sábado, 4 de mayo de 2019

Triunfal de Belisario Roldán.




Hubo de todo en el romance aquel...


Flores, celos, amor, llantos, excesos;


Y un día. un día sin luz, en uno de esos


amargos días del invierno cruel.





-Es preciso-dijiste- poner el


punto final a nuestros muchos besos...


Debo partir y parto... dejo ilesos


tu corazón, Poeta y tu troquel.





No supe que decir... Tu voz tenía


una extraña inflexión desconocida


y eres dueño sin duda de tu vida...


Además, mi bohemia impenitente


según es lo normal y lo corriente,


estaba trasudando altanería...





Nos dimos el adiós de un modo triste...


Tú bajaste los ojos, yo la frente:


Hubo un silencio largo; gravemente


sonriendo tus labios. y partiste.





Cuando ya lejos hacia mí volviste


la faz turbada, dolorosamente.


atravesó los oros del poniente


un adiós postrimer que no dijiste...





Mas escucha, mujer, lo que sentí...


Sentí bajo el arrullo del pañuelo


remoto que agitaba; un consuelo


que en un instante serenó mi mal;


-sentí que tu existencia inmaterial,


prófugamente se quedaba en mí





¡Qué vale que el destino se la lleve


-pensé entonces irguiéndome en la playa-


ni que a otras tierras ignoradas vaya


ni que otras fuentes del amor abreve!





¡Qué vale que su pie nervioso y leve,


musa traviesa de mi ciencia gaya,


errando sin cesar bajo la saya


busque la senda del olvido aleve!





¡Qué vale que del vaso huya el jazmín


si se ha trocado el vaso en la redoma


donde yacen su espíritu y su aroma!





¡Qué vale que te alejes, fugitiva,


si suspensa a una rama siempre viva


has quedado hecha flor en mi jardín!

1 comentario:

mariarosa dijo...


Romántico y hermoso poema.
Que grandes poetas ha tenido y tiene nuestro país.

mariarosa