martes, 30 de abril de 2019

Coplas por la muerte de su padre (fragmento) de Jorge Manrique.

Las Coplas por la muerte de su padre, también citadas como Coplas a la muerte del maestre don Rodrigo o, simplemente, Las coplas de Jorge Manrique, son una elegía escrita por Jorge Manrique en la muerte de su padre, el maestre de Santiago Rodrigo Manrique. Escritas, al menos una parte, con posterioridad al 11 de noviembre de 1476, fecha de la muerte de Rodrigo Manrique, constituye una de las obras capitales de la literatura española.

XIV

Estos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya pasadas,
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas.
Así que no hay cosa fuerte,
que a Papas y Emperadores
y Prelados,
así los trata la Muerte
como a los pobres pastores
de ganados.

              
XV

Dejemos a los troyanos,
que sus males no los vimos,
ni sus glorias;
dejemos a los romanos,
aunque oímos y leímos
sus historias;
no curemos de saber
lo de aquel siglo pasado,
qué fue de ello;
vengamos a lo de ayer,
que también es olvidado
como aquello.

XVI
¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los infantes de Aragón
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué fue de tanta invención
como trujeron?
Las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras,
y cimeras,
¿fueron sino devaneos?
¿Qué fueron sino verduras
de las eras?


XVII
¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?
¿Qué se hicieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel danzar,
aquellas ropas chapadas
que traían?

XVIII
Pues el otro, su heredero,
don Enrique, ¡qué poderes
alcanzaba!
¡Cuán blando, cuán halaguero
el mundo con sus placeres
se le daba!
Mas verás cuán enemigo,
cuán contrario, cuán cruel
se le mostró,
habiéndole sido amigo,
¡cuán poco duró con él
lo que le dio!

XIX
Las dádivas desmedidas,
los edificios reales
llenos de oro,
las vajillas tan fabridas,
los enriques y reales
del tesoro,
los jaeces y caballos
de su gente, y atavíos
tan sobrados,
¿dónde iremos a buscallos?
¿qué fueron sino rocíos
de los prados?

XX
Pues su hermano, el inocente
que en su vida sucesor
se llamó,
¡qué corte tan excelente
tuvo y cuánto gran señor
que le siguió!
Mas como fuese mortal,
metiólo la muerte luego
en su fragua,
¡oh juicio divinal!
Cuando más ardía el fuego,
echaste agua.

XXI
Pues aquel gran Condestable
Maestre que conocimos,
tan privado,
no cumple que dél se hable,
sino sólo que lo vimos
degollado.
Sus infinitos tesoros,
sus villas y sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?
¿que fueron sino pesares
al dejar?



.
XXII
Pues los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados
como reyes,
que a los grandes y medianos
trajeron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
que tan alta fue subida
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad,
que cuando más encendida
fue matada?

XXIII
Tantos duques excelentes,
tantos marqueses y condes,
y barones,
como vimos tan potentes,
di, Muerte, ¿dó los escondes
y traspones?
Y las sus claras hazañas
que hicieron en las guerras
y en las paces,
cuando tú, cruda, te ensañas,
con tu fuerza las atierras
y deshaces.

XXIV
Las huestes innumerables,
los pendones y estandartes,
y banderas,
los castillos impugnables,
los muros y baluartes
y barreras,
la cava honda chapada,
o cualquier otro reparo,
¿qué aprovecha?
cuando tú vienes airada
todo lo pasas de claro
con tu flecha.

viernes, 26 de abril de 2019

“Let It Be” canta Sandro.




“Let It Be” Versión en idioma inglés.

When I find myself in times of trouble
Mother Mary comes to me
Speaking words of wisdom, let it be.
And in my hour of darkness
She is standing right in front of me
Speaking words of wisdom, let it be.
Let it be, let it be.
Whisper words of wisdom, let it be.

And when the broken hearted people
Living in the world agree,
There will be an answer, let it be.
For though they may be parted there is
Still a chance that they will see
There will be an answer, let it be.
Let it be, let it be. Yeah
There will be an answer, let it be.

