Vos y yo, los que siempre confiamos.
Esos que mostramos las manos abiertas y sólo las cerramos cuando la esperanza se marcha.
Vos y yo, los crédulos.
Los que comemos migajas pero sembramos el trigo.
Los que escondemos el grito de rabia para no ofender a la tierra.
Vos y yo, los cansados, pero en silencio, seguimos.
Vos y yo, los que escuchamos al viento trayéndonos un mensaje secreto. Nos dice que aún tenemos tiempo de terminar nuestra canción, la que habla de trabajo y dignidad. Es hora que despertemos y hagamos escuchar nuestra voz. Y así, sin miedos, mientras cantemos, compartamos el pan.
Vos y yo: el Pueblo.
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