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domingo, 20 de octubre de 2024

Aluminé Historia y leyendas.

 


Historia.
Fue fundada el 20 de octubre de 1915 por el Decreto Provincial 664, en el cual se la designaba cabecera departamental. Esta fecha es tomada como el día del aniversario de la localidad.

Las primeras autoridades se asentaron en lo que hoy es el paraje Casa de Piedra, en ese entonces llamado Rucachoroy, a solo 4 kilómetros de la actual ciudad de Aluminé.
El Juzgado de Paz y el Registro Civil funcionaron allí desde 1905 hasta 1914 y la policía desde 1906 hasta 1916; posteriormente se trasladaron. En 1926 se creó la primera Comisión de Fomento.
En relación a los primeros pobladores, podemos rescatar que en 1904 Cristian Jourbet se instala con su familia cerca del paraje Maipen, donde luego vivió uno de sus hijos.
Entre muchos otros pioneros, vale la pena destacar a don Juan Benigar, nacido en Croacia el 23 de diciembre de 1883. Llegado a la Argentina en 1908, en 1910 se casa con una nativa pampeana emparentada con la dinastía Catriel, doña Eufemia Sheypuquin Barraza, de cuyo matrimonio nacen 6 hijos varones y 5 mujeres, cuyos hijos, nietos y bisnietos vivieron en la localidad.
En 1925 decide cambiar su lugar de residencia por invitación del escritor Felix de San Martín y se establece en el paraje Quila Chanquil.
Tras la muerte de su esposa, debe abandonar este lugar y se traslada a Pulmarí por poco tiempo. Como destino definitivo quedó el paraje Poi Pucón (a 5 kilómetros de Aluminé). Hoy en ese lugar vive su hijo mayor, don Ñancu Benigar.
Es claro, entonces, que no hay un fundador en particular, pero el asentamiento de estos hombres y muchos otros tan importantes por su labor como los citados hicieron que con su permanencia y trabajo junto a sus familias llevaran adelante el crecimiento firme y constante de Aluminé.

Leyendas.
Pehuen.
Entre los árboles que traen fruta, el buen Dios creó para beneficio de la gente: la araucaria, o como dicen los indios, el pehuén, cuyas cápsulas de semillas con forma de bola o cabeza no consideraban al principio un alimento.
Los mapuches veneraban la araucaria y la consideraban un árbol sagrado, a su sombra rezaban, le brindaban ofrendas de carne y sangre y humo, salpicándolas con mushai, la chicha dulce o fermentada, lo adornaban con regalos y le hablaban como si fuera una persona y hasta se confesaban con él.
Las sabrosas pepitas dulces del pehuén quedaban inutilizadas, quizás porque no tenían buen sabor cuando estaban crudas y ellos no sabían prepararlas: de modo que las dejaban tiradas en el suelo, considerándolas venenosas.
Y ocurrió que el reino de los mapuches pasó por un período de gran hambruna, tanto que muerieron muchos araucanos. Los que morían antes que nadie eran los niños y los ancianos.
Entonces, los viejos de las tribus mandaron a la gente joven en busca de comestibles de distintas clases y a distintas partes: bulbos de lirio y otras flores y plantas, bayas, hierbas y granos de cereales silvestres, raíces amarillas dulces y, naturalmente, también carne de animales salvajes. Pero.... ¿dónde estaba todo aquello, dónde se escondía?
Casi todos los mozalbetes mapuches volvieron hambrientos sin haber hallado cosas comestibles. Dios, el Grande del cielo, no quiso seguir oyendo el clamor: el Chau no escuchaba las plegarias, se fingía sordo.... Y su gente se moría.... Sólo uno de los emisarios consiguió algo.
Cuando éste volvía, lo interpeló durante el trayecto un anciano desconocido, ansioso de saber qué buscaba en las montañas en gran parte pobres, arenosas y áridas. El joven le confió su pena y la de sus hermanos hambrientos de la tribu y el viejo replicó, con extrañeza:
-¿No son suficientemente buenos para ustedes los piñones ?
Caen de los árboles harto maduros ya basta una de sus cápsulas para nutrir a toda una familia.... Pero hay que hervirlos hasta que se ablanden, hervirlos con mucha agua o tostarlos sobre el fuego. Y hay que enterrarlos en el invierno para preservarlos de la helada.
Después de estos buenos consejos, el viejo de la larga barba desapareció de improviso.
El joven araucano se llenó el manto de las cápsulas de semillas más grandes que encontró y se las llevó al más anciano de la tribu, junto con el mensaje que le había dado el hombre de la larga barba.
El anciano y el joven llamaron a toda la gente de la tribu y se habló de lo convenido. Entonces, los más prudentes dijeron:
-Ese sólo puede ser nuestro Chau, nuestro padre que bajó para nosotros a la tierra a fin de salvarnos. Seguiremos sus indicaciones, no desdeñaremos el regalo que nos permite comer, no obstante ser un alimento que proviene del sagrado árbol que sólo a El pertenece.
De inmediato, hirvieron aquellas alargadas frutas en agua buena y otros las tostaron sobre el fuego. Fue un gran festín.
Desde entonces ya no padecieron escasez, porque los innumerables árboles existentes alrededor del volcán Lanín y sobre él les ofrecieron muchos regalos de esa clase. De esa época datan las fiestas populares, consistentes en un viaje anual de los indios con sus familias a las montañas y regiones de las araucarias a fin de juntar los víveres preciosos para el invierno, katangos y piñones de un color oro oscuro.
Los guardan bajo tierra, donde se conservan durante todo el verano frescos y dulces, siendo muchas veces el único alimento de los indígenas.
Fabrican también la embriagadora bebida llamada chahui ( o chawü), hecha con los mejores nguilliu, nombre que les dan a los piñones.
Pero poco después de la época a que nos referimos, el Dios de los araucanos no bajó ya a la tierra y algunos de nuestros antepasados afirmaron que lo capturaron y mataron los blancos cuando quiso visitar por última vez a sus dilectos hijos araucanos.
De todos modos los antiguos, cuando rezaban al salir el sol, como lo hacemos hoy todavía muchos de nosotros, sobre todo los más ancianos y los que viven solitarios en lugares poco poblados, tenían y tienen siempre en la mano, en la mano limpia y aseada y bien abierta, una ramita o fruta del pehuén, y dicen:
-Dado por Ti para no dejarnos morir de hambre.
¨A Ti debemos nuestra vida y te rogamos, a ti, el Grande, a Ti nuestro padre, que no dejes morir a los pehuenes.
¨Deben propagarse como se propagan nuestros descendientes, cuya vida te pertenece, como te pertenecen los árboles sagrados ¨.
Así saben rezar los ré che, los araucanos de sangre pura a su Dios y Dueño del mundo.

