entonces con mi amor, con mi amada, oh diamantes
De escarcha azul, serenidad del cielo,
Espejo, apareciste y se llenó la noche
Con tus cuatro bodegas temblorosas de vino.



Oh palpitante plata de pez pulido y puro,
Cruz verde, perejil de la sombra radiante,
Luciérnaga a la unidad del cielo condenada,



Descansa en mí, cerremos tus ojos y los míos.
Por un minuto duerme con la noche del hombre.
Enciende en mí tus cuatro números constelados.

miércoles, 20 de julio de 2016

HIMNO A LA AMISTAD (Musicalizacion del poema "Amistad" de Wally Fabre por Daniel Toro y El Chango Nieto).

Amigo del que tal, como te va,
que decís o como andás
son sólo conocidos...

Amigo es más profundo,
su alcance es infinito
comienza en este mundo,
culmina junto a Cristo....

Decir que uno es amigo encierra un compromiso
que la amistad lo hizo: Calor, Amor y Abrigo.
Calor que se mantenga,
Amor sincero y puro,
Abrigo en trances duros,
convenga o no convenga.

Amigo es cosa seria,
Amigo es gran prudencia,
Amigo es esa arteria que en el alma es vivencia.

Porque cuando en la calle se enlaza una amistad,
la mano es como un valle de la autenticidad.
Amigo se es en las Buenas y en las Malas,

UN AMIGO NUNCA ES PALA QUE A OTRO CAVE UNA CONDENA,
El ORO es siempre enemigo, ser popular es muy trampa,
más si en ello hay leal amigo, la Amistad es Fiel Alianza.

No traiciones ni mentiras, ni frías especulaciones.
La amistad crea dos dones, para esta y la otra vida.

Mirémonos de frente sin medir nuestras fuerzas,
dime como SIENTES y te diré como PIENSAS.
Y así unidos por la gracia de la AMISTAD SINCERA,
LOS DOS SIN DIPLOMACIAS SEREMOS CUANTO QUIERAS.

martes, 19 de julio de 2016

El Gaucho de José Luis Borges.

El Gaucho 
de José Luis Borges.

Hijo de algún confín de la llanura
Abierta, elemental, casi secreta,
Tiraba el firme lazo que sujeta
Al firme toro de cerviz oscura.

Se batió con el indio y con el godo,
Murió en reyertas de baraja y taba;
Dio su vida a la patria, que ignoraba,
Y así perdiendo, fue perdiendo todo.

Hoy es polvo de tiempo y de planeta;
Nombres no quedan, pero el nombre dura.
Fue tantos otros y hoy es una quieta
Pieza que mueve la literatura.

Fue el matrero, el sargento y la partida.
Fue el que cruzó la heroica cordillera.
Fue soldado de Urquiza o de Rivera,
Lo mismo da. Fue el que mató a Laprida.

Dios le quedaba lejos. Profesaron
La antigua fe del hierro y del coraje,
Que no consiente súplicas ni gaje.
Por esa fe murieron y mataron.

En los azares de la montonera
Murió por el color de una divisa;
Fue el que no pidió nada, ni siquiera
La gloria, que es estrépito y ceniza.

Fue el hombre gris que, oscuro en la pausada
Penumbra del galpón, sueña y matea,
Mientras en el oriente ya clarea
La luz de la desierta madrugada.

Nunca dijo: soy gaucho. Fue su suerte
No imaginar la suerte de los otros.
No menos ignorante que nosotros,
No menos solitario, entró en la muerte.

lunes, 18 de julio de 2016

Milonga de la taba de Alberto Buela.


La conocí en las canchas
entre lomo, hoyo y suerte
a veces corriendo fuerte
como buscando revancha.
Bien cuidada, medio ancha
de calce jamás lunanco
y sobre los siete trancos
de la cancha señalada, 
la he visto quedar clavada
como picar y hacer blanco.

Algunos la llaman hueso, 
otros taba, otros calzada
como bronce bien balanceada
o con acero no grueso, 
exacto no sé su peso
porque nunca la he pesado
aunque de chico he jugado
con ella hasta mi sudor, 
como lo hace un jugador
por el juego... dominado.

La historia cuenta que en Grecia
don Patroclo se cabreó
y Clitónimo mató
en una tabeada recia.
Desde entonces se desprecia
solo y triste en sus rediles
y al ser muerto en los desfiles
Patroclo que no era joya
sangró la ciudad de Troya
bajo la mano de Aquiles.

Por eso también se asoma
canosa como el Pampero
entre los versos de Homero
como si fuera una coma.
Después entre vivas y bromas
habra pasao para España
y amparada por las mañas
de algún busca que camina, 
apareció en la Argentina
radicada en las campañas.