And when the night is cloudy,
There is still a light that shines on me,
Shine on until tomorrow, let it be.
I wake up to the sound of music
Mother Mary comes to me
Speaking words of wisdom, let it be.
Let it be, let it be.
There will be an answer, let it be.
Let it be, let it be,
Whisper words of wisdom, let it be.
Fue compuesta por Paul McCartney (aunque en los créditos viene firmada como Lennon/McCartney).

“Let It Be” Versión en idioma castellano.

Cuando tengo momentos de angustia
La madre Mary se acerca a mí
Diciendo sabias palabras
Déjalo estar

Y en mis horas de oscuridad
Ella se queda delante de mí
Diciendo sabias palabras
Déjalo estar
Déjalo estar, déjalo estar
Déjalo estar, déjalo estar
Susurrando sabias palabras
Déjalo estar

Y cuando los desconsolados
Que viven en el mundo se pongan de acuerdo
Habrá una respuesta
Déjalo estar
Porque aunque vivan separados
Todavía hay una posibilidad de que puedan ver
Habrá una respuesta
Déjalo estar
Déjalo estar, déjalo estar
Déjalo estar, déjalo estar
Susurrando sabias palabras
Déjalo estar
Déjalo estar, déjalo estar
Déjalo estar, déjalo estar
Susurrando sabias palabras
Déjalo estar

Y cuando la noche está nublada
Todavía hay una luz que brilla sobre mí
Que brilla hasta mañana
Déjalo estar
Me despierto al sonido de la música
La madre María se acerca a mí
Diciendo sabias palabras
Déjalo estar
Déjalo estar, déjalo estar
Déjalo estar, déjalo estar
Habrá una respuesta
Déjalo estar
Déjalo estar, déjalo estar
Déjalo estar, déjalo estar
Susurrando sabias palabras
Déjalo estar.

martes, 23 de abril de 2019

El día que me quieras tendrá más luz que junio... de AMADO NERVO.


El día que me quieras 
tendrá más luz que junio...
de AMADO NERVO.

El día que me quieras tendrá más luz que junio;
la noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.

Las fuentes cristalinas
irán por las laderas
saltando cristalinas
el día que me quieras.

El día que me quieras, los sotos escondidos
resonarán arpegios nunca jamás oídos.
Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras.

Cogidas de la mano cual rubias hermanitas,
luciendo golas cándidas, irán las margaritas
por montes y praderas,
delante de tus pasos, el día que me quieras...
Y si deshojas una, te dirá su inocente
postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente!

Al reventar el alba del día que me quieras,
tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras,
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos,
florecerán las místicas corolas de los lotos.

El día que me quieras será cada celaje
ala maravillosa; cada arrebol, miraje
de "Las Mil y una Noches"; cada brisa un cantar,
cada árbol una lira, cada monte un altar.

El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.

Jorge Negrete interpreta el poema de Amado Nervo y música de Manuel Esperón que sirvió como base de la letra del popular "El día que me quieras" de Alfredo Le Pera.





EL DÍA QUE ME QUIERAS (Canción, 1.935)
de Alfredo Le Pera en la letra y música de Carlos Gardel.

Acaricia mi ensueño
el suave murmullo de tu suspirar,
¡como ríe la vida
si tus ojos negros me quieren mirar!
Y si es mío el amparo
de tu risa leve que es como un cantar,
ella aquieta mi herida,
¡todo, todo se olvida..!

El día que me quieras
la rosa que engalana
se vestirá de fiesta
con su mejor color.
Al viento las campanas
dirán que ya eres mía
y locas las fontanas
me contarán tu amor.
La noche que me quieras
desde el azul del cielo,
las estrellas celosas
nos mirarán pasar
y un rayo misterioso
hará nido en tu pelo,
luciérnaga curiosa
que verá…¡que eres mi consuelo..!

Recitado:
El día que me quieras
no habrá más que armonías,
será clara la aurora
y alegre el manantial.
Traerá quieta la brisa
rumor de melodías
y nos darán las fuentes
su canto de cristal.
El día que me quieras
endulzará sus cuerdas
el pájaro cantor,
florecerá la vida,
no existirá el dolor…

La noche que me quieras
desde el azul del cielo,
las estrellas celosas
nos mirarán pasar
y un rayo misterioso
hará nido en tu pelo,
luciérnaga curiosa
que verá… ¡que eres mi consuelo!