Afpin: el narrador ha terminado.
Pehuén: pino patagónico, araucaria imbricata. Fruta: los piñones. Se le considera árbol sagrado y recibe ofrendas.
Muschay o muday: bebida alcohólica, hecha de diferentes clases de cereales o de patatas mezcladas con granos. Maíz preferido.
Chau: padre, también Apu.
* Del Libro ¨Cuentan los Araucanos¨Bertha Koessler-Ilg, Edit. Nuevo Extremo.

Rogativa al Pehuén Mapu Cushe.
Recopilado por Gregorio Alvarez, 1981.
De Cuentan los mapuches, Cesar A. Fernandez.

Espíritu de la tierra del pehuén:
Estás viéndome en tu pensamiento,
Y en el semblante de tu ser
Sólo buen sentimiento se ve;
Dame un lindo arrebol,
Gran espíritu que en el cielo estás:
Y que tu pensamiento también
Siempre el bien en mi cabeza
Y me haga sentir esto pronto ...

Cuentos.

Cuento Damasio Caitrú

Su autobiografía grabada por Jorge Prelorán en 1966.

Recopilado por  Don Gregorio Álvarez, 1983.

Dice Caitrú que su mamita, la Juana Vera, que en mapuche se llamaba Incao, le contó que había nacido en Azul. Que era una chica que ya sabía andar a caballo. Cuando la gente aborigen de la zona supo que los "huincas" estaban tomando cautivos a todos los jefes o caciques, de entre éstos uno llamado Queupu hombre "petisito" que usaba grandes aros, encabezó gente y huyeron del Azul. Llegaron el río Colorado, lo "bandearon" (vadearon) a este lado y vivieron aquí, 4 ó 5 años. Pero los huincas vinieron avanzando hasta donde está el pueblo de Las Lajas, aquí en Neuquen. De ese rincón.... los indígenas huyeron de nuevo hacia el sur, y pasando el río Covunco, llegaron al lago Aluminé que entonces lo llamaban Huenucó (agua del cielo). Por allí los huincas tomaron a un hermano del cacique Queupu y lo cautivaron conjuntamente con las mujeres, que andaban "piñoneando". De allí, llegaron hasta Trompul en donde la madre tenía un tío que era cacique en Chile, y tenía cuatro mujeres. Desde allí pegó la vuelta otra vez y llegó nuevamente a la frontera. Por ahí se enlazó el brazo derecho de mi madre con mi padre, Cecilio Caitrú, quien desde muchacho ya sabia andar a caballo, con "un conocimiento" nacido en Pilo Lil, acá, en la Argentina.

Cuando ya quedó en paz nuestra Argentina, esa gente volvió. Así fue la vida de mi madre y de mi padre.

Después que estuvieron varios años en Chile, cuidando su salud y su vida, como no eran chilenos, volvieron acá a Ruca Choroy. Y aquí están sepultados en este valle de Ruca Choroy.

