domingo, 29 de marzo de 2020

Zamba de Lozano (Zamba) Letra: Manuel Castilla. Música: Gustavo Leguizamón.

Zamba de Lozano (Zamba)
Letra: Manuel Castilla. Música: Gustavo Leguizamón.
Cielo arriba de Jujuy
Camino a la puna me voy a cantar
Flores de los tolares
Bailan las cholitas el carnaval

En los ojos de las llamas
Se mira solita la luna de sal
Y están los remolinos
En los arenales dele bailar

Ramito de albahaca
Niña Yolanda dónde estará
atrás se quedo alumbrando
Su claridad
Flores de los tolares
Bailan las cholitas el carnaval

Jujeñita quién te vio
En la puna triste te vuelve a querer
Mi pena se va al aire
Y en el aire llora su padecer

Me voy yendo, volveré
Los tolares solos se han vuelto a quedar
Se quemará en tus ojos
Zamba enamorada del carnaval

Ramito de albahaca
Niña Yolanda dónde estará
atrás se quedo alumbrando
Su claridad
Vuelvo a las abajeñas
Ya mi caballito no puede más.

Algunas palabras mencionadas en esta "Zamba de Lozano" significado: Tolar: (americanismo) de tola o arbusto que crece en las laderas de los Andes; chola: es la mujer indígena o mestiza.Chola nombre genérico de las mujeres mestizas en varios países como Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, México, Costa Rica y Colombia; dele: (argentinismo) del; jujeña: mujer natural de Jujuy provincia de la Argentina; abajeño: (americanismo) se dice al que pertenece a las tierras de abajo o del sur. Que es originario de costas, valles o tierras bajas.

Autores de esta Zamba: Manuel José Castilla - Gustavo Leguizamón.

Yolanda Pérez de Carenzo fue una pianista, compositora y poetisa argentina. Nacida en San Salvador de Jujuy, provincia de Jujuy, Argentina un 16 de febrero de 1902. Fallece en Mendoza,  Argentina el 20 de noviembre de 1968 hay sitios de internet que mencionan la provincia de Córdoba. 
La “Niña Yolanda”, como se la conoció entre sus vecinos y amigos, era hija del dos veces Gobernador de la provincia de Jujuy, don Pedro José Pérez.
Pedro José Pérez fue un militar y político argentino que ejerció como Gobernador de la Provincia de Jujuy entre 1913 y 1916, siendo el primer gobernador de la Unión Cívica Radical en su provincia. Se había afiliado a la Unión Cívica Radical desde la Revolución del Parque. Fue nuevamente gobernador entre 1927 y su fallecimiento, ocurrido en 1929.
Su madre fue María Teresa Torres Portillo, una boliviana descendiente de los virreyes de Perú.
Dio muestras de su talento interpretativo en los ciclos de conciertos por Radio Municipal de Buenos Aires en 1936, o en los teatros de Salta, Tucumán, San Juan y Mendoza.
Yolanda Carenzo solía organizar en su casa la misma en la que se gestó el Éxodo Jujeño  que fue la retirada hacia Tucumán el Ejército del Norte, comandado por el general Manuel Belgrano, y la población de San Salvador de Jujuy  que abandonó completamente la ciudad y sus campos  como respuesta estratégica ante el avance del Ejército Realista proveniente desde el Alto Perú un 23 de agosto de 1812 se lo recuerda y en esa casa fue la firma de la paz de la Guerra del Chaco, ya fuera en Yala, en una antigua mansión colonial, o bien en Mendoza, veladas artísticas con sus amigos, algunos afamados artistas como la poetisa chilena Gabriela Mistral, Carlos Guastavino, Andrés Chazarreta, Jorge Calvetti, Jaime Torres, Domingo Cura, Eduardo Falú, el Cuchi Leguizamón, Manuel Castilla, Ariel Ramírez, el poeta chileno Pablo Neruda, Jaime Dávalos, entre otros. El Cuchi Leguizamón y Manuel Castilla le dedicaron en su 50º cumpleaños la “Zamba de Lozano”.
Era la gran anfitriona de las fiestas veraniegas de su finca de Lozano. Fue una de las primeras mujeres que manejó un automóvil y fumó cigarrillos públicamente en su provincia. Amaba desde siempre la música folclórica argentina, pero también a Beethoven, Chopin y Paderewski y su piano fue un regalo de Alberto Williams.
Trabó amistad con artistas del folclore o de la música clásica, que eran bien venidos a estas veladas: Mercedes Sosa, Conrado Nalé Roxlo, Julio de Caro, el pianista de jazz Enrique Villegas, Agustín Lara, Pedro Vargas, o bien Alberto Williams, Claudio Arrau, Jorge Cafrune, los Quilla Huasi, Witold Malcuzinski, Narciso Yepes o Flora Nudelman, Trío Los Panchos, Pedro Vargas.
Atahualpa Yupanqui permaneció escondido en su casa cuando sufrió persecución por el peronismo en los años 50.