El día que me quieras es una famosa canción originada en Nueva York con música compuesta por Carlos Gardel y letra de Alfredo Le Pera con arreglos musicales de Terig Tucci, grabada por primera vez el 19 de marzo de 1934 bajo el sello RCA Victor, en disco single de shellac a 78 RPM en el lado A, como tema de la película homónima, dirigida por John Reinhardt bajo el sello Paramount.
La letra de Alfredo Le Pera es una paráfrasis del poema homónimo de Amado Nervo, incluido en su libro póstumo, "El arquero divino" (1919).

El día que me quieras 
Amado Nervo.

El día que me quieras tendrá más luz que junio;
la noche que me quieras será de plenilunio
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo

Las fuentes cristalinas
Irán por las laderatando cantarinas
El día que me quieras.

Si bien la letra está basada en un poema de Amado Nervo, Lepera la modificó.
“Fue el catalán José Plaja —profesor de inglés del cantor y uno de los tres sobrevivientes del accidente de Medellín— el que precisó el caso al referirse a las letras de Le Pera: «La de “El día que me quieras” no fue suya. Eso se arregló con la familia de Amado Nervo, que dio la autorización para que se hiciera una canción con ella.»
Al margen del permiso de los sucesores de Nervo, ningún lector de poesía ignora que El día que me quieras es una recreación del poema homónimo del bardo azteca, incluido en El arquero divino (1915)” Cita pertenece a “El día que me quieras - “El día que me quieras” y sus grabaciones” de Roberto Selles – sitio web: http://www.todotango.com/

Los derechos de autor de la canción 
EL DÍA QUE ME QUIERAS.
Carlos Gardel y Alfredo Le Pera fallecieron juntos en el famoso accidente de avión del 24 de junio de 1935 en Medellín, Colombia. De acuerdo con la ley argentina (artículo 5 de la Ley 11.723) las obras artísticas colectivas quedaban en el dominio público el 1 de enero del año siguiente, una vez cumplidos 30 años después de haberse producido la muerte de todos los autores. Una Ley posterior extendió el plazo por veinte años más por lo que el heredero universal de Carlos Gardel terminó de cobrar los derechos recién en el 2005: se trataba de Ramón Ortega, "Palito" a quien le fueran obsequiados por el compatriota del cantor, su amigo Irineo Leguisamo, quien la recibiera de los también uruguayos Francisco Canaro y José Razzano (quienes se la habían sacado a Defino, albacea de Gardel, quien se había atribuido la administración de los bienes y derechos sucesorios del cantor, representando a su madre.

"El día que me quieras” un clásico yá de Alfredo Le Pera y  de Carlos Gardel en 2013 formó parte del Salón de la Fama del Grammy, junto a otros hits y álbumes de artistas como Billy Joel, Frank Sinatra, Paul McCartney o Whitney Houston, según anunció la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación.

domingo, 21 de abril de 2019

OVILLEJOS de Miguel de Cervantes y Saavedra.

¿Quién menoscaba mis bienes? 

    ¡Desdenes! 
Y ¿quién aumenta mis duelos? 
    ¡Los celos! 
Y ¿quién prueba mi paciencia? 
    ¡Ausencia!

De este modo en mi dolencia 
ningún remedio se alcanza, 
pues me matan la esperanza, 
desdenes, celos y ausencia.

¿Quién me causa este dolor? 

    ¡Amor! 
Y ¿quién mi gloria repuna? 
    ¡Fortuna! 
Y ¿quién consiente mi duelo? 
    ¡El cielo!

De este modo yo recelo 
morir deste mal extraño, 
pues se aúnan en mi daño 
amor, fortuna y el cielo.

¿Quién mejorará mi suerte? 

    ¡La muerte! 
Y el bien de amor, ¿quién le alcanza? 
    ¡Mudanza! 
Y sus males, ¿quién los cura? 
    ¡Locura!

Dese modo no es cordura 
querer curar la pasión, 
cuando los remedios son 
muerte, mudanza y locura.

