miércoles, 18 de octubre de 2023

El poeta murió al amanecer de Raúl González Tuñón.

El poeta murió al amanecer 
de Raúl González Tuñón.
Sin un céntimo, solo, tal como vino al mundo,
murió al fin en la plaza frente a la inquieta feria.
Velaron el cadáver del dulce vagabundo
dos musas: la esperanza y la miseria.
Fue un poeta completo de su vida y su obra,
escribió versos casi celestes, casi mágicos,
de invención verdadera
y como hombre de su tiempo que era
también ardientes cantos y poemas civiles
de esquinas y banderas.

Algunos, los más viejos, lo negaron de entrada.
Algunos, los más jóvenes, lo negaron después.
Hoy irán a su entierro cuatro buenos amigos,
los parroquianos del Café,
los artistas del circo ambulante,
unos cuantos obreros,
un antiguo editor,
una hermosa mujer
y mañana, mañana,
florecerá la tierra que caiga sobre él.

Deja muy pocas cosas, libros, un Heine, un Whitman,
un Quevedo, un Darío, un Rimbaud, un Baudelaire,
un Schiller, un Bertrand, un Becquer, un Machado,
versos de un ser querido que se fue antes que él,
muchas cuentas impagas, un mapa, una veleta
y una antigua fragata dentro de una botella.
Los que le vieron dicen que murió como un niño.
Para él fue la muerte como el último asombro:
tenía una estrella muerta sobre el pecho vencido,
y un pájaro en el hombro.

"Traigo la palabra y el sueño, la realidad y el juego de lo inconsciente, lo cual quiere decir que yo trabajo con toda la realidad y si hay alguna persona que quiere saber lo que me ha ocurrido ya se puede ir enterando" .
Fragmento de "Juancito caminador" uno de los últimos poemas de González Tuñón.

ECHE VEINTE CENTAVOS EN LA RANURA
(de El violín del diablo)
A pesar de la sala sucia y oscura
de gentes y de lámparas luminosa
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura.
Y no ponga los ojos en esa hermosa
que frunce de promesas la boca impura.
Eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa.
El dolor mata, amigo, la vida es dura,
eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa.
II
Lamparillas de la Kermesse,
títeres y titiriteros,
volver a ser niño otra vez
y andar entre los marineros
de Liverpool o de Suez.
III
Teatrillos de utilería.
Detrás de esos turbios cristales
hay una sala sombría.
Paraísos artificiales.
IV
Cien lucecitas. Maravilla
de reflejos funambulescos.
¡Aquí hay mujer y manzanilla!
Aquí hay olvido, aquí hay refrescos.
Pero sobre todo mujeres
para hombres de los puertos
que prenden como alfileres
sus ojos en los ojos muertos.

No debe tener esqueleto
el enano de Sarrasani,
que bien parece un amuleto
de la joyería Escasany.
Salta la cuerda, sáltala,
ojos de rata, cara de clown
y el trala-trala-trálala
ritma en tu viejo corazón.

Estampas, luces, musiquillas,
misterios de los reservados
donde entrarán a hurtadillas
los marinos alucinados.
Y fiesta, fiesta casi idiota
y tragicómica y grotesca.
Pero otra esperanza remota
De vida miliunanochesca…
V
¡Qué lindo es ir a ver
la mujer
la mujer más gorda del mundo!
Entrar con un miedo profundo
pensando en la giganta de Baudelaire…
Nos engañaremos, no hay duda,
si desnuda nunca muy desnuda,
si barbuda nunca muy barbuda
será la mujer.
Pero ese momento de miedo profundo…
¡Qué lindo es ir a ver
la mujer
la mujer más gorda del mundo!
VI
Y no se inmute, amigo, la vida es dura,
con la filosofía poco se goza.
Eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa.

Raúl González Tuñón nace en Ciudad de Buenos Aires el 29 de marzo de 1905 - Fallece el 14 de agosto de 1974.
Hijo de inmigrantes españoles de origen obrero, el sexto de siete hermanos.
Raúl González Tuñón se lo considera “la vanguardia literaria” de nuestra Argentina de los años ´20. Por esos años como era costumbre o moda de los intelectuales viajaran a Europa.  
Vivió en París y también en Madrid donde trabó relación con César Vallejo, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Federico García Lorca y Pablo Neruda.
En sus tareas de índole periodista González Tuñón trabajó en diario “Crítica” de Natalio Botana. Un diario sensacionalista de esos años donde brindó espacio a Jorge Luis Borges, Conrado Nalé Roxlo, Roberto Arlt, Carlos de la Púa, Alfonsina Storni y Ulyses Petit de Murat y en diario "Clarín", donde escribió crítica de artes plásticas y crónicas de viajes.
“Se casó con Amparo Mom y trabó una profunda amistad con Pablo Neruda y su esposa Delia del Carril (también argentina). Cuando estalló la Guerra Civil Española, ambas parejas se trasladaron desde Madrid a Santiago de Chile y compartieron una misma casa. Secundó al poeta chileno en la fundación de la sección chilena de la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura, organización antifascista surgida del Congreso Escritores de Valencia, realizado en Barcelona, en medio de los bombardeos franquistas” (Wikipedia).
El primero de febrero de 1946, ante la inminencia de la elecciones presidenciales, Raúl  González Tuñón firma la “Declaración de escritores en apoyo a la Unión Democrática" junto con Victoria Ocampo, Borges y Sábato. La Unión Democrática fue una alianza electoral contra el entonces Coronel Perón, con el respaldo del embajador norteamericano Braden,  de la que participaron diversos partidos políticos, entre ellos, la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista, el Partido Demócrata Progresista, el Partido Demócrata Nacional y el Partido Comunista. La fórmula presidencial estuvo integrada por Tamborini y Mosca, ambos del radicalismo.
Afiliado al Partido Comunista de la Argentina.  
Fallece el 14 de agosto de 1974 a los 69 años.

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