”Ramito de albahaca, Niña Yolanda ¿dónde andará? Atrás se quedó alumbrando, su claridad...”

sábado, 28 de marzo de 2020

Balderrama (Zamba). Letra de Manuel J. Castilla. Música: “Cuchi” Leguizamón.


Balderrama (Zamba)
Letra de Manuel J. Castilla.
Música: “Cuchi” Leguizamón.  

A orillitas del canal,
cuando llega la mañana,
sale cantando la noche
desde lo de Balderrama,

Adentro puro temblar
el bombo con la baguala
y se alborota quemando,
dele chispear la guitarra.

Si uno se pone a cantar
un cochero lo acompaña
y en cada vaso de vino
tiembla el lucero del alba.

Zamba del amanecer,
arrullo de Balderrama,
canta por la medianoche,
llora por la madrugada.

Lucero solito,
brote del alba,
dónde iremos a parar
si se apaga Balderrama.

A mediados del siglo pasado, Antonio Balderrama y Remigia Zurita tenían una picantería donde se podían degustar los mejores platos regionales. El local era uno de los preferidos por los artistas salteños.
En el año 1954, sus hijos Daría, Celestino y Juan, decidieron independizarse y fundaron el famoso boliche que se encuentra desde siempre en el mismo lugar.
Desde la fundación del “Boliche Balderrama”, ubicado en la intersección de Esteco y San Martín, por ese templo del folclore pasaron innumerables artistas.
El autor de la letra de la zleguiamba Balderrama fue el poeta Manuel J. Castilla y la música es de Gustavo "Cuchi" Leguizamón,  que Mercedes Sosa hizo conocer en el mundo.
En su 50 aniversario, en 2003, la peña fue declarada sitio de "Interés Turístico" por el Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte de la Nación  Argentina, y el Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta lo declaró "interés arquitectónico, histórico y cultural".
Juan Balderrama el dueño del "Boliche Balderrama" falleció en el 2013.

jueves, 26 de marzo de 2020

POEMAS DE OLGA OROZCO.



Yo, Olga Orozco, desde tu corazón digo a todos que muero.
Amé la soledad, la heroica perduración de toda fe,
el ocio donde crecen animales extraños y plantas fabulosas,
la sombra de un gran tiempo que pasó entre misterios y entre alucinaciones,
y también el pequeño temblor de las bujías en el anochecer.
Mi historia está en mis manos y en las manos con que otros las tatuaron.
De mi estadía quedan las magias y los ritos,
Unas fechas gastadas por el soplo de un despiadado amor,
La humareda distante de la casa donde nunca estuvimos,
Y unos gestos dispersos entre los gestos de otros que no me conocieron.
Lo demás aún se cumple en el olvido,
Aún labra la desdicha en el rostro de aquella que se buscaba en mí
igual que en un espejo de sonrientes praderas,
y a la que tú verás extrañamente ajena:
mi propia aparecida condenada a mi forma de este mundo.

Ella hubiera querido guardarme en el desdén o en el orgullo,
en un último instante fulmíneo como un rayo,
no en el tumulto incierto donde alzo todavía la voz ronca y llorada
entre los remolinos de tu corazón.
No. Esta muerte no tiene descanso ni grandeza.
No puedo estar mirándola por primera vez durante tanto tiempo.
Pero debo seguir muriendo hasta tu muerte
porque soy tu testigo ante una ley más honda y más oscura
que los cambiantes sueños, allá, donde escribimos la sentencia:
"Ellos han muerto ya.
Se habían elegido por castigo y perdón, por cielo y por infierno.
Son ahora una mancha de humedad en las paredes del primer aposento".

