Años atrás existía un poderoso rey muy sabio que deseaba
redactar un conjunto de leyes para sus súbditos. Convocó a mil sabios
pertenecientes a mil tribus diferentes y los hizo venir a su castillo para
redactar las leyes. Y ellos cumplieron con su trabajo.
Pero cuando las mil leyes escritas sobre pergamino fueron
entregadas al rey, y luego de éste haberlas leído, su alma lloró amargamente,
pues ignoraba que hubiera mil formas de crimen en su reino.
Entonces llamó al escriba, y con una sonrisa en los labios,
él mismo dictó sus leyes. Y éstas no fueron más que siete.
Y los mil hombres sabios se retiraron enojados y regresaron
a sus tribus con las leyes -que habían redactado. Y cada tribu obedeció las
leyes de sus hombres sabios.
Por ello es que poseen mil leyes aún en nuestros días. Es un
gran país, pero tiene mil cárceles y las prisiones están llenas de mujeres y
hombres, infractores de mil leyes. Es realmente un gran país, pero ese pueblo
desciende de mil legisladores y de un solo rey sabio.
1 comentario:
Gibran era un sabio. ¿Se habrá inspirado en nosotros?
mariarosa
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