De ahí, entonces, comenzaron a levantar, ahí fue que dejaron todas las riquezas mi abuelo Juan de Dios Vera, el padre de la mamita mía, porque salieron a enterrar la plata y ella se acuerda. La abuelita, la mamá de mi mamá, pegó la vuelta cuando ya quedaron en paz y no encontraron el entierro que está al lado de un molle. Grande. Había mucho herraje. Así acordaba mi mamaita. Entonces cayeron a Chile, pero ya personas grandes, y de allá volvieron para atrás otra vez y entonces se juntaron a la entrada, se matrimoniaron con mi padre Cecilio Caitruz, quien viajaba para abajo, para el lado de Bahía Blanca, Patagones. Ya sabía que por ahí ya esta bien mansita la gente. Ya no le hacían nada a la paisanada ni a la indiada tampoco. Ya estaban todos bien, trabajando. Después salieron y llegaron al Pulmarí y ahí vinieron a nacer todos los hermanos. Aquí en Pulmarí nació la finada Carmen, la Ceferina, la Isabel y la Mercedes, cuatro hermanas. La mamita nació aquí en Ruca Choroy, cerca del pueblo y yo nací ahí, poquito más allá de donde está el cacique Aigó. Y yo me junté con la señora, la primera mano que tuve, que se llamaba Juana Morales, el año 1929, el 2 de Setiembre, me junté con ella y viví encantado con ella y tuve cinco criaturas, todas niñas mujeres. Y en 1944, me dejó después de haber vivido tan bien con ella. He trabajado, he hecho empeño en tener un negocio aquí, en mi casa, y ella me ayudó mucho. Si, por poco que teníamos, habíamos trabajado muy bien, con mi finada mujer. Muy bien habíamos trabajado. Las criaturas, que eran cinco criaturas, cuando nos dejó, la última criaturita llamada Beatriz Aurora tenía tres años cumplidos y andaba pegando a los cuatro cuando quedé con la última criaturita. Ya estaba solo algo más de dos años, durmiendo solo.

Había una vecina, señora de un primo hermano, un tal Arsenio Añiuil, y estaba la señora muy grave; no sé de qué había fallecido y yo quedé de ir bien temprano, porque me había dormido, lo habían acompañado un par de noches a ese hombre, y quedé de ir bien temprano. Me quedé dormido porque no había dormido dos noches antes. Me soñé que me vino a despertar el lucero.

¡Pero quí bonita cara ! Y la vista bien levantada, verdadera una persona; pero relumbroso que me llegó a relumbrar en el sueño, ¿no ? En sueño parece que era verdad, que vino a invitar que nos vamos que ya está de día. ¡ Que vamos! Y me levanté, medio desesperado, medio asustado, al ver a esa persona, pero era el lucero, la estrella grande.... qué venía el día.

Me levanto y salgo puerta afuera. Más o menos como treinta centímetros o cuarenta centímetros afuera de la cordillera, estaba asomada la estrella grande. Por eso que hoy en día, como me invitó como compañero y tengo entendido que mi mamita, mi abuelita que era Luisa Henumán que se llamaba por parte de la mamá de mi papá, que el que sueña con la estrella, los indígenas, es una grande acción que le da y hay que nombrarlo cuando uno ruega..... Y yo para rogar en mi propia palabra, tengo que acordarlo....

Unelfe lo llamaban en mapuche, es el que trae toda la claridad al venir el día. Ahí he soñado muy bien en esa parte y voy con eso, y por eso digo yo, señora Marta, que no es buena, buena, buena acción que ha prestado nuestro Dios, porque no voy tan mal hasta acá. Es una buena señal soñar con la estrella y hay que creerlo y no hay que olvidar.

Después de ese entonces pasé, pasé y a los cuatro años junté con ella, la segunda mujer, llamada Isabel Peña. No había que hacerle, porque usted sabe, tenía mis criaturas, claro..... Las hijas cuando crecen, cuando ya son grandes, ya tienen que cambiar una idea, porque hay que respetarla, no como la señora, ¿ no es cierto? La señora y el marido siempre más amante. La hija cuando es criatura chica, entonces uno puede acariciarla todo lo que quiera, pero cuando ya es persona grande, ya se cambia un poco. Y en ese sentido y como indio.... y por el momento tengo cuatro, pero se me han muerto varios. Hemos tenido la mala suerte. Tenemos varios muertos, varones y mujercitas. ¡ Ah! , ese a última hora, el año, el año cincuenta y dos, vine a relacionarme y en el cincuenta y tres ya, entonces, los juntamos recién y la idea que yo lo pensaba.... la idea que le señalara nuestro Dios, digo yo, porque mi padre tuvo dos señoras. Y muchas veces como dice una cosa va ser por la herencia y digo yo hasta acá, tendrá que ser así ..... que una persona por ejemplo, agarra una señora, una niña o..... llega el asunto que sin pensar, muchas veces.... cuando ya está, recién piensa muchas cosas, pero gracias a Dios uno, digo yo, hasta acá que comer no me ha faltado, durante el tiempo que yo estoy viviendo, hasta hoy en día con la familia. Y ese agradecimiento que tengo por nuestro Dios, ahora si me faltaría, pasar una necesidad, claro que no tengo..... Soy pobre, pero.... qué comer, principalmente habiendo qué comer está todo bien. Yo estoy bien, contento, porque estoy lleno, con el estómago bien lleno y la mujer y los hijos todos están bien. ¿Y qué va a hacer ? Si lo da nuestro Dios tenemos que recibirlo y nos quiere lo mesmo, tengo dos, tenga cincuenta hijos, lo mesmo los quiere, por lo menos, mi idea es esa. Tengo muchos hijos pero lo mesmo los quiero, los estimo...... ¡ no sé !

De Cuentan los mapuches, Cesar A. Fernandez, Bibliot.de Cult. Arg.

Testimonio recogido en Moquehue, Neuquen.

Una vez me encontré con un anchimallén. Es una criatura chica que han comido los brujos. Arde por la boca y por los ojos. Va de saltito en saltito no más. No camina como la gente. Era de forma de una criatura, desnudo, de más o menos así (señaló con las manos una dimensión de más o menos 0,50 mts.)

