viernes, 15 de enero de 2021

Los ángeles colegiales de Rafael Alberti.


Ninguno comprendíamos el secreto nocturno de las pizarras 
ni por qué la esfera armilar se exaltaba tan sola cuando la mirábamos. 
Solo sabíamos que una circunferencia puede no ser redonda 
y que un eclipse de luna equivoca a las flores 
y adelanta el reloj de los pájaros.
Ninguno comprendíamos nada: 
ni por qué nuestros dedos eran de tinta china 
y la tarde cerraba compases para al alba abrir libros. 
Solo sabíamos que una recta, si quiere, puede ser curva o quebrada 
y que las estrellas errantes son niños que ignoran la aritmética.

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