De amor en los hierros de tu reja,
de amor esucho la triste queja,
de amor lejos de mi corazón,
diciéndome así, con su dulce canción:
Amapola, lindísima Amapola,
Será siempre mi alma tuya, sola.
Yo te quiero, amada niña mía,
igual que ama la flor la luz del día.
Amapola, lindísima Amapola,
no seas tan ingrata y ámame.
Amapola, Amapola,
¿cómo puedes tu vivir tan sola?
Al ver en los hierros de tu reja,
de amor el albacín de tu queja,
amor que mi amante corazón
el rojo olvidar una dulce ilusión.
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