Los anchimallén tienen la misma finalidad que el choñchoñ. Andan asustando a la gente. Es el mismo espíritu que el Kalku, más o menos, pero con distinta forma de salir. Sale con distintas formas para que sea menos notado por la gente, para que impresione más a la gente. Echa fuego por los ojos.

El wichalalwe anda a caballo. Ese es grande, de más o menos 2,50 m de alto. Es más alto que el caballo. No echa fuego por los ojos, es sólo sombra negra. Persigue mucho cuando le han hecho mal.

El kal´ku entrega su propio hijo para salvarse. La familia bruja va matando a su misma familia, para mantener al espíritu, para salvarse el brujo o si no el espíritu lo mata. El brujo siempre mata al pariente, nunca al extraño.

Al renü van para ser ricos, para ser domador, guitarrero. El diablo le enseña. El que abre la puerta del renües el wekufü, a todos los aborígenes que más o menos han sido brujos.

Al principio el que es kal´ku se enriquece, pero cuando muere el brujo empieza a venir la pobreza. Se le van muriendo los animales, el espíritu maligno se los come. En el renü los brujos juegan la familia – juegos parecidos al truco – porque al diablo le gustan todos los juegos.

El diablo vive de la absorción de la sangre. Cuando carnean un animal, quedan restos de sangre que cae, cuando es un animal chico (se refiere al que aún no ha alcanzado el estado adulto) le echa ceniza encima para que no se acerque el diablo.

Ha pasado un caso de un hombre en Pulmarí que iba por un sendero, a la media tarde, hacia el Picudo (un cerro) y de repente vio una polvareda de uno que venía cabalgando y cuando se enfrentaron era una piedra en forma de cristiano y un caballo, pero lo mismo que un cristiano parecía. Entonces le sacó la oreja del caballo y le goteó a la "piedra busto" , le dio sangre, porque esos quieren sangre no más , y se fueron no mas.

Colo-colo es un pájaro grande que grita de noche, impresiona a cualquiera. Todos se meten dentro de la casa. Dicen que lo tiene el kal´ku cuando está alojado en un campamento y si grita seguro que tiene que morir uno de antes del año.

Kill-kill también es brujo. No es igual que choñchoñ. Kil kill es sólo para asustar, es mandado por el brujo para escuchar y ver cómo anda. Está parado la noche entera gritando. Kill kill es un pájaro, no daña.

Choñchoñ puede ser hombre o mujer, desde los 20 años o poco antes. Puede matar o volver loco porque es perseguidor. Los indios ponen una cabeza de caballo sobre la casa. Es contra.

El cherufe es una bola de fuego con cola. Es el máximo del diablo. Tiene casi la forma de un helicóptero. Anuncia los años malos. Si va a haber mucha nieve. Tiene su estación para trasladarse. Por ejemplo, si lo hace de sur a norte, porque iba a ser nevador, malo. Y si lo hace de norte a sur iba a ser un buen invierno. No ataca. Lo tienen como anunciador y lo hace muy bien. 

Enero de 1973.-

Del libro "Tres entidades wekufü en la cultura mapuche" de Else María Waag, Eudeba.

Testimonio de R.C. Aluminé, Neuquen.

Cherufe. Ese que anda volando cuando.... cuando llevaba un pelotón de fuego. Cuando va, es algo así como un cerro que suena. Ese tiene una cola larga. Una cola bien larga, y llevaba un pelotón de fuego, así como cabeza de una persona. Entonces va, va derecho no más. Llega a la cordillera, y ése cuando llega suena como tormenta, pero no apareció tormenta. Tum, dice así. Ese, ése casi puro fuego no más. Ese, dicen que cuando llega así, dicen que viene invierno malo. Decía la gente que iba a haber invierno malo. Eso es cierto. Ahora, ahora vamos a tener un invierno fierísimo, fierísimo.... Ese no pasó nada todavía, porque ya salió todas las cosas que va a haber, hoy tormenta, hay viento, hay cerrazones, todo eso.

Ahora sí ...si.....si, va a haber invierno malo, va a pasar ése. Ese pasa en el cielo. Se ve muy grande, grande. Yo dos veces lo vi. Una vez un día como ahora ¿no? ( era un espléndido día de sol). De repente lo vi un poco, salió así... un cerro alto que hay, lo vi y dije ¿qué será?

Fui corriendo a la casa, le dije a mi mamá. Mamá, - le dije yo – mirá lo que va allá. Y alcanzó a ver poco mi mamá. ¡ Ay! –dijo mi mamá – ése muy malo ése – dijo –va a venir invierno malo. Echa puro fuego – dijo – echa puro fuego, pero lleva una cola grande de fuego y un pelotón así ..... No sé cómo será, porque yo lo vi así no más. Pero parecía cabeza de .... cabeza de animal, así ¿ no ?, pero colorado, colorado, bien colorado. Ahora, años cuando vine de allí: primer año que llegué acá también paso ése. Se vino allá y se fue. Casi quedamos enterrados en la nieve acá .... y no pudimos salir, yo tenía corredor cuando estuve en la escuela ahí , y me quedé cerrada ahí. Se parejó la nieve en el corredor.

Del libro Fenomenología de la religiosidad mapuche , Pbro. Oscar Barreto SDB. Archivo Histórico Salesiano de la Patagonia Norte.

