el suscinto informe que usted demandó;
duele a mi persona tener que expresar
que aquí no ha quedado casi nada en pie.
Mas no desespere, le quiero aclarar
que –aunque el daño es grave -. Bien pudiera ser
que podamos salvar
todo el trigo joven
si actuamos con fe
y celeridad.
Parece ser que el temporal
trajo también la calamidad
de cierto tipo de langosta,
que come en grande y a nuestra costa
y de punta a punta del país
se han deglutido todo el maíz.
A los manzanos se los ve
cayendo antes de florecer,
se agusanaron los tomates,
y a las verduras, por más que trate,
ya no hay manera de hacerles bien...
ya no sé qué hacer
ni tengo con quién.
La gente duda en empezar
la tarea dura de cosechar,
lo poco que queda se va a perder
si, como le dije, no ponemos fe
y celeridad.
Y entre los males y los desmanes
hay cierta gente que – ya se sabe -,
saca provecho de la ocasión;
comprando a uno lo que vale dos
y haciendo abuso de autoridad
se llevan hasta la integridad.
Suscribo nombre y apellido
y ruego a usted tome partido
para intentar una solución,
que bien podría ser la unión
de los que aún estamos vivos
para torcer nuestro destino...
Saluda a Ud. un servidor.
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