En el final era el verbo.

Como si fueran sombras de sombras que se alejan las palabras,
humaredas errantes exhaladas por la boca del viento,
así se me dispersan, se me pierden de vista contra las puertas del silencio.
Son menos que las últimas borras de un color, que un suspiro en la hierba;
fantasmas que ni siquiera se asemejan al reflejo que fueron.
Entonces ¿no habrá nada que se mantenga en su lugar,
nada que se confunda con su nombre desde la piel hasta los huesos?
Y yo que me cobijaba en las palabras como en los pliegues de la revelación
o que fundaba mundos de visiones sin fondo
para sustituir los jardines del edén sobre las piedras del vocablo.
¿Y no he intentado acaso pronunciar hacia atrás todos los alfabetos de la muerte?
¿No era ese tu triunfo en las tinieblas, poesía?
Cada palabra a imagen de otra luz, a semejanza de otro abismo,
cada una con su cortejo de constelaciones, con su nido de víboras,
pero dispuesta a tejer ya destejer desde su propio costado el universo
y a prescindir de mí hasta el último nudo.
Extensiones sin límites plegadas bajo el signo de un ala,
urdimbres como andrajos para dejar pasar el soplo alucinante de los dioses,
reversos donde el misterio se desnuda,
donde arroja uno a uno los sucesivos velos, los sucesivos nombres,
sin alcanzar jamás el corazón cerrado de la rosa.
Yo velaba incrustada en el ardiente hielo, en la hoguera escarchada,
traduciendo relámpagos, desenhebrando dinastías de voces,
bajo un código tan indescifrable como el de las estrellas o el de las hormigas.
Miraba las palabras al trasluz.
Veía desfilar sus oscuras progenies hasta el final del verbo.
Quería descubrir a Dios por transparencia.

Para este día.

Reconozco esta hora.
Es esa que solía llegar enmascarada entre los pliegues de otras horas;
la que de pronto comenzaba a surgir como un oscuro arcángel detrás de la neblina
haciendo retroceder mis bosques encantados,
mis rituales de amor, mi fiesta en la indolencia,
con sólo trazar un signo en el silencio,
con sólo cortar el aire con su mano.
Esa, la de mirada como un vuelo de cuervo y pasos fantasmales,
que venía de lejos con su manto de viaje y las mejillas escarchadas,
y se iba bajando la cabeza, de nuevo hasta tan lejos
que yo buscaba en vano la huella del carruaje en el pasado.
Hora desencarnada,
color de amnesia como dibujada en el vacío del azogue,
igual que una traslúcida figura enviada desde un retablo del olvido.
¿Y era su propio heraldo,
el fondo que se asoma hasta la superficie de la copa,
la anunciación de dar a luz las sombras?
No supe descifrar su profecía,
ese susurro de aguas estancadas que destilan a veces los crepúsculos,
ni logré comprender el torbellino de plumas grises con que me aspiraba
desde un claro de ayer hasta un vago anfiteatro iluminado por lluvias y por lunas,
allá, entre los ventisqueros del irreconocible porvenir;
aquí, donde ahora se instala, maciza como el demonio del advenimiento,
en su sitial de honor en medio de la asamblea de otras horas, pálidas, transparentes,
y me dice que mis bosques son luces extinguidas y aves embalsamadas,
que mi amor era erróneo, como un espejo que se contempla en otro espejo,
que mi fiesta es un cielo replegado en el sudario de mis muertos.
Y se queda esta vez, sin bajar la cabeza.