***Este artículo fue publicado en interpatagonia.
https://www.interpatagonia.com/alumine/historia.html

domingo, 9 de agosto de 2015

Milton Aguilar: un hombre-tierra.

“Quimey Neuquén” es un Loncomeo con letra de Milton Aguilar y música de Marcelo Berbel. 

Este loncomeo se registra un 19 de agosto de 1969. 

¿Qué quiere decir Quimey Neuquén? 

Quimey se traduce como lindo y Neuquén que significaría pujante, atrevido, audaz 
que se la considera también voces del pueblo mapuche aunque el significado de la palabra Neuquén se le otorga también otros significados y orígenes al de pujante. 

QUIMEY NEUQUÉN

  Flor de los arenales...
regada en sangre del bravo Sayhueque
Grito que está volviendo,
en tu desbocado potro pehuenche.

Del cielo la onda noche,
se oye del viento la serenata.
Tu voz la luna prende
en la negra cimba de mi araucana.

Aguas que van,
quieren volver,
aguas que van,
quieren volver,
río arriba del canto prendido,
Neuquén Quimey,
Quimey Neuquén.

Sol que se está gastando,
en piedras,
lajas y turbias corrientes.
Besó la sombra india,
que vuelve crecida
de un sueño verde.

Ya madura el silencio,
por el agreste vientre de tus bardas.

Quiere rayen dormirse,
tiemblan sus entrañas,
enamorada.

Aguas que van, quieren volver,
aguas que van, quieren volver,
río arriba del canto prendido,
Neuquén Quimey, Quimey Neuquén,
Neuquén Quimey, Quimey Neuquén,
Neuquén Quimey, Quimey Neuquén... 

A continuación la letra de una cordillerana de Marcelo Berbel en la letra y de Milton Aguilar en la música “Piñonero” que relata la experiencia de un paisano de Moquehue que tiene que ir tranco a tranco hasta Aluminé que son unas 10 leguas unos 40 kilometros que antes hacian caminando este trayecto que habla de la sacrificada vida de los pobladores del sur.

PIÑONERO

Piñonero de Moquehue,
vengo al pueblo,
cuántas leguas
pa llegar a Aluminé,
Con mi carga que no es mucha
y vale poco,
piñonero de la tierra del pehuén.

Enchiguada mi carguera
cerro abajo,
Yo, en ojotas,
tranco a tranco, y a la par,
por tabaco, yerba,
sal, y alguna pilcha,
por seguir gastando vida,
o por durar.

Piñón, fruto de otoño,
mi instinto me llevó a vivir de ti,
volviendo con tu sueño de madera
el mundo que quisiera para mí,
Guardame en el rescoldo
de tus siglos,
yo sé que muerto allí...
no he de morir.

En el hueco de un pehuén
hice mi ruca,
que en invierno sin aurora,
nieva ya,
y pretendo con tu sabia aunar mi sangre,
y en el fruto,
piñonero regresar.

Cuando el lago no me vea
por la senda,
cuando nunca más me llegue,
a Aluminé,
yo estaré cerca de Dios
y en el follaje,
por el vientre de mi ruca volveré.

Piñonero, de Moquehue
vuelvo al pueblo,
cuántas leguas
pa llegar a Aluminé,
con mi carga,
que no es mucha y vale poco,
piñonero de la tierra del pehuén.

Enchiguada mi carguera,
cerro abajo,
yo en ojotas,
tranco a tranco, y a la par,
por tabaco,
yerba, sal y alguna pilcha,
por seguir gastando vida
o por durar.

Por seguir gastando vida...
o por durar.



"Pequeño homenaje a un poeta"

Sea éste un pequeño homenaje a un poeta neuquino, de raíz y sangre pura de esta tierra.
"Con la memoria de la sangre y por mandato de mi tierra, por los huesos aun calientes en las arenas de mis bardas, recuerdo de traperías, de malones y de salvajes.
"Esta es mi tierra y que mis cenizas vuelen en las pichanas, algarrobos y alpatacos, para que surjan de la tierra mojada con mi sudor y lágrimas nuevos hijos del Neuquén, mi tierra, el vientre salvaje de sus bardas.
"Cual soberbio padrillo malacara que agitando sus crines polvorientas reparte su semen, inseparable de su raza.
"Soy hijo de ese viento y traigo su rango de aborigen prendido en mis espaldas, sintiendo que me crece como un grito su rabia salvaje en mi garganta.
"Soy lo que soy, polvo vil que vuela en polvareda que se pierde en la distancia sin rastros y ciego en su camino, levantando remolinos cuando pasa, pero dejo las semillas que él me diera germinando en el vientre penitente que en un tiempo sin tiempo fundará y esperanzado la esperanza, aunque soy "arena de la nada".
"Y aquí estoy en Neuquén, hombre-árbol semillando con la "fuerza del pehuén y el sabor de los manzanos". Milton Aguilar
Juan Carlos Arnaudo - Neuquén.
Carta de Lectores publicada en Diario "Río Negro", domingo 9 de agosto de 2015.
Milton Aguilar: un hombre-tierra.
Su amor por la poesía y el recitado. Hombre de radio y televisión, siempre creyó en un folklore neuquino y patagónico por el que trabajó, soñó y luchó. Su amigo Osvaldo Arabarco le dedicó uno de sus escritos.


