La costurerita
que dio aquel mal paso.
La costurerita que dio aquel mal paso...
-y lo peor de todo, sin necesidad-
con el sinvergüenza que no la hizo caso
después... -según dicen en la vecindad-
se fue hace dos días. Ya no era posible
fingir por más tiempo. Daba compasión
verla aguantar esa maldad insufrible
de las compañeras, ¡tan sin corazón!
Aunque a nada llevan las conversaciones,
en el barrio corren mil suposiciones
y hasta en algo grave se llega a creer.
¡Qué cara tenía la costurerita,
qué ojos más extraños, esa tardecita
que dejó la casa para no volver!...
"Evaristo Carriego fue el primero, el “inventor”,
como lo llamara Jorge Luis Borges. Con él comienza la poesía urbana. No nos
referimos al Carriego sonoro y “romanticón” de la primera parte de Misas
herejes, sino al cantor del barrio; lo fue por antonomasia" (Raúl González Tuñón).
Evaristo Carriego un poeta argentino, calificado como “el
poeta del arrabal”, poeta que reflejó las pasiones y las tragedias de los
barrios porteños; evoca los hechos cotidianos que abriría puertas a ese poeta y
político que fuera Homero Manzi. Nacido en
Paraná, provincia de Entre Ríos en 1883,
fue bisnieto del fundador de la Ciudad
de Concordia, aunque desde la niñez vivió en Buenos Aires, en el barrio de
Palermo (en ese momento era un barrio de compadritos) donde hoy es la biblioteca municipal (Honduras 3784).
Sus primeros poemas tienen la influencia de Rubén Darío.
Carriego llamó “Misas” a sus poesías… que marcaría a un Discépolo, un Homero Manzi,
un Baldomero Fernández Moreno.
Se cuenta de su adhesión al socialismo que era repudiado y
considerado como diabólico o de ideario anarquista centrado en sus colaboraciones para la revista
La Protesta , cuyo propietario y director, Juan Mas y Pi. Son años de
discusiones sobre las ideas importadas.
Le dedicó "A Juan Más y Pi":
"En la gran copa negra de la sombra que avanza / quiero probar del vino propicio a la añoranza / Quiero beber el vino que bebiéramos juntos"
El único libro que publicó en vida, Misas herejes , de 1908, y, póstumos, El alma del suburbio y La canción del barrio. Falleció a los 29 años un 13 de octubre de 1912.
Le dedicó "A Juan Más y Pi":
"En la gran copa negra de la sombra que avanza / quiero probar del vino propicio a la añoranza / Quiero beber el vino que bebiéramos juntos"
El único libro que publicó en vida, Misas herejes , de 1908, y, póstumos, El alma del suburbio y La canción del barrio. Falleció a los 29 años un 13 de octubre de 1912.
Opina el reginense Carlos Basabe Cerdá desde el espacio A
SOLAS CON EL TANGO: Evaristo Carriego fué
uno de los primeros mitólogos del Tango y del suburbio. Con esa característica
Argentina de convertirlo todo en "mito", escribió este poema que
prefigura al compadrito y a su mundo.
Ya los de la casa
se van acercando
al rincón del
patio que adorna la parra
y el cantor del
barrio se sienta, templando
con mano nerviosa
la dulce guitarra
la misma guitarra,
que aún lleva en el cuello
la marca indeleble,
la marca salvaje
de aquel despechado
que soñó el deguello
del rival dichoso,
cortando el cordaje
ya viene la trova:
rimada misiva
En décimas largas
de amante fiereza
que escucha
sensible la despreciativa
moza, que no
quiere salir de la pieza
la trova que
historia sombías pasiones
de alcohol y de
sangre, castigos muy crueles
agravios mortales
de los corazones
y muertes
violentas de chinas infieles
sobre el rostro
adusto, tiene el guitarrero
viejas cicatrices
de cárdeno brillo
en el pecho un
hosco rencor pendenciero
y en los negros
ojos, la luz del cuchillo
y muestra
insolente, que se va exaltando
su bestial
cinismo de alma atravesada
Palermo lo ha
oido, quejarse cantando
celos que
preceden a la puñalada
y no es para el
otro, su constante enojo
a ese
desgraciado que a golpes maneja
le hace el mismo
caso, por bruto y por flojo
que al pucho que
olvida detrás de la oreja
pues tiene unas
ganas, su altivez airada
de concluir con
todas las habladurías
tan capaz se
siente de hacer una hombrada
de la que hable
el barrio, tres o cuatro dias
y con la rudeza de un gesto rimado
la canción que
dice la pena del mozo
termina en un
ronco lamento angustiado
como una amenaza
que acaba en sollozo.
1 comentario:
Hermoso homenaje a un gran poeta del arrabal.
Carriego es de aquellos poetas a los que uno nunca se cansa de leer y a mi que me gusta ese estilo de arrabal e historias mistongas, estoy en mi salsa con sus poemas.
mariarosa
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