Olga Orozco nace hace cien años en Toay, a unos diez kilómetros de Santa Rosa, provincia de La Pampa cuando todavía era Gobernación.  
Su nombre completo fue Olga Nilda Gugliotta Orozco. Era la hija menor del siciliano Carmelo Gugliotta y la argentina Cecilia Orozco. Eligió identificarse con el apellido de su madre Orozco.
Poetisa argentina nacida un 17 de marzo de 1920 hace unos 100 años.
Su infancia transcurrió en Ciudad de Bahía Blanca hasta los dieciséis años, cuando se trasladó con sus padres a Buenos Aires donde inició su carrera literaria.
Desde temprano, Olga Orozco se interesó por la poesía y estudió literatura en la Universidad de Buenos Aires. Fue maestra, periodista y, además, autora de los horóscopos en la revista Claudia y en el diario Clarín (1968 y 1974). Firmaba con el seudónimo “Canopus” el horóscopo dominical en el diario Clarín.
Desde sus primeros pasos como poeta, se vinculó con Oliverio Girondo y Norah Lange, y fue la única mujer que participó en el grupo de poetas que se aglutinaron en torno a la revista “Canto”.
Decía acerca de la poesía: “La poesía acompaña a la gente, les ayuda a compartir sus extrañamientos, a sentir que no están solos para mirar el fondo de los abismos que se nos presentan a cada rato y los acompaña en sus interrogantes, en sus inquietudes extremas, en el enigma que todos llevamos con nosotros por el sólo hecho de estar vivos y no saber quiénes somos. Además la poesía ayuda a no dormirse del lado más cómodo”.
Recibió el Primer Premio Municipal de Poesía (1963), el Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes (1980), el Premio Nacional de Poesía (1988) y el Premio Juan Rulfo (1998), entre otros.
En los Últimos poemas (2009), el libro que había dejado listo poco antes de morir, en 1999.
Su obra ha sido traducida a varios idiomas.
Olga Orozco fallece, a los 79 años, el 15 de agosto de 1999.

OBRAS.
Desde lejos (1946), Las muertes (1952), Los juegos peligrosos (1962), La oscuridad es otro sol (1967), Museo salvaje (1974), Veintinueve poemas (1975), Cantos a Berenice (1977), Mutaciones de la realidad (1979), La noche a la deriva (1984), Páginas de Olga Orozco (1984) (antología con prólogo de Cristina Piña), En el revés del cielo (1987), Con esta boca en este mundo (1994), También la luz es un abismo (1995), Relámpagos de lo invisible (1998) (Antología), Eclipses y fulgores (1998) (Antología), Últimos poemas (2009), El jardín posible (2009) (antología con prólogo de Marisa Negri), Poesía completa (2012) (Adriana Hidalgo Editora), Yo Claudia (antología de su obra periodística a cargo de Marisa Negri) (2012) (Ediciones en Danza), Cantos a Berenice, ilustrado por Martino (2015) (Ediciones en Danza). Fuente de información: Wikipedia.

Desde 1994 funciona en Toay (provincia de La Pampa)  la Casa Museo Olga Orozco, en la que se realizan actividades culturales en torno a la obra de la poeta y en la que se puede consultar su biblioteca.
Foto: Diario "Clarín".

domingo, 22 de marzo de 2020

Zamba de mi pago (Hermanos Ábalos).



Zamba de mi pago  
(Hermanos Ábalos).
Un violín gemidor
junto a un bombo legüero
y un viejo arpero
nostalgias me traen de ‘ande soy.

Viendo estoy zarandear
a mis guapas paisanas
y en sus miradas
mensajes secretos de alcanzar.

Y andaré y andaré
donde quiera que sea iré
pero a mi pago (Santiago)
tan solo muriendo olvidaré.

En mi andar de cantor
serenatas al alba
dentro de mi alma
reviven del pago de ‘ande soy.

Piquillín y chañar
monte de algarrobales
verdes tunales
y un canto en la noche he de extrañar.

viernes, 20 de marzo de 2020

Solo (Tango) / Vuelvo al Sur (Tango).

Solo
(Tango)
Letra y música
de Fernando Solanas.
Canta: Roberto Goyeneche.

Solo y al costado,
como un cero solo,
al que marginaron
y resiste solo.
Lejos y perdido,
como un perro lejos,
voy contra el olvido
rastreando mis huesos.


Solo y sin un mango,
como en un suicidio,
solo tengo un tango
pa'contar mi exilio.
Lejos de mi vida,
sin tener un puerto,
ando a la deriva
y me dan por muerto.