Bate, Fama veloz, las prestas alas...

Bate, Fama veloz, las prestas alas,
rompe del norte las cerradas nieblas,
aligera los pies, llega y destruye
el confuso rumor de nuevas malas
y con tu luz desparce las tinieblas
del crédito español, que de ti huye;
esta preñez concluye
en un parto dichoso que nos muestre
un fin alegre de la ilustre empresa,
cuyo fin nos suspende, alivia y pesa,
ya en contienda naval, ya en la terrestre,
hasta que, con tus ojos y tus lenguas,
diciendo ajenas menguas,
de los hijos de España el valor cantes,
con que admires al cielo, al suelo espantes.

Di con firme verdad, firme y sigura:
¿hizo el que pudo la victoria vuestra?
¿Sentenciado ha su causa el Padre eterno?
¿Bañada queda en roja sangre y pura
la católica espada y fuerte diestra?
En fin, de aquel que asiste a su gobierno,
¿poblado ha el hondo infierno
de nuevas almas, y de cuerpos lleno
el mar, que a los despojos y banderas
de las naciones pertinaces, fieras,
apenas dio lugar su inmenso seno,
del pirata mayor del occidente
ya inclinada la frente,
y puesto al cuello altivo y indomable
del vencimiento el yugo miserable?

Di (que al fin lo dirás): «allí volaron
por el aire los cuerpos, impelidos
de las fogosas máquinas de guerra;
aquí las aguas su color cambiaron,
y la sangre de pechos atrevidos
humedecieron la contraria tierra»;
cómo huye, o si afierra,
este y aquel navío; en cuántos modos
se aparecen las sombras de la muerte;
cómo juega Fortuna con la suerte,
no mostrándose igual ni firme a todos,
hasta que, por mil varios embarazos,
los españoles brazos,
rompiendo por el aire, tierra y fuego,
declararon por suyo el mortal juego.

Píntanos ya un diluvio con razones,
causado de un conflicto temeroso
y que le pinta la contraria parte:
mil cuerpos sobreaguados y en montones
confusos, otros naden cobdiciosos
d'entretener la vida en cualquier parte;
al descuido, y con arte,
pinta rotas entenas, jarcias rotas,
quillas sentidas, tablas desclavadas,
y, de impaciencia y de rigor armadas,
las dos (y no en valor) iguales flotas.
Exprime los gemidos excesivos
de aquellos semivivos
que, ardiendo, al agua fría se arrojaban
y, en la muerte del fuego, muerte hallaban.

Después d'esto dirás: «en espaciosas,
concertadas hileras va marchando
nuestro cristiano ejército invencible,
las cruzadas banderas victoriosas
al aire con donaire tremolando,
haciendo vista fiera y apacible.
Forma aquel son horrible
que el cóncavo metal despide y forma,
y aquel del atambor que engendra y cría
en el cobarde pecho valentía
y el temor natural trueca y reforma»;
haz los reflejos y vislumbres bellas
que, cual claras estrellas,
en las lucidas armas el sol hace
cuando mirar este escuadrón le place.

Esto dicho, revuelve presurosa
y en los oídos de los dos prudentes
famosos generales luego envía
una voz que les diga la gloriosa
estirpe de sus claros ascendientes,
cifra de más que humana valentía:
al que las naves guía
muéstrale sobre un muro un caballero,
más que de yerro, de valor armado,
y entre la turba mora un niño atado,
cual entre hambrientos lobos un cordero,
y al segundo Abrahán que dé la daga
con que el bárbaro haga
el sacrificio horrendo que en el suelo
le dio fama y imortal gloria en el cielo;

dirás al otro, que en sus venas tiene
la sangre de Austria, que con esto sólo
le dirás cien mil hechos señalados
que, en cuanto el ancho mar cerca y contiene,
y en lo que mira el uno y otro polo,
fueron por sus mayores acabados.
Éstos ansí informados,
entra en el escuadrón de nuestra gente
y allá verás, mirando a todas partes,
mil Cides, mil Roldanes y mil Martes,
valiente aquél, aquéste más valiente;
a estos solos les dirás que miren
para que luego aspiren
a concluir la más dudosa hazaña:
«Hijos, mirad que es vuestra madre España!,