 Nació en Bajada del Agrio, provincia del Neuquén, el 26 de abril de 1934. Es el tercer hijo varón de Matilde Argentina Bambill Trekaman (Línea sur, provincia de Río Negro) y Napoleón Demetrio Aguilar (Córdoba Capital). De profesión policía, Napoleón fue trasladado por varios pueblos del interior neuquino como Tricao Malal, Chos Malal, Picún Leufú, entre otros, y su familia debió acompañarlo. Su abuela materna era mapuche y esa ascendencia signó toda su vida tanto en su poesía como en su accionar ciudadano. Sus hermanos: El mayor, Guillermo Washington “GWA” (fallecido), Franklin Efrén “El Gordo”, Nelson “El Tete” (fallecido), y Clarinda Margarita, la menor.

Milton inició el curso de sus estudios primarios en la escuela de Las Lajas y los concluyó en la Escuela N° 2 de Neuquén capital. En la misma ciudad egresó como Bachiller del Colegio General San Martín.

Desde pequeño ya se vislumbraba su inclinación poética. Milton siempre se destacaba en los recitados de los actos escolares, tanto por la facilidad de dicción y entonación como por su prodigiosa memoria para la poesía. La prematura muerte de su padre obligó a la familia a agudizar su ingenio para lograr su sustento. De este modo, su madre comenzó a tener pensionistas en la casa a quienes atendía, alimentaba y, eventualmente, “adoptaba” como hijos postizos. La casa siempre estaba llena de gente que entraba y salía.
Tanto él como sus hermanos heredaron de su padre (que era un gran aficionado al deporte) la práctica de la natación. Concurrían a nadar asiduamente a los ríos que tanto amaba, en épocas que aún no era tan común en la ciudad. También ocupó un lugar primordial el boxeo: sobran las anécdotas de los desafíos pugilísticos en patio de doña Matilde (como también fuera de éste).
El trabajo en la radio LU5
En 1945 surgió el ofrecimiento para trabajar en la Radio LU5 Radio Splendid de Neuquén, perteneciente a la Red Argentina de Emisoras Splendid. Allí dio sus primeros pasos con la Sra. Nélida Funes de Álvarez, donde recitaba en programas patrióticos. En 1949 fue designado locutor, siendo el más joven de la época. Sus grandes maestros fueron Alfredo Cruz y la Sra. Rita Salto, además de la inolvidable Magda Byrne.
Los estudios universitarios.
El teatro
Milton viajó a Rosario, provincia de Santa Fe, para estudiar medicina. Debido a las dificultades económicas que atravesaba, comenzó a trabajar nuevamente en radio. Su vocación lo llevó a reencontrarse también con el teatro: comenzó a frecuentar una compañía de radioteatro y, poco después, se transformó en “el galán del momento”. Realizaban giras por el interior santafesino (antes, cuando estaba en Neuquén, había sido parte de la compañía de radioteatro “Amancay”, con la cual también recorrieron y actuaron en muchos pueblos del interior de la provincia). Finalmente abandonó la universidad y retornó a Neuquén.
Su familia 
En su adolescencia, mientras participaba de los torneos de fútbol “Evita”, Milton conoció a quien sería su amigo para siempre y, finalmente, pariente político: Carlos “El Gordo” Villarino (fallecido). En efecto, él fue quien le presentó a su futura esposa, su hermana Ana Matilde “Anamati” Villarino. Se casaron y compartieron muchos años de su vida. Tuvieron cuatro hijos: Rayén Argentina, Laura Suyai, Gabriel Aluminé (fallecido) y Neuquén Lautaro.
En los años '80, Milton se divorció y se unió a Marta Susana Poli, con quien tuvo dos hijos: Emanuel Rayhuan y Yepún Alelcán.
El maestro rural
Durante 1955 y 1956, acompañado de su esposa y primera hija, fue maestro rural en la escuela de Kilca, paraje cercano a Aluminé, trabajo que realizó con auténtica vocación. Anamati siempre recuerda “los grandes fríos que hacían en el lugar y que se tenían que tapar con todo lo que podían, y que en alguna oportunidad lo hicieron hasta  con la bandera. En esa época los caminos se cerraban con las nevadas durante días y, como tampoco eran frecuentes los transportes, la única manera para llegar a Aluminé era haciendo varias leguas a caballo, cosa que él tuvo que hacer en más de una oportunidad”.
Desde muy joven comenzó a escribir siempre en relación a su tierra, herencia de su padre.
Su gran pasión: la locución
Al obtener la licencia de Locutor Oficial Nacional, se convirtió en pionero en la provincia del Neuquén. Entre 1962 y 1964 se radicó en Buenos Aires, junto a su esposa e hijas. Allí fue designado locutor estable en Radio Rivadavia, haciendo “bolillos” en radio “El Mundo” y Splendid” y en Canal 11, en la joven televisión argentina, donde daba los avisos en vivo (a la usanza de la época). Es por ese entonces que conoció a numerosas figuras de los medios del momento: Héctor Larrea, Antonio Carrizo, Juan C. Rousselot, Fernando de la Vega, entre muchos otros; todos ellos contribuyeron en acrecentar su desarrollo profesional.
Trabajó en el lanzamiento de la revista “Tanguera”, y paralelamente colaboró con Julio Marbiz en “Folklore”, de la que posteriormente fue corresponsal en su regreso a su adorada Neuquén.