Solo y perseguido,
en mi Buenos Aires,
ando sin sentido
como un tiro al aire.
Lejos todo extraño
y me siento poco
y si no me engaño
yo me vuelvo loco
Solo y escondido,
con toda la historia,
que nos han prohibido
y está en mi memoria.
Solo es el exilio,
como un cero solo,
tiempo de delirio
que lo borra todo.


Solo como un cero solo,
solo resistiendo solo
lejos como un perro lejos
lejos rastreando mis huesos
solo como en un suicidio
solo pa'contar mi exilio.



Cuelgo el corazón en el ropero
mi pobre corazón lleno de agujeros
lejos como están los viejos
lejos de cualquier espejo,
solo como un cero solo
solo resistiendo solo.


VUELVO AL SUR
(Tango)
Letra de Fernando "Pino" Solanas.
Música de Astor Piazzolla
Canta: Roberto Goyeneche.

Vuelvo al Sur,
como se vuelve siempre al amor,
vuelvo a vos,
con mi deseo, con mi temor.

Llevo el Sur,
como un destino del corazón,
soy del Sur,
como los aires del bandoneón.

Sueño el Sur,
inmensa luna, cielo al reves,
busco el Sur,
el tiempo abierto, y su después.

Quiero al Sur,
su buena gente, su dignidad,
siento el Sur,
como tu cuerpo en la intimidad.

Te quiero Sur,
Sur, te quiero.

Vuelvo al Sur,
como se vuelve siempre al amor,
vuelvo a vos,
con mi deseo, con mi temor.

Quiero al Sur,
su buena gente, su dignidad,
siento el Sur,
como tu cuerpo en la intimidad.
Vuelvo al Sur,
llevo el Sur,
te quiero Sur,
te quiero Sur...


Estas interpretaciones de estos tangos forman parte de la película "Sur"una película argentina-francesa dramática de 1988 escrita y dirigida por Fernando "Pino" Solanas y protagonizada por Susú Pecoraro, Miguel Ángel Solá, Lito Cruz, Philippe Léotard y Ulises Dumont. 
En el momento de su estreno obtuvo varios galardones internacionales, entre los que se cuenta el Premio del Festival de Cannes al mejor director. 
El argumento de la película transcurre en la Argentina de 1983, el fin de la dictadura cívico-militar del mal llamado “Proceso de Reorganización Nacional”. El protagonista Floreal sale, por fin, de la cárcel. Durante cinco años su mujer ha esperado su regreso; pero, durante todo ese tiempo, la pareja, como el país, ha cambiado. Sin embargo, los dos desean fervientemente recuperar la esperanza y la libertad.

La yapa.

Milonga del tartamudo.

Letra de Fernando "Pino" Solanas y música de Don Alfredo Zitarrosa.

Milonga del tartamudo que siempre dijo que no,
yo soy pobre y no me vendo, y nadie me atropelló.
Por cierto que era su orgullo ser de abajo y no ceder,
cuando todos los de arriba lo quisieron corromper.
En el mercado del hombre, si no es bueno el rendimiento,
se empieza con los despidos y acaba en el vaciamiento.
Echegoyen echó fama en la gran ocupación,
cuando un juez y un coronel le exigieron rendición.
Dele? dele? dele? delegado no? no se deje chi... chicanear,
si la gente está a su lado tiene todo por ganar.
En medio de su discurso, el tarta tartamudeó,
y entre risas y cargadas, la gente le canturreó:
mi? mi? mi... milonga ta? ta? tartamudeada, milonga para olvidar,
cuando calla el tartamudo, seguro que va a pelear.
Milonga del delegado que andaba por Mataderos,
entre playas y corrales, sirviendo a los compañeros.
El gremio lo acompañó de Liniers a Puerto Piojo,
vecinos, pibes y viejos enfrentando el desalojo.
En el negocio de carnes primera es la del novillo,
la del hombre vale apenas pa l rebenque o el cuchillo.
Mi? mi? mi? milonga del tartamudo que siempre dijo que no,
sigo pobre y no me vendo, ¡la puta que los parió!
Las vacas que se escaparon de los palos y los dueños,
aún andan por las barriadas, vagando como en un sueño.