la cual, desde que al viento y mar os distes,
cual viuda llora vuestra ausencia larga,
contrita, humilde, tierna, mansa y justa,
los ojos bajos, húmidos y tristes,
cubierto el cuerpo de una tosca sarga,
que de sus galas poco o nada gusta
hasta ver en la injusta
cerviz inglesa puesto el suave yugo
y sus puertas abrir, de herror cargadas,
con las romanas llaves dedicadas
[a] abrir el cielo como al cielo plugo.
Justa es la empresa, y vuestro brazo fuerte;
aun de la misma muerte
quitara la vitoria de la mano,
cuanto más del vicioso luterano».

Muéstrales, si es posible, un verdadero
retrato del católico monarca,
y verán de David la voz y el pecho,
las rodillas por el suelo y un cor[dero]
mirando, a quien encierra y guarda un arca,
mejor que aquélla quisier[a haber hecho],
puestos de trecho a trecho
doce descalzos ángeles mortales
en quien tanta virtud el cielo encierra
que con humilde voz desde la tierra
pasan del mismo cielo los umbrales.
Con tal cordero, tal monarca y luego
de tales doce el ruego,
diles que está siguro el triunfo y gloria,
y que ya España canta la victoria.

Canción, si vas despacio do te envío,
en todo el cielo fío
que has de cambiar por nuevas de alegría
el nombre de canción y profecía.



A Dulcinea del Toboso.
¡Oh, quién tuviera, hermosa Dulcinea,
por más comodidad y más reposo,
y trocara sus Londres con tu aldea!
a Miraflores puesto en el Toboso,
alma y cuerpo adornara, y del famoso
¡Oh, quién de tus deseos y librea caballero que hiciste venturoso
del señor Amadís como tú hiciste
mirara alguna desigual pelea! ¡Oh, quién tan castamente se escapara
y fuera alegre el tiempo que fue triste,
del comedido hidalgo don Quijote! Que así envidiada fuera, y no envidiara,
y gozara los gustos sin escotes.

sábado, 20 de abril de 2019

Más yo que yo mismo DE AMADO NERVO.

Más yo que yo mismo .

DE AMADO NERVO.

¡Oh, vida mía, vida mía!,
agonicé con tu agonía
y con tu muerte me morí.
¡De tal manera te quería,
que estar sin ti es estar sin mí!

Faro de mi devoción,
perenne cual mi aflicción
es tu memoria bendita.
¡Dulce y santa lamparita
dentro de mi corazón!

Luz que alumbra mi pesar
desde que tú te partiste
y hasta el fin lo ha de alumbrar,
que si me dejaste triste,
triste me habrás de encontrar.

Y al abatir mi cabeza,
ya para siempre jamás,
el mal que a minarme empieza,
pienso que por mi tristeza
tú me reconocerás.

Merced al noble fulgor
del recuerdo, mi dolor
será espejo en que has de verte,
y así vencerá a la muerte
la claridad del amor.

No habrá ni coche ni abismo
que enflaquezca mi heroísmo
de buscarte sin cesar.
Si eras más que yo mismo,
¿cómo no te he de encontrar?

¡Oh, vida mía, vida mía,
agonicé con tu agonía
y con tu muerte me morí!
De tal manera te quería,
que estar sin ti es estar sin mí.

viernes, 19 de abril de 2019

MI VIEJO DE PIERO.

MI VIEJO DE PIERO.
Es un buen tipo mi viejo
que anda solo y esperando,
tiene la tristeza larga,
de tanto venir andando.
Yo lo miro desde lejos,
pero somos tan distintos;
es que creció con el siglo,
con tranvía y vino tinto.

Viejo, mi querido viejo,
ahora ya camina lerdo,
como perdonando al viento.
Yo soy tu sangre, mi viejo;
soy tu silencio y tu tiempo.

Él tiene los ojos buenos
y una figura pesada,
la edad se le vino encima,
sin carnaval ni comparsa.
Yo tengo los años nuevos
y el hombre, los años viejos;
el dolor lo lleva adentro
y tiene historia sin tiempo.

