lunes, 30 de mayo de 2022

«Si te gustan los libros viejos…»: comercio de usados. Por Néstor Tkaczek.

 


«Si te gustan los libros viejos…»: comercio de usados. 
Por Néstor Tkaczek.
Confieso que con los años he perdido el entusiasmo de recorrer librerías de usados. Ya no me atrae llegarme hasta las bateas a revisar el caos y hallar un tesoro en medio de tanta bisutería.
En una época me he pasado tardes enteras revolviendo en esa confusión supina que suelen ser las mesas de libros usados por el solo placer de descubrir títulos desconocidos de un autor o recuperar un clásico que no tenía o que está a un precio irrisorio o descubrir un volumen muy antiguo. También, ganado por la curiosidad, leía en algunos ejemplares las marcas vitales de sus antiguos dueños: las dedicatorias, las notas al margen o a pie de página, los subrayados. En esas aventuras he terminado con los dedos pringosos de tanto manosear papeles no siempre bien aseados, los ojos rojos por el polvillo que atesoran los libros viejos y algunos ataques de alergia; pero como dice el refrán parafraseado , “si te gustan los libros viejos, aguantate…”.
El verdadero paraíso de los cazadores de libros antiguos es Buenos Aires y sus librerías de viejo sobre calle Corrientes. Allí he dejado parte del presupuesto mensual. Mi preferida está en la Avenida de Mayo, es pequeña y se llama “El túnel”, suelo entrar a admirar sus primeras ediciones o textos muy raros y antiguos.
Ahora, mientras escribo, recuerdo que una vez mal vendí la “Gramática Española” de M. Seco en una librería mendocina de la calle San Juan, el dinero se transformó en un regalo para una chica y en una milanesa a caballo. Al que le fue mejor con la venta fue a Enrique González Tuñón, hermano del poeta Raúl e integrante de la bohemia literaria de los años 20. Enrique llevaba un libro para vender y calculaba sacarle unos 50 centavos; mientras esperaba vio que un empleado compraba una pila de libros bien encuadernados a otro cliente, luego se metió en la trastienda y Enrique puso su librito arriba de la pila. Cuando se acercó el dueño y le preguntó que iba a vender, González Tuñón señaló su librito y se hizo el distraído. El propietario tasó la pila y entre regateos el escritor se llevó 25 pesos y salió huyendo del lugar.

Por Néstor Tkaczek.

PUBLICADO EN DIARIO RÍO NEGRO.

Domingo 29 de mayo del 2022.

https://www.rionegro.com.ar/espectaculos/si-te-gustan-los-libros-viejos-comercio-de-usados-2321031/

domingo, 29 de mayo de 2022

Razones y paisajes de amor de Alfonsina Storni.

Razones y paisajes de amor
de Alfonsina Storni.
I
AMOR
Baja del cielo la endiablada punta
Con que carne mortal hieres y engañas.
Untada viene de divinas mañas
y cielo y tierra su veneno junta.
La sangre de hombre que en la herida apunta
florece en selvas: sus crecidas cañas
de sombras de oro, hienden las entrañas
del cielo prieto, y su ascender pregunta.
En su vano aguardar de la respuesta
las cañas doblan la empinada testa.
Flamea el cielo sus azules gasas.
Vientos negros, detrás de los cristales
de las estrellas, mueven grandes masas
de mundos muertos, por sus arrabales.
II
OBRA DE AMOR
Rosas y lirios ves en el espino;
juegas a ser: te cabe en una mano,
esmeralda pequeña, el océano;
hablas sin lengua, enredas el destino.
Plantas la testa en el azul divino
y antípodas, tus pies, en el lejano
revés del mundo; y te haces soberano,
y desatas al sol de tu camino.
Miras el horizonte y tu mirada
hace nacer en noche la alborada;
sueñas y crean hueso tus ficciones.
Muda la mano que te alzaba en vuelo,
y a tus pies cae, cristal roto, el cielo,
y polvo y sombra levan sus talones.
III
PAISAJE DE AMOR MUERTO
Ya te hundes, sol; mis aguas se coloran
de llamaradas por morir; ya cae
mi corazón desenhebrado, y trae,
la noche, filos que en el viento lloran.
Ya en opacas orillas se avizoran
manadas negras; ya mi lengua atrae
betún de muerte; y ya no se distrae
de mí, la espina; y sombras me devoran.
Pellejo muerto, el sol, se tumba al cabo
Como un perro girando sobre el rabo,
la tierra se echa a descansar, cansada.
Mano huesosa apaga los luceros:
Chirrían, pedregosos sus senderos,
con la pupila negra y descarnada.

sábado, 28 de mayo de 2022

LOS COBARDES de Miguel Hernández


Hombres veo que de hombres
sólo tienen, sólo gastan
el parecer y el cigarro,
el pantalón y la barba.

En el corazón son liebres,
gallinas en las entrañas,
galgos de rápido vientre,
que en épocas de paz ladran
y en épocas de cañones
desaparecen del mapa.

Estos hombres, estas liebres,
comisarios de la alarma,
cuando escuchan a cien leguas
el estruendo de las balas,
con singular heroísmo
a la carrera se lanzan,
se les alborota el ano,
el pelo se les espanta.
Valientemente se esconden,
gallardamente se escapan
del campo de los peligros
estas fugitivas cacas,
que me duelen hace tiempo
en los cojones del alma.