Fernando "Pino" Solanas compuso el tema "Milonga del tartamudo", que es interpretado en la película "Sur" por Alfredo Zitarrosa.

miércoles, 18 de marzo de 2020

EL VIENTO DE CARLOS BASABE.

EL VIENTO.
Ha llegado desde el sur, sabe Dios quien lo ha traido
pero arriba despacito, y se agranda en un instante
levantando polvaredas, de una tierra ya gastada
corpúsculas salitreras, de un bardal agonizante
Se quedará algunos días, como visita molesta
"el viento" no tiene paz, cuando llega acalorado
se introduce en las rendijas, sin pedir permiso a nadie
hasta en los ojos molesta, por no decir otro lado
En épocas de desmonte, cuando gringos de la Italia
enrasaron el terruño, con rastrones, pico y pala
"el viento" fué el enemigo, permanente de esa tierra
que las lágrimas secó, después de tanto sudarla
Yo lo viví media vida, por eso puedo contarlo
los vientos de cualquier sitio, son muy poco valorados
cuando la fruta está en yemas, y hay que tratar de salvarla
viento, granizo y heladas, están de más en mis pagos
Lo mismo el viento del norte, que trastorna la cabeza
con su machacón silbido del jariyal arrancado
es molestia permanente que pasa besando el valle
y se aleja disfrutando de su linaje anticuado
Cuando vuelvo cada tanto, para recordar recuerdos
me encuentro con ese viento que parece que me espera
le hago un guiño complaciente, para ver si me recuerda
mientras pregunto agobiado, ¿otra vez bailamos cueca?
LOS VIENTOS PERMANENTES EN LA PATAGONIA SON MOLESTOS Y PERJUDICAN LAS FLORACIONES O ECHAN AL SUELO LAS FRUTAS. ¡NO SON SANTOS DE MI DEVOCIÓN!


ALMENDROS DE MALLORCA.
Hace poquitos días, el paisaje era yermo
los campos desvestidos, anunciaban invierno
pero un sol de justicia, que duró una semana
aceleró los brotes dormidos del almendro


Reventaron las yemas y las hojas dormidas
alfombraron las ramas, fecundas del olvido
y una mañana tibia, despertaron las flores
renovando el paisaje, del campo adormecido
Ramilletes de flores, de un blanco inmaculado
que pronto se transforman en frutos del almendro
terminará en las mesas humildes del labriego
regresando en enero, o a comienzos de invierno
Me encanta contemplar, la "Sierra Tramuntana"
"Manacor", "San Llorenc", "Marratxi", "Son Servera"
atesoran mis ojos, los paisajes Isleños
quedarán para siempre, cautivos del recuerdo

lunes, 16 de marzo de 2020

LA VIDA VALE LA PENA de Sergio Denis.




LA VIDA VALE LA PENA.

No hay mal que dure cien años
ni cuerpo que lo resista...
tampoco las cosas buenas
nos duran toda la vida...
y siempre que llueve para
y siempre se hace de día,
y se hace de día...

La vida que Dios me ha dado
es lo más grande que tengo;
por ella sigo soñando,
por ella sigo sintiendo...

Y todo vale la pena
se aprende a vivir viviendo,
que sólo se aprende
a vivir, viviendo...

Que el cielo no está tan lejos
si lo buscamos aquí...

Que la vida vale la pena,
vale la pena, vale la pena...
que a pesar de todos los males
la vida es buena, la vida es buena...

Que la vida vale la pena,
vale la pena, vale la pena...
que a pesar de todos los males
la vida es buena...

Los caminos de este mundo
son tantos como queremos...

A veces lo que elegimos
es más de lo que podemos
y aunque nos equivoquemos
vale la pena intentarlo
porque no hay camino
si no lo buscamos...
si no cómo sabe uno
a dónde puede llegar...

Que la vida vale la pena,
vale la pena, vale la pena...
que a pesar de todos los males
la vida es buena, la vida es buena...

Que la vida vale la pena,
vale la pena, vale la pena...
que a pesar de todos los males
la vida es buena...