Viejo, mi querido viejo,
ahora ya camina lerdo,
como perdonando al viento.
Yo soy tu sangre, mi viejo;
soy tu silencio y tu tiempo.
Yo soy tu sangre, mi viejo;
yo soy tu silencio y tu tiempo.

Mi viejo o también llamado "Mi querido viejo" es una canción del cantautor italoargentino Piero lanzado en su álbum debut que lleva el mismo nombre. Fue editado bajo el sello CBS en el año 1969.

BREVE BIOGRAFÍA DE PIERO:
Piero De Benedictis nació en Gallipoli, provincia de Lecce, Puglia, el 19 de abril de 1945, llegó a Argentina 3 años después y junto a su familia se radicó en Banfield hasta 1951 cuando su familia se mudó a Allen (provincia de Río Negro) donde cursó su primaria y se inició en la música con "Los Ángeles de Perego", una orquesta de la Ciudad rionegrina de Cipolletti.
Durante su juventud asistió a dos seminarios católico, el de Viedma (provincia de Río Negro) y el de Villa Devoto. La influencia de sacerdotes comprometidos con las causas sociales, algunos de ellos seguidores de las ideas del religioso, paleontólogo y filósofo francés Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955), marcaría tanto su desarrollo humano como su trayectoria musical. A fines del '63 a la edad de 18 años abandona la carrera de seminarista.
Su consagración fue con el tema “Mi viejo”, comenzando una colaboración con el poeta José Tcherkaski, que se sostuvo durante más de tres décadas.
Sobre esta memorable canción que se la escucha  por el día del Padre siempre y que es un clásico de Piero cuenta Piero que , con la tinta aún fresca sobre el papel, fue hasta la casa paterna con su guitarra a la espalda, y, haciendo sentar a su padre frente a él, le empezó a cantar la letra de “Mi Viejo”:  "Es un buen tipo mi viejo, que anda solo y esperando".
Al terminar la canción, padre e hijo, con lágrimas en los ojos llenos de emoción, estuvieron unos minutos en silencio hasta que don Pascual de Benedictis se levantó de su asiento y con todo el cariño del mundo le soltó aquello de: "Ma, quién camina lento… la puta que te parió". Una “tanada” típica.
Piero tenía 24 años, y su padre no había llegado a los cincuenta. Eso explica su rotunda respuesta.
Debutó en televisión en 1964, cantando canciones melódicas italianas como "Alla cara, cara nonna" y "Giovanne, Giovanne". En 1969 ganó el Tercer Festival de la Canción con el tema "Como somos". Poco a poco fue variando el estilo musical, hasta consagrarse como uno de los líderes de "la canción política de protesta". En 1976 se exilió primero en Panamá y luego en Italia y España. En 1981 se organizó "La Gran Vuelta de Piero", en el Microestadio de Atlanta, donde también se registró un disco doble en vivo: "Calor humano".
En 1982: llenó dos Obras, participó del Festival B.A.Rock y realizó siete espectáculos colmados en el teatro Opera. Sus canciones con el tiempo se se acercan a temas vínculados al "paisaje interior" y la ecología. Su gran tema es "Mi viejo".
En 1995 realiza un disco doble a favor de los derechos del niño; todas las ganancias fueron donadas a UNICEF. Participaron David Gilmour (Pink Floyd), Annie Lennox, Joaquín Sabina, León Gieco, Jairo, Juan Carlos Baglietto, Miguel Cantilo y Diego Maradona.
Compra luego un campito en Los Cardales y crea la Fundación Buenas Ondas, la que sostiene emprendimientos directamente relacionados con la niñez y especialmente la Ecogranja Educativa. Por este proyecto, se aleja de los escenarios durante 12 años y vive en Colombia.
En 1998 fue nombrado Secretario de Cultura de la Provincia de Buenos Aires.

Ya en el año 2000  retoma su oficio de cantautor. En abril de 2001 edita el disco “Canciones blindadas”, una recopilación de temas conocidos en nuevas versiones y temas nuevos.

martes, 16 de abril de 2019

En paz de Amado Nervo.

