"SOY SETENTISTA"
Poema de 𝑹𝒂𝒇𝒂𝒆𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓.
Poesía, arte, cultura, música. Cuentos y Relatos. Un rincón que nace y crece en la Patagonia Argentina.
Poema de 𝑹𝒂𝒇𝒂𝒆𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓.
Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida nace en Sevilla el 17 de febrero de 1836. Por el lado paterno descendía de una noble familia de comerciantes de origen flamenco, los Becker o Bécquer, establecida en la capital andaluza en el siglo XVI; de su prestigio da testimonio el hecho de que poseyeran capilla y sepultura en la catedral misma desde 1622. Tanto Gustavo Adolfo como su hermano, el pintor Valeriano Bécquer, adoptaron Bécquer como primer apellido en la firma de sus obras. Fallece en Madrid, 22 de diciembre de 1870. Conocido como Gustavo Adolfo Bécquer.
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y en tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba.
Y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía,
pues entre el llanto que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste,
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu quietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos:
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana, o mejor
conocida como sor Juana Inés de la Cruz fue una religiosa jerónima y
escritora novohispana, exponente del Siglo de Oro de la literatura en español.
Considerada por muchos como la décima musa, cultivó la lírica, el auto
sacramental y el teatro, así como la prosa.
Nacimiento: 12 de diciembre de 1648, Nepantla de Sor Juana
Inés de la Cruz, México
Fallecimiento: 17 de abril de 1695, Ciudad de México, México
Nombre completo: Juana Inés de Asbaje y Ramírez de
Santillana.
Datos: Wikipedia.
I
Según la historia lo escribe,
Persiguiendo a Juan Lavalle
Va ese general Oribe.
Así en contraste tan rudo
Negó la suerte a aquel bravo
Los laureles que hasta entonces
Conquistó sin menoscabo.
Porque donde entra Lavalle,
Para qué te quiero, gloria,
Si no es para hallarle justa
Consonancia a la victoria.
Pero esa vez la desgracia
Le había llegado a él también.
Ya no iba a hallar en el mundo
Tregua, acierto ni sostén.
Derrotado marcha al Norte
Juan Lavalle el temerario,
Sembrando la caballada,
El parque y hasta el vestuario.
No deja el camino real,
Y aunque no exige hospedaje,
Va requisando en las postas
El ganado y el carruaje.
Dicen que por el Río Seco,
Tirado en una berlina,
Pasó sin dejarse ver,
Con su escolta correntina.
Dios le ayude, porque Oribe,
El mejor de sus rivales,
Manda lo más aguerrido
De las tropas federales.
Por capaz y diligente
Se las ha confiado Rosas,
Y don Juan Manuel, en esto.
Sabe arreglar bien las cosas.
Cada división por junto,
Monta caballos de un pelo.
Y en el porte y disciplina,
Cada soldado es modelo.
Punzó la gorra de manga,
De igual color la chaqueta,
Y a listas blancas y azules
El chiripá de bayeta.
Son veteranos de aquellos
Que al entrar en la pelea,
Por dragona de los corvos
Suelen prender la manea.
Y hasta cuentan que en las cargas
Se ha visto más de un barbudo
Que para andar sin estorbo
Con las barbas hizo un nudo.
Es de verlos cuando avanzan
Con un empuje tremendo,
Entre el polvo y la humareda
Como un pajonal ardiendo.
Mas, los de la otra divisa
Topan esa llamarada
Como las olas que encrespa
Bramando la marejada.
Pues el uniforme entero
Dicen que en su menosprecio
De la muerte, esos varones,
Se vienen hasta los cuadros
Para enlazar los cañones.
Y que cuando se entreveran,
Asombra entre el clamoreo.
El choque de las tacuaras
Superando al tiroteo.
Esa es guerra de la grande,
Y en aquel juego funesto,
El que no echa vale cuatro
Canta contra flor y el resto.
Acaso alguno desdeñe
Por lo criollos mis relatos.
Esto no es para extranjeros,
Cajetillas ni pazguatos.
A las cosas de mi tierra,
Tal como son las divulgo.
No saboreará el pastel
Quien se quede en el repulgo.
II
Apenas la villa ocupa
La vanguardia federal,
Pone en la plaza el banquillo
De la pena capital.
Así entonces lo estilaban
Los ejércitos, señores,
Para terror de enemigos
Y escarmiento de traidores.
Con que, al toque de retreta,
Se echa bando por pregón,
De que un desertor, mañana,
Sufrirá su ejecución.