Sergio Denis nació el 16 de marzo de 1949 en Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires, Argentina. Su verdadero nombre es: Héctor Omar Hoffman Fenzel. 
Descendiente de alemanes del Volga y españoles, comenzó a cantar de muy pequeño en fiestas de la escuela y reuniones familiares.
En 1969 se radicó en la ciudad de Buenos Aires e ingresó al conjunto Los Bambis, con el que grabó por primera vez para un sello discográfico: CBS. El disco se llamó Los Bambis también cantan.  Los productores de CBS vieron su potencial y grabó como solista los temas  "Fui un soñador" y "Te llamo para despedirme", escrito y producido por recordado Francis Smith.
Este disco comenzó a difundirse en el mes de diciembre, y el 1º de enero de 1970 hizo su primera actuación en televisión, en el programa "Casino Philips", conducido por Andrés Percivale y emitido por Canal 13. Durante ese mes fue contratado por el mismo canal para el famoso ciclo "Sábados Circulares", de “Pipo” Mancera.
En 1972 debido al éxito del disco “Me enamoré sin darme cuenta”, protagoniza la película del mismo nombre junto a Alicia Bruzzo, Luis Brandoni y la dirección de Fernando Siro.
El intérprete de grandes clásicos como "Te quiero tanto", "Gigante, chiquito", el tema "Vive" (canción que se convierte en la canción elegida por la gente y es utilizada en actos religiosos por todo el mundo),  "Yo nunca supe más de ti", “Madre”, “Señora libertad”, “Conclusiones”, “Un poco loco”, “Como estás querida”, “Por la simpleza de mi gente”, “Fuimos igual que los demás”, “La vida es hoy”, “El sueño grande”que interpreta  junto al Cuarteto Zupay en 1982, “Te quiero Argentina”, “Dame Luz”, “Solo sabe Dios”, ”Los domingos”, “La vida vale la pena”, entre otros.
El 6 de junio de 2017, Sergio Denis recibe el premio Gardel al Mejor Álbum Artista Romántico Melódico. El 30 de mayo de 2018, Sergio Denis recibe de la mano del Presidente de CAPIF el premio Gardel a la Trayectoria. Momento emotivo lo cual es merecedor de tan distinguida estatuilla por su destacada carrera discográfica.
El 11 de marzo de 2019 se encontraba dando un show en el Teatro Mercedes Sosa de San Miguel de Tucumán, cuando sufrió un terrible accidente: mientras cantaba, curiosamente, "Te Llamo Para Despedirme", cayó desde 3 metros de altura en una fosa mal señalizada delante del escenario. Sergio se golpeó la cabeza sufriendo un traumatismo cráneo-encefálico, y llegó inconsciente al Hospital Padilla.
A medida que la recuperación avanzó, Sergio Denis fue trasladado por avión sanitario al Sanatorio de los Arcos sito en CABA, el 13 de abril. Allí fue operado dos veces, y luego pasó a la clínica de rehabilitación Integral ALCLA, mismo centro en el que estuvo internado Gustavo Cerati. En este último nosocomio continúa con un estado estable, pero frágil y vulnerable.

domingo, 15 de marzo de 2020

PIDO LA PAZ Y LA PALABRA de BLAS OTERO.

Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»
etcétera.
Digo
«del hombre y su justicia»,
«océano pacífico»,
lo que me dejan.

                                  Pido
la paz y la palabra.

* Blas de Otero Muñoz (Bilbao, 15 de marzo de 1916 – Majadahonda, Madrid, 29 de junio de 1979) fue uno de los principales representantes de la poesía social y la poesía intimista de los años cincuenta en España.

viernes, 13 de marzo de 2020

El celular. Poema de Ernesto Cardenal.

El celular.