¿Dónde iréis que no vayáis
a la muerte, liebres pálidas,
podencos de poca fe
y de demasiadas patas?
¿No os avergüenza mirar
en tanto lugar de España
a tanta mujer serena
bajo tantas amenazas?
Un tiro por cada diente
vuestra existencia reclama,
cobardes de piel cobarde
y de corazón de caña.
Tembláis como poseídos
de todo un siglo de escarcha
y vais del sol a la sombra
llenos de desconfianza.
Halláis los sótanos poco
defendidos por las casas.
Vuestro miedo exige al mundo
batallones de murallas,
barreras de plomo a orillas
de precipicios y zanjas
para vuestra pobre vida,
mezquina de sangre y ansias.
No os basta estar defendidos
por lluvias de sangre hidalga,
que no cesa de caer,
generosamente cálida,
un día tras otro día
a la gleba castellana.
No sentís el llamamiento
de las vidas derramadas.
Para salvar vuestra piel
las madrigueras no os bastan,
no os bastan los agujeros,
ni los retretes, ni nada.
Huís y huís, dando al pueblo,
mientras bebéis la distancia,
motivos para mataros
por las corridas espaldas.

Solos se quedan los hombres
al calor de las batallas,
y vosotros, lejos de ellas,
queréis ocultar la infamia,
pero el color de cobardes
no se os irá de la cara.

Ocupad los tristes puestos
de la triste telaraña.
Sustituid a la escoba,
y barred con vuestras nalgas
la mierda que vais dejando
donde colocáis la planta.

miércoles, 25 de mayo de 2022

PATRIA por Silvia Angélica Montoto.

PATRIA

por Silvia Angélica Montoto.

Patria, no sé por qué cuando te nombro
Me lleno de nostalgias
Y me voy galopando en el recuerdo
Hacia el lejano paraíso de mi infancia.
Patria, tu nombre tiene ecos de escuela y de campánas
Y tiene la inocencia de la ronda
Girando en la garganta…
Patria, la vida me ha enseñado
Que no sólo te hicieron en batallas
El cañón y los ardientes sables de punta ensangrentada.
Mis abuelos, también te hicieron, Patria
Con las manos gastadas,
Y allá en el socavón, soñando estrellas,
Dejó el minero su vida, haciendo Patria.
Patria, yo no sólo le canto a tu bandera
Y a los sagrados héroes que la historia guarda,
Yo le canto a tus campos y a tus mieses
Y a la música estridente de tus fábricas.
Yo te siento en el sol de cada día
Que me anuncia el deber de la jornada
Y me duele tu nombre en la pobreza
De tantos niños que lloran ya sin lágrimas.
Patria, no sé por qué cuando te nombro
Me lleno de esperanzas,
Será quizás porque mi sangre en otras vidas,
También ha de ayudar a hacerte, Patria.

lunes, 23 de mayo de 2022

La hora difícil - Atahualpa Yupanqui.


Es la hora difícil. La nube oscura.

Tal vez en la sombra aceche el verdugo con su fusil alquilado
al amo que encarcela y mata.
Tal vez, a esa hora como ahora,
yo esté cantando una canción o pensando un canto,
acunando una vidala, floreciendo un re menor para mi patria.

Todo puede ser, todo puede esperarse,
por eso esperemos también el fin de estas cosas,
el paso definitivo de esta hora infamante.

Quiero vivir! Quiero cantar alto y limpiamente!
Todos los días ensayo la forma mas elevada de mi canto
para mi pueblo amado, aun para los hijos y los nietos
del verdugo y sus sirvientes.

Todo puede ser, todo puede esperarse.
No temo. Solo tengo la pena del engrillado.
Oh, libertad del hombre sobre la tierra de todos!
Has de llegar un día, luminosa y alegre, aunque
mi voz esté callada, no vencida bajo las estrellas.


Atahualpa Yupanqui, nombre artístico de Héctor Roberto Chavero​, fue un cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino.

Nació el 31 de enero de 1908, en Juan Andrés de la Peña, Buenos Aires. Su padre tenía sangre quechua y su madre era de origen vasco.

Fue Edith Piaf quien lo descubre en París y lo invita a cantar a un club.

Su segunda esposa, Nenette, escribió un sin fin de canciones que interpretó y popularizó Yupanqui bajo el seudónimo de Pablo del Cerro que siempre es olvidada. Cosas que pasan…

"Andaré por los cerros, selvas y llanos toda la vida arrimándole coplas a tu esperanza, tierra querida."

Se le considera el más importante músico argentino de folclore, y su composiciones han sido cantadas por grandes intérpretes. Entre sus canciones podemos citar: , Indiecito dormido, Le tengo rabia al silencio, Luna tucumana, Milonga del solitario, Piedra y camino, El poeta, Las preguntitas, Sin caballo y en Montiel, Tú que puedes, vuélvete, Nada más, Viene clareando, La alabanza, La añera, El arriero, Basta ya, Cachilo dormido, Camino del indio, Coplas del payador perseguido, Los ejes de mi carreta, Los hermanos , Zamba del grillo, entre muchas otras.

El escenario del Festival Folklórico de Cosquín (el más importante de Argentina) fue bautizado con su nombre en 1972; fue nombrado Ciudadano Ilustre en el Estado de Vera Cruz, México en 1973; fue condecorado por el Gobierno de Venezuela en 1978; fue nombrado Presidente Honorario de la Asociación de Trovadores de Medellín, Colombia en 1979; recibió el Diploma de Honor del Consejo Interamericano de Música de la OEA en 1983, el Premio Konex de Platino como autor de folklore en 1985, el Premio Caballero de las Artes y Letras del Ministerio de Cultura de Francia en 1986.

Fallece en Francia el 23 de mayo de 1992. Sus cenizas descansan en los jardines de su casa museo en la localidad de Cerro Colorado, a la sombra de un roble junto a las de Santiago Ayala "El Chúcaro".