La taba, digo la taba
lindo juguete de criollo
cuando se tira con rollo
como Quito la tiraba, 
bien arriba y esperaba
a que la suerte lo viera, 
mientras la gente de afuera
vociferaba contenta, 
-"Al tiro tengo cincuenta", 
otros...:-"yo voy a la espera".

Ansí la he visto clavada
de vuelta y media... bajita
como de dos serenita
sin torcerse en la picada.
La he visto girar templada
de dos y medio también
y aunque sé que no está bien
la he echao de roldanita
girando a la pobrecita
sin rumbo, pero por cien.

A no ser que esté cargada
como la han cargado a veces
los tramposos en sus destreces
pa'desplumar a la indiada.
Por ello hasta ha sido hachada
pa'descubrirle la carga
y entre salivas amargas
se ha comprobado sin bambolas
que el diablo mete la cola
pa'ser la infamia más larga.

En yerras y señaladas
en cumpleaños y carreras, 
entre la gente campera
siempre ha sido respetada.
Más de uno ha quedao sin nada
por rejugarse a la suerte
por eso en ella se advierte
mirando sus travesías
ramilletes de alegrías
como de cruces y muertes.

Tal vez por eso un día
se organizó en Atalaya
una partida de taba
para salvar una vida.
Pero yo sé de partidas
que han organizado los pillos
donde se advierte en sencillo
rastros de muchos timberos
de comisarios coimeros, 
de granujas y caudillos.

Yo también desde gurí
la practiqué con la luna
cuando la clavaba, ahijuna, 
tiro a tiro por allí.
Anduve algún tiempo así
bien entrenao con la taba
y cuando el hueso pisaba
solía acompañarme Juan, 
otro ejemplar de Satán
que todito se jugaba.


Entre los juegos preferidos por el gaucho, se encontraban: las carreras “cuadreras”, las bochas, el truco y “la taba”.
El juego de la taba en sud-américa tenía un radio de acción abarcaba  a toda la República Argentina, partes de Chile y Bolivia, la campaña paraguaya, el sur de Brasil y toda la República Oriental del Uruguay.
El juego de la taba fue introducido por los españoles en toda  nuestra América y es muy popular en zonas rurales y ganaderas.
El juego de las tabas, juego de la taba es el nombre que reciben distintos juegos infantiles y de azar consistentes en el lanzamiento de unos huesos (o tabas) a modo de dados.
Dice Revisionistas:
"Se juega sobre un terreno liso que separa dos canchas bien marcadas, una a seis metros de la otra, y aproximadamente dos metros de ancho.  El espacio entre las dos canchas es un rectángulo llamado “adentro”.  La cancha es de tierra apisonada regada o humedecida con la suficiente antelación como para que permita la “clavada”.

Según Buela, “la clavada” es el tiro máximo de la tabeada, que consiste en hacer que la taba caiga en la cancha contraria y quede firmemente adherida al suelo merced al “hacha” o filo con la “suerte” hacia arriba.

Las reglas

1) El jugador que lanza la taba debe hacerlo desde los límites de su cancha, sin pisar la línea.

2) Si la taba cae “adentro” el tiro queda anulado.

3) Las apuestas (si las hubiere), deben concluir antes del lanzamiento y dejarse en lugar neutral.

4) El jugador que “pisa la taba” y es echado en el primer tiro, tiene opción a seguir jugando.

5) Si la taba cae “suerte” gana el que lanzó y sigue jugando.  Si cae “culo” pierde y debe dejar paso a otro jugador.

Seguramente habrá quien después de leer éstas líneas, decida buscar en su vitrina aquella vieja taba que estaba de adorno y rumbiando pa’l patio, se hará unos tiritos, en nombre de nuestra tradición gaucha.

Denominación de la taba en los distintos países

Argentina: taba
Bolivia: taba
Chile: taba, cachnin (mapudungún)
Perú: taba
Uruguay: taba
Venezuela, La güesa o huesa.

Australia: jacks-knucles
Emiratos Arabes Unidos: al saqla
España: taba, carnicol, verdugo, ossets, els ossets (Cataluña), todos, (Cataluña) todols (Cataluña), una variante callosets (los huesos del cordero y una pelota de goma), los huesos (Alfarrás, Lleida.), otra variante, tabas salvadas (Pamplona)
Francia: osselet
Holanda; bikkelen
Indonesia: kulit k`rang
Japón: otedama (con saquitos de arroz)
Kenia: jackstones (con nueces)
Malasia: main seremban (con conchas)
Marruecos: seba tizra (con piedrecitas)
República Sudafricana: diketo
Ruanda: matha kisana
Trinidad y Tobago: trier".

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