Hablas en tu celular
y hablas y hablas
y ríes en tu celular
sin saber cómo se hizo
y menos cómo funciona
pero qué importa eso
            lo grave es que no sabes
            como yo tampoco sabía
            que muchos mueren en el Congo
                    miles y miles
                    por ese celular
                    mueren en el Congo
en sus montañas hay coltán
                    (además de oro y diamantes)
usado para los condensadores
de los teléfonos celulares
                    por el control de los minerales
                    corporaciones multinacionales
                    hacen esa guerra inacabable
                    5 millones de muertos en 15 años
y no quieren que se sepa
                           país de inmensa riqueza
                           con población pobrísima
80% de las reservas mundiales
del coltán están en el Congo
yace el coltán desde hace años
tres mil millones de años
            Nokia, Motorola, Compak, Sony
                    compran el coltán
            también el Pentágono y también
            la corporación del New York Times
y no quieren que se sepa
ni quieren que se pare la guerra
para seguir agarrando el coltán
niños de 7 a 10 años extraen el coltán
                    porque sus pequeños cuerpos
                    caben en los pequeños huecos
            por 25 centavos al día
y mueren montones de niños
por el polvo del coltán
o martillando la piedra
que les cae encima
                    también The New Yor Times
             que no quiere que se sepa
             y así es que no se sabe
             ese crimen organizado
             de multinacionales
                    la Biblia identifica
                    justicia y verdad
y el amor y la verdad
la importancia pues de la verdad
            que nos hará libres
también la verdad del coltán
coltán dentro de tu celular
en el que hablas y hablas
                    y ríes en tu celular.

martes, 10 de marzo de 2020

"Esta canción" de Silvio Rodríguez. Canta: Alfredo Zitarrosa.

"Esta canción" de Silvio Rodríguez. Canta: Alfredo Zitarrosa.

Me he dado cuenta de que miento.
Siempre he mentido,
siempre he mentido.

He escrito tanta inútil cosa,
sin descubrirme,
sin dar conmigo.

No amar en seco, con tanto dolor,
es quizás la última verdad
que queda en mi interior,
bajo mi corazón.

No sé si fue que malgasté mi fe
en amores sin porvenir,
que no me queda ya
ni un grano de sentir.

Yo sé que a nadie le interesa
lo de otra gente con sus tristezas.

Esta canción es más que una canción,
y un pretexto para sufrir.
Y más que mi vivir,
y más que mi sentir.

Esta canción es la necesidad
de agarrarme a la tierra al fin,
de que te veas en mí,
de que me vea en ti.

Yo sé que hay gente que me quiere.
Yo sé que hay gente que no me quiere.

Editado en el album "Melodía Larga" de 1984. Compuesto por Silvio Rodríguez, interpretado por Alfredo Zitarrosa.

Alfredo Zitarrosa  nacido en Montevideo (Uruguay) el  10 de marzo de 1936, era hijo natural de Jesusa Blanca Nieve Iribarne quien a los  19 años en el Hospital Pereira Rossell, de Montevideo, parió a quien sería anotado como Alfredo Iribarne.
Luego su madre lo entrega para su "crianza" al matrimonio compuesto por Carlos Durán y Doraisella Carbajal pasando a llamarse Alfredo "Pocho" Durán.
Regresó con su familia adoptiva por breve tiempo a Montevideo, para luego, al comienzo de su adolescencia, pasar a vivir con su madre biológica y el esposo de esta, el argentino Alfredo Nicolás Zitarrosa, quien a la postre le daría su apellido”.
Alfredo Zitarosa es uno de los grandes del canto de la Patria Grande, diría de “LOS ESENCIALES”,  siempre se peinaba hacia atrás con brillantina, usaba trajes cruzados, camisa blanca y corbata oscura con gestos severos con respeto gigante al público de que escuchaba y seguía. Cuando le preguntaron cómo podía ser que el tema  "Vea patrón" lo escuchaba el trabajador rural, el obrero y el hacendado mientras recorría sus campos y propiedades y dijo: “Lo mío es arte” y tenía razón era arte y respeto al oyente y pensar que no se toleraba escucharse y en su casa le decía a su mujer e hijas que no pongan a Zitarrosa.
Falleció a los 53 años en la madrugada del martes 17 de enero de 1.989, a causa de una peritonitis derivada de un infarto mesentérico.

“Hago falta.  Yo siento que la vida se agita nerviosa si no comparezco,  si no estoy. Siento que hay un sitio para mí en la fila,  que se ve ese vacío, que hay una respiración que falta,  que defraudo una espera...”  (Alfredo Zitarrosa).