sábado, 24 de diciembre de 2022

Job, Dios y Satanás de Ezequiel Martínez Estrada.


Job, Dios y Satanás.


Entre este mísero judío
triste y ansioso de la muerte
y un Dios feroz que se divierte
en la eternidad y en el hastío,
Satanás, el Angel Sombrío,
se hace divinamente fuerte.

Ezequiel Martínez Estrada (San José de la Esquina, Santa Fe, 1895-Bahía Blanca, 1964).

Ezequiel Martínez Estrada nace 14 de septiembre de 1895 en San José de la Esquina, una localidad del Departamento Caseros a escasos kilómetros del límite con la provincia de Córdoba, en la provincia argentina de Santa Fe.
Martínez Estrada fue un autodidacta, un cuestionador y un pensador crítico. Inicia su carrera literaria como poeta y dos veces acreedor al Premio Nacional de Literatura y presidente de la Sociedad Argentina de Escritores.
Sus ensayos notables fueron  “Radiografía de la pampa,  “La cabeza de Goliath” que escribe en 1940 donde trata con lucidez la deformación que para el desarrollo del país ha generado el crecimiento siempre en más de Capital Federal y el Gran Buenos Aires, “Sarmiento” (1946), “Los invariantes históricos en el Facundo” del año 1947, “Muerte y transfiguración de Martín Fierro” (1948).
En 1949 se radicó en la Ciudad de Bahía Blanca.
Los años del peronismo coincidieron con una neurodermatitis, una enfermedad extremadamente discapacitante de origen psicosomático que lo mantuvo postrado por años en ámbitos hospitalarios y olvidado por casi todos, a excepción de la escritora Victoria Ocampo. Una enfermedad que clasificaron en el nomenclátor de las enfermedades atópicas, es decir, "insólitas". Nunca vistas. Bromeaba Ezequiel Martínez Estrada al denominarla "desbarajuste glandular peronista generalizado".
Dijo luego de su enfermedad "pensé que estaba sufriendo un castigo por alguna falta ignorada cometida por mí. Mi situación era muy semejante a la de Job, y en lugar de discurrir sobre el bien y el mal, di en cavilar sobre mi país. Pues así como yo padecía de una enfermedad chica, él padecía de una enfermedad grande; y si yo pude haber cometido alguna falta pequeña, él la habría cometido grande. Yo y mi país estábamos enfermos".
El gobierno peronista lo había privado de su puesto de trabajo en La Plata, que recuperó en 1956 y fue nombrado profesor extraordinario en la Universidad Nacional del Sur, en la Ciudad de Bahía Blanca. En 1957 asumió la presidencia de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre.
"Soy un ídolo en desgracia" solía repetir en su casona de la avenida Leandro Alem de la ciudad de Bahía Blanca el mayor ensayista, junto con Domingo Faustino Sarmiento, que ha dado la República Argentina Ezequiel Martínez Estrada.
Criticado y poco entendido y/o comprendido de él decían, a modo de ejemplos, un Jorge Luis Borges lo consideraba un "sagrado energúmeno"; Raúl Anzoátegui lo consideró "una estatua aficionada a hacer declaraciones"; Ismael Viñas, un "negador a la marchanta"; Jorge Abelardo Ramos, un "intérprete del pensamiento imperialista", Juan José Hernández Arregui, una "inteligencia enteramente colonizada" y desde el periódico “La Vanguardia del Partido Socialista lo consideraban un "amargo, pesimista y desconcertante”…también que era un resentido, irracionalista, especulativo, caprichoso, apocalíptico, anarquista de derecha, profeta mesiánico y compañero de ruta de Fidel Castro. Sufriendo en carne propia muchas humillaciones por el solo pecado de decir su verdad y el silencio de casi toda la prensa sobre su obra literaria para terminar sus últimos año con un  malvivir económicamente con el cobro de una jubilación miserable.
Martínez Estrada pasó sus últimos años pobre, olvidado, recluido y enfermo en su casona de la Avenida Alem y Salta en la Ciudad de Bahía Blanca (donde hoy funciona la fundación que preserva y difunde su legado literario).
Falleció Ezequiel Martínez Estrada un 3 de Noviembre de 1964 en la Ciudad de Bahía Blanca.

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