El oficio de locutor estuvo atado a la publicidad. Aguilar abrió una de las primeras agencias de publicidad de Neuquén, conocida como “Aguilar producciones-Radial-Gráfica-Televisiva”.
Hombre polifacético, pero principalmente abocado a la radio y a la televisión, entrañablemente ligado al folklore.
Con su memorable estilo y, como alguien dijera alguna vez, “ese vozarrón cálido, grave e inalterable”, condujo y produjo recordados programas radiales: “Arriando ensueños”, “Reviviendo serenatas”, “Caravana” (en LU19, la Voz del Comahue), “Camino, Canto y Guitarra”, “Mangrullo Neuquino, un mirador para las escuelas de la patria” –con Aníbal Casentini y Miguel Ángel Paileleo, dedicado a las escuelas rurales de la provincia–. Con la “Posta del Resero” (junto a Dante “Corto” Alvarado), un programa radial que perduró por más de 20 años, buscó transmitir mensajes a los cuatro extremos del país revalorizando la lengua mapuche.
A raíz de su labor de difusión cultural, tuvo a su cargo coordinar la confección de la primera lista de nombres de origen mapuche y que fue aceptada por ese entonces en el Registro Civil de la provincia del Neuquén.
Milton también condujo festivales folklóricos en repetidas oportunidades, como el "Festival Folklórico Austral" en Pico Truncado (Santa Cruz), el del Lúpulo en el Bolsón (Río Negro), el del Puestero en Junín de los Andes (Neuquén), el Festival del Cultrum, conducido conjuntamente con Aníbal Forcada. También fue designado jurado del festival folklórico de Punta Arenas (Chile) en representación de nuestro país.
La política
En la década del ’60, en épocas de la proscripción al peronismo, participó activamente en el conocido operativo de alcance nacional llamado “Retorno del General Perón”. En los tiempos difíciles, junto con su familia dio refugio en su casa a varios compañeros a causa de las persecuciones que estos sufrían. Entre otros, albergaron a Ernesto Jauretche, sobrino del gran Arturo.
En las primeras elecciones tras la dictadura, en octubre de 1983, fue elegido candidato a intendente por el FIP (frente de izquierda popular), movimiento de raigambre peronista, liderado por Abelardo Ramos y en el que militaba su hijo Gabriel.
Asociación Amigos del Aborigen Neuquino
En 1972, junto a un grupo de amigos e interesados, Milton fundó la “Asociación Amigos del Aborigen Neuquino” (ADAN), con la que lograron que se realice el primer “Futa Traun” (“Gran Encuentro”).
A su vez, la Asociación  intervino en forma activa ante el gobierno provincial; el ministro, Dr. Del Vas, apoyó la iniciativa de mensura de las tierras ocupadas por pobladores aborígenes,
En los años ’60 trabó amistad con Marcelo Berbel, quien musicalizó el poema que había sido escrito años antes en Buenos Aires, debido a la nostalgia que Milton sentía por su tierra lejana. Se trata de su obra más conocida, el “Quimey Neuquén”. En aquel entonces, extrañando al viento patagónico, decía: “esa caricia que a algunos -sobre todo a los foráneos- tanto molesta. Al patagónico, cuando no sopla el viento, algo le falta”.
Otros de sus poemas musicalizados fueron “Luna” y “Michay”, musicalizados por Marcelo y grabados por los Hermanos Berbel; “¡Ay! Pehuén”, en ritmo de loncomeo, interpretado por Marta Pirén; “Qué mas da", “Canta Catan Lil Canta” y "Padre Viento" por los Mellizos Pehuenches.
Más tarde, con “los chicos”, como él llamaba a los hijos de Berbel, trabajaron en varias obras más: Hugo Berbel musicalizó el poema “Humo”, grabado por José Larralde, quien visitara Neuquén en varias oportunidades). Marité Berbel compuso la música de la canción que después tendría letra suya, el “Romance de Mamá Rosario”, dedicada a la madre de Ceferino Namuncurá.
En Neuquén, Milton organizó numerosos espectáculos folklóricos con la presencia de gente que hasta el momento no era muy conocida. Ello se debía a que por su trabajo de locutor recibía y acuñaba una gran colección de discos en formato LP de los artistas que se presentaban. Tal fue el caso de Mercedes Sosa, de quien era un enamorado de su canto, quien todavía no era la famosa “Negra Sosa”.
Vida comunitaria
Aguilar participó activamente de la vida de la comunidad de la joven capital neuquina, integrando diversas comisiones vecinales como las del Tiro Federal, Bomberos Voluntarios y Bañeros, entre otras.
En el ámbito literario, participó de la apertura de la SADE filial Neuquén, de la cual supo integrar en alguna ocasión la comisión directiva. En oportunidad de un homenaje que la sociedad le brindara al Dr. Gregorio Alvarez, asistió a Neuquén Jorge Luis Borges, a quien tuvo el honor de conocer e incluso pudo hacerle un reportaje. Es que Milton también era admirador de su obra, y recitaba sus versos como “Milonga a Jacinto Chiclana”, por ejemplo.
Canal 7
En 1976, Milton fue obligado a abandonar su trabajo de locutor por diferencias políticas con el interventor de la radio LU5.
