Voy andando en el tiempo de otro día,
alma sin nombre, nombre en el olvido;
te vi en un sueño y te he reconocido,
quizá porque en tu frente amanecía.
Y hoy es ayer en este parque viejo
donde está esperando, sombra leve,
como un olor de lluvia que no llueve,
como una niña ciega ante el espejo.
Pero eres tú, tan mía y tan ajena,
de un modo tan confuso y tan sencillo,
como el brillo redondo de un anillo
que no se sabe quién perdió en la arena.
Y yo soy la ternura de aquel hombre
que tú quisiste, ya no importa cuando,
y el tiempo se detiene, y sigo andando,
pero no logro recordar tu nombre...
1 comentario:
¡¡Hermoso poema!!
Nos estas enriqueciendo el alma con los versos de Buesa.
Gracias.
mariarosa
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