No bien raya el nuevo día,
Todo el pueblo acude a ver.
Si no se ha quedado un hombre,
Menos falta una mujer.
Había corrido la voz
Que el reo era un lindo mozo,
Medio de mala cabeza,
Pero de muy buen carozo.
Que conforme con su suerte
Y sin mostrar ningún susto,
Se portó esa última noche
De guapo que daba gusto.
Que por cifra les compuso,
Y en décima, una glosa
Sobre esta copla asentada
Por una mano piadosa:
«Preso y sentenciado estoy,
No tengan pena por eso,
Que no soy el primer preso
Ni dejo de ser quien soy.»
Y que hasta bailó una cueca
Que audaz llamó «la del bando»,
Con la mujer del sargento
Que le hizo el gusto llorando.
Porque era mozo tan ágil
Y delgado de tobillos,
Que se arregló soliviando
Con una faja los grillos.
Mire que es fatalidad
Venir así a errar la huella.
Mire que haya quien desniegue
Esto de la mala estrella.
Esto de la mala estrella
Contiene mucho argumento.
Mas por hoy, señores míos,
Hay que seguir con el cuento.
III
Ya el reo se halla vendado,
Y ante tropa y concurrencia,
Se echa por última vez
El pregón de la sentencia,
Que habiendo correspondido
Consejo sobre el tambor,
Resuelve que así se cumpla
El comando superior.
Que por su artículo tal
La ley con rigor ordena
Que al desertor en campaña
Se aplique la última pena.
Pero que si una mujer
Por marido lo pedía,
En prisión aquel suplicio
Conmutado le sería.
Es que en su misma dureza
Compasiva la ordenanza,
Querrá acordarle al amor
Aquella última esperanza.
El caso es que para el reo
No fue el destino tan cruel,
Porque una dijo que estaba
Pronta a casarse con él.
La que a esa carta perdida
Se juega de tal manera,
Es, con sorpresa de todos
Ña Justa la pastelera.
Parda jamona, y de yapa,
Bizca por su mala suerte,
Aunque todos reflexionan
Que al fin más fea es la muerte.
Y que un culpable indultado,
A quien la cárcel aguarda,
No va a andarse con melindres
Sobre si es negra o es parda.
Ella le hace caridad,
Porque al fin es un suicidio
Pasar la vida esperando
A la puerta del presidio.
Con lo cual bien los asombra
Cuando ruega muy entero,
Que los ojos le desaten
Porque quiere ver primero.
Y en cuanto echa su vistazo,
«No me conviene la prenda»
Dice con resolución,
Y vuelve a pedir la venda.
Recibió sus cuatro tiros
Dándose por satisfecho,
Y así la pobre ña Justa
Sufrió el último despecho.
Miserias por esperanzas
Ella buscó decidida.
Y al rigor de la fealdad
El sacrificó la vida.
No sé qué creerán ustedes,
Mas yo tengo para mí,
Que merece algún respeto
Quien supo morir así.
* En «Romances del Río Seco», MCMXLVIII – Ediciones Centurión, Buenos Aires – Con dibujos de Alberto Güiraldes, que ilustran también esta presentación. Edición anotada por Leopoldo Lugones (h).
El mundo del taxi está inmortalizado en aquella película de Scorsese: “Taxi driver”; y la televisión argentina lo hizo con la teleserie más exitosa de su historia: “Rolando Rivas, taxista”, en la que el tachero giraba por la ciudad en un mítico Siam Di Tella.
Por Néstor Tkaczek.
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| El legendario Siam Di Tella que manejaba Rolando Rivas en la inolvidable telenovela. |
Virgilio no es solo el poeta inmortal de la “Eneida”, al parecer fue el primero que puso por escrito la idea de un vehículo que podían usar en Roma aquellas personas con discapacidad. Con el tiempo se utilizaron los carruajes de alquiler con diferentes tarifas para ir de un punto a otro de las cada vez más populosas urbes. Generalmente su parada era en las plazas. Sobre el reemplazo de estos coches de transporte por el automóvil, hay una obra emblemática del teatro argentino: “Mateo” de A. Discépolo. Gracias a la popularidad de esta pieza teatral, a muchas de estas carretelas (hoy dedicadas a pasear turistas) se les llama “mateos”. Se sabe que el primer taxi tal como hoy lo conocemos circuló en París y fue inventado por el fabricante de autos, Louis Renault, quien lanzó unos pequeños coches dotados de taxímetros (medidores de tarifas) para ser alquilados en diferentes paradas de la capital francesa.