Debido a ello, concentró sus esfuerzos en la versión televisiva del programa “La Posta del Resero” transmitido por Canal 7 de Neuquén, único medio regional del momento y de gran audiencia. Ese mismo año fue premiado y reconocido con el máximo galardón nacional a la televisión: el “Martín Fierro”.
Se destacó a nivel nacional el reconocimiento brindado por el entonces ministro de Educación de la Nación, Sr. Jorge Taiana, que escuchó una versión de "Quimey Neuquén" (arreglada para coro por Raúl di Blasio en Zapala), que decretó su incorporación como una de las doce canciones obligatorias para ser interpretada en el nivel de enseñanza medio de todo el país.
En 1992 condujo dos programas especiales de televisión producidos y transmitidos por Canal 7 de Neuquén. Uno dedicado a “La Gesta de Mayo” y otro al “92º Aniversario de la Ciudad de Neuquén”. Allí pudieron verse nuevamente artistas regionales del ámbito del foklore, las danzas y la pintura. Algunos consagrados y otros menos conocidos, dando a conocer la cultura que surgía de los barrios neuquinos.
Publicaciones
Sus primeras publicaciones fueron llevadas a cabo en 1978 en Ediciones Tiempo de Hoy, donde participó de una selección nacional con su poema “Vivir”. En el ámbito local, en la publicación de “Poesías y Prosas 1978” de la SADE filial Neuquén, apareció el poema “Rey de Oro”. También figuró en “Expresiones Literarias del Neuquén”, una nueva antología de la SADE provincial realizada en 1980; allí publicó el poema “Ronda Redonda” que escribió en homenaje a la Escuela N° 2 al cumplir sus 75 años.
En 1982 escribió un poema en homenaje a uno de los soldados neuquinos caídos en la Guerra de Malvinas: “A Jorge Néstor Águila”.
A principio de los ‘90 y con el auspicio económico de Antonio Osés, logró publicar su primer libro de Poemas, “Ñuque Mapu Neuquén”.
Durante la década del ‘90 grabó, en formato de casette, junto a  Los Mellizos Pehuenches, el disco “El Cantun Mapu”, con canciones del dúo y recitados suyos.
En 1991, durante la entrega de los premios Pehuén, con la presencia del gobernador Ing. Pedro Salvatori, fue distinguido, junto a Marcelo Berbel, con una copia de la ley consagratoria que declaró a“ Quimey Neuquén” la Canción Oficial del Neuquén.
En 1992, a partir de una iniciativa impulsada por Reinaldo “Naldo” Labrín, por aquel entonces Director de Cultura de la Municipalidad de Neuquén, se editó una obra en formato casette llamada “Los poetas y la ciudad”, que incluye dos poemas de Milton, con recitados propios y musicalizados por Naldo: “Coplitas Paisanas” y “Padre Nuestro” (homenaje a los 90 años de Don Gregorio Álvarez).
Milton nunca había sido muy adepto a las premiaciones y estaba en contra de los homenajes en vida. Sin embargo, en 1997, a raíz de una iniciativa impulsada por la dirección de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de Plottier, aceptó un “Homenaje a la Trayectoria”, donde posteriormente también sería reconocido con una calle que hoy lleva su nombre en esa localidad.
Sus últimos días
Lamentablemente a partir de la muerte accidental que sufriera su hijo Gabriel en 1995 (el mayor de los varones, a quien le había dedicado poemas y no alcanzó a regalárselos), la terrible enfermedad del Mal de Alzheimer, marcaría su inquieto trajinar. El deterioro progresivo culminó con su brillante memoria, apagándose lentamente como quien ya no quiere quedarse.
El 2 de octubre de 2001 se despidió por última vez de su querida ciudad de Neuquén.
Libro póstumo. Homenajes
En noviembre de 2003, con el auspicio de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Neuquén, apareció un  libro póstumo llamado “Milton Aguilar, Memorias de un Hombre Tierra”, en el que aparecen poemas, fotos y cartas personales. Este material fue recopilado por sus hijos Yepún y Rayguán.
A raíz de las propuestas surgidas de la “Asociación Amigos de Milton Aguilar”, la que sigue impulsando actividades conmemorativas, la Municipalidad de Neuquén homenajeó al poeta colocando su nombre a una plaza, y en su casa natal de Bajada del Agrio se colocó una  placa recordatoria. Su hija Rayén fue motor de otro homenaje: en la ciudad más antigua de la provincia, Junín de los Andes, fue inmortalizado con una calle. En 2010, entre tantos reconocimientos, en una sesión del Concejo deliberante de Neuquén se lo homenajeó escuchando la lectura de un poema suyo, leído por sus hijos.
Esta es la vida de un gran poeta, recitador, locutor neuquino que supo ponerle versos al amor que sentía por la Tierra Madre. Milton Aguilar es una figura indiscutible de la historia regional y nacional: su recitado era poesía, su amor por la tierra de los mapuches, su desvelo. Hoy lo recordamos a través de los recuerdos de Ana Matilde Villarino, Rayén, Suyai y Neuquén Lautaro Aguilar.


Artículo de autoría de Vicky Chávez publicado en Diario "La Mañana de Neuquén" publicado en 21 - 8 - 2015.

NOTA DE UN DATO QUE SE ESCAPÓ "SIN QUERER QUERIENDO" -DIRÍA EL CHAVO DEL 8- EL TEMA "PIÑONERO" PERTENECE EN SU AUTORÍA DE MARCELO BERBEL.