sábado, 16 de febrero de 2013

¡Bendita seas! - José Ángel Buesa.




Bendita seas...
Fuiste algo blanco, muy blanco y puro,
en la agonía del hierro oscuro
donde se abrían las negras rosas de mis ideas...

Porque al amarme desvaneciste
mis negaciones hondas y ateas;
porque eres buena, porque eres triste,
bendita seas.

Porque endulzaste mis desalientos,
porque encantaste mis desencantos,
porque elevaste mis pensamientos;
porque al mirarme tus ojos santos
se iluminaron mis sufrimientos
y mis quebrantos;

porque curaste, caritativa,
todas las llagas de mis peleas;
por delicada, por comprensiva,
bendita seas...

porque tú fuiste como un remanso
para el estruendo de mis mareas;
porque me diste paz y descanso,
!bendita seas!

Hoy voy de nuevo por el camino
do en polvo escriben mi vida inquieta
mis pies llagados de peregrino,
oyendo a un ave de dulce trino
que rima versos como un poeta,
y viendo siempre la gris silueta
de mi destino...

pero, en la hora de la parida,
cuando sus fauces abre lo arcano,
y, como un ala, tiembla en la mano
la despedida;

cuando mi viaje sin rumbo emprendo,
ensombrecido por el estruendo
de mis mareas;
cuando de nuevo mi andanza sigo,
porque me amaste, porque me diste
las dulcedumbres de tu alma triste,
yo te bendigo...
!Bendita seas!


José Angel Buesa nació el 2 de septiembre de 1910, en Cruces, ciudad de la antigua provincia de "Las Villas", actualmente Cienfuegos, Cuba, rodeada de centrales y campos de caña. Al llegar la Revolución Cubana Buesa se ve obligado a abandonar la isla y vive en  España, El Salvador, y Santo Domingo República Dominicana donde muere en 1982.

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