Hoy el taxi es un componente esencial de la vida cotidiana y forma parte de las señas identitarias de las ciudades. Es impensable ver imágenes de Buenos Aires sin esos autos amarillos y negros, o los verdes y blancos del D. F. mexicano, o los amarillos de tantas películas en Nueva York.
El cine repite una toma ya emblemática, la del personaje que ingresa apresurado y ordena “siga a ese auto”. El mundo del taxi está inmortalizado en aquella película de Scorsese: “Taxi driver”; y la televisión argentina lo hizo con la teleserie más exitosa de su historia: “Rolando Rivas, taxista”, en la que el tachero giraba por la ciudad en un mítico Siam Di Tella.
En mi pueblo el color de los taxis siempre fue variopinto. La memoria me lleva a una entrañable garita (hoy ya desaparecida) ubicada en pleno centro y estacionados allí, el Falcon Blanco de Suárez, el azul de Matus, creo que otro blanco de Olguín y el 404 celeste de Sanz, al que todos conocían como “el zorzal”. El reloj era a “ojímetro”, aunque nadie cuestionaba sus tarifas. Recuerdo que eran hombres grandes; y los vi hacerse más grandes aun junto a sus autos que lentamente fueron mostrando el óxido del tiempo en las carrocerías hasta desaparecer.
Publicado en Diario Río Negro.
11/12/2022.
EL TRISTEMENTE OLVIDADO "MATE GALLETA".
Hay una galleta o pan de campo que se consume en zonas rurales del litoral, banda oriental
y sur riograndense (Argentina, Uruguay y Brasil), que tiene una forma
redondeada y masa muy sabrosa, con la particularidad de que aguanta mucho
tiempo sin ponerse dura, razón por la cual es preferida en la dieta del gaucho
para sus largas jornadas de trabajo en
las que no hay panadería cerca. Yo, en los campos de Curuzú la he llegado a
consumir durante quince días sin notar que estuviera dura ni perdiera su sabor.
El mate por supuesto esta presente en el día a día del
gaucho desde el primer momento entre los sueños de la amanecida y hasta el
ocaso, acompañando si se precia las
largas charlas, cuentos, chismes y “sucedidos” ((sucesos relevantes que
generalmente se ponen como ejemplo pero también como puesta al día en las
noticias del lugar)) .
De allí el nombre de
“mate galleta” dado precisamente a un tipo de calabaza para tomar mate
cuya forma y tamaño recuerda la galleta de campo. En la cultura de la yerba
mate es un tipo ideal de calabacín indicado para matear solo, o con poca gente,
pues contiene varias características que lo hacen especial: cabe en la propia
palma de la mano a la que transmite calor
invitando a conservarlo ahí, mientras se sorbe lentamente el jugo de la
yerba.
Al ser su forma redondeada este mate no se para solo, así
que sino está dotado de un pie hecho ad hoc hay que tenerlo siempre en la mano,
probablemente esto hace que su uso invite a la intimidad y la confianza y
favorece la concentración pues hay que dedicarse plenamente a él. Además nunca
es muy grande asi que para disfrutar plenamente de la mateada lo ideal es uno
solo o en ronda de tres o cuatro
personas, no más.
Sabedor de todo esto, el gaucho y poeta don José Larralde
canta:
MI VIEJO MATE GALLETA.
Mi viejo mate galleta
que pena me dio perderte
que mano troncho’ tu suerte
tal vez la mano del tiempo
si hasta crei que eras eterno
nunca imagine tu muerte.
En tu pancita verdosa
cuantos paisajes mire’
cuantos versos hilvane’
mientras gozaba tu amargo
cuantas veces te hice largo
y vos sabias porque’.
En esos duros inviernos
cuando la escarcha blanqueaba
tu cuerpito calentaba
mis manos con su calor
pa’ qu’el amigo cantor
se prendiera a la guitarra.
Y ahi no mas se arma la farra
vos y yo en un mano a mano
mate y guitarra en la sombra
mate y guitara en el claro
en leguas a la redonda
no hubo jaguel orejano.
Mi viejo amigo y hermano
que destino mas sotreta
nunca le di a la limeta
en vos encontre la calma
en este adios pongo mi alma … ay
mi viejo mate galleta.
Regionlitoral
Más de Don José Larralde, el cantor orillero hacer click en etiquetas: José Larralde.
Serviliano Maidana, baqueano del general Lavalle, mateando. Saladillo,1878. AGN |

Vieja promoción de presentación de Larralde en
el Teatro Español de Neuquén.