EN PAZ DE AMADO NERVO.

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

domingo, 14 de abril de 2019

Luces y sombras de Ana Emilia Giovanini.


Luces y sombras
de Ana Emilia Giovanini.

Hubo un tiempo de confesiones
a la luz de la vela,
donde el tema éramos nosotros
y los otros cercanos.
Noche de turnos
en el HOGAR de la Escuela.
Inviernos o veranos
la cuestión fue escucharnos.
Y al amparo
de esas luces y sombras
crecieron amistades
que aún estrechan sus manos.
Yo bendigo las horas
a la luz de las velas
porque hicieron mi alma
Más humana y serena.

Ana Emilia Giovanini, poeta reginense. 
Del libro “Agua detrás de la piedra”.

Publicado en Diario “Río Negro”, sábado 13 de abril de 2019, Edición Nro. 25.403, contratapa página 40.

viernes, 12 de abril de 2019

Laberinto de fortuna (fragmento) de Juan de Mena.


Laberinto de fortuna (fragmento).


" Al muy prepotente don Juan el segundo, 
aquel con quien Júpiter tuvo tal zelo 
que tanta de parte le fizo del mundo 
quanta a sí mesmo se fizo del çielo, 
al gran rey de España, al Çésar novelo; 
al que con Fortuna es bien fortunado, 
aquel en quien caben virtud e reinado; 
a él, la rodilla fincada por suelo. 

Tus casos falaçes, Fortuna, cantamos, 
estados de gentes que giras e trocas, 
tus grandes discordias, tus firmezas pocas, 
y los que en tu rueda quexosos fallamos; 
fasta que al tempo de agora vengamos 
de fechos pasados cobdiçia mi pluma 
y de los presentes fazer breve suma: 
y dé fin Apolo, pues nos començamos. 

Tú, Calïope, me sey favorable, 
dándome alas de don virtuoso; 
por que discurra por donde non oso, 
convida mi lengua con algo que fable; 
levante la Fama su boz inefable, 
por que los fechos que son al presente 
vayan de gente sabidos en gente; 
olvido non prive lo que es memorable. 

Como no creo que fuessen menores 
que los de Africano los fechos del Çid, 
nin que feroçes menos en la lid 
entrasen los nuestros que los agenores, 
las grandes façañas de nuestros señores, 
la mucha constançia de quien los más ama 
yaze en teniebras, dormida su fama, 
dañada de olvido por falta de auctores. 

La grant Babilonia, que ovo çercado 
la madre de Nino de tierra cozida, 
si ya por el suelo nos es destruida, 
¡quánto más presto lo mal fabricado! 
E si los muros que Febo a travado 
argólica fuerça pudo subverter, 
¿qué fábrica pueden mis manos fazer 
que no faga curso segunt lo passado? 

Ya, pues, desrama de tus nuevas fuentes 
en mí tu subsidio, inmortal Apolo; 
aspira en mi boca por que pueda sólo 
virtudes e viçios narrar de potentes. 
A estos mis dichos mostradvos presentes, 
o fijas de Tespis, con vuestro thesoro, 
y con armonía de aquel dulçe choro 
suplid cobdçiando mis inconvenientes. 

Dame liçençia, mudable Fortuna, 
por tal que blasme de ti como devo: 
lo que a los sabios non deve ser nuevo 
innoto a persona podrá ser alguna; 
pues que tu fecho así contrapugna, 
faz a tus casos como se concorden, 
ca todas las cosas regidas por orden 
son amigables de forma más una. 

La orden del cielo exemplo te sea: 
guarda la mucha constançia del Norte; 
mira el Trión, que ha por deporte 
ser inconstante, que siempre rodea; 
e las siete Pleyas que Atlas otea, 
que juntas parescen en muy chica suma, 
siempre se asconden venida la bruma; 
cada qual guarde qualquier ley que sea. "


Juan de Mena (Córdoba, 1411 - Torrelaguna (Madrid), 1456) fue un poeta español perteneciente a la escuela alegórico-dantesca del prerrenacimiento castellano y conocido sobre todo por su obra Laberinto de Fortuna.