martes, 20 de julio de 2021

Transmigración de Salvadora Medina Onrubia.

Yo soy la hierofántida de la Melancolía
custodio en sus altares grandes vasos votivos
mi voz grave, ennoblece, serena, los motivos
piadosos de los salmos que canto cada día.
En los divinos tiempos que Grecia florecía
yo los fuegos sagrados mantuve siempre vivos
y ya sola en el templo con mis dioses esquivos
de un tajo abrí mis venas…En mi larga agonía
de las turbas cristianas yo escuchaba las voces
fui la última pagana que murió con sus dioses!
Hoy mi alma rediviva presiente que como antes
al templo que custodia llega la turba ansiosa…
Volveré a abrir mis venas, y a los pies de la diosa
las gotas de mi sangre serán como diamantes.

Mayo 3/1918
(manuscrito)
extraído de LAS12






S A L V A D O R A  D I X I T (x2)


Nosotras no queremos los derechos de los hombres, que se los guarden. Saber ser mujer es admirable, y nosotras solo queremos ser mujeres en toda nuestra espléndida femeneidad. Las descentradas somos las que no pensamos, las que no sentimos, las que no vivimos como las demás. Las que entre la gente burguesa somos oveja negra y entre ovejas negras somos inmaculadas. Todas somos raras.


¿No hemos convenido muchas veces
en que somos mujeres extraordinarias?
Las otras deshacen sus dolores con lágrimas.
Yo los deshago con palabras.

(personaje principal de su obra de teatro Las descentradas, 1929)


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